”CUMPLIDORES” CONTRA RELIGIÓN VERDADERA
Me sugiere este
título el Evangelio del día: Marcos 3, 1-6. Vaya por delante ese momento en que
–en expresión evangélica- se habla de una
mirada de ira que dirigió Jesús a los fariseos. Dice “mirada en torno”. No se limitó Jesús a una mirada más o menos
rápida, sino detenida.
Pero vayamos ahora al hecho en sí.
Es sábado, día sagrado para el pueblo judío, porque así lo había querido
Dios, para que tuviera un día de descanso semanal. Una “higiene laboral”, que los autores
sagrados refieren al mismo Dios, que al séptimo
día descansó. Y aquellas leyes que
Moisés va dando al pueblo, bajo la inspiración de Dios, constituyen una
verdadera maravilla de perfección humana, en un pueblo –por otra parte- tan
primitivo. El descanso sabático es
descrito con sus pormenores para que realmente el pueblo descasara.
Luego surgen las casuísticas tan propias de la obra humana, que
pretende “perfeccionar” en concreciones muy particulares lo que Dios había
expresado de formas más amplias. Porque
Dios va al bien de la persona y no a la materialidad del precepto. Aquello que Jesús explicitó en otro momento
de que el sábado se hizo para el hombre y
no el hombre para el sábado. Lo que
Dios estableció como precepto de descanso, miraba al hombre; no al precepto.
El fariseísmo lo convirtió en legulismo,
esclavizándose con la “ley”, haciendo inhumano lo que había salido del Corazón
de Dios como una bendición para ese mismo sr humano.
Por eso en este momento en que un enfermo, un paralítico de un brazo se
hace presente en la reunión litúrgica, Jesús se siente conmovido ante una
necesidad que Él puede atender. Pero no
quiso hacerlo tan por su cuenta que no tuviera el beneplácito de los
jefes. Y pidió al enfermo que se pusiera
en medio, allí a la vista de todos, mostrando su minusvalía. Y cuando lo tiene en medio, dirige una mirada
a toda la sinagoga (allí no sólo había fariseos, evidentemente), y pregunta
algo que hubiera pedido una respuesta unánime:
¿en sábado se puede hacer EL BIEN O EL MAL; SALVAR A UNO O DEJARLO MORIR?
Se mascó el silencio. Y Jesús
mantuvo aquella tensión del auditorio, en el que nadie daba el paso… Y no sólo
mantuvo aquella situación con disimulo sino provocando que se hiciera mucho más
patente: Pasando su mirada por toda la sinagoga. Y cuanto más silencio y más tensión, el
Corazón de Jesús experimenta la indignación de unos hombres que en aras de una
falsa religiosidad cumplidora… (cumplidora de los mismos “preceptos” que ellos
se habían inventado), son capaces de no implicarse siquiera en una respuesta
tan genérica como la que había hecho. Ni
a eso quisieron responder, mientras que cada uno huía la mirada e intentaba
pasar desapercibido. Pero Jesús mantuvo
sus ojos sobre ellos…, hizo un barrido por todos ellos, y les hizo tragar
saliva…, porque ellos mismos eran bien conscientes del ridículo que estaban
haciendo. Pero ellos “eran CUMPLIDORES”…
La compasión, la caridad, el amor a los hermanos, las obras de misericordia…,
les quedaban muy por bajo de su “cumplimiento”.
Y Jesús actuó. Una sola
palabra. No violó en nada lo que se
puede hacer en sábado, según las mismas leyes farisaicas. El enfermo extendió el brazo con la misma
naturalidad que lo estaban moviendo cualesquiera de los allí presentes. Por mucho que se quisiera tildar de romper el
descanso laboral, no habría ni una
mínima base de justificación.
Pero los fariseos y doctores habían
quedado en ridículo. Y eso se paga… Por eso se reunieron –y se aliaron co
enemigos naturales, los herodianos- a ver qué se hacía con Jesús, y ver el modo
de acabar
con Él. Lo de menos es el mensaje. Lo que hay es que acabar con el
mensajero. Así ya no les da más lata.
Dejo a mis lectores la oportunidad de
su propio examen de conciencia. Porque,
en palabras de Jwesús mismos, en otra ocasión, “de éstas, hacéis muchas”
Recuerdo cierta vez que fui a visitar a un enfermo. Luego vino un fariseo y me dijo que yo allí no podía estar, porque habían unas normas que cumplir en la casa. Aquel fariseo debería haber comprendido que primero está la caridad y después las normas absurdas que se pueden llegar a cumplir por obediencia y para mantener un orden. No quise cumplir la norma, y el fariseo me quiso encarcelar.
ResponderEliminarAquello me dio absolutamente la pista de en que mundo me movía, y como el fariseismo de los cumplidores y aparentadores estaba delante de mis ojos.
Yo no me he olvidado de aquel hecho portentoso y farisaico, porque la persona que obró tan mal conmigo, nunca me pidió una sola disculpa, y la mente humana es así. Sin embargo le perdono, es decir no le echaré en cara en el último día, el mal que me hizo, si de mi dependiera, pero al igual que Jesús "pasaba" de los fariseos, yo también.
Aquel enfermo,se llenó de confianza en Jesús.Su fe se manifiesta en obedecer al Señor y en poner por obra aquello que hasta ahora no ha podido hacer:EXTENDER LA MANO.La confianza en el Señor,hizo el milagro.La fe nos permite lograr metas que siempre habíamos creido inalcanzables,resolver viejos problemas personales,echar fuera defectos que estaban arraigados.
ResponderEliminarAyer terminó el Padre Cantero,LA VIDA EN NAZARET,con la muerte de San José.Este varón justo,vivió la fe en todas las circunstancias de su vida.Pidámosle que sepamos ser lo que Cristo espera de cada uno de nosotros en el propio ambiente y circunstancias.