Liturgia:
Hoy tengo casi que reducirme a una
paráfrasis de las lecturas porque son dos historias paralelas de las que
finalmente habrá que extraer la lección que se ha pretendido en este lunes 3º
de Cuaresma.
La 1ª lectura (2Reg.5,1-15) es la historia del general
sirio, Naamán, gran militar pero leproso. Simultáneamente sucede que en una de
las incursiones en campos israelitas,
los sirios han traído a una rehén israelita, que está al servicio de la mujer
de Naamán. Y ella comenta con su señora que ojalá
su señor se presentase al profeta de Samaria, que le curaría de la lepra.
Como paganos, el rey de Siria no entiende del sentido
religioso de un profeta y orienta toda su gestión hacia el rey de Israel, a quien
le envía una amplia dádiva por manos de Naamán para que cure de la lepra a ese
su general. El rey de Israel se enfurece, piensa que es una estratagema del rey
de Siria para tenderle una emboscada y despide a los mensajeros con cajas destempladas.
Eliseo el profeta sabe lo ocurrido y sale al paso: que le envíen
a Naamán y sabrá que hay un Dios en Israel. Naamán acude pero se lleva la
sorpresa de que el profeta ni se presenta a él para recibirlo sino que le manda
recado; que vaya a bañarse 7 veces en el
Jordán.
Nuevo enfado del general que piensa que debía haber salido
el profeta y hacer un ritual de curación. Porque en el pensamiento de Naamán,
para bañarse en el Jordán tiene él en Siria dos ríos más importantes… Y se
marchaba enfurecido,
Uno de sus servidores, con buena sensatez, le hace caer en
la cuenta de que lo que le han mandado es muy fácil y que debe intentarlo. Y
Naamán agacha la cabeza y se baña en el Jordán aquellas siete veces, y queda su
cuerpo absolutamente limpio. Y entonces vuelve agradecido a Eliseo y reconoce
que no hay dios en toda la tierra más que
el de Israel.
Lc 4,24-30 remacha la misma idea. Jesús en Nazaret es el
Profeta no recibido bien en su tierra. Y quiere hacérselo ver a sus paisanos,
trayéndole delante el caso de Naamán el sirio, que fue curado de su lepra por
creer en la palabra de Eliseo. Pero no sólo eso: también en tiempos de Elías,
este profeta se presenta a una viuda muy pobre y a punto de hacerse el último
pan para comer ella y su hijo y luego echarse a morir. Elías pone a prueba a la
mujer diciéndole que le haga el pan a él, y que luego comerán ella y su hijo.
La mujer accede contra toda lógica, y el
resultado es que ya no le falta nunca aceite en su alcuza y harina en su orza.
La lección está clara: lo que vale es la humildad, la
obediencia, la aceptación de los planes de Dios, aun contra las razones
humanas. Y es Dios quien sale al paso y quien soluciona. No es mejor el Jordán
que los ríos de Siria, pero Dios quiere que sea en el Jordán. No es lógico que
Elías pida para sí el único pan posible para aquella viuda. Pero no es la
lógica lo que vale sino acoger el plan de Dios.
Ahí tenemos la lección de la Cuaresma. Da igual que ni la
viuda ni Naamán no sean miembros del pueblo de Dios. Da igual que el Jordán sea
menor que otros ríos más importantes. Da igual que la alcuza se vacíe… Da igual
ser de Nazaret y ser israelita (o cumplidor de las leyes). Lo que importa es la
humildad, la sumisión al plan de Dios, el ceder de uno mismo, el cambio de
valores donde lo importante no es el rey de Israel sino el profeta de Samaria. Lo
que importa no son los méritos propios, ni saber más, ni ser más importante. Lo
que importa es la actitud nueva, penitencial, con la que se secundan los deseos
de Dios. Y por tanto que la Cuaresma no está pidiendo hechos novedosos ni
llamativos sino plegarse en humildad a los planes de Dios.
La lección es muy clara. Jesús no nos pide cosas difíciles ni costosas. Nos pide que reconozcamos y valoremos a las personas de nuestra Comunidad; al Cura de la parroquia; a las personas de nuestro entorno que nos quieren tanto y nos dan buenos consejos...Preferimos idealizar a personas que llegan del exterior y nos muetran una moda bonita. Somos ingratos y podemos matar con nestra indiferencia; o, algo mucho más grave, podemos mentir y levantar falsos testimonios. El Demonio tiene la especialidad de trannsformar a las almas sacerdotales bellísimas, dándoles una apariencia fea para que su palabra que es la Palabra de Dios, no llegue a los corazones.HUMILDAD, OBEDIENCIA Y ACEPTACIÓN DE LOS PLANES DE DIOS.En la Cuaresma nos proponemos valorar a todas las personas...
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