Liturgia: SAN JOSÉ
Hoy es el día de San José. San José es
una figura de enorme envergadura en la historia de la salvación, dentro del
máximo silencio y del más hondo ocultamiento. Es el personaje que aparece en un
momento álgido –su esposa está encinta y él no ha tomado parte-, y desaparece
de improviso después de aquel momento en que Jesús declara que su Padre es
Dios.
José ha pasado por ese momento tan difícil de
discernimiento sobre su papel en su matrimonio, cuando resulta que Dios ha
tomado posesión de su esposa María, y Josñe queda perplejo sobre su futuro. Su
primera idea es abandonar el campo, no disputarle a Dios, no actuar contra
María…, huir. Y allí Dios lo esperaba para decirle que tenía un papel directo
en aquella nueva historia y que debía ser el ángel protector y encubridor del
embarazo de su esposa y el velo que ocultara a los hombres el misterio del
nacimiento del Niño. Es más: el va a aparecer como padre de ese niño, porque él
va a ser quien le imponga el nombre en la circuncisión, y así deje manifiesto
qsu papel de padre de familia.
José se pliega totalmente a los proyectos impensables de
Dios y asume toda la responsabilidad, con todos los sinsabores que también
encierra, sabiéndose el menor y tomando por delante toda la responsabilidad de
la defensa de aquella familia.
José es el
hombre que nos muestran los evangelios –lo poco que dicen de él los evangelios-
como el hombre dócil a Dios hasta el extremo, sin tener más iniciativa que la
de una fe inquebrantable y una obediencia ciega a los proyectos misteriosos de
Dios, que van surgiendo de la forma más inesperada y humanamente –a veces- más
absurda. Pero José no rechista (no conservamos ni una sola palabra de él) sino
que se somete sin más a los planes de Dios, conforme surgen en el momento
concreto.
Asume la
responsabilidad de la crianza,
alimentación, educación y formación de aquel niño, y el papel de esposo de una
mujer a la que ya no ha de llegar nunca como varón. Trabajar para sacar
adelante a la familia, y en el momento oportuno, desaparecer sin dejar rastro
en la Escritura Sagrada.
La primitiva Iglesia “lo ignora” por
el temor al error de que puedan tomarlo los incipientes cristianos como el
padre de Jesús, y así permanece en el ostracismo litúrgico hasta mediado el
siglo XX, cuando San Juan XXIII lo introduce en el Canon Romano y ya entrado el
siglo XXI en que entra en diversas plegarias litúrgicas (no en todas). Y eso
que es el Santo prócer que recibe un culto especial por su especial papel en la
Historia de la salvación.
La liturgia de
hoy lo introduce como perteneciente a la familia de David, línea básica por la
que Jesús es el Mesías, hijo de David. (1ª lectura -2Sam.7,4-5.12-14.16-). Y
como perteneciente al linaje de Abrahán (en la 2ª lectura: Rom.4,13.16-18-22),
y por tanto hombre de plena fe que, como Abrahán, creyó en lo imposible. Para
desembocar en uno de dos evangelios que pueden escogerse hoy; el de sus dudas
ante la esposa encinta sin su intervención, y el de su momento final –después ya
no se vuelve a hablar de él- del niño que en el templo, a los 12 años, manifiesta
que su Padre es Dios.
La Iglesia,
con el sentir popular. ha ido viendo en José un modelo para muy diferentes
situaciones de la vida. Empezando por la vida se la Iglesia que es continuación
de aquel Jesús que José educó y protegió. Patrono de los Seminarios de
sacerdotes, porque José formó a Jesús humanamente, que es el primer sacerdote
de la historia. Patrono de la buena muerte porque se supone que fue asistido en
la suya por el propio Jesús. Modelo de trabajador y patrono del mundo del
trabajo porque él hubo de ganar el pan con el sudor de su frente. “El
carpintero”, el obrero manual de muchas actividades, porque había que llevar el
jornal de cada día.
Patrono de los
padres de familia, puesto que fue padre de familia, a la que mantuvo y de la
que fue el varón-cabeza de esa familia.
Y las letanías
de San José lo van resaltando como es figura excepcional que tiene una importancia
sin igual entre los santos de la Iglesia de Dios.
FELICITACIONES,
pues a todos los que lleváis el nombre de José, bien sea en primer plano, José
María, José Manuel…, José Ignacio, bien en 2º
lugar: María José, Juan José…, etc. FELICIDADES a los Sacerdotes, formados bajo ese modelo
del esposo de María y formador de sus espíritus. FELICIDADES a los padres de familia.
San José es el último Patriarca de la Biblia con el que el Creador contaba para ir preparando el camino de la salvación de todos los hombres. Si todos tuvieron que fiarse de Dios hast el límite, José,obedeciendo a Dios asintiendo a la vocación que se le manifiesta a través del ángel, se involucra en la tarea de Dios, el gran sueño de DIOS,¡Inimaginable! Él solito, con la Virgen, cuidará al Niño concebido por María del Espíritu Santo que salvará del pecado a su pueblo.ñs impresionante la palabra que Jesús tiene que utilizar ara explicar la relación que le unm a Dios, Señpr del Universo...¡¡¡PADRE!!! Incluso¡¡¡ABBA!!!Y, seguramente , habia usado Jesús para dirigirse a José.
ResponderEliminarEl amor y la fidelidad que son las grandes cualidades divinas, también Jesús las encontró reflejadas en aquel Hombre, humilde, discreto, silencioso, trabajador y buenísimo al que todos queremosmucho y tratamos de imitar.
Ayer leía en algún lugar de internet algo acerca de José como modelo para aprender a aceptar un papel secundario en nuestra vida. No puedo estar de acuerdo. No veo a José como un "secundario" de la historia de Jesús. Es una pieza importantísima de la historia, sólo por lo que sabemos en la Biblia, pero además estoy seguro que por lo que no sabemos también. Me resisto a dar a José el papel de secundario.
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