Liturgia
DÍA DE SAN BERNABÉ, un apóstol que no es del número de los
Doce pero que está elevado a la altura de los apóstoles. Es definido como hombre
lleno de Espíritu Santo y fe (Hec. 11, 21-26), y es designado compañero de Pablo
en su misión apostólica con los gentiles. De él nos habla el libro de los
Hechos de los Apóstoles, y lo vemos acompañando a Pablo en su misión
apostólica. La liturgia lo celebra como apóstol.
Y el evangelio que se le aplica es el de la misión a que Jesús envió a sus Doce
(Mt. 10, 7-13). El protagonismo de ese relato es el Reino. Por eso ellos han de
ir en sumo desprendimiento y pobreza: sin
bolsa, sin alforja, sin bastón, sin sandalias, pero con la fuerza de
anunciar que el Reino de los Cielos está
cerca, y por tanto, curad enfermos,
resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios.. Dad gratis lo que habéis
recibido gratis, y llevad la paz adonde os reciban. Y si no es reciben,
conservad la paz. Queda patente, por delante de todo, el Reino de Dios. El
apóstol se hace a un lado y deja todo el protagonismo a los efectos liberadores
de ese Reino.
En la lectura continua, al repaso que
Jesús está haciendo sobre los preceptos del Decálogo, hoy le toca al 2ª
mandamiento: No jurarás y no tomarás el
nombre de Dios en vano. (Mt 5, 33-37). “No jurarás” es en definitiva una
defensa de la dignidad del propio ser humano, porque en la medida que una
persona es veraz, no necesita apoyarse en el juramento. El recurso a jurar es
un deterioro de la verdad de la persona, que no puede ser creída por sí misma y
acaba recurriendo a otra autoridad. Más normal es el juramento “por Dios”. Y la
verdad es que Dios está para cosas mucho más importante que para avalar
situaciones humanas. Quién me ha
constituido juez entre vosotros respondió Jesús a dos hermanos que
discutían entre sí sobre una herencia. Con la misma razón Dios puede preguntarnos
qué tiene él que ver con esos temas, tantas veces nimios, por los que disputan
algunos y quieren solventarlos con un juramento que pone a Dios por testigo.
No digamos cuando se trata de
situaciones falsas, en que ya el juramento por Dios llega a entrar en el tema
de blasfemia, porque se acude a Dios como testigo de una “verdad” que es
mentira. No juréis en absoluto. Y
ahora añade: ni por el cielo (que es el
trono de Dios), ni por la tierra (que es estrado de sus pies), ni por Jerusalén
(que es la ciudad del gran Rey), ni por tu cabeza (porque no puedes volver
blanco o negro un solo cabello). ¿Qué quiere decir que no se jure? No hay
una razón para jurar, porque basta el SÍ
o el NO. Y dice Jesús: todo lo que se
pasa de ahí viene del Maligno. Y se puede añadir: viene de la falsía de la
persona, que no es de fiar por sus palabras y por su peso personal.
No entramos en los actos de juramento
obligado en un nivel de autoridad oficial: jurar decir la verdad en un juicio,
jurar la Constitución, jurar Bandera. Aunque ahí hay que seguir teniendo en
cuenta que jurar en falso es un
perjurio, una ofensa directa contra Dios, una ofensa a la verdad.
Se puede objetar que muchos
“juramentos” están devaluados como tales porque no son juramentos en sí: jurar
por mi salud, jurar por mi hijo, porque no ponen a Dios por testigo. Pero Jesús
ha dicho que no juréis en absoluto: ni por tu cabeza, ni por la
tierra… Sencillamente, es eliminar del lenguaje el juramento.
La gente llama “juramentos” a ciertas
imprecaciones, palabras de mal gusto…, que son mucho más una falta de cultura y
educación que otra cosa.
En 1Reg 19, 19-21 Elías cumple el
mandato de Dios eligiendo a Eliseo por su sucesor como profeta de Israel. Hay
un gesto simbólico en ese hecho de echar Elías su manto sobre las espaldas de
Eliseo, que estaba arando. Eliseo comprende que aquella acción es una elección
profética y acepta la llamada. Solamente pide a Eliseo que le deje despedirse
de sus padres. Y luego vuelvo y te sigo.
Accede Elías: ¿quién te lo impide? Y
Eliseo regresa finalmente y hace su oblación plena quemando los arados y
sacrificando los bueyes para dar de comer al personal. Luego marchó tras Elías.
Es una elección en toda regla, “barrenando las naves de vuelta” y quedando
completamente a las órdenes del profeta.
El SALMO 15 viene a servir de coro para
afirmar que a cambio de lo personal (que se ha entregado del todo en las manos
de Dios), Dios es su herencia: El Señor
es el lote de mi heredad; mi suerte está en su mano. Hermosa oración de
donación completa, de abandono total en los brazos de Dios, en quien se
deposita toda la razón de ser de la persona.
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA (Continuación)
ResponderEliminarDÉCIMO MANDAMIENTO:"NO CODICIARÁS LOS BIENES AJENOS"
"Ni siquiera Dios podría hacer algo por quien no le deja espacio en su vida. Hay que estar totalmente vacío para dejarle entrar, de modo que haga lo que quiera"(Beata Teresa de Calcuta").
¿POR QUÉ NOS EXIGE JESÚS LA POBREZA DE CORAZÓN?.-"El cual, siendo rico, por vosotros se hizo pobre para enriqueceros con su pobreza"(Cor 8,9).
También los jóvenes experimentan el vacío interior. Pero sentirse así de pobre no es sólo negativo. Sólo necesitamos buscar con todo el corazón a quíe puede llenar nuestro vacío y convertir nuestra pobreza en riqueza. Por eso dice Jesús:"Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos"(Mt 5,3).
¿QUÉ ES LO QUE EL HOMBRE DEBERÍA DESEAR MÁS ARDIENTEMENTE?.-El anhelo último y mayor del hombre sólo puede ser Dios. Contemplarle a él, nuestro Creador, Señor y Redentor, es la felicidad sin fín.
"El abismo infinito en el hombre sólo puede ser llenado por un objeto infinito e inmutable, es decir, por Dios mismo".