LITURGIA
San
Lucas, como ya vimos, devolvía a Nazaret a José, María y Jesús, en cuanto
cumplieron la Ley de presentación del Niño en el Templo a los 40 días del nacimiento.
San Mateo nos pone –sin embargo- un relato que debe suceder en Belén y que
impediría esa marcha a Nazaret: se trata de la venida de unos magos que vienen a adorar al niño, y que
lo adoran en “la casa en Belén”. Pero tal venida origina una necesidad
perentoria de huída a país extranjero, que ha durar algunos años. Según San
Mateo la Sagrada Familia no regresaría a Nazaret hasta bastante más tarde.
¿En
qué se basa Mateo para este cambio? La 2ª lectura de hoy viene a darnos la
clave: que también los gentiles son
coherederos, miembros del mismo cuerpo y partícipes de la promesa en
Jesucristo. Ahí va San Mateo, el evangelista que dirige su enseñanza al
pueblo judío, al que quiere mostrarle que no son los únicos, porque también
otros –gentiles- han sido llamados por Dios a gozar la Promesa de salvación que
nos llega en Cristo y Por Cristo.
Por
otra parte al pueblo judío hay que mostrarle a Jesús como la realización de la
plenitud de la Ley, que vino por Moisés. Moisés perseguido por el tirano,
huyendo para salvarse, y sacando finalmente de Egipto a su pueblo para
libertarlo. Pues esa mima trayectoria –dice Mateo- se ha realizado en Jesús:
perseguido por Herodes, se salva Jesús de la persecución mediante la huida a
Egipto. De Egipto regresará la Sagrada Familia con Jesús, el nuevo legislador y
libertador.
Los
magos vienen –dice la 1ª lectura- de
lejos, en camellos y dromedarios, y vienen siguiendo una estrella que han visto en el oriente. Es evidente que a los
magos paganos se les llame con una señal “pagana”, lo mismo que a los pastores
judíos se les anunciara con ángeles. A los magos,
a quienes la tradición da el atributo de “astrólogos” (porque ellos
distinguieron esa estrella de las demás estrellas), Dios les llama desde sus
conocimientos y profesión.
Lo que ya se sale de la lógica
es que unos extranjeros paganos identificaran tal estrella con la del “recién
nacido Rey de los judíos”, porque es mucho pensar que tuvieran noticia de tal
promesa, y que fuera la cosa tan fuerte que se pusieran en camino para venir a
adorarlo siguiendo a una estrella. Sin embargo es el relato que nos escribe San
Mateo. Y la fantasía los ha convertido en “reyes” para hacerlo todo mucho más
maravilloso
La liturgia no llama a este día
“día de los reyes magos” sino de LA EPIFANÍA, palabra que significa
“manifestación”, porque la Iglesia quiere hacer ver que la gran realidad de la
Navidad es algo que no se queda sólo para los creyentes sino que se abre
también a los increyentes, a los paganos, a los que no son del pueblo de Dios,
y que, Jesús ha nacido para todos y que la salvación de Cristo llega a todos.
En medio del relato hay una
serie de datos curiosos y llamativos: los magos vienen de lejos siguiendo una
misteriosa estrella que les conduce… Vienen a adorar al Niño. Los judíos no han
visto “esa luz grande que brilló” y no
acuden, están parados. Peor: Herodes no se mueve pero se conmueve y reacciona
ordenando muertes indiscriminadas de niños inocentes. Finalmente la curiosa
estrella reaparece y se convierte en guía tan precisa que viene a detenerse encima de la casa donde estaba el Niño.
No cabe duda que era una estrella muy especial. Y los magos adoraron al Niño y
le hicieron regalos.
Según las pérfidas intenciones
de Herodes, los magos deberían regresar por Jerusalén para informar a Herodes
del lugar exacto donde estaba el Niño, pero fueron advertidos en sueños por un oráculo que no fueran a
Herodes, y se volvieron a su patria por otro camino.
Hoy somos llamados nosotros a ir
a adorar al Niño. La epifanía es ahora para nosotros, de modo que la
manifestación de Jesús tenga una fuerza de atracción que nos lleve a buscar a
Jesús, aun en medio de incertidumbres y dificultades. Unas veces serán “ángeles”
(señales más del Cielo) y otras serán las brumas de un sueño o lo más extraño
(y aun discutible) de “una estrella”. Pero tras una forma u otra sigue Jesús
haciéndose presente en la vida de cada día, y lo necesario es que tengamos la
capacidad de fe que nos haga sobrepasar la duda, la dificultad…, incluso la
contrariedad, para acabar postrándonos ante Jesús en adoración y ofrecimiento.
El encuentro con Jesús
Eucaristía es siempre más fácil de captar y de adorar. Pero Jesús no se
presenta siempre tan fácilmente. El arte cristiano de la fe es descubrir que
Jesús también está presente en situaciones difíciles de entender y de adaptarse
a ellas. Pero no deja de ser Jesús. Y ese “arte”, que es gracia de Dios, acaba
mostrando que Jesús está “en aquella casa” y que el “Rey de los judíos” es el
hijo de una familia pobre en una casa pobre de Belén.
LOS SACRAMENTALES. (Continuación)
ResponderEliminarProcesiones y devociones.-La "piedad popular" es uno de nuestro puntos fuertes, porque se trata de oraciones, y devociones muy arraigadas en el corazón de las personas. Incluso personas que están alejadas de la vida de la Iglesia y que no tienen una gran comprensión de la fe, se conmueven interiormente con estas oraciones. Sòlo hay que " iluminar" estos gestos, "purificar" esta tradición, para que se convierta en vida actual de la Iglesia.
La devoción de via crucis.-Es seguir contemplando y orando la catorce estaciones del camino de Jesús con la Cruz.Es una devoción popular muy antigua que se practica especialmente eñ los tiempos de Cuaresma y Semana Santa.
¿Què carácter tiene un entierro cristiano?:-Las exequias cristianas son un servicio de la comunidad a sus difuntos. Acogen el duelo de los parientes del difunto, pero son portadoras siempre de las señales de la Pascua. Al fin y al cabo morimos en Cristo para celabrar con Èl la fiesta de la Resurrección.
Continuarà
Aquellos magos eran unos hombres paganos que buscaban a Dios,inspirados y empujados por su fe, corrían detrás de la Verdad...Venían de muy lejos, habían dejado sus comodidades, lo habian arriesgado todo para encontrar a Dios; sabían que cuando lo encontraran iban a experimentar una alegría indecible que les cambiaría la vida...
ResponderEliminarNosotros también buscamos a Jesús, como los magos.También a nosotros, como a Pablo, se nos ha confiado una misión: la de comunicar a todos el misterio del desígnio divino. Es la voluntad de Dios que todos los pueblos formemos un solo cuerpo: no tenemos ningún derecho a excluir ni a poner barreras; el Mesías ha sido enviado para todos.
En este Niño pequeñito se manifiesta la gloria del Amor infinito de Dios. Él irradia una potente Luz desde los cuatro extremos de la tierra a fin de atraer a todas sus criaturas hacia Sí. Él quiere acoger todas las diferencias y revelar las riquezas que contienen. Sabemos que os espera una alegría inmensa...Para conseguirla vale la pena arriesgarlo todo y, entre tanto, nos desprendemos de todo lo que tenemos: el oro de las riquezas, el incienso de los ideales y la mirra de las enfermedades y de los sufrimientos.