MES del
CORAZÓN de JESÚS
VOSOTROS
SERÉIS MIS TESTIGOS
Jesus
se iba ya de este mundo. Pero no quería irse sin –a la vez- quedarse. Inventó
varias formas de hacerlo. Una, sublime y grandiosa, como la Eucaristía, en la
que queda realmente presente en medio de nosotros, todos los días hasta el fin
del mundo. OTRA fue mucho más sencilla o
humilde… Fue la de quedarse en cada hombre o mujer fiel que le quisiera
seguir. Y como una síntesis de testamento, Jesús dijo a sus muchos
discípulos: Vosotros sois mis testigos.
Hay
término esencial que aclarar: el “testigo” evangélico no es el que vio algo y
lo cuenta tal como lo vio…, así como los testigos que van ante un juez o
asisten a una boda, cuyo papel es solamente testificar que aquello fue “así”. El TESTIGO evangélico es el que se convierte
en aquello mismo que testifica. Y como lo que Jesús dice a los suyos es: vosotros sois mis testigos, el encargo
que les está haciendo es impensable: vosotros
sois presencia mía ante los demás.
Aplicando aquello que veíamos el 2º día: vosotros sois Yo-mismo que paso por el mundo haciendo el bien. Ese “mundo” es para cada uno “su mundo”, en
el que se desenvuelve, el que puede abarcar, ante el que desarrolla su vida, o donde es visto, aunque él no se dé cuenta
que lo están mirando. “Vosotros sois mis testigos” es esa entrega que hace
Jesús “de sus trastos” (hablando en lenguaje taurino) para dar “la alternativa”
y constituir al discípulo novel en “maestro”.
Me quedo
corto; ¡es mucho más! Lo que Jesús hace
es transfundir su propia realidad para
que esa personalidad –que es la suya- pase a su TESTIGO y lo transforme. Es aquello que antes se empleaba mucho en las
estampas de la Virgen: que quien me mire, te vea. Nos vamos acercando a lo que es SER TESTIGO
DE JESÚS. De lo que se trata es de esa
metamorfosis por la que de mi pobre y casi repugnante larva, surja la belleza
ágil de la mariposa de colores… Se trata
de que –como en una película- el rostro de una persona se vaya cambiando en las
facciones de la otra… Se trata –y sigo con una expresión cinematográfica- que
yo sea “el doble” de Jesús… Que hay
un momento en la historia en que Jesús se va al Cielo, pero tiene que continuar
la película con el mismo protagonista.
Y como Él se ha marchado, yo soy el
“doble”…, ese que el espectador no llega a advertir que no es el Cristo
histórico en persona, porque yo, SU TESTIGO, hago “su doble” con tal
perfección, tan identificado con Él, que el Personaje sigue allí tan vivo como
cuando estaba Jesús en Persona.
LITURGIA
2Co.11,18.21-30: Pablo está muy disgustado con
aquellos “superapóstoles” que han desviado la atención de los fieles de
Corinto. Son tantos que presumen de
títulos humanos… Ese era el problema: que los corintios se habían
deslumbrado con las apariencias de aquellos. Por eso, muy a su pesar, pero
contrarrestando aquellos “títulos humanos”, él va a presumir de los suyos, que
también los tiene, y amplios y sonoros. Toda la lectura de hoy es una
descripción de “méritos” de Pablo, a ver si aquella comunidad sabe calibrar los
verdaderos valores. Lo que aquellos intrusos puedan presumir, más yo, dice contundentemente. Para
acabar con una afirmación humilde que echa abajo todas las presunciones
anteriores: Si hay que presumir,
presumiré de lo que muestra mi debilidad.
El evangelio (Mt.6,19-23) vendría a encajar mucho con ese
planteamiento que ha quedado en la lectura anterior. Jesús enseña a no amontonar tesoros en la tierra…, ni
méritos humanos… En la tierra la polilla y la carcoma roen…, y los ladrones
abren boquetes y roban. Los valores de la tierra son efímeros, se pierden,
carecen de densidad. Por eso, a la hora de atesorar, amontonad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que los
roan, ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque donde está tu tesoro, está tu corazón. Los valores del
espíritu son los que permanecen, y además son los que se viven en el corazón.
La cara es el espejo
del alma, dice el dicho popular. Jesús lo expresa a su forma: La lámpara del cuerpo es tu ojo, tu
manera de ver las cosas, tus modos de enjuiciar. Por eso si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz. Si tu ojo está
enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Según se mira, así se tiene el
alma. ¿No es un signo de nuestro tiempo esa suspicacia con la que cada persona
ve con malos ojos lo que hace la otra? ¿No es eso lo que nos tiene
acostumbrados el mundo político, y en definitiva la constante protesta de la
sociedad, por cualquier “reivindicación”? Se ha creado una piel tan fina, que
ya no queda mucho margen para ver las cosas sin malicia. Razón llevaba Jesús al
decir: Y si la única luz que tienes
está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!
No puedo estar más de acuerdo con la reflexión. Es más, como no creo en la casualidad, justo ayer le decía a mi mujer algo que a lo mejor va a picar si lo cuento aquí, pero allá voy, no es mi intención ofender a nadie sino marcar una REALIDAD. Ciertamente es una visión exagerada la mía, pero no carente de VERDAD en mi percepción.
ResponderEliminarDecía esto: "Llevo años buscando a cristianos y no los veo". Lo decía francamente enfadado y molesto tras vivir una situación (otra más), a través de internet. Es posible que aquella persona con la que me sentí molesto (párroco en una parroquia para más señas,pero podría haber sido un seglar, da igual), tenga virtudes y haga obras buenas, pero el caso es que yo en mi conversación NO LE VÍ. Es decir, no vi en ningún sitio al TESTIGO DE JESÚS. Además, su modo de hablar en otras situaciones en la red, hace que parezca muy gracioso y saca las sonrisas de sus amigos, pero no me parece apropiado que un sacerdote o un seglar diga expresiones como "eso es una caca" o "me importa un mojon". ¿Me van comprendiendo? A mi mismo me trató de una forma que de no haber sabido yo previamente que era sacerdote, hubiera pensado que era alguien más del mundo. No hay diferencia porque a CRISTO NO SE LE VE. A lo mejor les gusta mucho a algunos, pero a mi no me parece ese un ejemplo. En eso no.
¿Y que sentido tiene reflexionar y "revelar" aquí todo esto? Pues, aspiro a que mi reflexión pueda ser compartida con otros cristianos, y si es que creen que hay VERDAD en lo que digo, pues ayudar así a nuestra Iglesia que está muy maltrecha.
Predicar el Evangelio y la Doctrina de la Iglesia es una cosa, y ser TESTIGO DE JESÚS otra. Si lo segundo no está adecuado a lo primero, malos testigos seremos.
En cuanto a mi, efectivamente, también creo que debo mejorar en ese testimonio VERDADERO, pero tengo la certeza que estoy en ello y con eso me basta.
TRANQUILIZAR A LOS LECTORES DEL BLOG QUE PUEDAN ESTAR PREOCUPADOS POR EL PADRE CANTERO. ESTÁ BIEN, PERO NO PODRÁ ACUDIR A LA CITA DEL BLOG ESTE FIN DE SEMANA SEGURAMENTE.
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