TERRENO
SAGRADO
Este 2º capítulo de la carta
a los fieles de Filipos me ha dado siempre la sensación de entrar en terreno sagrado. Pablo se desborda…,
deja su razonamiento al corazón, que es el punto en que las razones se hacen
sentimiento del alma, y ya no se piensa con la cabeza sino con el corazón, con
las entrañas mismas de la persona. Pablo está preso y desde su cárcel echa el
alma en sus fieles filipenses, que también corresponden con una generosidad y
cordialidad ejemplares. Y Pablo les habla de esta manera:
Si queréis darme el
consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor…, si nos une el mismo Espíritu
y tenéis entrañas compasivas…, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes, con mutuo amor y un mismo sentir.
Esa introducción del capítulo es una joya. Una joya para
poder pensar uno mismo en los demás y para sentir uno en su propio corazón.
Sentir el amor desbordado hacia ellos y sentirse con el corazón muy blando
dentro de uno mismo.
Y aplicando a realidades de la vida ese principio que les
ha señalado, continúa: No obréis por
envidia ni por ostentación; dejaos guiar por la humildad y considerad siempre
superiores a los demás. Otra vez ha tocado Pablo las fibras más profundas.
Y no habla de teorías. Sabe Pablo que dentro de la comunidad caben rivalidades,
recelos, ostentación, protagonismos, falsos liderazgos, solapadas soberbias que
se revisten de servicio y bondad. Y les previene. No es que existan, pero
pueden existir. Y la norma de acción ante todo eso es el profundo ejercicio de considerar
siempre superiores a los demás. Y eso no como puro pensamiento, no
como falsa imagen de uno mismo, sino cuando tal actitud se vive desde lo más
profundo: desde el sentir unánime
(=una sola alma) y concorde (=corazón bien afinado).
Concluye: No os encerréis en vuestro
intereses, sino buscad el interés de los
demás. ¿No es toro esto un terreno
sagrado, un punto para detenerse, orar muy a fondo, examinar con extrema
sinceridad, ponernos ante los ojos un espejo en el que mirarnos para descubrir
tanto lo positivo como lo negativo que encierra nuestro interior?
El corto evangelio de Lucas (14, 12-14) no va muy diferente…
Porque incide en ese saberse mantener en segunda fila; en hacer el bien sin
mirarse a sí mismo y sin pretender la contrapartida. Al revés: invita a pobres, lisiados, cojos y ciegos…;
dichoso tú porque no pueden pagarte. Te pagarán cuando resuciten los justos.
Volvemos, pues, a considerar a los demás más que a uno mismo…; a buscar el
interés de los demás… Volvemos al buen ánimo y corazón afinado… Estamos jugando
la partida en ese terreno sagrado y acotado… Y digo acotado porque no admite “salirse
de banda” y jugar por fuera de la línea señalada.
Los fieles de Filipos debieron considerar aquellas
recomendaciones un tesoro –casi testamento- de Pablo. La Iglesia debe sentirlo
como un principio de acción. Nosotros –iglesia concreta persona, local,
comunitaria (cada cual en su ámbito y grupo)- necesitamos apropiarnos cada
palabra de esta enciclopedia de pocos renglones pero de interminable contenido,
porque ahí está –en palabras cercanas-la quintaesencia de nuestra realidad de
fe cristiana. Y porque todo esto va a tener (en la lectura de mañana) la
rúbrica más sublime que puede aportarse.
La Palabra de Dios no cesa de recordarnos la importancia de la unidad entre los creyentes. El Apóstol Pablo lo indicaba así a los creyentes de Filipos. Es un ruego dramático. Es como si diríamos: "Vamos eh, por favor, os lo estoy pidiendo por favor, meteos esto en la cabeza eh?
ResponderEliminar"Colmad mi alegría". Si estoy contento de que hayáis creído, estoy contento de que en ciertos momentos actuéis como verdaderos cristianos, estoy contento...pero...me falta algo...os falta algo.
"Sed todos del mismo sentir, con un mismo amor, un mismo espíritu, unos mismos sentimientos"
Pero, vamos a ver querido Pablo: ¿Cómo vamos a ser todos iguales si cada uno es como es y es diferente?
¿Y quien niega eso?
Pero estáis llamados a seguir a Jesús. Eso significa llegar a configurarse en otro Jesús en esta tierra. Por eso, si hay espíritus, que sea el Espíritu Santo. Si hay sentimientos que sea el de Cristo.
Quisiera aprovechar la oportunidad que me brindan los comentarios, para saludar al Padre Cantero con el afecto que sabe que le tengo y felicitarle por su esfuerzo de entrega y generosidad para con todos. Pero no me quedo ahí, quiero felicitar muy sinceramente a todos y cada uno de sus lectores, a los más fieles por su constancia, y a los esporádicos por pararse aquí. Y no quiero dejar de aprovechar esta oportunidad para dar las gracias a todos y cada una de aquellas personas que escriben comentarios. Los conocidos y los desconocidos. Todos aportáis positivamente, enriqueceis este blog y a sus lectores, especialmente al menor de todos los que aquí escriben y que tiene todavía mucho que aprender, si Dios se lo concede y se lo permite. Desde el fondo de mi corazón. Gracias.
ResponderEliminarEn relación al anónimo que refiere a la evitación de las acusaciones y críticas , quisiera comentar que aún existen personas VERACES ,aunque las menos , de mirada limpia y corazón puro, que no juzgan sino
ResponderEliminarque Aman y lo demuestran consagrando su tiempo y vida a los demás , que es como decir a Cristo.
Imitemos a éstos , y dejemos de ver la paja en el ojo ajeno y concentrémonos en la tarea de extraer la viga de nuestro ojo ,para ver con claridad ,y así no incurrir en falsos jucios sobre la bondad de los demás , y
no desvirtuar o malinterpretar la realidad buena de las personas o situaciones .No tergiversemos, aseverando SITUACIONES que NO EXISTEN en realidad y que son producto de la IMAGINACION. La
realidad tiene su propio peso .
Has dado en el clavo.Yo me lo guiso , yo me lo como..
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