La “REFORMA”
A los que ya tienen hecha su elección definitiva y no
mudable –por ejemplo en una vida de matrimonio, o en una vida consagrada- no se
les propone “elegir” sino REFORMAR, porque la elección está hecha pero las
realidades diarias no responden con plena coherencia a esa elección. Lo que
tienen que hacer es ENMENDAR. Y para ello enfrentar muy abiertamente su vida
con un deseo de alabanza de Dios y salvación (=salud llena de su vida).
Para venir a eso deberán seguir los pasos de la elección,
rumiando mucho para ver lo que debe mejorarse, no buscando otra cosa que la
alabanza de Dios. Porque piense cada uno cuánto más aprovechará en todas las cosas
espirituales, cuanto salga de su amor propio, su querer propio y su interés
propio. Expresión de mucho calado porque plantea de frente el gran
enemigo que hay en el amor propio y en vivir la vida buscando sacar adelante el
propio querer y el interés personal. Son los enemigos sutiles de toda buena
voluntad, y enseñan esa especie de tules de la vida que no llegan a parecer
importantes…, que casi no se ven…, pero que de hecho están impidiendo dar el
paso que hay que dar. El conjunto de esas rémoras sutiles por las que pasan los
años sin que el sujeto dé esos pasos necesarios para ser verdaderamente libre.
Y por el temor a ser desgraciado, permanece siempre miserable. Y no estoy
hablando de mala vida sino de la vida mala de quienes arrastran su limitación y
defecto sin abordarlo nunca.
De ahí que proponga yo la RE-ELECCIÓN porque en los casos
de elección ya tomada…, de género de vida ya definido, no hay por qué plantear
una elección como tal. Puede quedar corta una Reforma porque se arrastran
demasiadas corruptelas. Hay que afrontar una Re-elección: un decir: Si yo naciera de nuevo no podría elegir una
vida tan pobre de respuesta como la que estoy viviendo. Es el caso –más de
una vez- del que se arrepiente de haber abrazado un modo de vida, que si
naciera de nuevo no lo abrazaría.
Pues queda una de dos: o una elección que planteara el
abandono (cuando se puede plantear: vida consagrada), o un volver a empezar con muy distinta actitud: caso del matrimonio. Plantearse
profundamente las actitudes del amor propio, de las ideas propias, de los
enfoques propios…, que son las causas del mal funcionamiento de la convivencia.
Y cuando no se está en ninguno de esos casos ya definidos
sino que son personas que andan por los ribetes que pretenden una forma de
perfección, también debe plantearse
si merece la pena andar orillando la verdadera actitud de servicio de Dios, o
si debe RE-ELEGIR lo que fue su sueño de otros tiempos: señalarse en el buen
servicio de Dios y su proyección con el prójimo. Eso lleva consigo una honda
REFORMA de su vida, volviendo al Principio y Fundamento. Porque sería absurdo
aspirar a más si aquellas bases esenciales se han quedado cojas.
A un ejercitante que se ha encontrado ante Cristo
Crucificado, o ante la llamada de Jesús, y su bandera, y que ha visto que la
vida cristiana es cuestión de amor personal a Jesucristo…, no le puede quedar
ese absurdo en su vida. Necesita una decisión nueva para volver al amor primero
y reformar o re-elegir. Evidentemente
esto está pidiendo una vida interior capaz de interiorizar para entrar en los
recodos y pliegues de su alma, ahí donde pueden anidar muchos engaños y sutiles
escondrijos en que se refugia el YO para sacar siempre la cresta adelante.
Liturgia
ResponderEliminarEx 40, 14-19, 32-36 presenta dos momentos: uno es la construcción del Arca, en la que se deposita el “Documento de la Alianza”, las Tablas de la Ley, cubriendo el Arca con la Cortina que separase ese ámbito sagrado. Entonces la nube de humo, que manifestaba la presencia de Dios –la gloria del Señor-, cubrió el santuario.
La marcha del pueblo por el desierto está dividida en etapas que quedaban marcadas precisamente por esos tiempos en que la nube cubría el Santuario, pues entonces todo se detenía porque Dios se había hecho presente a la vista de todo el pueblo de Israel.
El evangelio (Mt 13, 47-53) expresa esa realidad del Reino que llama a todos pero a la hora de la verdad unos son aptos y otros no. Los peces buenos son recogidos; los malos son devueltos al mar. También nos vale como discernimiento de nuestros actos: en la vida vivimos en medio de muchas cosas. Pero hemos de saber distinguir y discernir. Lo bueno, acogerlo. Lo malo, dejarlo, rechazarlo.
¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los Ejércitos!
ResponderEliminarHoy el Señor nos avisa: es un llamamiento a la conversión. Debemos apreciar la diferencia entre lo que es bueno y lo que es malo y elegir siempre lo bueno, lo que agrada a Dios. Cuando optamos por ser buenas personas, por Dios, por el bien de todos y la caridad, Dios está satisfecho; porque , dentro de nuestras limitaciones, tratamos de usar correctamente nuestra libertad y Dios nos da la oportunidad de caer en su red y ser alimento de vida para los demás. Él valora nuestras buenas obras y nos invita a su Reino que comienza ya en la tierra, y se potencia en el corazón del hombre y se disfruta ya por toda la eternidad. Ser santos y pertenecer al grupo de los justos debe ser nuestro objetivo. Si escuchamos la Palabra y seguimos las pautas del Evangelio, se despertará en nosotros la necesidad de servir, amar y alabar al Señor...si no somos unos impíos, no experimentaremos los llantos y el crujir de dientes de los condenados.
Desde el momento de la Encarnación podemos decir que Dios está con nosotros,con una presencia con una presencia personal ,real, y de una manera que es exclusiva de Jesucristo´.
ResponderEliminarJesús está presente en nuestros Sagrarios con independencia de que muchos o pocos se beneficien de su presencia inefable.Desde allí ,Él nos invita a que nos acerquemos,a buscar fuerzas, a decirle lo mucho que le echamos de menos,lo mucho que le necesitamos.
Junto al Sagrario aprendemos a amar;allí encontramos las fuerzas necesarias para ser fieles,el consuelo en los momentos de dolor.Él nos espera siempre y se alegra cuando nos acercamos,aunque sea por un tiempo corto.Desde el Sagrario Jesús nos conforta con el calor de su comprensión y amor.Junto al Sagrario cobran diariamente su más plena actualidad aquellas palabras del Señor: "Venid a Mí todos los que andáis cansados y agobiados,que YO os aliviaré.