Repetición antes de continuar
A la contemplación de “Dos banderas” Ignacio le da 4 horas
de oración: hay que clarificar mucho los criterios que nos mueven: Jesús pone
la pobreza, la sencillez y la humildad; Lucifer la codicia, la vanagloria, la
soberbia. Cada una de estas cosas hay que saberlas aplicar a realidades que le
rodean a cada persona, de una u otra forma. Y para rematar el día, los “3
binarios” o tipos de personas.
Así resulta que esta noche me ha martilleado –en mis
sueños- la necesidad de volver sobre estos temas. De una parte la insistencia
de Ignacio y la importancia que les da a esas dos paradas, importancia que se
manifiesta en acabar cada Ejercicio con los tres Coloquios, instrumento capital
de Ignacio ante situaciones límite. Y me ha martilleado porque después de lo
hablado o leído a propósito de estas reflexiones del blog, compruebo en cabeza
ajena la facilidad para escurrirse de los planteamientos…, la facilidad para
engañarse…, la tendencia a la comodidad de no hacer frente a situaciones reales
de la vida.
El tema de “Dos Banderas” es sencillamente acoger o no
acoger la doctrina del Evangelio y las actitudes del Evangelio. Es un “conmigo
o contra mí”. Es un discernimiento para no dejarse coger por las redes y cadenas del enemigo de la naturaleza
humana. No es un ejercicio de meditación: es una clarificación de qué criterio
seguir en la vida diaria.
El tema de “3 binarios” no decide nada ni obliga a decidir
nada en este momento. Pero sí a tomarnos el pulso de cómo estamos a la hora de
la verdad en esa acogida de los criterios evangélicos. Y lo que se nos pone
delante no es si una cosa es buena o mala (que a estas alturas no es
planteable) sino qué afecto o apego (o despego) tenemos respecto de cosas
indiferentes en sí pero que no las hemos tomado por puro amor de Dios. O sea:
decidimos algo por mero deseo o decisión humana. Y ahora, queriendo estar
totalmente de cara a Dios (sin engaños), me planteo el apego que tengo a
aquello. [Pueden ser “cosas” y pueden ser “afectos” o desafectos. Sencillamente
cualquier realidad personal que no es de puro servicio y alabanza de Dios].
Y en la capacidad de escurrir el hombro cabe perfectamente
meter la cabeza bajo el ala y no querer plantearse nada. Así vivirá en su
engaño y así morirá. Caso del “primer binario”. [Enfermo que no quiere
operarse, única solución para su caso. Sabe que no da solución, pero…].
Peor, mucho más peligroso y menos honrado aún el que se da
todas las razones para quedarse en lo que está y como está. ¿Por qué no lo va a querer Dios?, ¿qué malo
tiene esto?, no le hace daño a nadie… Lo peor de este caso es que no busca
a Dios ni el servicio de Dios; busca que Dios venga a estar de acuerdo con él.
Y él se queda como estaba y “convencido”. Es la peor decisión que puede
tenerse. ¡Y la que más fácilmente se da en almas espirituales! [Enfermo que
está dispuesto a todos los potingues posibles, a ir a balnearios, a hacerse
pruebas…, pero no quiere ver que tiene que operarse; y se da todas las razones
para no operarse y seguir con sus potingues].
San Ignacio desemboca en la actitud seria de quien quiere
seriamente, y así todo aquello que le ata afectivamente, lo deja, lo renuncia.
Y luego estudia si lo asume por puro amor de Dios. Pero que él quiere, pide y suplica que –mientras no
esté en el fiel de la balanza- Dios le elija en pobreza, para vencer todo apego
desordenado.
Solemnidad de SANTIAGO
ResponderEliminarLa 1ª lectura de hoy desemboca en el martirio de Santiago, el primer apóstol que da su vida por el evangelio.
La 2ª lectura muestra la trayectoria del apóstol: sus padecimientos por razón de su fidelidad a la verdad y a la fe. “Para que la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal”.
El evangelio tiene dos planteamientos muy diversos: el de Santiago y Juan –conducidos por su madre- y el de Santiago y Juan cuando Jesús les lleva a cambiar el chip, y en vez de las honras humanas que ellos pretendían, les pone delante “el cáliz que yo he de beber”. ¿PODÉIS? Y Santiago se lanza al vacío, fiado en que es “el cáliz que va a beber Jesús”, y acaba en un rotundo: PODEMOS. Muy lejos de honores y puestos de mando, Santiago ha optado con seguir a Jesús dondequiera que sea.
Para nosotros, los españoles, Santiago es el apóstol que visitó España, que –según la tradición- vino a recibir una visita de la Virgen, en Zaragoza, y cuyo sepulcro está en Galicia. Apóstol PATRONO de una nación que hoy día necesita mucho más de su patronazgo, mientras fuerzas de otro signo pretenden fraccionarla o descristianizarla.
Una oración muy especial hemos de elevar hoy a Santiago, no sólo desde el planteamiento espiritual sino también como españoles.
ORACIÓN :Dios todopoderoso y eterno,que consagraste los primeros trabajos de los Apóstoles con la sangre de Santiago,haz que por su martirio,sea fortalecida tu Iglesia y , por su patrocinio,España se mantenga fiel a Cristo hasta el fin de los tiempos
ResponderEliminarPor más que algunos políticos impresentables estén luchando contra la tradición y contra la Unidad de España, nada pueden hacer para acallar la Historia que cada día grita con más fuerza porque está colmada de Fe, devoción y está plagada de recuerdos...Aquí tenemos a Santiago cabalgando en compañía de San Millán de la Cogolla defendiendo a los cristianos...Al grito de "Santiago y cierra España"los valientes Castellanos, llenos de Fe, patriotismo y coraje, iban avanzando y quitándole terreno al moro que trataba de quitarles la fe y la dignidad y los cargaba de impuestos y vejaciones.; como ahora, Santiago; España te necesita: Santiago, Patrón de España: como entonces:¡ SANTIAGO Y CIERRA ESPAÑA!.¡Ven de nuevo sobre España y defiéndela de las insidias del Demonio que lucha por instalarse aquí. Jesús, Príncipe de la Paz, no se lo permitas,AMÉN.
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