14 de diciembre de 2014 (Zenit.org) - El santo padre Francisco rezó
este domingo de diciembre la oración del ángelus desde la ventana de su estudio
en el Palacio Apostólico, que da hacia la plaza de San Pedro, en donde una
multitud de varios miles de fieles y peregrinos le aguardaba.
En este III domingo de Adviento se encontraban también en la
Plaza, cientos de niños de los 'Centros Oratorios Romanos' para la bendición
que en esta fecha el Papa hace de las imágenes del Niño Jesús que irán en los
pesebres de sus casas, escuelas, o parroquias.
El Santo Padre además, hizo llegar como regalo a los fieles y
peregrinos allí reunidos, de un librito de oraciones, preparado por la
Limosnería Apostólica y publicado por la Librería Editora Vaticana. Durante sus
palabras de detuvo varias veces para comentar un cartel que un grupo de fieles
llevava: 'Con Jesús la alegría es de casa',
«Queridos hermanos y hermanas, queridos niños y jóvenes, buenos
días.
Desde hace dos semanas el Tiempo de Adviento nos ha invitado a la
vigilancia espiritual para preparar el camino al Señor, del Señor que viene. En
este tercer domingo la liturgia nos propone otra actitud interior para vivir la
espera del Señor, o sea la alegría. La alegría de Jesús, como dice ese cartel,
la alegría de Jesús es de casa. O sea que nos propone la alegría del Jesús.
El corazón del hombre desea la alegría, todos nosotros aspiramos a
la alegría,Cada familia, cada pueblo aspira a la felicidad. ¿Pero cuál es la
alegría que el cristiano está llamado a vivir y testimoniar? Es la que viene de
la cercanía de Dios, de su presencia en nuestra vida. Desde que Jesús entró en
la historia, con su nacimiento en Belén, la humanidad ha recibido el germen del
Reino de Dios, como un terreno que recibe la semilla, promesa de la futura
cosecha. ¡No necesitamos buscar en otras partes! Jesús vino a traer la alegría
a todos y para siempre.
No se trata de una alegría solamente esperada o desplazada al
paraíso, 'aquí en la tierra estamos tristes pero en el paraíso estaremos
alegres', no, no es esto. Pero una alegría ya real y que se puede sentir ahora,
porque el mismo Jesús es nuestra alegría, es nuestra casa,
Como decía ese cartel vusetro, 'Con Jesús la alegría está en
casa', repitamos esto, nuevamente: 'Con Jesús la alegría está en casa', y sin
Jesús hay alegría? ¡No! Jesús está vivo, es el resucitado, y opera en
nosotros, especialmente con al palabra y los sacramentos.
Todos nosotros bautizados, hijos de la Iglesia, estamos llamados a
acoger siempre nuevamente la presencia de Dios en medio de nosotros y a ayudar
a los otros a descubrirla, o a redescubrirla si la hubiéramos olvidado. Es una
misión bellísima, similar a la de Juan el Bautista: orientar la gente a Cristo
--no a nosotros mismos-- porque Él es la meta hacia la cual tiende el corazón
del hombre cuando busca la alegría y la felicidad.
Nuevamente san Pablo en la liturgia de hoy nos indica las
condiciones para ser “misioneros de la alegría”: rezar con perseverancia, dar
siempre gracias a Dios, seguir su Espíritu, buscar el bien y evitar el mal. Si
esto será nuestro estilo de vida, entonces la Buena Noticia podrá entrar en
tantas casas y ayudar a las personas y familias a descubrir que en Jesús está
la salvación. En Él es posible encontrar la paz interior y la fuerza para
enfrentar cada día las diversas situaciones de la vida, mismo las más pesadas y
difíciles.
Nunca se oyó de un tanto triste o de una santa con la cara
fúnebre, nunca se ha oído, sería un contrasentido.
El cristiano es una persona que tiene el corazón colmo de paz,
porque sabe poner su alegría en el Señor, incluso cuando atraviesa momentos
difíciles en la vida.
Tener fe no significa no tener momentos difíciles, pero tener la
fuerza de enfrentarlos sabiendo que no estamos solos. Y esta es la Paz que Dios
dona a sus hijos.
Con la mirada dirigida a la Navidad que está cerca, la Iglesia nos
invita a dar testimonio que Jesús no es un personaje del pasado: Él es la
palabra de Dios que hoy sigue iluminando el camino del hombre, sus gestos, los
sacramentos, son la manifestación de la ternura, de la consolación y del amor
del Padre hacia cada ser humano. La Virgen María 'causa de nuestra alegría' nos
vuelva siempre alegres en el Señor, que viene a liberarnos de tantas
esclavitudes interiores y exteriores».
El Papa reza la oración de el ángelus. Y a continuación dice las
siguientes palabras:
«Queridos hermanos y hermanas, me he olvidado comó esta frase,
veamos: 'Con Jesús la alegría es de casa'. Todos juntos:'Con Jesús la alegría
es de casa',
Saludo a los presentes, familias, grupos parroquiales y
asociaciones que han venido aquí desde Roma, de Italia y desde tantas partes
del mundo. En particular saludo a los peregrinos de Civitella Casanova,
Catania, Gela, Altamura, y a los jóvenes de Frosinone.
Al saludar a los fieles polacos, me uno espiritualmente a sus
compatriotas que hoy encienden la 'vela de Navidad', y reiteran el empeño de
solidaridad, especialmente en este Año de la Cáritas que se celebra en Polonia.
Ahora saludo con cariño a los niños, que han venido para la
bendición de los 'Niño Jesús', que organiza el Centro Oratorios Romanos.
Felicitaciones, han sido muy buenos, llenos de alegría aquí en la plaza,
felicitaciones. Y ahora lleven el nacimiento bendecido. Queridos niños, les
agradezco vuestra presencia, y les deseo una feliz Navidad. Cuando rezarán en
casa, delante del pesebre, les pido se acuerden también de mi, como yo me
acuerdo de ustedes.
La oración es la respiración del alma: es importante encontrar momentos
durante el día para abrir el corazón a Dios, también con simples y breves
oraciones del pueblo cristiano. Por esto he pensado de hacerles hoy un regalo,
a todos los que se encuentran aquí en la plaza, una sorpresa, un regalo. Un
pequeño librito de bolsillo que recoge algunas oraciones, para los diversos
momentos de la jornada y para las diversas situaciones de la vida. Es esto.
Algunos voluntarios lo distribuirán. Tomen uno cada uno y llévenlo siempre con
ustedes, como ayuda para vivir todo el día con Dios.
No olvidemos ese mensaje tan bello que han traido aquí con el
cartel: 'Con la alegría Jesús es de casa'. Y a todos ustedes les deseo un
cordialmente una 'buona domenica' y 'buon pranzo'. Y no se olviden, por favor,
de rezar por mi. ¡Arrivederci! ¡Y tanta alegría!
SIGUE San José a continuación, de HOY día 15
Yo no sabía lo que era el Carmelo, pero comprendí que Paulina iba a
ResponderEliminardejarme para entrar en un convento, comprendí que no me esperaría y que
iba a perder a mi segunda madre... ¿Cómo podré expresar la angustia de
mi corazón...? En un instante comprendí lo que era la vida. Hasta entonces
no me había parecido tan triste, pero entonces se me apareció en todo su
realismo, y vi que no era más que un puro sufrimiento y una continua
separación. Lloré lágrimas muy amargas, pues aún no comprendía la
alegría del sacrificio. Era débil, tan débil, que considero una gracia muy
grande el haber podido soportar una prueba como aquella, que parecía
muy superior a mis fuerzas...
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Fragmento de HISTORIA DE UN ALMA (Santa Teresa de Lisieux)
Es fundamental preparar en casa un buen ambiente para la Navidad. En los hogares cristianos,se empieza celebrando, como día especial,la fiesta de la Inmaculada; y, a partir de ese día, se montan los pesebres, se coloca el árbol y, en la calle nos encontramos con los primeros grupos zambomberos que nos recuerdan que en Belén ha nacido un Niño, al que hay que adorar. Es importante "acondicionar nuestro corazón más que de preparar nuestra casa".Se coge la Biblia, se busca el profeta Isaías y se va leyendo cada día un capítulo. Se monta el Belén, es conveniente que los niños ayuden para ir explicándoles el papel de dada figura. Se ensayan los primeros villancicos. Es muy bueno recordar si tenemos algún vecino que está solo, enfermo...y si debemos de prestarle algún tipo de ayuda, Hacer un presupuesto de los gastos de Navidad que nos permita hacer algo por los necesitados. Hacer partícipes a los niños de este proyecto; que ellos también puedan ofrecer su regalo a otros niños, más pobres...Visitar el Cotolengo o cualquier Hospital de Oncología. Y, como piedras vivas de la Iglesia, colaborar en nuestra Parroquia, de manera que vivamos con espíritu cristiano este tiempo de Adviento-Navidad.
ResponderEliminar¡Qué buena idea la del Papa Francisco de regalar un libro de Oraciones!