LA EXPECTACIÓN
DE ISRAEL
Israel vivía pendiente de la
llegada del Mesías, el salvador. La fe se polarizaba en esa expectación. Y el
paso del tiempo y las manifestaciones de los Profetas habían ido cerrando cada
vez más el círculo. Ya tenía que ser… El grito del pueblo era: ¡Ábranse los cielos y brote el salvador!
Era designado como rocío que se posa
sobre la hierba y la refresca y humedece. Era ya una necesidad para un pueblo
que llevaba tanto tiempo a la espera y que, ahora, para más desgracia suya, había
sido invadido por unos extranjeros incircuncisos. Tiene que venir el mesías que
libere al Pueblo de todas esas desgracias y le haga vivir una nueva era de
prosperidad.
Lo esperan como poder humano que establece un reino
político, un poder que azota a los enemigos de Dios (de ahí el “dibujo” que
hace San Juan en la expulsión de los mercaderes, con Jesús con el azote de
cordeles en la mano, o la madre de Santiago y Juan pidiendo los “puestos de
mando” cuando Jesús sea rey).
El anhelo ansioso de ese libertador se extiende de norte a
sur y de este a oeste, llegando a todos los rincones de la nación, incluso a
Samaria, la cismática (“cuando venga el
Mesías nos lo revelará todo”, dijo la samaritana).
Aparte de que cuando
venga el mesías no sabremos de dónde viene, también había cierta ilusión
oculta en muchas mujeres de que ellas podrían ser el vehículo para esa entrada
del hijo de David que iba a venir en
nombre del Señor.
Nazaret, como cualquier rincón palestino, vivía también esa
espera, pero como algo que vendría desde fuera; ¿qué eran ellos, perdidos en un
rincón de Galilea, para pensar en otra cosa? Los pobres de Yavhé vivían más en el abandono en Dios y la confianza
puesta en Él, que pensando en lo que para ellos hubieran sido fantasías. Desde
luego que Myriam estaba en ese grupo espiritualmente excelente, pero también
humilde como para no hacerse una vana ilusión de que el mesías fuera a venir a
Nazaret, de donde no puede salir nada
bueno.
Aquella familia, sin embargo, tenía otra idea del Mesías.
No lo reducían a un libertador guerrero o con connotaciones tan humanas que
fuera a tomar las armas contra los invasores. Y Myriam bebió en esa fuente más
certera de un enviado de Dios para levantar el espíritu de una nación que era Pueblo de Dios, a quien Dios había amado
siempre como Esposo y le había ido llevando por caminos muy diferentes. La Ley,
tan completa, y los Profetas, con sus llamadas al amor de esposa fiel hacia el Dios fiel, indicaban mucho más y más hermoso
que un mesías con fines humanos.
La oración de Myriam pidiendo el rocío del cielo y las nubes que lluevan al salvador, era muy
sentida. Desde su uso de razón había recibido ya una educación que le llevaba
al anhelo de esa vida nueva que Dios realizaría en la tierra. Un Mesías capaz
de unir al lobo con el cabrito, la pantera con la oveja, el buey con el león…;
capaz de hacer que el páramo se convirtiera en vergel…, y todas esas atrevidas
metáforas orientales que daban una imagen de algo sublime, inimaginable…, pero
hermosamente real. Y creció en su niñez y adolescencia con ese grito en su
alma, ese sueño que ella veía como una realidad cierta que iba a venir. Y oró.
Oró mucho. Fue desposada muy joven con un muchacho bueno, y María siguió orando
para que su hogar futuro fuera digno del Dios bueno al que tanto amaba y con
quien pasaba buenos ratos de su tiempo.
San Juan Damasceno, presbítero y doctor de la Iglesia, célebre por su santidad y por su doctrina, que luchó valerosamente de palabra y por escrito contra el emperador León Isáurico para defender el culto de las sagradas imágenes.
ResponderEliminarJuan Damasceno nació alrededor del año 690
Él y Teodoro el Estudita fueron los principales y más fuertes defensores del culto de las sagradas imágenes en la amarga época de la controversia iconoclasta.
Sus obras en defensa de los iconos habían sido conocidas y leídas dondequiera y le habían merecido el odio de los emperadores que los perseguían. Sus enemigos nunca lograron lastimarlo, porque nunca cruzó las fronteras para entrar al Imperio Romano.
Fue proclamado Doctor de la Iglesia en 1890.
Sobre las imágenes sagradas, dijo:
Lo que es un libro para los que saben leer, es una imagen para los que no leen. Lo que se enseña con palabras al oído, lo enseña una imagen a los ojos. Las imágenes son el catecismo de los que no leen.
En su obra, "El jardín de la Sagrada Escritura", escribe:
"Si leemos una vez y otra un pasaje, y no lo comprendemos, no
nos debemos desanimar, sino que hemos de insistir, reflexionar,
interrogar."
Sobre los ángeles, dice:
"Los ángeles son espíritus, y por lo tanto incorpóreos, inteligentes y libres, inmortales. No son inmutables, pudiendo modoficar su estado al ejercer su libertad: sin embargo, la elección que hacen es irrevocable, por razón de su naturaleza totalmente espiritual. Por lo cual, ángeles buenos y ángeles malos están para siempre fijos en la condición que deliberadamente escogieron. Perpetuamente en movimiento, no están en todas partes a la vez, cosa que es el exsclusivo privilegio de Dios, sino donde obran momentáneamente. Difieren entre sí según el grado de iluminación que reciben de Dios, y los más elevados iluminan a los de un rango inferior."
"No necesitan lengua, ni
oídos, pues se comunican las experiencias e ideas sin auxilio de
voz. Han sido creados por medio del Verbo y recibieron su
perfección a través del Espíritu Santo, para que cada uno reciba,
según su dignidad y orden, la gracia y la gloria."
"Los ángeles malos, cuyo número es incalculable, se volvieron tales, e irremediablemente, por su revuelta contra Dios. “Lo que es la muerte para los hombres, la caída lo es para los ángeles”. “Su castigo no es sino el fuego del deseo del mal, y la quemadura de un deseo jamás saciado”. Por su naturaleza pueden conjeturar y predecir el porvenir; pero son trapaceros y tratan de engañar. También pueden sugerir a los hombres el mal y el error; son ellos los primeros responsables de las herejías. Sin embargo, no pueden violentar nuestra voluntad"
Polemista tan esclarecido como vehemente, San Juan Damasceno ataca todos los errores de su tiempo.
Dijo también:
La Iglesia es una sociedad jerárquica. Si los fieles están sometidos a los pastores, herederos de los apóstoles, es porque éstos no son sino los intermediarios por los cuales Cristo, Pontífice Supremo, ejerce su sacerdocio y su autoridad (Carta a Cosmas).
Ardiente defensor del culto de los Santos, de sus reliquias y de sus imágenes, San Juan Damasceno funda esta veneración y la limita a la vez, explicando que lo que honramos en los Santos son en suma los dones de Dios que han hecho de ellos los hijos del Padre celestial, los amigos y los hermanos de Cristo, los templos del Espíritu Santo. Muy lejos consiguientemente, de usurparle algo a Dios, este culto le rinde un nuevo homenaje a su poder y a su bondad
Este blog fue creado como una ayuda al Apostolado de la Oración de Málaga. Es participativo. De momento la cabecera sigue intacta. Yo sabía que no se quedaría en Málaga, sino que como internet es así, abriría las fronteras, y es que mis pensamientos siempre han sido muy ambiciosos. Recuerdo en mis conversaciones con el director hablar de la poca participación en los inicios. Sigo con el ojo arrancado, y me va bien.
ResponderEliminarContinuará. ........
ResponderEliminarAfectísimo en Cristo:Yo soy "apóstola"del Apostolado de la Oración, asisto a una catequesis de adultos, semanal, que la imparte un Apóstol del Apostolado de la Oración, que va para santo y usted lo conoce: José Andrés Cabeci. Hemos trabajado la Encíclica del Papa Francisco,y nos habló sobre la Fe, como lo más importante del Curso. Él nos dijo que para conservar la Fe, hay que dedicarse a vivirla; y, en eso estoy, porque la Fe nos la regalan; pero, muy pocos la pueden vivir sin dedicarle un tiempo para cultivarla..Es un tema arduo el de la fe; pero José Andrés, con muy buen tino, ha elegido el Evangelio de San Juan, como programa de este curso; Creo que deberíamos de estudiarlo de rodillas desde el Prólogo: "Al principio era el Verbo.....y sin El no ha sido hecho nada..."
ResponderEliminarSeñor Madueño; yo colaboraré en el Boletín porque soy seguidora; el Padre Manuel Cantero me lo envía ; y me apetece colaborar. Hasta mañana ,si Dios quiere. Reciba usted un fraternal abrazo.MªJosé Bermúdez.
Por alusiones... Muchas gracias Mª José, pero te has pasado tres pueblos. Ya me gustaría "ir para santo". Simplemente intento transmitir lo que siento y vivo. Me gustaría ser como el "prudente" del evangelio de hoy, que edificó su casa sobre roca. Quisiera ser el hombre prudente que, con las ideas claras, sigue el camino del Evangelio y lo ratifica con sus palabras en las catequesis y con las obras en la vida diaria.
EliminarTodos estamos caminando hacia la santidad; somos una Iglesia santa y pecadora; pero Cristo se sacrificó por nosotros. Para santificarnos, nos consagró antes de enviarnos al mundo, ( leer Jeremías, 1); y, después nos limpió con el Bautismo del agua para que así podamos presentarnos delante de Él llenos de gloria, sin arruga: santos e irreprochables.
EliminarTu, vas por muy buen camino, no te desanimes y ayúdame a mí a santificarme ,
Un fraternal abrazo y que Dios te bendiga