El Apostol nos dice unas claves interesantes para vivir nuestra vida según Jesucristo, el dice 1 Pedro 1,13, y esas palabras acaban con una promesa que nos debe dar el ánimo necesario para vivir aquí abajo.
Como apuntaba ayer, y hoy profundizo, el creyente en Cristo se reconoce primero como pecador, pero una vez que ha sido acogido por Dios enfoca o debe enfocar su vida como dice en 1 Pedro 1,14, teniendo presente 1 Pedro, 1,15-16, que es y debe ser para un cristiano el objetivo de su vida cristiana. Es imposible e incompatible, y ciertamente algo irracional, afirmar la fe en Cristo, declararse uno cristiano, y no tener en cuenta este principio. O hacer como hacen algunos, según he podido constatar, y es, escudarse en el purgatorio para no poner toda la carne en el asador en esta vida y no vencer esas pequeñas batallas personales.
El purgatorio, que es dogma de fe, no es una excusa para relajar nuestras costumbres en nuestra vida cristiana. Es más, ya enseña la Iglesia, que si uno no se arrepiente verdaderamente de sus pecados, el riesgo de caer en cosas graves es mayor.
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