Amanece el día del Corpus que, aunque no sea ya aquel jueves, RELUCE MÁS QUE EL SOL. Buen símbolo, la CUSTODIA, como un SOL RELUCIENTE DE EUCARISTÍA.
Se me vienen varias consideraciones con la lecturas del día:
1ª.- Que Moisés da en la clave cuando advierte al Pueblo duro de mollera que sus penalidades se las busca ese Pueblo por su infidelidad a Dios. Si no está con Dios, ellos mismos se destruyen.
2º.- Que San Pablo pone énfasis en que EL PAN ES UNO, y UNO TENEMOS QUE SER los que comemos del mismo PAN... O.. -ésta es la gorda- que cuando hay "tuyo y mío", esto ya no es celebrar la Cena del Señor. [¿Hemos pensado la profundidad de esa frase..., la terrible profundidad de esa frase?]
3º.- Que para que la participación en el Cuerpo y Sangre de Cristo sea para quien lo come, PAN DE VIDA ETERNA, eso no es "para el último día" solamente, sino PARA HOY y dede hoy. Por consiguiente hay ya una EXIGENCIA para quien comulga, de hacerse "sacramento actual" de esa presencia de Cristo en cada grupo, en la relación con los otros grupos y personas, hacia los más necesitados... [que pueden ser necesitados que hoy sufren el paro, el hambre, la marginación...], que pueden ser los "otros marginados" por razones de otros diversos tipos; sexo, edad, etc., etc., etc. [¿Qué significará en mi caso ese "etcétera?]
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