viernes, 31 de julio de 2015

31 julio: Desarrollo de "2ª Semana" y Reglas de discernimiento

Los días siguientes…
          Al  6º día, la ida de Jesús al desierto (tentaciones de Jesús). 5 contemplaciones al modo consabido.
          Se sigue trabajando en las ELECCIONES, y siguen  rondando las maneras de humildad.
          Al 7º día, la llamada de los primeros discípulos, al 8º, Sermón del Monte y Bienaventuranzas. Al 9º, Jesús sobre el mar; al 10º Jesús predicaba en el Templo; al 11º, Lázaro, Al 12º, Entrada en Jerusalén, siempre haciendo 5 horas –ya dichas- de oración, con su correspondiente Examen de la Oración. [Yo remito a mi libro ya citado: “Traspasando la ventana”, donde se encontrarán esas y muchas más contemplaciones; ya advierte Ignacio que según vaya el proceso del ejercitante, se alarguen los días o se acorten en este punto de las Contemplaciones de la vida de Jesús].

          El discernimiento de espíritus
          Los ejercicios basculan sobre el descubrimiento de qué espíritus mueven al ejercitante, y los diversos  movimientos que se producen en él.  San Ignacio da dos tipos de REGLAS, unas para el está empezando a caminar por esa vía de purificar el alma (se les llama Reglas de la 1ª semana), y otras Reglas para quienes ya han entrado en buscar la voluntad de Dios en el seguimiento de Cristo. (Reglas de la 2º semana).
          REGLAS DE LA PRIMERA SEMANA
          Hay ejercitantes IDÓNEOS y NO IDÓNEOS. El “idóneo” quiere aprovechar y avanza. El “no idóneo” no manifiesta actitudes de avance. A éste no se le dan más ejercicios. Se le contenta con algo que le dé provecho y se le despide.
          Al idóneo, que va de bien en mejor subiendo, se le van siguiendo en sus movimientos de los espíritus.
          La Consolación es un movimiento del alma que se inflama en amor de Dios, y así no quiere ya nada que no sea por Dios. Derrama lágrimas de arrepentimiento o de emoción espiritual (por el dolor de los pecados, o por la Pasión de Cristo, o por cosas que van al puro amor de Dios). Consolación es todo aumento de esperanza, fe, caridad…, toda alegría interna que atrae a las cosas espirituales y a la salud el alma, que se siente gozosamente serena y en paz  con su Creador.
          Desolación es todo lo contrario: turbación del alma, inclinación a cosas bajas, inquietud, tentaciones, desconfianza, desesperanza, falta de amor, tibieza espiritual, tristeza, y como si ya no la quisiera Dios.
Lo que se piensa en la consolación es al revés de lo que se piensa en la consolación.
El que está desolado no tome resolución alguna ni cambie primeros propósitos. Permanezca en la actitud que tenía antes de la desolación. Porque en la consolación guía el mal espíritu.
          Y no se desanime. ¡Ya llegará la consolación! Trabaje por mantenerse en paciencia y espera, y piense que pronto será consolado.
          Las causas de la desolación son: o algo no se ha hecho bien (se ha procedido tibio y perezoso o negligente en la oración u otros ejercicios espirituales de este proceso), o Dios quiere probar la reciedumbre de esa alma y hasta dónde llega la actitud de servicio y alabanza; o para que tengamos clara conciencia de que el fervor y el consuelo espiritual no depende de nosotros.
          El enemigo se comporta empequeñeciéndose si se le hace cara, y agrandándose si el alma se acobarda.
          Procura que el ejercitante no comunique sus dificultades, porque el enemigo es más listo y así podrá engañarlo.
          Siempre nos atacará por el lado que tenemos más débil. Por tanto el ejercitante debe descubrirlo antes y poner por ahí su mayor empeño.
          EL QUE ESTÁ EN CONSOLACIÓN piense cómo actuará si llega la desolación, y tome fuerzas para entonces; procure humillarse pensando para qué poco vale él sin la gracia de la consolación.


          Estas Reglas son muy útiles también fuera de ejercicios.

jueves, 30 de julio de 2015

ZENIT 30 julio: Tuit del Papa

este martes el Santo Padre ha enviado un tuit que ha ocupado los titulares de medio mundo. “Queridos jóvenes, no tengan miedo del matrimonio: Cristo acompaña con su gracia a los esposos que permanecen unidos a Él”. Este es el mensaje que llegó a los más de 22 millones de seguidores de @pontifex.
Sobre el tuit del Papa, a solo tres meses del inicio del Sínodo de la Familia, el presidente del Pontificio Consejo para la Familia, el arzobispo Vincenzo Paglia, en una entrevista a Radio Vaticano ha indicado que “todos nosotros, en proximidad del Sínodo, sabemos cuántos problemas giran alrededor de este tema del matrimonio, de la familia. Pero el núcleo de fondo es exactamente este: lamentablemente muchos jóvenes tienen miedo de casarse, no porque ellos sean --por así decir-- peores que ayer, ¡absolutamente no!”
Monseñor Paglia explica que "existe una cultura que induce a tener miedo, que provoca este desconcierto ante las decisiones definitivas, por lo cual es fácil echarse atrás".
Por ello añade que “el papa Francisco repite a los jóvenes hoy: '¡No tengan miedo!' Es interesante ver que esta afirmación se repite en la Biblia 365 veces, una al día. Entonces, diría que esta insistencia cotidiana debe ser el coro que debe resonar en el corazón y en la mente de los jóvenes porque, de verdad, si se está unido a Jesús, el matrimonio, la unión para siempre, logra dar esta estabilidad que en cambio una sociedad demasiado líquida lo impide”.
Sobre el tuit del Papa, el presidente del Pontificio Consejo para la Familia, indica: “Se percibe a un Papa que sale de los esquemas ordinarios, un poco pomposos y solemnes para llegar a todos. En definitiva, el papa Francisco cuando nos pide salir no lo dice solo en palabras, sino también con los hechos y también con este pequeño y extraordinario medio que es el tuit”.
Monseñor Paglia concluye recordando que la Iglesia tiene “un tesoro espiritual, humanístico, de una increíble riqueza”, muchas veces “poco conocido y tal vez también olvidado”.

Por ello, añade: “Hoy se vuelve necesario sacarlo fuera y representar el matrimonio y la familia no como una opción simplemente por sí misma, sino como el modo para cambiar el mundo”. Porque, concluye, “el matrimonio y la familia no es una opción cerrada en el círculo de los propios afectos: es una opción para la sociedad, para el mundo”.

30 julio: La "REFORMA"

La “REFORMA”
          A los que ya tienen hecha su elección definitiva y no mudable –por ejemplo en una vida de matrimonio, o en una vida consagrada- no se les propone “elegir” sino REFORMAR, porque la elección está hecha pero las realidades diarias no responden con plena coherencia a esa elección. Lo que tienen que hacer es ENMENDAR. Y para ello enfrentar muy abiertamente su vida con un deseo de alabanza de Dios y salvación (=salud llena de su vida).
          Para venir a eso deberán seguir los pasos de la elección, rumiando mucho para ver lo que debe mejorarse, no buscando otra cosa que la alabanza de Dios. Porque piense cada uno cuánto más aprovechará en todas las cosas espirituales, cuanto salga de su amor propio, su querer propio y su interés propio. Expresión de mucho calado porque plantea de frente el gran enemigo que hay en el amor propio y en vivir la vida buscando sacar adelante el propio querer y el interés personal. Son los enemigos sutiles de toda buena voluntad, y enseñan esa especie de tules de la vida que no llegan a parecer importantes…, que casi no se ven…, pero que de hecho están impidiendo dar el paso que hay que dar. El conjunto de esas rémoras sutiles por las que pasan los años sin que el sujeto dé esos pasos necesarios para ser verdaderamente libre. Y por el temor a ser desgraciado, permanece siempre miserable. Y no estoy hablando de mala vida sino de la vida mala de quienes arrastran su limitación y defecto sin abordarlo nunca.
          De ahí que proponga yo la RE-ELECCIÓN porque en los casos de elección ya tomada…, de género de vida ya definido, no hay por qué plantear una elección como tal. Puede quedar corta una Reforma porque se arrastran demasiadas corruptelas. Hay que afrontar una Re-elección: un decir: Si yo naciera de nuevo no podría elegir una vida tan pobre de respuesta como la que estoy viviendo. Es el caso –más de una vez- del que se arrepiente de haber abrazado un modo de vida, que si naciera de nuevo no lo abrazaría.
          Pues queda una de dos: o una elección que planteara el abandono (cuando se puede plantear: vida consagrada), o un volver a empezar con muy distinta actitud: caso del matrimonio. Plantearse profundamente las actitudes del amor propio, de las ideas propias, de los enfoques propios…, que son las causas del mal funcionamiento de la convivencia.
          Y cuando no se está en ninguno de esos casos ya definidos sino que son personas que andan por los ribetes que pretenden una forma de perfección, también debe plantearse si merece la pena andar orillando la verdadera actitud de servicio de Dios, o si debe RE-ELEGIR lo que fue su sueño de otros tiempos: señalarse en el buen servicio de Dios y su proyección con el prójimo. Eso lleva consigo una honda REFORMA de su vida, volviendo al Principio y Fundamento. Porque sería absurdo aspirar a más si aquellas bases esenciales se han quedado cojas.

          A un ejercitante que se ha encontrado ante Cristo Crucificado, o ante la llamada de Jesús, y su bandera, y que ha visto que la vida cristiana es cuestión de amor personal a Jesucristo…, no le puede quedar ese absurdo en su vida. Necesita una decisión nueva para volver al amor primero y reformar o re-elegir. Evidentemente esto está pidiendo una vida interior capaz de interiorizar para entrar en los recodos y pliegues de su alma, ahí donde pueden anidar muchos engaños y sutiles escondrijos en que se refugia el YO para sacar siempre la cresta adelante.

miércoles, 29 de julio de 2015

29 julio: 2 modos de razonar una elección

Los “modos” del “tercer tiempo”
          Hemos visto los tres “tiempos” para hacer Elección. El primero, menos habitual. El 2ª que depende mucho de los Exámenes de la Oración que hayan ido plasmándose en resúmenes revisables conforme se van haciendo los Ejercicios. Y el tercero que depende de la recta actitud del ejercitante que tiene muy presente el Principio y Fundamento, la calidad de su OBLACIÓN (en el Rey eterno), esas contemplaciones-clave de “Banderas” y “Binarios”, y las contemplaciones de la vida de Jesús. Lleva una carga espiritual y real muy fuerte.
          PRIMER MODO
          1º.- Punto sobre el que quiero elegir. Sea concreto.
          2º.- Principio y Fundamento muy personalizado por el ejercitante. Tomar o dejar sin apego alguno desordenado. Ni se quiere ni no se quiere. Sólo se desea lo que sea de más gloria de Dios.
          3º.- PEDIR que Dios quiera mover mi voluntad y hacerme sentir internamente lo que yo debo hacer acerca de ese Punto 1º, considerando bien y fielmente con mi entendimiento y eligiendo conforme a su voluntad.
          4º.- Poner a doble columna las ventajas del sí y los inconvenientes del sí de aquella posible elección. Y también las ventajas del no y los inconvenientes del no elegir aquello.
          5º.- Ponderar –a la vista de esas razones- hacia dónde se inclina la balanza, es decir la razón. Y según eso tomar la determinación sobre la cosa propuesta como objeto de elección.
          6º.- Hecha la elección, ir a la oración con mucha diligencia y presentarle al Señor la elección hecha, ofrecérsela y pedirle que la apruebe, si es su servicio y alabanza.
          SEGUNDO “MODO”
          Es una variante o confirmación del 1º.
          1º, lo que quiero elegir es sólo por amor a mi Creador.
          2º, si yo tuviera que aconsejar a otro (desconocido, pero que me plantea un caso como el mío), al que quiero ser muy franco y leal, ¿qué aconsejaría yo, deseándole el mayor bien de su alma y la mayor gloria de Dios? Aplicarme yo ese consejo.
          3º, si yo estuviese ahora mismo a punto de morir, ¿qué me gustaría tener elegido en ese punto que tengo por delante? Lo que yo entonces querría haber elegido en este caso, ELEGIRLO ahora
          4º, lo mismo si yo estuviese ahora mismo ante la mirada de Jesús que me va a juzgar. ¿Qué decisión tomaría yo ahora para que cuando llegue aquel momento halle en paz a Jesucristo, y yo con entero placer y gozo? ELEGIR.
          Se acaba como en el 6º punto del Modo primero.
          ¿CÓMO SABE UNO SI DIOS APRUEBA?
          Por la experiencia espiritual de la CONSOLACIÓN o gozo del alma. Si se ha procedido rectamente, si se ha concluido rectamente, y sólo se ha buscado agradar a Dios y ser honrado en la elección, Dios tendrá su modo de hacerse presente en el gozo espiritual del alma.


          Yo me planteo: ¿Y si Dios no aprueba? Algo ha fallado en el proceso. Hay que volver al principio y rectificar. Porque es muy claro que un alma que ha procedido limpiamente, halla el gozo interior de la buena conciencia, potenciado por la acción amorosa de Dios.

martes, 28 de julio de 2015

28 julio: Enfocar la vida

La ELECCIÓN
          Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio tienen un objetivo directo: preparar una elección para adelante. Que si es tomar partido por algo que no se está viviendo es ELECCIÓN, y si se trata de mejorar algo que va torcido pero dentro de un camino ya elegido, es REFORMA. Yo me atrevo a decir –por experiencias concretas vividas en mis años de dar Ejercicios- que es planteable la RE-ELECCIÓN. Puede ser “la Reforma” con otro nombre, pero muchas veces ha de presentarse de forma mucho más de frente a situaciones de vida ya elegida pero que han perdido fuerza. Por tanto, o se toma ahora la actitud de re-elección [tomar ahora muy en serio la realidad que tengo entre manos] o ya no hay nada que poder hacer en el estado en que se está.
          El “5º día” ya debe entrar el ejercitante en actitudes de “elección” (sea una u otra de las formas citadas). Y a la par que contempla hechos evangélicos, va teniendo el telón de fondo de la “elección”.
          ¿Qué hechos propone Ignacio para ese 5º día?
          -De Nazaret al Jordán.- Despedida de Nazaret, búsqueda del movimiento religioso del Bautista.
          -Bautismo de Jesús. [Remito a mi libro: “Traspasando la ventana”].
          Se harán en 5 horas de oración a través del día y a la medianoche: 2 contemplaciones, Repetición, Resumen y Aplicación de sentidos.

          Me centro en la ELECCIÓN (Reforma o Re-Elección).
          Partimos de ese pensamiento que quedó en la exposición anterior: durante el día ha de estarse envolviendo el ejercitante en esas consideraciones de las maneras de humildad, de modo que lo que vaya quedando es el sentido del enamorado que se está encontrando con Jesús. Y a la hora de tomar decisiones, lo que atrae y determina es el amor a Jesucristo.
          PREÁMBULO DE ELECCIÓN
          -Sólo vale la intención recta de mirar al fin para el que hemos sido creados (Principio y Fundamento).
          -No vale elegir un medio para alcanzar el fin, sino que se elige el fin, y a él se acomodan los medios para logarlo.
          -Nada debe mover a usar o privarse de los medios si no es el solo el servicio y alabanza a Dios y salud de mi alma.
          SOBRE QUÉ COSAS SE HACE ELECCIÓN
          *Que sean fines en sí indiferentes o buenos, y dentro de la mente de la Iglesia.
          *Hay elecciones sin vuelta atrás (sacerdocio, matrimonio), y elecciones de cosas mudables, como tomar bienes materiales o dejarlos.
          *Cuando se hizo elección de algo inmutable, ya no se repite. Entonces hay que examinar si se vive acorde y rectamente en ello, y buscar mejorar en esa vida.
          *En lo mudable ya elegido, ordenada y rectamente, no hay que volver sobre ello sino perfeccionarse cuanto sea posible.
          Si no se hizo recta y ordenadamente, ayudará hacer nueva elección debidamente. [Aquí encaja la Re-Elección].
          TRES TIEMPOS PARA ELEGIR
          +Cuando el ejercitante SIENTE INTERNAMENTE con toda claridad que Dios le pide tomar una decisión, y no puede dudar de ello.
          +Cuando la experiencia de los Ejercicios, las contemplaciones, los exámenes de la oración, vayan decantando la elección hacia una determinada decisión. Son experiencias de consuelos y desconsuelos que se viven a través de las horas de oración.
          +Cuando hay “tiempos tranquilos” en los que no se dan ninguna de las dos formas anteriores. El ejercitante ha de situarse ante una reflexión: el fin para el que Dios le ha creado: alabar a Dios y tener salud en su alma, y deseando eso piensa en qué servirá mejor a Dios.

          Este tercer “tiempo” tiene  DOS MODOS que se desarrollan en 6 puntos. De ello trataremos luego.

lunes, 27 de julio de 2015

Ángelus del Papa. el día 26

26 de julio de 2015 (ZENIT.org)
El santo padre Francisco ha rezado este domingo la oración del ángelus desde su estudio en el Palacio Apostólico en el Vaticano, delante de una multitud de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.
Publicamos a continuación el texto completo de las palabras del Papa para introducir la oración mariana             
Queridos hermanos y hermanas, buenos días.                     
El Evangelio de este domingo (Jn 6, 1-15) presenta el gran signo de la multiplicación de los panes, en la narración del evangelista Juan. Jesús está en la orilla del lago Galilea, y está rodeado por “una gran multitud” atraída por “los signos que realizaba sobre los enfermos". En Él actúa la potencia misericordiosa de Dios, que sana de todo mal de cuerpo y del espíritu. Pero Jesús no es solo sanador, es también maestro: de hecho sube al monte y se siente, en la típica actitud de maestro cuando enseña: sube sobre esa “cátedra” natural creada por su Padre celeste. Es este punto, Jesús, que sabe bien lo que va a hacer, pone a prueba a sus discípulos. ¿Qué hacer para dar de comer a toda esta gente? Felipe, uno de los Doce, hizo un cálculo rápido: organizando una colecta, se podrán recoger como máximo doscientos denarios para comprar pan, y aún así no bastaría para alimentar a cinco mil personas.
Los discípulos razonan en términos de “mercado”, pero Jesús, a la lógica de comprar la sustituye con la del dar. Las dos lógicas, la del comprar y la del dar. Y así, Andrés, otro de los apóstoles, hermano de Simón Pedro, presenta a un joven que pone a disposición todo lo que tiene: cinco panes y dos peces; pero seguro --dice Andrés-- no son nada para esa multitud (cfr v. 9). Pero Jesús esperaba precisamente esto. Ordena a los discípulos que hagan sentarse a la gente, después tomó esos panes y esos peces, dio gracias al Padre y los distribuyó (cfr v. 11). Estos gestos anticipan los de la Última Cena, que dan al pan de Jesús su significado más profundo y verdadero. El pan de Dios y Jesús mismo. Haciendo la Comunión con Él, recibimos su vida en nosotros y nos hacemos hijos del Padre celeste y hermanos entre nosotros. Haciendo la Comunión nos encontramos con Jesús realmente vivo y resucitado. Participar en la Eucaristía significa entrar en la lógica de Jesús, la lógica de la gratuidad, del compartir. Y aunque seamos pobres, todos podemos dar algo. “Hacer la Comunión” significa también obtener de Cristo la gracia que nos hace capaces de compartir con los otros lo que somos y lo que tenemos.
La multitud se conmueve por el prodigio de la multiplicación de los panes, pero el don que Jesús ofrece es plenitud de vida para el hombre hambriento. Jesús sacia no solo el hambre material, sino esa más profunda, el hambre del sentido de la vida, el hambre de Dios. Frente al sufrimiento, la soledad, la pobreza y las dificultades de tanta gente, ¿qué podemos hacer nosotros?
Lamentarse no resuelve nada, pero podemos ofrecer ese poco que tenemos. Seguramente tenemos alguna hora de tiempo, algún talento, alguna capacidad… ¿Quién de nosotros no tiene sus “cinco panes y dos peces”? Si estamos dispuestos a ponerlos en las manos del Señor, bastarán para que en el mundo haya un poco más de amor, de paz, de justicia y de alegría.
¡Cuánto es necesaria la alegría en este mundo! Dios es capaz de multiplicar nuestros pequeños gestos de solidaridad y hacernos partícipes de su don.
Nuestra oración apoye el compromiso común para no falte nunca a nadie el Pan del cielo que da vida eterna y lo necesario para una vida digna, y se afirme la lógica del compartir y el amor. La Virgen María nos acompañe con su materna intercesión.


Después del ángelus,
Queridos hermanos y hermanas,
hoy se abren las inscripciones para la XXXI Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar el año que viene en Polonia. He querido abrir yo mismo las inscripciones y por eso he hecho venir junto a mí a un joven y una joven para que estén conmigo en el momento de abrir las inscripciones aquí delante de vosotros. (El Papa hace la inscripción desde una tableta) ¡Me he inscrito! Mediante este dispositivo electrónico me he inscrito como peregrino a esta Jornada. Celebrada durante el Año de la Misericordia, esta Jornada será, en cierto sentido, un jubileo de la juventud, llamado a reflexionar sobre el tema “Beatos los misericordiosos, porque encontrarán misericordia (Mt 5,7). Invito a los jóvenes de todo el mundo a vivir esta peregrinación tanto dirigiéndose a Cracovia, como participando en este momento de gracia en las propias comunidades.
Dentro de algunos días tendrá lugar el segundo aniversario de cuando, en Siria, fue secuestrado el padre Paolo Dall’Oglio. Hago un sincero y urgente llamamiento para la liberación de este estimado religioso. No puedo olvidar tampoco a los obispos ortodoxos secuestrado en Siria y a todas las otras personas que, en las zonas de conflicto, han sido secuestradas. Espero el renovado compromiso de las autoridades locales e internacionales competentes, para que a estos hermanos nuestros se les devuelva pronto la libertad. Con afecto y participación de sus sufrimientos, queremos recordarles en la oración. Y rezamos todos a la Virgen. Dios te Salve María…
Saludo a todos vosotros peregrinos, peregrinos procedentes de Italia y de otros países. Saludo a la peregrinación internacional de la Hermanas de San Felice, los fieles de Salamanca, los jóvenes de Brescia que están realizando un servicio en el comedor de los pobres de Cáritas de Roma, y los jóvenes de Ponte San Giovanni (Perugia). Hoy 26 de julio, la Iglesia recuerda a los santos Joaquín y Ana, padres de la Beata Virgen María, y por tanto, los abuelos de Jesús. En esta ocasión quisiera saludar a todos los abuelos y todas las abuelas, dándoles las gracias por su preciosa presencia en las familias y para las nuevas generaciones. Por todos los abuelos vivos y también por los que nos miran desde el Cielo, les saludamos y aplaudimos.

A todos deseo feliz domingo. Y por favor no os olvidéis de rezar por mí. Buen almuerzo y hasta la vista.

27 julio: GRADOS DE AMOR

Un paso muy ignaciano
          Hemos tocado dos puntos fundamentales: los criterios de “la bandera de Jesucristo” (el evangelio) [contemplación para clarificar el entendimiento sobre el camino de Jesús. Y hemos hecho un test de la voluntad que nos haga situarnos ante la sinceridad profunda de nuestras posibles decisiones.
          Pero la vida ante Dios no es “de pensamiento” y “de codos”. La vida ante Dios es TEMA DE AMOR.
          Y San Ignacio propone que no en meditación como tal sino como puntos de consideración que tienen que invadir los días que quedan por delante… (un “ambiente” donde desarrollarse los diferentes temas que se irán presentando), el ejercitante tenga ante los ojos diversas formas de respuesta que se le ponen por delante. San Ignacio lo llama “maneras de humildad”, que lo mismo puede traducirse en “grados de amor”, en formas de respuesta según la idea de Dios que prevalezca en el ejercitante.
          Dice Ignacio: antes de entrar en elecciones, para inclinarse a la verdadera doctrina de Cristo, es muy útil considerar y advertir en las tres manera de humildad, considerando en ellas a ratos por todo el día y asimismo haciendo los coloquios…
          PRIMERA HUMILDAD
          Necesaria para la salvación eterna. Que así me sitúe humilde ante Dios nuestro Señor que –en cuanto a mí me sea posible- esté en actitud obediente EN TODO a la Ley de Dios. De forma que aunque me hiciesen dueño de todas las cosas creadas en este mundo, ni siquiera por salvar la propia vida me ponga a deliberar si puedo quebrantar un mandamiento divino o humano que me obligue bajo pecado mortal. Es un “grado” que está más que supuesto en este momento de la vida del ejercitante. Aunque no está de más planteárselo, para afianzarlo como actitud si género de duda.
          Lo traduciríamos en el “antes morir que pecar”. Es la historia de los mártires o no mártires que estuvieron dispuestos a morir si llegara el caso, pero nunca dudar si saltarse la voluntad de Dios, expresada como materia de pecado mortal.
          Es lo básico y esencial. Y que a estas alturas de los ejercicios debe darse por alcanzado. Algunos comentaristas lo ponen como la relación de criatura con su Creador.
          SEGUNDA HUMILDAD
          Más perfecta que la primera, es ya la que sale del Principio y Fundamento, que fue el punto de partida de los Ejercicios. Ya no es aquello de “es menester hacerse indiferentes”, sino que se supone alcanzada ya la tal INDIFERENCIA, o equilibrio afectivo en el fiel de la balanza: estar en tal punto que no quiero ni siento más inclinación a tener riquezas que pobreza, a querer honor o deshonra, a desear vida larga o corta, si una cosa u otra es de igual servicio a Dios nuestro Señor y salud de mi alma.
          Y ni por todo lo criado, ni aunque me quitasen la vida, me ponga a deliberar sobre hacer un pecado venial.
          Queda muy claro que hemos dado un gran salto, y que ese salto debe presuponerse ya en el ejercitante que ha llegado hasta aquí. Lo que es materia de reflexión muy fuerte.
          Muy para pensar. Porque el pecado venial es muchas veces poco tomado en consideración y muy fácil de “tragarse” en la vida diaria.  Aquí se trata del mismo martirio por no ceder ni en la materia del pecado venial. Y esto son ya palabras mayores que no hay más remedio que considerar seriamente: ¿de verdad estoy en este grado de amor?
          Los comentaristas ponen aquí que la relación que se pide es el amor de un hijo hacia su Padre.
          TERCERA HUMILDAD
          No es un salto lógico. Es un salto que sólo es posible desde el amor enamorado hacia la persona de Jesucristo. Incluye la primera y la segunda, como es natural. Ahora siendo igual alabanza a Dios y gloria de su Majestad, quiero y elijo más pobreza que riqueza, oprobios con Cristo lleno de ellos que honores; y deseo ser estimado por vano y loco por Cristo que primero fue tenido por tal, que por sabio o prudente de este mundo.
          Hemos llegado a la locura de amor. Cristo lo hizo…, pues yo lo tengo que hacer. Él eligió esa vida…, yo elijo identificarme con Él. Es por tanto el verdadero amor de un enamorado. No necesita ni que sea necesario. El amor no entiende eso.
          NOTA: Así para quien desea alcanzar esta tercera humildad ayuda mucho hacer LOS TRES COLOQUIOS, pidiendo que el Señor le quiera elegir para esta tercera mayor y mejor humildad, PARA IMITARLE Y SERVIRLE MÁS, si fuera igual o mayor servicio y alabanza de su divina Majestad.

          Añade el Cardenal Newman: “que al menos, cuando llegara esta situación, estemos preparados para acaogerla”.

domingo, 26 de julio de 2015

26 Julio: DAR y saber dar

Domingo 17 B del T.O.
          Dos lecturas de apariencia similar: Eliseo (2Re 4, 42-44) tiene delante 100 personas y dice a su criado que les dé de comer, cuando sólo tiene 20 panes de cebada que ha traído un hombre. La pregunta del criado de Eliseo es evidente: ¿qué hago yo con esto para 100 personas? Y Eliseo se limita a decir: Repártelos. Y de hecho comen todos y sobra.
          Un presagio de una situación mucho más extrema (Jn 6, 1-15) cuando sólo los varones que han venido en busca de Jesús son 5,000, y los panes de que disponen son sólo 5. Jesús hace que se advierta más lo que va a hacer cuando pregunta a Felipe, con ingenuidad, dónde comprarían panes para esa gente. ¡Y tan ingenuo! Felipe responde con un sentido práctico que no tienen dinero para eso. Pero es que ¿dónde iban a ir y quién iba a transportar esa cantidad de panes…? Ha quedado claro que no hay solución humana posible. Ahora Jesús toma los 5 panes, da gracias a Dios y los va dando a los apóstoles para que repartan. También debieron quedarse atónitos, porque qué iban a repartir de 5 panes… Y sucedió que los panes no se acabaron con dar de comer a aquella multitud.
          Todavía debía quedar constancia de la magnitud del hecho cuando se ponen a recoger lo que ha sobrado, y recoge cada apóstol un cesto…
          La lección que la liturgia nos presenta es la actitud de donación que tenemos que tener A más saber dar, más habrá, y por tanto se nos está llevando a una disposición de generosidad. La Eucaristía es ya un hecho de multiplicación porque siempre venimos a ella y siempre hay para todos. Pero se quedaría corta si en ese “todos” nos quedáramos solo nosotros. Ha de extenderse a otros que están en nuestro ámbito, a los que tiene que llegar el efecto de nuestra Eucaristía.

          Y es la 2ª lectura la que hoy podría poner luz en ese camino de donación, que no está precisamente en ir dando monedas por la calle. Dice Pablo a sus fieles de Éfeso: sed siempre  humildes y amables, sed comprensivos; sobrellevaos mutuamente con amor; esforzaos por mantener la unidad del espíritu con el vínculo de la paz. Y eso es ya una actitud de donación de mucha mayor envergadura, y –por supuesto- mucho más difícil que dar una limosna al paso. Pero mucho más importante y que llega directamente allí donde hay una necesidad de alguien que convive con nosotros. Hasta experimentar que en ese DAR está moviendo a tal persona a la convicción de que hay un solo Dios, un solo Señor, un Bautismo, una fe, un único Dios que lo trasciende todo (está por encima de todo) y a la vez lo invade todo y está metido allí donde está la persona. Y desde ahí cada persona se proyecta en la necesidad que tiene más cercana y más comprobada.

sábado, 25 de julio de 2015

25 julio: Repetición de anteriores

Repetición antes de continuar
          A la contemplación de “Dos banderas” Ignacio le da 4 horas de oración: hay que clarificar mucho los criterios que nos mueven: Jesús pone la pobreza, la sencillez y la humildad; Lucifer la codicia, la vanagloria, la soberbia. Cada una de estas cosas hay que saberlas aplicar a realidades que le rodean a cada persona, de una u otra forma. Y para rematar el día, los “3 binarios” o tipos de personas.
          Así resulta que esta noche me ha martilleado –en mis sueños- la necesidad de volver sobre estos temas. De una parte la insistencia de Ignacio y la importancia que les da a esas dos paradas, importancia que se manifiesta en acabar cada Ejercicio con los tres Coloquios, instrumento capital de Ignacio ante situaciones límite. Y me ha martilleado porque después de lo hablado o leído a propósito de estas reflexiones del blog, compruebo en cabeza ajena la facilidad para escurrirse de los planteamientos…, la facilidad para engañarse…, la tendencia a la comodidad de no hacer frente a situaciones reales de la vida.
          El tema de “Dos Banderas” es sencillamente acoger o no acoger la doctrina del Evangelio y las actitudes del Evangelio. Es un “conmigo o contra mí”. Es un discernimiento para no dejarse coger por las redes y cadenas del enemigo de la naturaleza humana. No es un ejercicio de meditación: es una clarificación de qué criterio seguir en la vida diaria.
          El tema de “3 binarios” no decide nada ni obliga a decidir nada en este momento. Pero sí a tomarnos el pulso de cómo estamos a la hora de la verdad en esa acogida de los criterios evangélicos. Y lo que se nos pone delante no es si una cosa es buena o mala (que a estas alturas no es planteable) sino qué afecto o apego (o despego) tenemos respecto de cosas indiferentes en sí pero que no las hemos tomado por puro amor de Dios. O sea: decidimos algo por mero deseo o decisión humana. Y ahora, queriendo estar totalmente de cara a Dios (sin engaños), me planteo el apego que tengo a aquello. [Pueden ser “cosas” y pueden ser “afectos” o desafectos. Sencillamente cualquier realidad personal que no es de puro servicio y alabanza de Dios].
          Y en la capacidad de escurrir el hombro cabe perfectamente meter la cabeza bajo el ala y no querer plantearse nada. Así vivirá en su engaño y así morirá. Caso del “primer binario”. [Enfermo que no quiere operarse, única solución para su caso. Sabe que no da solución, pero…].
          Peor, mucho más peligroso y menos honrado aún el que se da todas las razones para quedarse en lo que está y como está. ¿Por qué no lo va a querer Dios?, ¿qué malo tiene esto?, no le hace daño a nadie… Lo peor de este caso es que no busca a Dios ni el servicio de Dios; busca que Dios venga a estar de acuerdo con él. Y él se queda como estaba y “convencido”. Es la peor decisión que puede tenerse. ¡Y la que más fácilmente se da en almas espirituales! [Enfermo que está dispuesto a todos los potingues posibles, a ir a balnearios, a hacerse pruebas…, pero no quiere ver que tiene que operarse; y se da todas las razones para no operarse y seguir con sus potingues].

          San Ignacio desemboca en la actitud seria de quien quiere seriamente, y así todo aquello que le ata afectivamente, lo deja, lo renuncia. Y luego estudia si lo asume por puro amor de Dios. Pero que él quiere, pide y suplica que –mientras no esté en el fiel de la balanza- Dios le elija en pobreza, para vencer todo apego desordenado.

viernes, 24 de julio de 2015

24 julio: Un test de la voluntad

Tres actitudes de elección
          Estamos inmersos en un proceso de elección. Las dos banderas nos han mostrado dos caminos, dos situaciones que pugnan en nosotros mismos, en el mejor de los casos, porque nunca estamos libres de engaños sutiles y disimulados.
          Supuesto que se han dejado claros los criterios [los de Cristo; los del caudillo del mal] y que se tiene claro por dónde se quiere tirar, aún nos sumerge Ignacio en otra prueba o test de nuestra decisión o voluntad. ¿Qué tipo de “querer” es el que hay en mí?
          Oración preparatoria
          Historia: Tres tipos de personas, que Ignacio llama binarios.  Cada cual tiene una quiniela premiada. Y cada una de esas personas la cobra, pero no se ha planteado si lo ha hecho mirando el agrado de Dios: por puro amor a Dios. Los tres quieren tener el alma en paz y hallar en paz a Dios, quitando de sí el peso de haber actuado sólo humanamente, por apego de poseer ese dinero.
          Composición de lugar: con una seriedad muy grande por tratarse de lo que se trata, es verse delante de Dios y sus santos, para desear y conocer lo que sea de más agrado de su divina bondad.
          PETICIÓN: pedir LO QUE QUIERO: la gracia de elegir lo que sea más para gloria de su divina majestad y bien de mi alma.
          PUNTO PRIMERO
          Un tipo de persona que –queriendo hallar favorable a Dios y tener el alma también en paz- querría quitar el apego al dinero cobrado. Pero “hoy no quiere entrar en tema”; y sin poner ningún remedio llega la hora de la muerte.
          PUNTO SEGUNDO
          Quiere la paz de su alma y quiere encontrar a Dios favorable. Pero quisiera arreglarlo de manera que se quede con su dinero. No se plantea, pues, lo que él tiene que hacer. Lo que se plantea es “¿por qué Dios no va a querer…” Él no cambia. Quiere que Dios cambie: que Dios venga a hacer la voluntad de ese sujeto y no que el sujeto haga la voluntad de Dios, aunque fuese lo verdaderamente mejor para él.
          Nos puede parecer burdo. Pero analicemos a fondo nuestras situaciones. Porque lo fácil es permanecer los años enteros en un “segundo binario”, y no dar el paso que tenemos que dar. Es la postura del engaño admitido y consentido.
          TERCER PUNTO
          El individuo ve que ese dinero le está haciendo de pantalla entre Dios y él. Quiere hallar a Dios favorable y tener su alma en paz. Y opta por dejar a un lado todo apego, y renunciar a ese dinero, mientras no le conste (Dios le haga sentir en su voluntad) que Dios está de acuerdo en que lo disfrute.
          Mientras llega el momento de hacer elección real para su futuro, quiere hacer cuenta de que, en su afecto, ha renunciado ya a todo, poniendo la fuerza de la voluntad en no querer aquello ni ninguna otra cosa, mientras no le mueva sólo el servicio de Dios nuestro Señor.
          LOS TRES COLOQUIOS
 de los momentos fuertes.

San Ignacio añade una NOTA: cuando sentimos afecto  o apego a una cosa, y no se está indiferente todavía a conservarla o no, pedir expresamente que Dios le ponga en la situación de renuncia a esa cosa. Y que el ejercitante quiere, pide y suplica con tal que sea servida y alabada su divina bondad. Es una manera de vencer el afecto desordenado yendo contra el amor propio.


OTRA ADVERTENCIA muy necesaria es que no estamos eligiendo nada ni nos tenemos que poner ahora a ver si elegimos una cosa u otra. Ahora se trata de disponer la actitud para cuando llegue el momento de elegir. Nos servirá vernos reflejados en esos “binarios” o personas, y ver dónde estamos.

jueves, 23 de julio de 2015

23 julio: La "bandera" de Jesucristo

La bandera de Jesucristo
          Ejercicio que forma unidad con lo expuesto antes.
          Por el contrario [Jesucristo es siempre lo contrario del mal caudillo] hay que imaginar al sumo y verdadero capitán que es Cristo nuestro Señor.
          Permanecemos en la misma composición de lugar, historia y Petición. Esto es la segunda parte de lo ya visto.
          PUNTO PRIMERO
          Cristo se pone en un gran campamento de Jerusalén, en lugar humilde (=sermón del monte), con su persona atractiva y afable. (Comparar con el Punto 1º anterior).
          PUNTO SEGUNDO
          El Señor escoge personas, apóstoles, discípulos, gente normal, y los envía por todo el mundo a esparcir su sagrada doctrina por todos los estados y condiciones de personas. [Id al mundo entero…]
          PUNTO TERCERO
          El sermón de Cristo nuestro Señor a sus siervos y amigos es un envío a esa tarea, encomendándoles que a todos quieran ayudar para traerlos, primero a suma pobreza real, y si Él quiere, también a la espiritual [“quien quiera venir detrás de mí, que se niegue a sí mismo, que tome su cruz y me siga”], con deseo de oprobios, menosprecios (contra la vanagloria) [“¿de qué le vale al hombre ganar el mundo si arruina su vida?”], porque de ahí se viene a la humildad. De manera que desde ahí se induzca a todas las virtudes.
          Es toda una síntesis del Evangelio…, del pensamiento de Cristo…, de lo que es la vida cristiana. El ejercitante se encuentra ante ese “dilema”, esa lucha que no se da fuera de él sino en su mismo interior. Y necesita situarse decididamente bajo la bandera de Cristo.
          Nuevamente Ignacio recurre a su gran arma: Los COLOQUIOS A LA VIRGEN, A CRISTO Y AL PADRE.
          El momento es muy trascendental. El ejercitante ha de salir limpio de esta prueba a que le somete esta “parada” en los Ejercicios. Y como no se trata de esfuerzos personales, sino de la Gracia de Dios, recurre a esta catarata vertiginosa de oraciones de petición.
          Primero a la Virgen para que me alcance de su Hijo militar bajo su bandera, deseando vivir la pobreza evangélica, el equilibrio que no se engaña con deseos de honra humana…, en definitiva con la humildad. Humilde como María que se despojó de ella misma y se dio en totalidad a la voluntad de Dios. AVEMARÍA.
          Llegamos a Jesús de la mano de su Madre.  Nosotros pedimos al Señor que nos alcance del Padre... Jesús es el que siendo rico de hizo pobre, el que era inmortal y asume la vida humana; el que se abajó hasta ser uno más de lo hombres y poder morir. A Él le pedimos saber elegir la pobreza, saber esconderme en mi vida sin pretender figurar…, vivir humildemente. Porque de aquí puedo ya abrazar todo lo bueno. ALMA DE CRISTO.
          Llegamos ante la presencia del Padre. A Él le pedimos que nos conceda estos tres escalones para militar bajo la bandera de Jesús. Para vivir la voluntad suya y que venga su reino a nosotros. PADRENUESTRO.

De este ejercicio [expuesto en dos partes] se hacen 4 horas de oración: a la medianoche, a la mañana, y dos repeticiones durante el día siempre acabando con los tres Coloquios.

            Y NUNCA OMITIENDO  el EXAMEN DE LA ORACIÓN, que es esencial a los ejercicios ignacianos.

miércoles, 22 de julio de 2015

22 jul: Elegir bandera

EL CUARTO DÍA
          Aquí hay una parada fuerte en las contemplaciones de la vida de Jesús. Se interrumpen y se entra en la dinámica característica de los Ejercicios ignacianos: el momento de plantear LA ELECCIÓN de vida que se desea seguir.
          Arranca Ignacio así: Considerado ya el ejemplo que Cristo nos ha dado para el primer estado de vida, que es de observancia de los mandamientos (viviendo en obediencia a sus padres) y asimismo el segundo estado de vida, que es de perfección evangélica (cuando se quedó en el templo dejando a su padre adoptivo y a su madre natural para entregarse al servicio exclusivo de su Padre eternal), a la vez que vamos contemplando su vida comenzaremos juntamente a investigar y a preguntar al Señor en qué vida y estado se quiere servir de nosotros su divina Majestad. Y para alguna iluminación de ello, en el PRIMER EJERCICIO SIGUIENTE veremos la intención de Cristo nuestro Señor y, por el contrario, la del enemigo de la naturaleza humana, y cómo nos hemos de disponer para llegar a la perfección en cualquier estado de vida que Dios nuestro Señor nos diere a elegir.
          Evidentemente este Ejercicio –lo llama Ignacio: de DOS BANDERAS- tiene su variante cuando quien hace los Ejercicios ya tiene elegido estado. Ahora tocaría elegir lo que mejor sea para vivir de parte de Cristo en la vida que ya tengo elegida.
          Oración preparatoria, muy necesaria cuando se entra en estos ejercicios que van a realizarse y que requieren mucha introspección. Y siempre se ha de buscar lo que más conduce a agradar a Dios, servirlo, alabarlo y reverenciarlo.
          Historia: Está planteada en plano bélico porque de hecho es una lucha que se libra dentro del propio ejercitante. La historia es que Cristo nos quiere y nos llama a todos para que militemos bajo su bandera. Lucifer, al contario, debajo de la suya.
          Composición de lugar: Un gran campamento en la región de Jerusalén (=“ciudad de paz”) donde el sumo capitán general de los buenos es Cristo nuestro Señor. Otro campamento en la región de Babilonia (=“confusión”), donde el caudillo de los enemigos es Lucifer.
          [Ya se están apuntando datos muy significativos].
          PETICIÓN conocimiento de los ENGAÑOS del mal caudillo, y ayuda para guardarme de ellos, y conocimiento de la VIDA VERDADERA que nos muestra el sumo y verdadero capitán, y gracia para imitarle.
          PUNTO PRIMERO
          Imaginar como el caudillo de todos los enemigos está como si tomase asiento (= inestabilidad, inseguridad, falta de asiento…) en Babilonia, en una especie de cátedra grande de fuego y humo (ostentación, confusión, oscuridad), en figura horrible y espantosa (=demoníaca).
          PUNTO SEGUNDO
          Llamamiento que hace a innumerables demonios, a los que esparce por ciudades de todo el mundo, no dejando provincias, lugares, estados ni personas algunas en particular. (Sutilidad de la tentación que no deja títere con cabeza).
          PUNTO TERCERO
          Su discurso exhorta a echar redes [trampas, cepos ocultos y engañosos] y cadenas, de manera que primero tienten de codicia, como suele ser comúnmente, para que más fácilmente lleguen a la vanagloria mundana y después a crecida soberbia. Y de esos tres escalones induce a todos los otros vicios. (La red engaña, coge desprevenido; una vez caído en la tela de araña, vienen las cadenas de las que es más difícil librarse).
          Observar que no se está tentando de pecado. A estas alturas se supone al ejercitante con aborrecimiento del pecado y el desorden, y por tanto no caería en esa trampa tan visible. La tentación ahora es sutil. De algo que no se ve malo a primera vista (=redes). Luego, atrapados en la codicia, ya es más fácil la cadena de las honras mundanas y la soberbia… Pero a eso se llega desde el engaño sutil primero.
          El ejercitante, ya en este momento de ejercicios en que busca el seguimiento de Cristo debe estar muy atento, porque él puede caer en las “redes”. El problema no está  “fuera”; el problema ESTÁ DENTRO, EN ÉL MISMO, y le puede desviar de sus grandes deseos.

          Me voy a detener aquí. Lo que sigue es muy importante para dejarlo a la cola. Queda en qué pensar. Lo dicho “abre boca”, y es muy bueno para contemplar.

martes, 21 de julio de 2015

21 julio: A los 12 años

En el Templo
          Oración preparatoria
Historia: Lc 2, 41-50
Composición de lugar. El Templo, bien sea el atrio de los hombres, bien la ancha explanada de la entrada.
También puede ser cómo disponerse internamente el ejercitante a dejarse impactar por el tema que contempla.
PETICIÓN: conocimiento interno…
PUNTO PRIMERO
El Niño subió con sus padres a Jerusalén a la edad de doce años. CONTEMPLAR viendo, oyendo y observando el largo viaje de Nazaret a Jerusalén. Las emociones del Niño, las idas y venidas a través del camino, con toda la vitalidad de esa edad. Las preguntas, las emociones, la ilusión sobre aquello que tanto esperaba con la curiosidad de un niño. Y a la vez con el sentido religioso recibido en su casa, y que le llevaba ahora a entrar por primera vez en la casa de Dios.
Cercanos a la Ciudad, descubrimiento de las bóvedas doradas del Templo, brillando al sol poniente, que emocionan a todos y dejan embobado al adolescente Jesús. Ya esa tarde no pudieron ir al Templo porque llegaron tarde a la Ciudad Santa. Pero sí al día siguiente. Y entonces preparar lo necesario para inmolar el cordero, reunirse con otra familia, para poder consumirlo entero, como mandaba la Ley.
Sensaciones de Jesús ante todo aquello… Conocedor de la Escritura, le era fácil recordar las maravillas de Dios en la primera pascua… Y así transcurrió el tiempo de la Fiesta.
PUNTO SEGUNDO
Acabadas las celebraciones, las caravanas se disponen a emprender el camino de regreso. Cristo nuestro Señor se quedó en Jerusalén sin que lo supieran sus padres. Así lo enuncia San Ignacio tomándolo de Lc 2, 43. Es difícil hacerse cargo de la situación real. Ni José y María se descuidaron tanto, ni un niño se pierde del grupo fácilmente sin que lo advierta nadie. Así lo describe Lucas, así se nos trasmite. Queda  que VER, OÍR Y OBSERVAR los hechos, los movimientos de unos y otros, y que finalmente parte la caravana sin el niño, porque Jesús se ha quedado en Jerusalén. Con toda idea San Ignacio ha hablado ahí de “Cristo nuestro Señor” saliéndose de la historia del “Niño”. En la petición se habla de “conocimiento interno del SEÑOR”, y ahí hay que apuntar. No se trata ya de un hecho de un niño sino de un hecho “del Señor”. Aquí hay mucha más enjundia que el quedarse el niño. Lo mismo que hay más enjundia en eso de no encontrarlo “hasta el  tercer día”
PUNTO TERCERO
Pasados tres días le hallaron disputando en el templo, sentado entre los doctores y al preguntarle sus padres dónde había estado, respondió: “¿No sabéis que me conviene estar en las cosas de mi Padre? Así sintetiza Ignacio la historia.
Lo de “disputando” no está en el evangelio: el niño no disputaba nada. Preguntaba, como niño y como interesado en saber cosas de Dios. VERLO. OÍRLO. Se iba llenando de sabiduría.
Al tercer día han llegado sus padres angustiados y lo ven allí. Cuando pueden hacerse ver, el niño acude a ellos con toda la lozanía de su alma alegre. María y José no están alegres. Y María pregunta con responsabilidad de madre: Por qué lo hiciste así con nosotros. La respuesta de Jesús les dejó perplejos: ni la esperaban ni la entendían: ¿No sabíais que yo debía estar en casa de mi Padre? Es muy claro que no lo sabían. OBSERVAR. No es fácil entender esta escena. Pero el ejercitante observa y se deja coger por ella: por la respuesta de Jesús, por la perplejidad de los padres, por el sentimiento de José (más directamente afectado), por la humilde actitud silenciosa de María (que guarda en su corazón lo que no puede entender), y por la siguiente reacción del niño que se va con sus padres a Nazaret en plena obediencia a ellos, y creciendo en conocimientos, estatura y gracia de Dios.
COLOQUIO

Hay mucho que dialogar en intimidad con unos y otros. María y José tienen mucho que decirnos. Han sufrido una sensación de muerte ante el niño perdido, y una alegría de “resurrección” al tercer día… Coloquio con Jesús, a ver si podemos entrar en su interior… Hay mucha tela que cortar.

lunes, 20 de julio de 2015

20 julio: La obediencia de Jesús

La vida diaria de Jesús
          Advertencias prácticas.
San Ignacio cuida los detalles, como en la “1ª semana” y dice que “en cuanto me despierte, traer a la memoria la contemplación que tengo que hacer, deseando conocer más al Señor”.
          No adelantarse en la lectura de los evangelios sino llegar solamente hasta donde se está contemplando, según los días.
          Usar de luz y temperatura que ayuden y sean favorables. No hace falta oscuridad como en la 1ª semana.
          El uso de penitencias, en la medida que acompañen al misterio que se contempla.

          En el Mes de Ejercicios se tendrían ahora las contemplaciones de la Presentación en el Templo y la Huída a Egipto, como tema del 2º día de esta “2ª Semana”.
         
El día 3º, el Niño obediente a sus padres en Nazaret.
Comienza con la Oración preparatoria, la composición de Lugar, que en este caso es Nazaret, la casa de Nazaret, que debemos imaginar y “construir” de modo tan fijo que retirarnos a esa casa sea familiar a nuestra imaginación.
La historia es muy simple e importante: en la vida diaria de aquella familia, el Niño era obediente. (Lc 2, 51)
Petición; Conocimiento interno…, etc.
PUNTO PRIMERO
Bajó en compañía de sus padres y vivía obediente a ellos.
Me voy a permitir hacer una contemplación “global” en la que se entremezcla el VER, OÍR Y OBSERVAR. Voy a meterme en Nazaret y voy a vivir con aquella familia, fijándome especialmente en el Niño: un niño muy normal que juega en la calle, que ayuda en la casa, que aprende poco a poco en el taller de José, que hace recados a su madre. Que siempre está de buen talante y abierto a hacer lo que se le dice. Podrá ser al principio el chiquillo naturalmente travieso, pero que se deja corregir y se pliega a lo que se le enseña. Seriecito conforme va siendo más consciente de sí mismo. Luego es el joven responsable que colabora en las tareas y trabajo de la casa, del taller, de ganarse unas monedas en algún trabajo que puede hacer. Y llega su momento de asumir la responsabilidad de aquella familia, aunque siempre es obediente por cuanto que actúa, decide, planifica de acuerdo con sus padres.
PUNTO SEGUNDO
Aprovechaba en sabiduría, edad y gracia Otra parte para detenerse, VIENDO, OYENDO, OBSERVANDO.
La “sabiduría” del niño atento a aprender en su casa o en la escuela esos conocimientos que van llegando y captándose  o interesando con la medad y la atención a lo que se dice en su derredor. Verlo.
Crecer en conocimientos, desde el niño que está aprendiendo a orar bajo la mano de sus padres, al niño que ayuda como niño, al adolescente que se ofrece con muchas preguntas para aprender… El joven que está abierto a todo lo que completa su personalidad.
Crecer en estatura. Como es natural. Pero también con esa belleza del niño que se va haciendo hombre. Y con esas preguntas que se harían José y María sobre la vida de aquel hijo: adónde se dirigía, qué camino tomaría…; podía plantear ya su abandono de Nazaret para emprender una vida que ellos no podían sospechar.
Crecer en gracia, en su proceso religioso, en su interés por comprender los hechos de la Escritura. Y esa novedad que va intuyendo con el paso de sus años, de sentir a Dios no como el Dios lejano que presentaban en la sinagoga, sino como el Dios que Jesús sentía con cercanía de padre. Quizás José y María intentaron disuadirlo de ese modo de sentir a Dios, que no se correspondía a las enseñanzas de los antepasados. Pero Jesús les explicaba que él lo sentía así y le llenaba poder sentirlo en el calor y la cercanía de un padre.
PUNTO TERCERO
Su trabajo. De niño, en sus juegos y pequeñas ayudas. Luego más. Luego, ejerciendo el oficio de carpintero (Mc 6, 3), o saliendo a la plaza a buscar  trabajo cuando en el taller no tenía algo que hacer., pero había que sacar una ayuda para la casa. Un proceso de años que también hay que VER, OÍR y OBSERVAR, lentamente, parándose mucho, sacando provecho para el alma y la vida del ejercitante.
COLOQUIO
Con Jesús, o con José o con María. Eran unos padres gozosos de ver al niño tan en su sitio, tan sabiendo estar, tan obediente. O Jesús que es un niño sano, feliz, que adora a sus padres, que se siente a gusto con ellos, que goza con aprender de sus enseñanzas en la vida normal de un muchacho normal en una familia normal.

Hablar con unos u otros y dejar el alma esponjar, y sacar lección de todo eso.

domingo, 19 de julio de 2015

19 julio: Ángelus del Papa

Texto completo del ángelus del papa Francisco del domingo 19 de julio de 2015
"He pedido al Señor que el espíritu de Jesús, el Buen Pastor, me guiase durante el viaje apostólico que realicé los días pasados en América Latina y que me permitió visitar Ecuador, Bolivia y Paraguay".
(ZENIT.org)
El santo padre Francisco ha rezado este domingo la oración del ángelus desde su estudio en el Palacio Apostlólico en el Vaticano, delante de una multitud que le aguardaba en la Plaza de San Pedro. A continuación el texto completo de las palabras del Papa.
 
«Queridos hermanos y hermanas. Buenos días.
¡Veo que son muy valientes con este calor de playa. Felicitaciones!
El Evangelio de hoy nos dice que los apóstoles después de la experiencia de la misión, están contentos pero cansados. Y Jesús lleno de comprensión quiere darles un poco de alivio. Entonces les lleva a aparte, un lugar apartado para que puedan reposarse un poco. “Muchos entretanto los vieron partir y entendieron... y los anticiparon”.
Y a este punto el evangelista nos ofrece una imagen de Jesús de particular intensidad, 'fotografiando' por así decir sus ojos y recogiendo los sentimientos de su corazón. Dice así el evangelista: “Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato”.
Retomemos los tres verbos de este sugestivo fotograma: ver, tener compasión, enseñar. Los podemos llamar los 'verbos del Pastor'.
El primero y el segundo están siempre asociados a la actitud de Jesús: de hecho su mirada no es la de un sociólogo o la de un fotoreporter, porque Él mira siempre “con los ojos de corazón”.
Estos dos verbos: 'ver' y 'tener compasión', configuran a Jesús como el Buen Pastor. También su compasión no es solo un sentimiento humano, pero es la conmoción del Mesías en la que se hizo carne la ternura de Dios. Y de esta compasión nace el deseo de Jesús de nutrir a la multitud con el pan de su palabra.
O sea, enseñar la palabra de Dios a la gente. Jesús ve; Jesús tiene compasión; Jesús enseña. ¡Que bello es esto!
Y he pedido al Señor que el espíritu de Jesús, el Buen Pastor, me guiase durante el viaje apostólico que realicé los días pasados en América Latina, que me permitió visitar Ecuador, Bolivia y Paraguay.
Agradezco a Dios con todo el corazón por este don. Agradezco a los pueblos de estos tres países, su cariñosa y calurosa acogida y por su entusiasmo.
Y renuevo mi agradecimiento a las autoridades de estos países por su acogida y colaboración. Con gran cariño agradezco a mis hermanos obispos, sacerdotes, a las personas consagradas y a todas las poblaciones por el calor humano con el que han participado.
Con estos hermanos y hermanas he alabado al Señor por las maravillas que ha obrado en el Pueblo de Dios en camino en aquellas tierras. Por la fe que ha animado y anima su vida y su cultura. Y lo hemos alabado también por las bellezas naturales con las cuales ha enriquecido a estos países.
El continente latinoamericano tiene grandes potencialidades humanas y espirituales, custodia los valores cristianos profundamente radicados, pero vive también graves problemas sociales y económicos.
Para contribuir a su solución, la Iglesia está empeñada en movilizar las fuerzas espirituales y morales de sus comunidades, colaborando con todas las componentes de la sociedad.
Ante los grandes desafíos que el anuncio del Evangelio tiene que enfrentar, he invitado a alcanzar de Cristo Señor, la gracia que salva y que da fuerzas al empeño del testimonio cristiano, a desarrollar la difusión de la palabra de Dios, para que la importante religiosidad de aquellas poblaciones pueda siempre ser testimonio fiel del Evangelio.
A la materna intercesión de la Virgen María, que toda América latina venera como patrona con el título de Nuestra Señora de Guadalupe, confío los frutos de este inolvidable viaje apostólico».
Después de rezar el ángelus el Papa dice las siguientes palabras.
 
«Queridos hermanos y hermanas.
Saludo a todos cordialmente, romanos y peregrinos. Saludo en particular a los jóvenes de la Diócesis Pamplona y Tudena, de España.
Saludo a las hermanas de la Sagrada Familia de Nazaret reunidas en Roma con motivo del capítulo general; a la orquesta de Offanengo-Casalbuttano; a los coros de Vigo Cavedine (Trento); a los jóvenes voluntarios en el Convento di Arco di Trento, a los jóvenes de Meana Sardo y a aquellos que participan a la vacación organizada por el INPS de Pomezia; a los jóvenes de la Acción Católica de Mellaredo y Rivale (Padua).

Les deseo a todos un buen domingo, y no se olviden de rezar por mi. Y ¡'Buon pranzo e arrivederci!».