lunes, 30 de junio de 2014

ZENIT: 30 junio. Más mártires que en los orígenes

más mártires que en los primeros siglos
El papa Francisco indicó este lunes que son perseguidos o 'expulsados con guantes blancos'. Los mártires son los mayores testigos
P30 de junio de 2014 (Zenit.org) - "Hay más mártires en la Iglesia que en los primeros siglos", perseguidos, como en Oriente Medio, o "expulsados de forma elegante, con guantes blancos".
Lo indicó este lunes el papa Francisco en su misa cotidiana en la Casa de Santa Marta, en el día de la memoria de los santos mártires de los primeros tiempos de la Iglesia romana, inmolados a los pies de la colina del Vaticano por orden de Nerón tras el incendio de Roma en el año 64.
El Papa ha recordado la oración inicial de la misa, donde se recuerda que el Señor ha "fertilizado con la sangre de los mártires de los primeros brotes de la Iglesia de Roma" como "del crecimiento de una planta" y esto nos hace pensar en lo que Jesús dijo:"el reino de los cielos es como un hombre que ha arrojado la semilla, luego se va a su casa" y dormido o despierto "la semilla crece, brota, sin que él sepa cómo".
Esta semilla -precisó el Santo Padre-- es la Palabra de Dios que crece en el Reino de Dios, se convierte en la Iglesia gracias a "la fuerza del Espíritu Santo" y "el testimonio de los cristianos."
"Sabemos que no hay crecimiento sin el Espíritu: es Él quien hace crecer a la Iglesia, es Él que llama a la comunidad de la Iglesia, pero también requiere del testimonio de los cristianos. Y cuando el testimonio llega al final, cuando las circunstancias históricas nos piden un testimonio fuerte, están los mártires, los mayores testigos. Y la Iglesia viene regada por la sangre de los mártires. Y esta es la belleza del martirio. Comienza con el testimonio día tras día, y puede terminar como Jesús, el primer mártir, el primer testigo, el testigo fiel: con la sangre" dijo.


"Pero hay una condición -recordó Francisco- para el testimonio, para ser verdad debe ser sin condiciones". "
Hemos escuchado el Evangelio que narra de uno que le dice al Señor que lo seguirá, pero después de ir a enterrar a su padre... el Señor se lo impide:"¡No! '. Porque “el testimonio es sin condiciones. Debe ser firme, debe ser decisivo, debe ser con el lenguaje que Jesús nos lo dice, tan fuerte: 'Vuestro lenguaje es sí, sí, no, no'. Este es el lenguaje de los testigos".
Es cierto que muchos cristianos han sido perseguidos en la época de Nerón, recordó el santo padre Francisco, pero "hoy en día no son menos."  porque "hoy  hay tantos mártires en la Iglesia, muchos cristianos son perseguidos. Pienso en el Medio Oriente, los cristianos que han de huir de la persecución, los cristianos asesinados por sus perseguidores. También a los cristianos expulsados en forma tan elegante, con guantes blancos: es también una persecución. Hoy son muchos los testigos, hay más mártires en la Iglesia que en los primeros siglos”.

E invitó a seguir la santa misa “recordando nuestros gloriosos antepasados, aquí en Roma, también pensamos en nuestros hermanos y hermanas que viven perseguidos, que sufren y que con su sangre hacen crecer la semilla de muchas iglesias pequeñas que nacen. Oremos por ellos y por nosotros".

30 junio: Temas de la Liturgia del día

Las llamadas de Jesús
             Hoy hay plato doble, aunque ahora tenga que ser más breve; el tiempo come.
             Las lecturas de hoy nos presentan en el Evangelio (Mt 8, 18-22) dos llamadas del Señor. Si alguien las quiere más desmenuzadas y estudiadas, puede verlas en TRASPASANDO LA VENTANA, que presento esta tarde, si Dios quiere, a las 8 de la tarde, en el Salón de Actos de los Jesuitas (Málaga).
             Dos llamadas. ¡Que no dos respuestas!..., al menos a lo que parece. Porque en las llamadas Jesús no pone las cosas de color de rosa. Jesús va a lo verdadero y no pretende “atraer” como el que presenta a un niño un chupa-chup.
             Viene el primero muy decidido a seguir a Jesús adonde quiera que vaya. Precioso. Jesús le responde que las zorras tienen madriguera y los pájaros nido, pero que el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza. O sea: esto no es un paseo triunfal.
             ¿Siguió adelante el doctor en leyes? No dice nada el Evangelio. Mi sospecha viene de que no se da el nombre del que se ofreció. Y un individuo sin nombre en un caso como éste, me deja que pensar.
             Llega otro, que ya era discípulo, y le plantea el caso de costumbres judías de que el hijo soltero menor ha de permanecer cuidando a su padre hasta que fallezca. Y el tal discípulo lo comunica a Jesús: Déjame ir hasta que entierre a mi padre. Y Jesús, que siempre es tan humano le hace caer ven la cuenta de que esa costumbre puede y debe cambiar cuando alguien como él está en el discipulado. Porque tiene otros hermanos que pueden hacer esa labor. Y si él está llamado a una misión, ¡que los hermanos asuman la responsabilidad, y no sea él quien tenga que renunciar a la suya como discípulo.
             ¿Qué hizo?  Otro que se va “sin nombre”… ¡Mala señal!
             Todo lo cual no es la materialidad de los hechos sino la seriedad en la vida cuando ha entrado por medio una llamada de Jesús. Ni es “norma” insalvable. Es un paradigma que está enseñando que con el evangelio no se juega…, que con Jesús no debemos soñar mantequillas… Jesús es mucho más recio. Tan recio como de gran Corazón. Lo que no se puede es dejarlo en un “buenazo”, porque eso es desvirtuar a Jesús y al mismo Evangelio.
             Por tanto, si el primero de éstos aceptó vivir sin “madriguera” y sin “nido” que cobije y suavice, siguió a Jesús. Si quería pero en realidad no dio el paso, estamos ante el llamado que no sigue adelante porque había equivocado su planteamiento.
             Si el otro aceptó seguir como discípulo y que sus hermanos acompañaran a su padre, fue uno que entendió el amor a Dios sobre TODAS las cosas.  Si se dejó llevar e influir por sus afectos humanos o las “leyes” añadidas, dejó la oportunidad de haber tenido un nombre junto a Jesús.
             Esa es la vida del creyente verdadero. Ese es el espejo donde mirarse.

             Amós (3, 1-8; 4, 11-12) presenta un estilo novedoso en la redacción de su profecía. Si vamos al fondo, nos está presentando el mismo tema de Jesús, aplicado a realidades sociales. A Dios no le agradan las “religiosidades” que se dejan atrás las atenciones a los más necesitados. Y –siguiendo el estilo propio del carácter judío- expone a un Dios que venga los abusos que se cometen.  O sea: lo que los humanos solemos decir: “esto no tiene perdón de Dios”, o bien “esto no se queda así”. Lo que nosotros pensamos habitualmente, es lo que el profeta ha escrito. Y naturalmente, poniendo a Dios por medio, porque un judío de entonces no podría concebir nada si no es con la intervención directa de Dios.


             Que el Corazón de Jesús cierre este mes colmándonos de bendiciones. Que su Corazón se vuelque sobre nosotros. Que nosotros nos dispongamos a vivir el AMOR A DIOS  través del Corazón de Jesucristo, encontrando su grandes y su cercanía, su exigencia y su ternura, su poder y su misericordia a través de los SANTOS EVANGELIOS. No hay libro más grande…, en su pequeño tamaño. Ni libro voluminoso que llegue al inmenso TAMAÑO de los 4 Evangelios.

DEBAJO HAY OTRA ENTRADA

30 junio: PENSANDO TRAS LA IMAGEN...

PRESENTACIÓN
DEL LIBRO
“TRASPASANDO LA VENTANA”
Del P. Manuel Cantero S.I.
30 junio.- 8 tarde
Salón de Actos de los Jesuitas
(Málaga)
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AL PASO DE LA PROCESIÓN
             Ayer tarde/noche recorrió algunas calles de Málaga la PROCESIÓN DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. Pude hacer el recorrido completo tras la Imagen procesional. Tres horas silenciosas en las que piensa un mucho, ve mucho, goza mucho y sufre mucho.
             Tres horas. Presidiendo de capa un Padre jesuita de 85 años que, hasta tuvo resuello para añadir unas palabras entrecortadas al final de la procesión.
             Tres horas muy preparadas y dignamente preparadas por un equipo que cada año ha de preparar mil detalles y salvar dificultades, perder tiempo y sueño, para hacer posible que el Corazón de Jesús pase por las calles de Málaga con su brazo extendido de protección y bendición.
             Tres horas también beneméritas de la Banda de “La Cruz del Humilladero”, con un trabajo constante y de calidad en sus jóvenes componentes, en sus dignos responsables que, incluso ayudan en poner un cierto orden en ese leve espacio que corresponde a la “presidencia”
             Tres horas de los Portadores de Trono. Y no digo ahora “Hombres de Trono” porque ayer estrenamos también Mujeres. Todos con su mérito. Aunque creo que este año adolecieron de cierta falta de saber estar en su sitio. Y lo digo juntamente hablando de su VARAL y su PUESTO, y lo digo de su seriedad. [Ayer comentaba uno de ellos, en alguna de las paradas, después que el capataz de cola se desgallitaba: “nos ha aplaudido la gente y hemos hecho lo que nos ha dado la gana”].
             Tres horas de fieles acompañando la Imagen del Sagrado Corazón. Por supuesto en la forma típica de Málaga: al mogollón, con cierta carencia del sentido auténtico procesional. Pero así es Málaga y así sabe hacerlo “su piedad”. Su piedad, “sus promesas”, y toda esa idiosincrasia de nuestros fieles. También ellos bajo el paraguas protector del brazo extendido del Corazón de Jesús.
             Tres horas del Apostolado de la Oración, que ha trabajado todo el año para hacer posible estas tres horas. Todo un año formando su mente en los actos propios del Apostolado (PRIMEROS VIERNES) y aprendiendo en la ESCUELA DE ORACIÓN (terceros Viernes del mes). Que por las edades, y por la fecha, y por las circunstancias, no estuvieron todos los que son.

             Tres horas… No sé qué diría aquí, porque querría expresar la vivencia o experiencia de Dios de los Padres Jesuitas, los especialmente encargados por los Papas y por sus órganos superiores (Congregaciones Generales y Padres Generales) para ser garantes de este CULTO al Sagrado Corazón. Jesuitas involucrados en la experiencia de Dios y por tanto dando así cauce a su emblemática misión de vivir y hacer A MAYOR GLORIA DE DIOS. Pues sí: tres horas que testimonian el sentir de una Comunidad, la unión en una misión común, el saber que ninguno es “dueño” de una parcela sino que la MISIÓN ES COMPARTIDA. Pasé tres horas, pues, detrás de la imagen, pensando en todas estas cosas, y pudiendo saborear lo que es PROCESIONAR, progresar, caminar hacia…, sabiendo bien un destino, que en la procesión es “regresar a su Templo”, pero que en la vida es sentirse MUY RESPONSABLES de un camino hacia un encuentro con Dios. Por tanto, en CARIDAD, EN UNIÓN, EN COLABORACIÓN, EN EL UNO PARA TODOS Y EL TODOS PARA UNO. Si no fuera así, tengo que reconocer que todas esas “otras experiencias”, sonarían un tanto desafinadas. [Ayer se dio la circunstancia de un bromista que se puso cerca de la Banda con una corneta de plástico, que traía locos a los directores porque eran sonidos desatalentados en medio de la buena armonía de “nuestra Banda”]. Pues algo de corneta desafinada me serían las “otras experiencias” cuando no estuvieran integrados sus directores en una armonía ejemplar ante este PROGRESAR (=procesionar) de la imagen de Corazón de Jesús, como colofón de todo un año, y como emblema de una Iglesia DEL SAGRADO CORAZÓN, que puede aún lucir el palmito de atraer a tantos fieles alrededor de las celebraciones que se han tenido estos días pasados en culto al Corazón de Jesucristo, ese ENCARGO QUE TIENE ENCOMENDADO LA COMPAÑÍA DE JESÚS.

domingo, 29 de junio de 2014

ZENIT: Preocupación del Papa: IRAK

Irak, que no sea desmembrado
Texto completo del Papa antes de la oración realizada ante miles de fieles en la plaza de san Pedro. Dios nos perdona y transforma nuestra oscuridad del pecado en un alba de luz
29 de junio de 2014 (Zenit.org) - Después de la solemne misa por la fiesta de los apóstoles san Pedro y san Pablo, el papa Francisco desde su estudio en el Vaticano, que da hacia la plaza de San Pedro, rezó el ángelus junto a los miles de peregrinos allí presentes y les dirigió las siguientes palabras.
“Queridos hermanos y hermanas, buenos días.
Desde los tiempos antiguos la Iglesia de Roma celebra a los apóstoles Pedro y Pablo en una única fiesta, el mismo día, el 29 de junio. La fe en Jesucristo los ha vuelto hermanos y el martirio los ha hecho volverse una sola cosa. San Pedro y san Pablo, tan distintos entre ellos en el plano humano, fueron elegidos personalmente por el Señor Jesucristo y respondieron a su llamada ofreciendo toda su vida. En ambos la gracia de Cristo ha cumplido grandes cosas, los ha transformado: ¡Y cómo los ha transformado!
Simón había negado a Jesús en el momento dramático de la pasión; Saulo había perseguido duramente a los cristianos. Pero ambos acogieron el amor de Dios y se dejaron transformar por su misericordia. Así se volvieron apóstoles y amigos de Cristo. Por esto ambos siguen hablando a la Iglesia y aún hoy nos indican el camino de la salvación.
También a nosotros, que si por caso cayéramos en los pecados más graves y en la noche más oscura. Dios es siempre capaz de transformarnos como transformó a Pedro y Pablo, transformarnos el corazón y perdonarnos todo, transformando así nuestra oscuridad del pecado en un alba de luz. Porque Dios es así, nos perdona, nos transforma siempre como lo hizo con Pedro y como lo hizo con Pablo.
El libro de los Actos de los Apóstoles muestra muchos aspectos de su testimonio. Pedro por ejemplo nos enseña a mirar a los pobres com mirada de fe y a donarle a ellos lo más precioso que tenemos: la potencia en el nombre de Jesucristo. Esto ha hecho con aquel paralítico, le dio todo lo que tenía, a Jesús.
Sobre Pablo se cuenta tres veces el episodio del llamado en el camino de Damasco, que marca el cambio de su vida, marcando claramente un antes y después. Antes Pablo era un acérrimo enemigo de la Iglesia. Después pone toda su existencia al servicio del evangelio.
También para nosotros, el encuentro con la palabra de Cristo puede transformar completamente nuestra vida. No es posible escuchar esta Palabra, y quedarse quietos en el propio lugar, quedarse detenido en las propias costumbres. Esta nos lleva a vencer el egoísmo que tenemos en el corazón para seguir con decisión a aquel Maestro que ha dado la vida por sus amigos.
Porque es Él que con su palabra nos cambia, es Él que nos transforma, es Él que perdona todo si abrimos el corazón y pedimos perdón.
Queridos hermanos y hermanas, esta fiesta despierta en nosotros una gran alegría, porque nos pone delante de la obra de la misericordia de Dios en el corazón de dos hombres, es la obra de la misericordia de Dios, en estos dos hombres que eran grandes pecadores. Y Dios que quiere colmarnos también a nosotros con su gracia, como lo hizo con Pedro y Pablo.
Que la Virgen María nos ayude a acogerla como ellos, con corazón abierto, a no recibirla en vano. Y nos sostenga en la hora de la prueba, para dar testimonio de Jesús y de su Evangelio. Lo pedimos en particular hoy, para los arzobispos metropolitas que han sido nombrados en el último año, que esta mañana han celebrado conmigo la eucaristía en San Pedro. Los saludamos junto a sus fieles y familiares y rezamos por ellos".
Agelus Domini...
Después de rezar el ángelus el Papa indicó su preocupación “Las noticias que nos llegan desde Irak, son lamentablemente muy dolorosas. Me uno a los obispos del país y hago un llamado a los gobernantes para que a través del diálogo se pueda preservar la unidad nacional y evitar la guerra. Estoy cercano de las miles de familias, especialmente cristianas, que han tenido que dejar sus casas porque están en grave peligro. La violencia genera otra violencia; el diálogo es la única vía hacia la paz. Y rezó por esta intención un Ave María junto a los fieles y peregrinos.
Saludó también a los fieles de Roma en la fiesta de sus santos patronos, así como a los familiares de los arzobispos metropolitas que esta mañana recibieron el palio, así como a las delegaciones que les acompañaron.
Y también a los artistas “de tantas partes del mundo que han realizado esta 'infiorata'” (una gran alfombra con pétalos de flores a lo largo de cuatro cuadras. Y añadió: “Son buenos estos artistas de tantas partes del mundo que han realizado esta gran 'infiorata'” Y reiteró: “son buenos, felicitaciones”.
A continuación saludó a varios grupos de peregrinos entre los cuales los españoles de Cádiz, Elche de la Sierra y de Parla, Madrid, así como a los numerosos alfombristas que han participado en la gran muestra floral. 

Y concluyó pidiendo oraciones por él y con su ya famoso "Buona domenica" y "buon pranzo". 

29 Junio: LOS PILARES DE LA IGLESIA


Domingo 29:
Procesión del Sagrado Corazón (Málaga)

A las 7'30
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Lunes 30
Presentación del libro del P. Cantero S.I.
TRASPASANDO LA VENTANA
Salón de Actos de los Jesuitas
en C/ Compañía (Málaga).
A las 8 de la tarde.

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SANTOS PEDRO Y PABLO

             Prevalece el la liturgia de hoy la fiesta de los dos apóstoles a la que hubiera correspondido el “domingo”. San Pedro y San Pablo son considerados las columnas o pilares de la Iglesia. Simón Pedro que vio al Señor, que lo trató con toda familiaridad, que fue el discípulo aventajado y elegido especialmente por Jesús. Pablo, que no vio al Señor; no lo conoció físicamente, personalmente, y sin embargo fue el apóstol ardiente que lo predicó y lo llevó al mundo. También a él lo eligió Jesús, aunque tuviera que hacerlo por muy diverso procedimiento.
             A ambos les preguntó Jesús (de diverso modo): Y tú ¿quién dices que soy Yo? Simón respondió con pocas palabras la esencia de todo el Evangelio: Tú eres el Mesías, el hijo de Dios vivo. Y Jesús le respondió –por su parte-: Y yo, a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta ROCA edificaré mi Iglesia, y las fuerzas del infierno no le podrán.
             Cuando al cabo de los años, ya ausente Jesús (que ha subido al Cielo), Simón Pedro haya de encontrarse con la persecución y la práctica condena a muerte, las fuerzas infernales –encarnadas en aquello dirigentes judíos- son burladas por “el ángel de Dios”, que hace caer las cadenas y abre las puertas y pone en libertad a Pedro. LA ROCA NO PUEDE SER TRITURADA. La ROCA permanece.
             Han pasado los siglos –muchos siglos-; muchos “pedros” han sido encarcelados y puestos en trance de muerte…, ¡y hasta morir! La Roca sigue inexpugnable.
             Lo que no quita que hoy esté vigente –y mucho- la pregunta aquella de Jesús, pero dirigida a mí: Y tú, quien dices que soy Yo. Quisiera Jesús oír de nuestros labios respuestas tan contundentes como aquella vez escuchó de Simón…  Quisiera Jesús poder decirnos a nosotros: Y yo a mi vez te digo que eso te lo ha revelado mi Padre. Y que TÚ ERES… [Es aquí donde puede surgir una reflexión muy honda. Se me viene a la mente aquellos versos maravillosos: ¿Somos los hombres de hoy aquellos niños de ayer? Porque causa escalofrío comparar la fe a machamartillo de nuestros padres (“aquellos niños de ayer”)…, la defensa de la fe que supieron llevar adelante (aunque a más de uno le costó la vida)… Y comparar con “estos hombres de hoy” que vivimos adormecidos, que nos dejamos enervar por “el agua templada –ni fría ni valiente-, y que casi sentimos a las espaldas aquellas palabras del Apocalipsis: porque no eres frío ni caliente, provocas nauseas… Hoy Jesús también quiere decirnos: TÚ ERES…, y poner detrás un nombre nuevo, un nombre que corresponde al momento presente, en las circunstancias presentes, en la urgencia presente... Pero somos los hombres de hoy aquellos niños de ayer? ¿Las medias tintas “del infierno” no minan cimientos personales que parecían inalterables? Ojalá no sea. Pero no quiero eludir la pregunta, por si acaso.
             A aquel Pedro, ROCA, el Señor le desató las cadenas para que diera testimonio público de Jesús. Nada pudieron con él ni los odios religiosos ni es “pasteleo” político de unos jefes que se dejaban llevar “por el populacho y la demagogia”…: ellos habían decapitado ya a Santiago y como el pueblo pareció gustar del espectáculo, por eso apresan ahora a Pedro. [La “política no ha variado mucho en estos 20 siglos…]
             San Pablo, a punto ya en sus últimos días, hace un balance de su vida, y puede mirar gozosamente su misión cumplida: Yo estoy a punto de ser sacrificado. He corrido bien mi combate; ha mantenido la fe. Me queda que aguardar esa corona que Jesús ha prometido, y no sólo a mí, sino a todos los que tienen amor a mi venida.
            
             Nos unimos hoy a San Pedro y a San Pablo, que vivieron y realizaron la misma Eucaristía que nosotros. Lo que hace falta es que esa fuerza eucarística nos una en un mismo modo de hacer: en una confesión de fe como la de Pedro (que llevó hasta las últimas consecuencias); en una exigencia como la de Pablo (que llamó severamente la atención a quienes celebraban la Eucaristía pero no vivían según la Eucaristía).
             Por eso, ante la Eucaristía podemos y debemos recitarnos –en oración reflexiva y escrutadora: ¿somos los cristianos de hoy, aquel Pedro y Pablo de ayer?

sábado, 28 de junio de 2014

28 junio: Corazón de María

Domingo 29:
Procesión del Sagrado Corazón   (Málaga)
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Lunes 30
Presentación del libro del P. Cantero S.I.
TRASPASANDO LA VENTANA
Salón de Actos de los Jesuitas
en C/ Compañía (Málaga)
8 de la tarde
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Corazón Inmaculado de María
             El calendario litúrgico sitúa hoy la conmemoración del Corazón inmaculado de María. Digo yo que debe ser por la proximidad a la gran solemnidad de ayer, la del SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS. No tiene esta conmemoración un rango litúrgico especial, hasta el punto que se impone la memoria del mártir San Ireneo. No obstante, una parada en el Corazón de María, merece la pna.
             El CORAZÓN de María aparece más de una vez en el Evangelio, unas veces de modo explícito y otras no. Pero aún en esas otras que no se hace referencia al corazón de María, no podemos menos que sentir que sólo quien tuvo tan inmaculado corazón, tan abierto a Dios en plenitud, pudo ser quien acogiera de par en par la llamada primera que nos consta: en la anunciación del ángel. Un sí incondicional y tan difícil, no se da con la cabeza; sólo se puede dar desde el corazón, ese “sexto sentido” tan propio de la mujer, con el que sobrepasa todas las lógicas humanas.
             Desde ahí a su ida a casa de Isabel, su afrontar la dificultad de un esposo que está dispuesto a marcharse, una ida a Belén tan a la aventura…, y tan penosa porque no hubo lugar para ellos…, y el posterior “silencio” de normalidad en Nazaret…, todo eso no se podía afrontar sino desde un Corazón limpio como el agua cristalina, capaz de reflejar a Dios sin obstáculos.
             Pero el día que Jesús se queda en el Templo a los 12 años y les hace pasar aquella tortura a María y José…, y María –al encontrarlo al tercer día- reprocharle amorosamente que lo hayas hecho así con nosotros, la respuesta del niño la desbanca…, no tiene dónde agarrarse…, y ahí se abre el arcón de los misterios de ese Corazón inmaculado, parta bajar la cabeza sin comprender nada, pero guardar todo aquello en su Corazón. ¡Esto es lo enorme! Ahí es donde se ve la grandeza de aquel Corazón. Corazón silencioso de Madre que no entiende ya nada, pero ni discute, ni se queda con la molestia dentro, ¡Tiene Corazón…, y eso es suficiente!
             Esa es la conmemoración de hoy…, el inmenso ejemplo para todos, y sobre todo para la verborrea de tantos, a veces enfermiza, que parece que tienen que ir “radiándolo” todo, cuando se está tan precioso con el silencio interior bien dispuesto para dejarlo llenar de Dios. ¡Y porque Dios espera ese silencio!, esa “agua clara”, ese espacio donde poder Él hablar y tocar un alma. Guardar en el corazón hasta que rebose…, aunque el arcón que Dios nos ha dado en la VIDA INTERIOR es tan grande, que no está lleno nunca en esta vida.

             Estamos concluyendo el MES DEL CORAZÓN DE JESÚS. La brisa de ese divino Corazón ha pasado por nosotros –y sigue pasando-. Ayer estaba nuestra Iglesia totalmente llena en la Concelebración Eucarística que cerraba la Novena. En un mundo descorazonado (así empezó la reflexión de esos días), está demostrado que la gente anhela, ansía, necesita…, del CORAZÓN DE JESUCRISTO. Es evidente que cada uno a su manera, desde quien confunde la Custodia con una “cruz” y al Santísimo con “unas reliquias”…, pero ahí está, hasta quienes vienen con el alma en las manos para confiarse a ese divino Corazón que nos invira a llegar a Él y llevarle nuestras angustias y agobios y depositárselos en su Corazón…, con la promesa de que Yo os aliviaré. ¡Y necesitamos de muchos alivios! Sea porque la población envejece, sea porque se vive con más penuria, sea porque el alma lo pide a gritos, los creyentes (aunque sean muchos “a su manera”) vienen necesitados del Corazón de Jesús, que tanto ha amado…, y del que necesitan sentirse acogidos y abrazados en el calor ardiente de un pecho amoroso.

              Y no es que Jesús no promete vivir ahora en una ciudad de casas de chocolate. Lo que sí nos dice es la muy diferente manera de vivir nuestras penurias y sufrimientos cuando nos hemos acogido a su Corazón. Porque ahora el yugo es suave y la carga, ligera. ¿Cómo es posible? Porque ahí está Jesús metiendo el hombro bajo nuestras cargas para ayudarnos a llevarlas un poquito más suavemente. Nuestros yugos y nuestras cargas nos abruman. De pronto se nos plata delante el Corazón de Cristo, EL AMOR DE DIOS, la fuerza de la fe, y parece que nos inyectan vida y fuerzas. A lo peor, no ha cambiado nada de lo que cargaba sobre nosotros. Y sin embargo un Corazón amigo ha sabido ponernos alas para poder seguir nosotros adelante.

viernes, 27 de junio de 2014

ZENIT, 27 junio: Dios busca como papá a su niño

Dios busca al hombre, con una relación papá-niño
El papa Francisco explica este viernes, que para entender el amor de Dios, el hombre tiene que buscar la pequeñez
 27 de junio de 2014 (Zenit.org) - Este viernes, fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, el papa Francisco en la homilía de su misa diaria en la Domus Santa Marta, indicó que Dios necesita que el hombre se haga pequeño para poder comunicarle su amor.
Porque Dios no espera pero da, no habla sino actúa. El Santo Padre habla del 'corazón' de Jesús, celebrado en la liturgia. Dios, dijo, “nos da la gracia, la alegría de celebrar en el corazón de su Hijo las grandes obras de su amor. Se puede decir que hoy es la fiesta del amor de Dios en Jesucristo, del amor de Dios por nosotros”.
“Hay dos aspectos del amor. Primero, el amor está más en el dar que en el recibir. El segundo: el amor está más en las obras que en las palabras. Cuando decimos que está más en el dar que en el recibir, es porque el amor se comunica: siempre comunica. Y es recibido por el amado. Y cuando decimos que está más en las obras que en las palabras, es porque el amor siempre da la vida, hace crecer”.
Para entender el amor de Dios, el hombre tiene que buscar una dimensión inversamente proporcional a la inmensidad: es la pequeñez, “la pequeñez del corazón”. 
Moisés, ha indicado el Papa, le explica al pueblo judío que fueron elegidos por Dios porque eran 'el más pequeño de todos los pueblos'. Y Jesús en el evangelio alaba al Padre porque “ha escondido las cosas divinas a los doctos y las ha revelado a los pequeños”. O sea que Dios busca al hombre, con “una relación papá-niño” y lo acaricia y le dice: “Yo estoy contigo”.
“Esta es la ternura del Señor, en su amor; Él nos comunica esto, y nos da la fuerza de su ternura. Pero si nos sentimos fuertes, nunca tendremos la experiencia de la caricia del Señor, las caricias tan bellas del Señor... tan bellas.
“No temas, yo estoy contigo y te tomo de la mano...”. Son palabras del Señor que nos hacen sentir aquel misterioso amor que Él tiene por nosotros. Y cuando Jesús habla de sí mismo, nos dice: “Yo soy manso y humilde de corazón”. También Él, el Hijo de Dios se abaja para recibir el amor del Padre”. Otra prueba particular del amor de Dios --indicó el Pontífice-- es que Èl nos ha amado primero, Él se encuentra siempre antes que nosotros, y nos espera.
Y el papa Francisco, concluye su homilía pidiendo a Dios la gracia “de entrar en este mundo tan misterioso, de anonadarnos y de tener este amor que se comunica, que nos da alegría y nos lleva por el camino de la vida como un niño, de la mano”.
“Cuando nosotros llegamos, Él está, cuando lo buscamos, Él nos ha buscado antes. Él siempre esta adelante de nosotros, nos espera para recibirnos en su corazón, en su amor.

Y estas dos cosas pueden ayudarnos a entender este misterio del amor de Dios hacia nosotros. Para expresarse necesita de nuestra pequeñez, de nuestro abajarnos. Y también necesita nuestro estupor cuando lo buscamos y lo encontramos allí, esperándonos”.

27 junio: SOLEMNIDAD DEL CORAZÓN DE JESÚS

Novena al Sagrado Corazón
Día 9º: Venid a Mí
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DÍA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS


     La historia conocida comenzó cuando la Creación del mundo. Dios no quiso quedar “encerrado” en su inmensidad eterna y abrió las compuertas de su amor para dar hacia fuera todo lo que llevaba dentro. Y SU AMOR creó el Cielo y la Tierra, el mar, los montes, la vegetación, los peces, las aves y los animales terrestres. Y su plan amoroso y ordenado fue que todos sirvieran a todos. Pero el día que “se le fue la mano”, creó una imagen de sí mismo, a la que llamó “hombre” y “mujer”. Y –viendo todo tan bien hecho- ahí el amor perdió el tino, y Dios entregó el mundo entero en las manos de aquellos seres, para que ellos embellecieran la tierra, viviesen felizmente en ella, se multiplicasen la llenasen de otros seres como ellos… Casi que Dios les había dado el poder de crear.
             Y tanto pretendió ser dueño…, y tanto pretendió “crear” que hasta quiso el ser humano crear un dios…: ser ellos como Dios y llevar el mundo a su antojo. Y desgajó aquel símbolo de la fidelidad que era el árbol del bien y del mal, el árbol de la vida. Y al desgajarlo, se encontró con la muerte, y con que esos pretendidos “diosecillos” teniendo que salir –humillados- del Paraíso. Habían tronchado EL AMOR DE DIOS.
             Pero ¡ca! A Dios no le vence el mal. Y el amor de Dios metió el “su taller de reparaciones” aquel despojo, y sacó adelante un nuevo proyecto más llamativo que el primero. Porque ahora no era sólo Él quien hacía. Ahora implicaba al mismo ser humanos. A mujer, mujer; a varón, varón… A los que desobedecieron, otros dos prototipos de la obediencia y la fidelidad: UNA MUJER y un DESCENDIENTE DE LA MUJER. Y el AMOR DE DIODS se volvía a poner en marcha, y con piezas de repuesto disponibles, por si acaso.
             Y ocurrió el “mal acaso” y el pueblo escogido para realizar sus promesas de AMOR se volvió a construir becerros de oro, soberbias de vida, adulterios contra el amor… Oseas nos representará el inmenso drama del CORAZÓN DE DIOS, De una parte, despechado, casi que querría quitarse de en medio a aquella “esposa” que le falla una y otra vez con su prostitución… Y Oseas lucha entre humillarla y aplastarla contra el polvo de la vergüenza, y acogerla y llevársela de nuevo para volver a hacer con ella su viaje de novios y atraerla para siempre. Y Dios-AMOR opta por esa nueva luna de miel.
             Y UN DÍA el amor ya no se queda dentro del pecho divino sino que lo plasma visible en EL DESCENDIENTE…, en JESÚS, el Hijo de Dios que encarna todo EL AMOR DE DIOS, y que tanto ama al mundo que se entrega a la muerte para salvarlo. Desde el mismo cieno humano. Desde la misma cloaca. Allí se enfanga JESUCRISTO… Y vive la vida de los humanos, y sufre con ellos, y se entremezcla con sus carencias, y los va salvando de sus dolores, sus penurias, de sus tremendas limitaciones… Con EL AMOR sobrepasa los odios, las persecuciones, las incomprensiones. Aunque cae abatido precisamente por la misma humanidad a la que intentó enriquecer y hacer salir de su estiércol.
             Esa humanidad lo lanzó desde la tierra y lo plantó en una Cruz de muerte e ignominia. Y sin saberlo, estaba creando su propia salvación, porque puesto en alto, salvará a todos los que lo miren, y atraerá a todos hacia Él. La mayor prueba del amor es dar la vida por la persona que se ama…, y Jesús lo cumplió al pie de la letra.
             Y volvió “la adúltera”, inficionada de odio e inhumanidad, y remató la faena con una brutal profanación del cadáver de Jesús, abriéndole el pecho con la lanza de un soldado. Me acuerdo de aquella madre degollada por su hijo, a la que el hijo degüella y corre con la cabeza entre las manos… Tropieza y cae… Y la cabeza de la madre, rodando por suelos, PREGUNTA:
Hijo; ¿te has hecho daño?”
             Porque mientras el soldado profanaba el cadáver de Jesús en acción sacrílega, aquel CORAZÓN ABIERTO se ocupaba del bien de sus asesinos profanadores, y lo hizo devolviendo lo más preciado el amor: la propia Sangre… Y para que no hubiera duda de que lo daba todo, también dio el agua purificadora y regeneradora. Otra vez EL AMOR DE DIOS…: ¡volver a empezar!, ¡nacer de nuevo! ¡¡Ahí está el CORAZÓN DE JESÚS!!
             La HISTORIA DE AMOR que se comenzó con la Creación, no se ha roto nunca por parte de Dios. Más aún: Dios –“terco” en el amor- acaba por firmar y rubricar su absoluto compromiso de AMAR SIEMPRE… Jesús firma así el protocolo de Sangre de la nueva y ETERNA ALIANZA, para que todos los que estáis cansados, agobiados, hastiados, escandalizados, hartos…, podáis venir hasta MI CORAZÓN ABIERTO y adentraros en Él para hallar vuestro reposo, pues Yo tengo la mansedumbre y la ternura en el CORAZÓN.

             No os prometo agua de rosas. El yugo de la vida es una realidad y es inútil dar coces contra el aguijón. Pero Yo os prometo que –unidos a mi CORAZÓN- encontraréis suavidad y fuerzas en ese otro yugo mío, que es YUGO DE AMOR. Y a ese yugo se le puede cargar sin caer bajo el peso que aplasta. EL AMOR NUNCA APLASTA. Suaviza, ayuda…, ¡besa!

jueves, 26 de junio de 2014

Boletín Junio 2013

Hace un año: Boletín 46 (1ª)

En Junio 2013, páginas interiores

Vamos por Junio del 13 (2ª parte)

ZENIT, día 26:Las palabras de Jesús asombraban

las palabras de Jesús asombran el corazón del pueblo
En la homilía de este jueves, el Santo Padre explica porqué la gente del tiempo de Jesús le seguía a Él en vez de a otros
 26 de junio de 2014 (Zenit.org) - El pueblo sigue a Jesús porque reconoce que es el Buen Pastor. Lo ha indicado el papa Francisco en la misa de este jueves en Santa Marta. El Santo Padre ha advertido sobre quienes reducen la fe a moralismo, los que llevan a cabo una liberación política o buscan acuerdos con el poder.
Hoy el Papa se ha preguntado en la homilía ¿por qué tanta gente seguía a Jesús? Y así, Francisco ha explicado que Jesús era seguido por las masas porque "estaban impresionadas por su enseñanza", sus palabras "asombraban su corazón, el asombro de encontrar algo bueno, grande". Los otros sin embargo "hablaban, pero no llegaban al pueblo". De este modo, el Santo Padre ha enumerado cuatro grupos de personas que hablaban en el tiempo de Jesús. De los fariseos ha dicho el Papa que "hacían del culto a Dios, de la religión, una serie de mandamientos y de los diez que había, hacían más de trescientos" cargando "este peso" sobre las espaldas del pueblo. Y así "¡era una reducción de la fe en el Dios Vivo a la casuística!", ha señalado. Francisco ha reflexionado sobre las "contradicciones de la casuística más cruel": "¡Pero tú debes --por ejemplo-- cumplir el cuarto mandamiento! ¡Sí, sí, sí!; '¡Debes dar de comer a tu papá anciano, a tu mamá anciana!'; ¡Sí, sí, sí!; 'Pero sabe, yo no puedo porque he dado mi dinero al templo!'; '¿Tú no lo haces? ¡Los padres mueren de hambre!' Así: contradicción de la casuística más cruel. El pueblo los respetaba, porque el pueblo es respetuoso. ¡Los respetaba, pero no les escuchaba! Se iba...".
El Pontífice ha indicado a otro grupo: el de los saduceos. "Estos no tenían fe, ¡habían perdido la fe! Su tarea religiosa la hacían en la calle de acuerdo con los poderes: los poderes políticos, los poderes económicos. Eran hombres de poder", ha explicado.  El tercer grupo del que ha hablado ha sido el de los "revolucionarios" o los zelotes que "querían hacer la revolución para liberar al pueblo de Israel de la ocupación romana". Francisco ha señalado que el pueblo "tiene un buen sentido y ¡sabe distinguir cuando la fruta está madura y cuando no lo está! ¡Y no les seguía!"
A continuación, el Santo Padre ha indicado el cuarto grupo: "Era gente buena, se llamaban los esenios". De estos, el Papa ha indicado que "eran monjes que consagraban su vida a Dios". Sin embargo "estaban lejos del pueblo y el pueblo no podía seguirles". Así, Francisco ha explicado que estas "eran las voces que llegaban al pueblo y ninguna de estas voces tenía la fuerza de calentar el corazón del pueblo". Pero, "¡Jesús sí!", ha añadido. El Pontífice ha subrayado que "las multitudes estaban impresionadas: escuchaban a Jesús y el corazón se calentaba; ¡el mensaje de Jesús llegaba al corazón!" Y es que Jesús "se acercaba al pueblo" y "sanaba el corazón del pueblo", entendía las dificultades. Jesús --ha proseguido el Papa-- "no tenía vergüenza de hablar con los pecadores, iba a buscarles", "sentía alegría, le gustaba ir con su pueblo". Y esto sucede porque "Jesús es el Buen Pastor, las ovejas escuchan su voz y lo siguen".
El Pontífice ha indicado que por esto el pueblo seguía a Jesús, porque era el Buen Pastor: "no era ni un fariseo casuístico moralista, ni un saduceo que hacia negocios políticos con los poderosos, ni un guerrillero que buscaba la liberación política de su pueblo, ni un contemplativo del monasterio. ¡Era un pastor! Un pastor que hablaba la lengua de su pueblo, se hacía entender, decía la verdad, las cosas de Dios: ¡no negociaba nunca las cosas de Dios! Pero las decía de tal forma que el pueblo amaba las cosas de Dios. Por esto lo seguían".
En este punto, el Santo Padre ha invitado a preguntarse: "¿A mí a quién me gusta seguir? A quienes me hablan de cosas abstractas o de casuísticas morales; los que se dicen del pueblo de Dios, pero no tienen fe y negocian todo con los poderes políticos, económicos; los que quieren siempre hacer cosas extrañas, cosas destructivas, guerras llamadas de liberación, pero que al final no son el camino del Señor; o un contemplativo lejano?"

Para finalizar la homilía, el Santo Padre ha pedido que esta pregunta "nos haga llegar a la oración y pedir a Dios, el Padre, que nos haga llegar cerca de Jesús para seguir a Jesús, para asombrarnos de lo que Jesús nos dice".

ZENIT del día 25: "Soy cristiano; pertenezco a la Iglesia"

'soy cristiano'; apellido: 'pertenezco a la Iglesia'
 25 de junio de 2014 (Zenit.org) - Queridos hermanos y hermanas,
en la primera catequesis sobre la Iglesia, el miércoles pasado, hemos iniciado de la iniciativa de Dios que quiere formar un pueblo que lleva su bendición a todos los pueblos de la tierra. Comienza con Abraham y después, con mucha paciencia -- y Dios la tiene, tiene mucha-- prepara este pueblo en la Antigua Alianza hasta que, en Jesucristo, lo constituye como signo e instrumento de la unión de los hombres con Dios y entre ellos.
Hoy queremos detenernos sobre la importancia, para el cristiano, de pertenecer a este pueblo. Hablamos de la pertenencia a la Iglesia. No estamos solos y no somos cristianos a título individual, cada uno por su cuenta: ¡nuestra identidad cristiana es pertenencia! Somos cristianos porque nosotros pertenecemos a la Iglesia.
Es como un apellido: si el nombre es 'soy cristiano' el apellido es 'pertenezco a la Iglesia'. Es muy bonito darse cuenta cómo esta pertenencia sea expresada también en el nombre que Dios se atribuye a sí mismo.
Respondiendo a Moisés, en el episodio estupendo de la zarza ardiente, se define como el Dios de los padres, --no dice yo soy el Omnipotente-- Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob. De esta forma Él de manifiesta como Dios que ha hecho una alianza con nuestros padres y permanece siempre fiel a su pacto, y nos llama a entrar en esta relación que nos precede.
Esta relación de Dios con su pueblo nos precede a todos nosotros, desde aquel tiempo. En este sentido, el pensamiento va en primer lugar, con gratitud, a aquellos que nos han precedido y que nos han acogido en la Iglesia.
¡Nadie se hace cristiano por sí mismo! ¿Está claro esto? Nadie se hace cristiano por sí mismo. No se hacen cristianos en el laboratorio. El cristiano es parte de un pueblo que viene de lejos. El cristiano pertenece a un pueblo que se llama Iglesia y esta Iglesia lo hace cristiano, el día del bautismo, ¿se entiende? Y después con el recorrido de la catequesis, y tantas cosas. Pero nadie, nadie, se hace cristiano por sí.
Sí nosotros creemos, si sabemos rezar, si conocemos al Señor y podemos escuchar su Palabra, si lo sentimos cerca y lo reconocemos en los hermanos, es porque otros, antes que nosotros, han vivido la fe y después nos la han transmitido, la fe la hemos recibida de nuestros padres, de nuestros antepasados y ellos nos la han enseñado.
Si lo pensamos bien, quién sabe cuántos rostros queridos nos pasan delante de los ojos, en este momento: puede ser el rostro de los padres que han pedido para nosotros el bautismo; el de nuestros abuelos o algún familiar que nos ha enseñado a hacer el signo de la cruz y a recitar las primeras oraciones.
Yo siempre recuerdo mucho el rostro e la religiosa que me ha enseñado el catecismo y siempre me viene, está en el cielo seguro porque es una mujer santa, yo la recuerdo siempre y doy gracias a Dios por esta religiosa. O el rostro del párroco, de otro sacerdote, o de una religiosa, de un catequista, que nos ha transmitido el contenido de la fe y nos ha hecho crecer como cristianos. Esta es la Iglesia: es una gran familia en la cual se es acogido y se aprende a vivir como creyentes y discípulos del Señor.
Este camino lo podemos vivir no sólo gracias a otras personas, sino junto a otras personas. En la Iglesia no existe el 'hazlo tú', no existen 'bateadores libres'. ¡Cuántas veces el papa Benedicto ha descrito la Iglesia como un 'nosotros' eclesial! A veces sucede que se oye a alguien decir: "yo creo que Dios. Creo en Jesús, pero la Iglesia no me interesa..." ¿Cuántas veces hemos oído esto? Y esto no va.
Hay quien afirma poder tener una relación personal, directa, inmediata con Jesucristo fuera de la comunión y de la mediación de la Iglesia. Son tentaciones peligrosas y dañinas. Son, como decía, el gran Pablo VI, dicotomías absurdas. Es verdad que caminar juntos es laborioso, y a veces puede resultar cansado: puede suceder que algún hermano o alguna hermana nos dé problemas, o escándalo... Pero el Señor ha confiado su mensaje de salvación a las personas humanas, a todos nosotros, a los testigos; y es en nuestros hermanos y hermanas, con sus dones y sus límites, que viene a nuestro encuentro y se hace reconocer.
Y esto significa pertenecer a la Iglesia. Recordadlo bien, ser cristiano significa pertenecer a la Iglesia. El nombre es cristiano, el apellido es pertenencia a la Iglesia.

Queridos amigos, pidamos al Señor, por intercesión de la Virgen María, Madre de la Iglesia, la gracia de no caer nunca en la tentación de pensar poder prescindir de los otros, poder prescindir de la Iglesia, poder salvarnos solos, de ser cristianos de laboratorio. Al contrario, no se puede amar a Dios sin amar a los hermanos; no se puede amar a Dios fuera de la Iglesia, no se puede estar en comunión con Dios sin estarlo con la Iglesia y no podemos ser buenos cristianos si no junto a todos aquellos que buscan seguir al Señor Jesús, como un único pueblo, un único pueblo, y esto es la Iglesia. Gracias. ​​​​​​​​

26 de Junio: Sobre roca

Novena al Sagrado Corazón
Día 7º: La pasión del pueblo judío
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LA ROCA
             El Sermón del Monte concluye con una parábola de mucho fuste. Y más, si se tiene en cuenta por dónde ha empezado Jesús a hablar: por la diferencia total que hay de la palabrería religiosa a ponerse delante qué es lo que Dios quiere. Con un ejemplo gráfico –muy al estilo de su pedagogía- Jesús hace caer en la cuenta de los muchos que llegan a Él con un “Señor, Señor”…, o lo que hoy se traduciría igual: con muchas estampas y medallas y devociones y rezos de papagayos…, pero siendo un pueblo que está lejos de mí; su religión es de cosas humanas, y su corazón está en otras cosas. Y Jesús contrapone toda esa hojarasca externa (si se queda sólo en esas cosas), con lo que es buscar y hacer la voluntad de Dios. Porque la autenticidad de la fe tiene que empezar y que arraigarse en ese buscar hacer lo que Dios le agrada, y luego, saber aprovechar elementos que puedan ayudar y conducir a ello. Las devociones piadosas pueden ser instrumentos válidos, con tal que no sean el “lugar” de parada sino “pasos” de tránsito hacia lo fundamental. Y lo fundamental es hacer la voluntad de Dios.
             Entonces ilustra Jesús ese principio fundamental con la parábola de la casa construida sobre roca y la casa construida sobre arena. Cuando las parejas de novios se encuentran en el Ritual con esa lectura, la pasan de largo como quien le habla de las musarañas. Yo vengo advirtiéndoles de antemano que cuando lleguen a ese evangelio, cambien la palabra “casa” por “hogar”, “matrimonio”… Y entonces suelen elegir tal evangelio, porque tiene un enorme sentido a la hora de planificar una vida.
             Ahora también advierto que en vez de “casa” se ponga “oración”, “servicio al prójimo”, “actitudes personales” (religiosas y humanas y familiares), “carácter”, “vida interior”… Y a partir de ahí poder comprender qué dice Jesús cuando contrapone la casa construida sobre roda, que resiste todos los envites que le llegan desde fuera. Si Jesús dice: vientos, ríos que descargan contra la casa…, nosotros tenemos que leer: contrariedades, incomprensiones, malas interpretaciones, enfermedades, tragedias personales…, etc. Quien ha pasado de la verborrea o los modos externos de “religión” a la fe arraigada en Dios, ninguna de esas calamidades le tumba. Está asentado sobre roca.
             En el extremo contrario está quien construye sobre arena, aquel cuya religión está prendida de una estampa, un santo, una vela, una fotocopia, una amenaza, un problema fútil como “la partículas”, “las promesas”, una “práctica matemáticas” que han de repetirse bajo peligro de desgracias; o quien ha centrado “su fe” en si comulgar en la mano o en la boca, de pie o de rodillas. Quienes han constituido pareja sobre naipes de cartulina (sexo, “amor a mi manera”, libertad… Y quienes se quedaron en una fe prendida con los alfileres de “lo fácil” (las procesiones, las romerías, las devociones de “portar andas”…)  Y cada cual podemos tener nuestro índice particular.
             Jesús dice que es construir sobre arena “una casa”, que cuando vienen sobre ella los vendavales o se le desbordan los ríos, se hunde totalmente. Hemos visto caer “estrellas del cielo y columnas del firmamento” religioso. Hemos visto deshacerse matrimonios que parecían enamorados. Hemos visto hogares destruidos por el egoísmo… ¡Habían construido sobre arena! Y a la menor contrariedad, dificultad, “ego” no satisfecho, incapacidades para vivir PARA EL OTRO…; piedades sin Evangelio ni exigencia…, todo se viene abajo.
             Y lo grande es que la gente que escuchaba a Jesús (y que bien podemos imaginar que no es que estaban en grandes compromisos personales), se admiraban de la enseñanza de Jesús, porque enseñaba con reciedumbre y autenticidad (=con “autoridad). Es que LA VERDAD y LA HONRADEZ tienen su atractivo.

             Una referencia a la 1ª lectura, la que defino como la pasión del pueblo judío. Ayer teníamos la emoción y la belleza de la adoración hacia la Palabra de Dios, el Libro de la Ley de la Alianza. Hoy, en 2Re 24, 8-17, nos encontramos con la tragedia mayor a la que podía llegar el Pueblo: deportación de su patria, expolio de sus tesoros sagrados para profanarlos, Templo destrozado, jefes y familias llevadas al exilio… Y aún no habían tocado fondo, porque hasta aquí perdían bienes materiales, religiosos o patrióticos. El gran desastre se producirá cuando los jóvenes, olvidándose de la Palabra y mandato de Dios, emparentan con los hombres y mujeres del lugar (Babilonia), y eso les arrastra al abandono de su propia fe.

             Se me viene a la mente nuestro mundo, nuestras “nuevas generaciones” (y la infección de muchos “antiguos”, que han cambiado también a Dios “por la imagen de un toro que come hierba”, como dice un Salmo. Porque los criterios que lleva en sí la fe cristiana, los principios morales esenciales, las actitudes y hábitos, la falta de fidelidad y respeto a la vida sacramental…, me recuerda a aquel pueblo tan amante de Dios…, que el día que entró en el ámbito pagano, se olvidó del mismo nombre que llevaban…, de la fe que habían mamado, del Dios a quien habían servido. Y se pone carne de gallina.

miércoles, 25 de junio de 2014

25 junio: De rodillas ante la Palabra

Novena al Sagrado Corazón
Día 7º: La Alianza
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REVERENCIA HACIA LA PALABRA DE DIOS
             Uno de los textos más venerables de la historia antigua de Israel lo trae hoy la 1ª lectura del día (2Re 22,  8-13; 23, 1-3). Tras las profanaciones y expolios del Templo, se procede a la limpieza y reconstrucción y adecentamiento. Los albañiles encuentras por allí un libro que lo entregan al capataz. El capataz –tratándose de un libro aparecido en el Templo, lo entrega al sacerdote y el sacerdote al cronista. Éste empieza a ver que se trata de algo muy serio y muy sagrado y lo entrega al rey: el sacerdote me ha dado este libro. El rey deshace el camino y lo hace leer al sacerdote primero, y se dan cuenta de que no es un libro cualquiera: es nada menos que el LIBRO DE LA ALIANZA. Libro de la Ley. El rey rasga sus vestiduras como un ardor que le queda el alma de emoción y reverencia y se plantea si tienen que reparar por el pecado de sus antepasados.
             Pero lo positivo está más allá: convocan al pueblo, chicos y grandes, y el propio rey les va leyendo EL LIBRO DE LA ALIANZA, Y ACABA -de pie- sellando el pacto de compromiso a seguir el proyecto de Dios, y el pueblo se compromete a cumplir todas las cláusulas de la Ley.
             El relato es un estímulo para nuestra manera de TRATAR la Sagrada Escritura. Y para no perdernos, para cómo tratar el Evangelio, al que debiéramos rendir un culto de respeto inmenso, porque ahí nos ha dejado Jesús el Libro de la NUEVA ALIANZA. Como aquel pueblo ante el Libro de la Ley, ha de levantarse en nosotros un sentido de compromiso, suscribiendo en el día a día esas “cláusulas” del Evangelio que más que pautas teóricas para la vida, encierran LA VIDA MISMA DE JESÚS. ¡Con qué respeto y cariño, devoción y compromiso, deberemos ir a ese LIBRO DE VIDA!

             No deja de venir a propósito el texto evangélico (Mt 7, 15-20) en el que Jesús se remite al ejemplo de los árboles, que rinden frutos según la naturaleza del árbol: a una naturaleza sana, corresponderán frutos buenos. A un árbol de naturaleza dañada, se le hallan frutos malos. Y es que de las zarzas sólo salen espinos y no manzanas. Está Jesús llevando al terreno de la respuesta de la persona a las gracias que recibe…, al seguimiento que hace de “los cuidados” que el árbol necesita de abono, poda, riego… Todo eso traducido a la vida de la persona. El fruto de cada uno depende del cuido y cultivo que presta a su vida, y por supuesto que en relación a la llamada de Jesús.

             El Corazón de Jesucristo nos dice mucho más que la primera apariencia. Hemos polarizado en Él un sentimiento de nuestra confianza. Pero Esa confianza conlleva de la mano un compromiso nuestro. El amor tiene que ir en los dos sentidos. Del Corazón de Jesús a nosotros no falla. Lo que hay que cuidar muy mucho es cómo respondemos desde nosotros hacia Él, al modo de Él, con el amor también generoso y gratuito nuestro hacia Él. Esto es lo que se juega en esta vida de nuestro árbol para que sus frutos sean buenos. El fruto concreto va a depender de esa lectura meditativa, detenida, repetitiva…, que hagamos del gran Libro de la Nueva Alianza, que nos ha brindado la vida misma de Jesús.

martes, 24 de junio de 2014

Recordando el pasado: Boletín Junio 2012

Del pasado: Boletín Junio 2012

24 junio: EL BAUTISTA

Novena al Sagrado Corazón
Día 6º.- EL NOMBRE
La Novena va siguiendo un esquema: Presentado el mundo sin corazón (el mundo que ha quitado de en medio a Dios), llegamos a una causa el mundo ha perdido la conciencia. No es ya sólo que se peca, sino que no se admite la realidad del pecado. Y sin embargo, yo soy pecador, porque he hecho “mi pan” de muchas otras cosas fútiles y perecederas e incluso sucias, bajas y ofensivas a Dios. Y Dios me advierte que no solo de ese pan vive el hombre… Jesucristo nos da su Pan: Tomad, comed, que es una llamada que está requiriendo una respuesta. La respuesta esencial es la de emprender un nuevo camino, al que nos invita la Persona de Jesús de Nazaret: el conocimiento interno suyo para más amarle y seguirle. Y eso tiene UN NOMBRE…, una llamada, una misión específica, que la da Dios.
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San Juan Bautista
             Avanzamos en el MES DEL SAGRADO CORAZÓN. Nos vamos preparando a la gran SOLEMNIDAD  del día del CORAZÓN DE JESÚS. Y este año encontramos en el camino de esa fiesta la también SOLEMNIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA, a quien Jesús describió como el mayor de los nacidos de mujer (=el mayor entre los seres nacidos de padre y madre humanos). Fue el hombre destinado por Dios a anunciar la venida inmediata del Mesías, al que pudo ya “señalar con el dedo”. [De ahí esa forma de representar a Juan Bautista: señalando]. Pariente de Jesús y seis meses mayor que Él.
             ¡Ah! Y Jesús, que dijo alabanzas hermosas de él, también dijo que, quienes pertenecemos al Reino de Dios (era del evangelio o Nueva Alianza), somos más que Juan Bautista. Porque el gran santo se quedó a las puertas de esa maravilla que fue la instauración del REINO…, el sublime momento de la nueva y eterna Alianza en la Sangre de Jesús. Juan Bautista había sido degollado antes por ser hombre recio y fiel a la verdad, frente a un Herodes que era todo lo contrario.

             La liturgia de hoy comienza con la profecía de Isaías (49, 1-6) que expresa la llamada de Dios estando yo en el vientre. Momento en que María va a visitar a Isabel, ya embarazada de seis meses largos, y ante la presencia de María –también encinta de Jesús- aquel niño de Isabel dio saltos de gozo en el seno materno. Isaías sigue describiendo al “personaje”, cuyo nombre pronunció el Señor [lo llamó a la existencia], lo protegió con la sombra de su mano, e hizo de su boca una espada afilada: preparando el camino al Mesías, allanando montes y valles y enderezando caminos tortuosos…: la gran labor del Precursor.
             Pablo habló del Bautista (Hech 13, 22-26): “Juan, antes que llegara el Mesías predicó al pueblo un bautismo de conversión”, y ante la idea de muchos de que él fuera el Mesías, Juan deshace el error advirtiendo que “Yo no soy…; viene detrás de mí, uno de quien no soy ni digno de ser su esclavo”.
             En el Evangelio –Lc 1, 57; 66-80- el momento importantísimo de imponer el nombre al niño…, y su nombre venía dado por Dios. Lo cual es señal inequívoca de que venía con una misión muy concreta y muy encomendada por Dios. Zacarías, su padre, que había permanecido mudo los nueve meses de la gestación del niño, rompe a hablar bendiciendo a Dios: JUAN ES SU NOMBRE…; no que los padres le ponen un nombre… La mano de Dios estaba sobre él. Iba creciendo; su carácter se afianzaba… vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.

          Aquí tendríamos que detenernos ante la importancia del NOMBRE. Pero es tema que he tratado en otras ocasiones. Resumo en lo esencial: lo importante de una vida no es lo que se hace de mayor o menor importancia, sino lo que se hace según la voluntad de Dios. Para unos serán grandes empresas misioneras… Para otros, la monedita de la viuda. ¡Lo realmente importante en la vida es haber hecho lo que Dios quiso! Y ese en nuestro NOMBRE REAL, el que cuenta en el LIBRO DE LA VIDA, ahí donde Dios nos tiene anotados a cada ser humano… Así es como nos conoce el buen Pastor… ¡Esa es nuestra VOCACIÓN en la Historia de la Salvación! A la que somos llamados. A la que hemos de ir respondiendo en el día a día…

          ¿He dicho algo?  Porque dicho así es hasta poético… Pero vivirlo y hacerse esa “espada afilada”, “flecha bruñida”, que sabe entrar aún por medio de las dificultades… Y por supuesto que protegidos por la sombra de la mano de Dios. 
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Traspasando la ventana
Ya está a la venta en librerías.

        Será presentado oficialmente el próximo lunes día 30, a la 8 de la tarde en Málaga. CENTRO DE PASTORAL PADRE ARRUPE.

lunes, 23 de junio de 2014

ZENIT, 23 junio

la persona que juzga se equivoca, se confunde y termina derrotada
En la homilía de este lunes, el Santo Padre advierte sobre el riesgo de juzgar y hablar mal de los demás
23 de junio de 2014 (Zenit.org) - Quien juzga a un hermano se equivoca y terminará por ser juzgado del mismo modo. Dios es "el único juez" y quien es juzgado podrá contar siempre con la defensa de Jesús, el primer defensor. Esta ha sido la idea sobre la que el santo padre Francisco ha meditado esta mañana en la homilía de Santa Marta.
Usurpador de un lugar y de un rol que no le corresponde y, a la vez, también una derrota, porque terminará víctima de su falta de misericordia. Esto es lo que sucede a quien juzga a un hermano. El Santo Padre ha tomado como referencia la lectura del Evangelio sobre la paja en el ojo ajeno y la viga en el ojo propio. El apelativo "hipócritas" que Jesús da varias veces a los doctores de la ley en realidad es dirigido a cualquiera. También porque --ha señalado Francisco-- quien juzga lo hace "en seguida", mientras que "Dios para juzgar se toma su tiempo".
Y lo ha explicado así: "quien juzga se equivoca, simplemente porque toma un lugar que no es suyo. Pero no solo se equivoca, también se confunde. Está tan obsesionado con lo que quiere juzgar, de esa persona -¡tan tan obsesionado!- que esa idea no le deja dormir. ... Y no se da cuenta de la viga que él tiene. Es un fantasioso. Y quien juzga se convierte en un derrotado, termina mal, porque la misma medida será usada para juzgarle a él. El juez que se equivoca de sitio porque toma el lugar de Dios termina en una derrota. ¿Y cuál es la derrota? La de ser juzgado con la medida con la que él juzga".
Asimismo, el Papa ha recordado que el único que juzga es Dios y a los que Dios da la potestad de hacerlo. De este modo ha propuesto la actitud de Jesús como ejemplo a imitar.
"Jesús, delante del Padre, ¡nunca acusa! Al contrario: ¡defiende! Es el primer Paráclito. Después nos envía el segundo, que es el Espíritu Santo. Él es defensor: está delante del Padre para defendernos de las acusaciones. ¿Y quién es el acusador? En la Biblia se llama "acusador" al demonio, satanás. Jesús nos juzgará, sí: al final de los tiempos, pero mientras tanto intercede, defiende...", ha indicado el Pontífice.
Al respecto, el Santo Padre ha querido señalar que quien juzga "es un imitador del príncipe del mundo, que va siempre detrás de las personas para acusarlas delante del Padre". Por ello, el Papa ha pedido que el Señor "nos dé la gracia de imitar a Jesús intercesor, defensor, abogado nuestro y de los demás" y "no imitar al otro, que al final nos destruirá".

Finalmente, el Obispo de Roma ha indicado que "si nosotros queremos ir sobre el camino de Jesús, más que acusadores debemos ser defensores de los otros delante del Padre. Yo veo algo malo en otra persona, ¿voy a defenderlo? ¡No! ¡Pero cállate! Ve a rezar y defiéndelo delante del Padre, como hace Jesús. ¡Reza por él, pero no lo juzgues! Porque si lo haces, cuando tú hagas algo mal, serás juzgado".

23 junio: Para pensárselo

Novena al Sagrado Corazón
Día 5º: Camino por delante
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Teoría y práctica
             El evangelio de hoy [Mt 7, 1-5] –Misas de la mañana- es “la teoría”. Jesucristo enseña algo que nos debiera entrar a fuego en el entendimiento, y en el corazón: No juzguéis y no seréis juzgados… La medida que uséis la usarán con vosotros. Por supuesto en el plano humano es así. Mucho más de lo que pensamos, somos juzgados por la gente en la forma que nosotros lo hacemos con los demás. ¿Y cómo saben los demás nuestros juicios? Porque hablamos como juzgamos; actuamos como pensamos.
             Se me quedó muy clavada una observación que leí en un libro, a propósito de los maestros y profesores. Bien sabemos lo que los alumnos dan de sí…, las diversas clases de niños o adolescentes o jóvenes que se encuentran en una clase: los inquietos, los nerviosos, los difíciles, los estudiosos y aplicados, los “trastos”, los repipis, los normales…, etc. Y el formador va sobrellevando a unos y a otros, procurando dar a cada uno ese trato y modo que cada cual requiere. Días en que perderá sus nervios y le  soltará una fresca al primero que le colme el vaso… Pero ahí se queda. Y los alumnos seguirán confiando en él.
             Pero un día le pone uno a cien por hora y el maestro dice “este niño es insoportable. Ha emitido ya un juicio. Y a partir de ese momento se le hace insoportable ese alumno. El juicio ha arrastrado y acaba diciéndole al propio joven: “Eres insoportable”. Ahí se rompió la cuerda. Él ya no podrá soportar al niño, la clase encontrará tenso al profesor cada vez que el tal sujeto entra por medio, y lo que era antes de una manera, acaba ya estropeado. Y los alumnos, que huelen la situación, acaban por hacerle la vida insoportable al “profe”. La medida que él ha usado, la usan con él.
             Y la pléyade de maestros y docentes que acaban en la depresión y dados de baja es alarmante.

             De ahí la enorme gravedad que tiene el juicio, aunque sea interior. Un día ese interior revienta hacia afuera, y se expresa lo que se ha pensado. Y, como por desgracia, la tendencia es a juzgar mal, lo que se expresa es el defecto, lo que a uno le molesta, lo que no va en consonancia con los gustos propios… Y lo que era un juicio se acaba haciendo una crítica, y una falta de respeto y caridad. Porque encima de todo, el juicio puede ser fácilmente juicio temerario, porque ni sabemos las circunstancias, ni las realidades, ni los porqués…, de esa persona a la que hemos enjuiciado.
             Y del juicio a la palabra, de la palabra a la entrada en el terreno del otro, a quien acabamos haciendo un daño. Y no justifica ni “la buena intención”, ni ninguna de las “razones” que uno se quiere dar a sí mismo. El daño está hecho. Se ha perdido una relación. Se ha apartado a una persona. Y posiblemente, en arrastre de dominó, se han perdido las normales relaciones y la confianza de otras personas.

             La 1ª lectura [2Re 17, 5-8; 13-15; 18] no podemos dejar de leerla despacio. Porque desde una perspectiva humana (que es la que puede dar el que escribe), también a Dios se le ha apartado. Si aquel pueblo está sufriendo infortunios, ahora pasamos de la teoría a la práctica: el país es asediado… Y dice el autor: “Eso sucedió porque sirviendo a otros dioses, los israelitas habían pecado contra el Señor su Dios, que los había sacado de Egipto. Es consciente el autor de que la ingratitud del pueblo ha existido, y que Dios se le ha apartado. Aunque sea una visión muy típica del momento, no deja de ser interesante la reflexión. Pues aunque nosotros tengamos la seguridad de que Dios no se nos aparta, no nos justifica nunca para que nuestras actitudes desagraden a Dios. Y por una experiencia de catarsis, acabamos pensando y expresando que “Dios se ha apartado”. Fue la persona la que estableció la distancia porque su conciencia le recrimina. [Y peor si no le recrimina, porque entonces se ha metido en una situación de mala salida: que desagradó a Dios y encima se queda tan tranquila. Hablando a lo humano, es como si Dios fuera no ya Bueno sino un poco tontarrón, que ni siente ni padece.
             El autor de ese libro tiene mucho más sentido de Dios y –pensando el autor desde su sentir- ve claramente que no hicieron caso a Dios, no confiaron en el Señor su Dios, rechazaron el pacto que había hecho el Señor con sus padres, y las advertencias que les hizo. Entonces ve claro el hagiógrafo que Dios “se irritó y los arrojó de su presencia”.

             Por supuesto que no es que yo tenga esa visión de Dios, pero tampoco tengo la contraria; quiero decir: no confundamos nunca al Dios Bueno y al dios padrazo; al Dios que perdona con el dios bobo; al Dios Padre con el dios primo hermano. La medida que uséis la usarán con vosotros… Y aunque esa expresión se refiere al “pago” humano, no quiero tampoco que olvidemos aquello que fue palabra de Jesús al darnos el “Padre nuestro”: “porque si vosotros no perdonáis, tampoco os perdonará vuestro Padre del Cielo”. Para mí son todas estas cosas materia de meditación profunda, sin dejar nunca la convicción  profundísima de que Dios usa otros baremos que los humanos, Pero lo que está en la PALABRA DE DIOS está en la Palabra de Dios, y sería temerario escoger una parte y dejar la oltra, según nos guste a o nos desagrade.
PRETENDO COMPLETAR CON ALGÚN COMENTARIO MÍO

domingo, 22 de junio de 2014

ZENIT: 22 junio

En el ángelus: Volvernos 'pan partido', La tortura es pecado mortal
El Santo Padre invita a seguir a Jesús eucaristía donándonos a nuestro prójimo
 22 de junio de 2014 (Zenit.org) - El santo padre Francisco rezó este domingo 22, la oración del ángelus desde la ventana de su estudio que asoma a la plaza de San Pedro, en donde una multitud le esperaba. Y les dirigió las siguientes palabras:
"Queridos hermanos y hermanas
En Italia y en muchos otros países del mundo se celebra este domingo la fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo, y se usa frecuentemente el nombre en latín: Corpus Domini, o Corpus Christi. La comunidad eclesial se recoge entorno a la eucaristía para adorar el tesoro más precioso que Jesús nos ha dejado.
El evangelio de Juan nos presente el discurso sobre el 'pan de vida', que Jesús realizó en la sinagoga de Cafarnaún, en el cual afirmó: 'Yo soy el pan vivo bajado del cielo. Si uno come este pan vivirá eternamente y el pan que yo daré y mi carne para la vida del mundo”.
Jesús subraya que no vino a este mundo para traer alguna cosa, pero para darse, su vida, para nutrir a quienes tiene fe en Él. Esta comunión con el señor nos empeña a nosotros, sus discípulos, a imitarlo, haciendo de nuestra existencia, con nuestra actitud un pan partido para los otros, como el Maestro ha partido el pan que es su realmente su carne.
Para nosotros en cambio son las actitudes generosas hacia el prójimo las que demuestran nuestra actitud hacia los otros.
Cada vez que participamos a la Santa Misa y nos nutrimos del Cuerpo de Cristo, la presencia de Jesús y del Espíritu Santo actúa en nosotros, llena nuestro corazón, nos comunica actitudes interiores que se traducen en comportamientos según el Evangelio.
Sobre todo la palabra de Dios, después la fraternidad entre nosotros, el coraje del testimonio cristiano, la fantasía de la caridad, la capacidad de dar esperanza a los desanimados, de acoger a los excluidos.
De esta manera la eucaristía hace madurar un estilo de vida cristiano. La caridad de Cristo acogida con el corazón abierto nos cambia, nos transforma, nos vuelve capaces de amar, no según una medida humana, siempre limitada, sino según la medida de Dios, o sea sin medida.
¿Y cuál es la medida de Dios?, sin medida. La medida de Dios no tiene medida, todo, todo, todo. No se puede medir el amor de Dios, porque no tiene medida. Y entonces nos volvemos capaces de amar también a quien no nos ama. Y no es fácil amar a quien no nos ama, no es fácil, porque si sabemos que una persona no nos quiere, también nosotros tenemos ganas de no quererlo. Y no, tenemos que amar también a quien no nos ama de oponernos al mal con el bien, de perdonar, de compartir, de acoger.
Gracias a Jesús y al Espíritu, también nuestra vida se vuelve “pan partido” para nuestros hermanos. Y viviendo así descubrimos la verdadera alegría, la alegría de volverse don, para devolver el gran don que nosotros recibimos primero sin tener mérito.
Es bello esto, nuestra vida se hace don, esto es imitar a Jesús.
Querría recordar dos cosas. Primero: la medida de amar a Dios es amar sin medida. ¿Está claro esto? Nuestra vida con el amor de Jesús recibiendo la eucaristía, se hace un don, como fue la vida de Jesús. No nos olvidemos de estas dos cosas: La medida del amor de Dios es amar sin medida. Siguiendo a Jesús con la eucaristía, hacemos de nuestra vida un don.
Jesús, pan de vida eterna, descendió del cielo y se hizo carne gracias a la fe de María Santísima. Después de haberlo llevado en sí con inefable amor, Ella lo ha seguido fielmente hasta la cruz y la resurrección. Pidamos a la Virgen que nos ayude a descubrir la belleza de la eucaristía, a hacerla el centro de nuestra vida, especialmente en la misa dominical y en la adoración".
El Santo Padre reza el ángelus y a continuación recuerda que "el 26 de junio próximo es la Jornada de las Naciones Unidas por las víctimas de la tortura. En esta circunstancia reitero la firme condena de todo tipo de tortura e invito a los cristianos a empeñarse para colaborar a la abolición y apoyar a las víctimas y a sus familiares. Torturar a las personas es un pecado mortal, un pecado mortal muy grave".

Y concluyó sus palabras saludando “a todos los romanos y peregrinos aquí presentes”, a los estudiantes de diversas escuelas y a algunas iniciativas varias. Y se despidió de los presentes con su “buona domenica e un buon pranzo. Arrivederci”.