domingo, 30 de junio de 2013

Último día de Junio

SEGUIR EN SACRIFICIO
El domingo 30 de junio cierra el MES DEL SAGRADO CORAZÓN. Es un domingo que nos pone directamente ante las llamadas de Dios. Eliseo siguiendo a Elías, y unos innominados que se ofrecen o son llamados expresamente por Jesús.
El sentimiento de llamada o de ofrecimiento se hace a primera vista dulce y gozoso. Ahí se apunta cualquiera. Todos somos muy dados a un evangelio que nos invite a llegar a Jesús, y encontrar en Él todos esos atractivos que nos proporciona el amor de Jesucristo, las ternuras de su Corazón y cuanto nos suponga suavidades del alma. Hoy puede ser un momento en que detenerse en el Evangelio nos haga buscar las veredas de esos ojos que nos miran y nos invitan.
Pero también es cierto que tendríamos que desarrollar demasiada fuerza suavizadora para no darnos cuenta que hay tres situaciones que no tienen apenas los almíbares que nos gusta paladear.
Si es aquel que viene generosamente a ofrecerse, Jesús no le endulza la píldora precisamente. Todo es Evangelio pero Jesús se empeña ahora en acentuar el aspecto difícil y sacrificado de esa misma generosidad del que se ofrece tan abiertamente.  Jesús no lo rechaza, por supuesto, pero tampoco le hace sentir que está ante un horizonte de mieles. Porque ha de contar con una cosa muy clara, si permanece en su propósito: las zorras tienen madriguera y los pájaros un nido, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar su cabeza.  No le niega Jesús que se venga con él…, pero ¡ojo!, que ir con Jesús no puede concebirse como un paseo entre flores. El que quiera seguirlo ha de contar con que hay mucho a que renunciar…, carencias que aceptar…
El evangelista se ha dado el arte de no decirnos en ningún caso cómo acaba. Prefiere que cada uno se sienta ante el espejo y sepa qué responde y qué le espera. Por supuesto que siempre será un gozo sentirse en esa unión a Cristo…, pero se ha de aceptar un punto de partida, que lo da el propio Jesús, y que deja claro que ir con Él no es coser y cantar.

Llegó el otro, quizás con la mirada puesta en Eliseo que –antes de seguir a Elías- tiene el permiso del profeta para que vaya a despedirse de su familia.  Aquí ni se nos dice si sí o si no, pero Jesús deja claro que no se puede pensar en dos amos…, uno que es suavidad y dulzura y otro exigencia; el evangelio es uno y lo peor que nos sucede es pretender el sí pero no…; el no pero sí…  El seguimiento de Jesús no se compagina con la mano en el arado y que parezca que va uno arando hacia adelante…, pero luego busca la parte blanda que le permite una doble vía.  Jesús ha explicado en dos palabras que con Él no hay doble vía. ¿Significa que con Él no se goza?  - Lo que significa es que eso se le deja a Él, pero que a uno le toca lanzarse al vacío en puro abandono.

Y llegó el otro, al que Jesús expresamente llama. Y no se niega el que ha sido llamado…, PERO…   Y el “pero” es una ley o costumbre que “le obliga” a quedarse con su padre mientras viva su padre.  La “norma” estaba ahí, pero la llamada de Jesús se ha interpuesto…, y ante esa llamada no hay objeciones.  La llamada de Jesús viene a salir por encima de otras normas o dificultades.  Por tanto, el “tú sígueme” con que concluye Jesús es un toque muy serio ante nosotros, que tenemos que anteponer a Jesús a cualquier otra razón o situación que se interpusiera.

Pretendo con esta reflexión poner a las claras esa facilidad con que solemos suavizar las exigencias evangélicas, hasta el punto de un mundo “religioso-practicante” actual en el que los creyentes hemos retorcido el evangelio y las exigencias que le son propias, y lo hemos adaptado a un modo muy suavito de ser creyentes en Cristo y seguidores “a nuestra manera”…  Lo malo es que como se ha omitido ya el verdadero examen de conciencia, que mira desde los planteamientos de Dios y se cuestiona uno desde lo que dice Él…, hemos llegado a un mundo en el que nosotros nos hemos hecho “norma” y Jesucristo se nos queda para dulces meditaciones que nos sitúan ante esas respuestas del Evangelio de hoy, en el que siempre me queda una duda y cuestión muy fuerte: ¿siguieron a Jesús aquellos personajes?
El evangelista lo deja en el aire.., y ni siquiera nos dice cómo se llamaban aquellos tres…  ¿Será que no tienen ni nombre?  ¿O puede ser que el evangelista nos esté desafiando a ver si nosotros le ponemos nombre a tales llamados…, y a sabiendas de que seguir a Jesús encierra siempre renuncia y sacrificio.

Ana Mari Bartolomé sigue en coma,
aunque con leves reacciones al tacto.
Javier agradece cuantas oraciones se están ofreciendo,
y ¡que no cejemos en ellas!
Puede contar con el APOSTOLADO DE LA ORACIÓN,
que realiza así su sentido profundo de oración y servicio.

Y que sabe agradecer.

sábado, 29 de junio de 2013

Día 29, San Pedro..., y la "camilla"

Día 29.- LEVÁNTATE, TOMA TU CAMILLA Y VETE A TU CASA.

                Esta expresión, que se repite en el Evangelio en varias ocasiones, puede ser perfectamente sentida hoy, día de San Pedro, como palabra que encierra la historia de Pedro, como la de cualquiera que llega a encontrarse con Jesús.
Lo que puede hacer distinta la historia es la situación de la persona. Hubo un paralítico, que recibió esa misma palabra, ¡pero él tenía siquiera 4 amigos que le ayudaban!  En el caso que San Juan nos cuenta del que esperaba el movimiento del agua, “no tenía a nadie” –nadie que le acompañara, nadie que le ayudara…-  Y allí apareció Jesús para darle la solución total. Jesús no iba a empujarle para que llegara antes al agua… Jesús se fue directo al tema, y si no tenía a nadie, ahora tiene a ALGUIEN con el poder y la cercanía de quien le sale al paso, se  interesa y le da la orden de ponerse en pie y marcharse con la camilla a cuestas.
A Simón no le dijo esas mismas palabras, pero para el caso es igual. Simón era simplemente “el hijo de Jonás”; su mundo, la pesca y lo que es la pobreza de un pescador…, casi diríamos que el camastro donde echarse la noche que podía echarse tras sus horas de pesca o de intentos de ella. Un día se le presenta Jesús. Simón ni ha pedido ni se le ocurriría pedir.  Pero Jesús se le hace el encontradizo y le pone delante una misión misteriosa de pescar hombres.  Si no era “dejar la camilla” y marchar a su casa, aquí era precisamente dejar su casa y lo suyo y lanzarse a la aventura singular de dejar que Jesús marcara los pasos de su vida.
No le fue fácil aquello a Simón, demasiado hecho a su independencia. Pero Simón “dejó su “camilla” (su barca, sus redes, su familia…) y emprendió ese otro camino de diversa libertad, que fue el de darse a Jesús. Hubo muchas alternativas, propias de uno que está recién convertido y de vez en cuando tiene la tentación de “recuperar su libertad”.
Pero Dios lo había elegido y el día que Jesús preguntó quién decís vosotros que es el Hijo del hombre. Simón dio una respuesta que –en sí misma- dejaba ya de una vez “su camastro” humano, y respondía con palabra directa de Dios    que le revelaba a Jesús en la mayor profundidad: ERA EL MESÍAS, y era EL HIJO DE DIOS VIVO.  Evidentemente allí no hablaban los típicos impulsos de Simón. Allá era Dios mismo quien le hacía decir lo que Simón ni vio ni podía ver, pero al que Dios le revelaba.
No había que decirle que dejara su camilla…  Ahora Jesús se presentaba a Simón con la gran autoridad de quien le imponía un nombre nuevo, y le reconocía cómo Dios mismo lo había puesto “en movimiento” hacia una altura mucho mayor.  Y Jesús se lo confirmaba y lo ensalzaba con un nombre básico de PEDRO, que ya suponía una misión divina en la historia  humana.

No empañaré un final tan sublime y esencial. Me quedaré ahí. Tiempos hay para ahondar y reflexionar de forma muy personal, y que no se nos queden al margen las consecuencias de toda esta escena. Tampoco nos detenemos en la escena de aquel paralítico, que no acabó tampoco de forma simple. 
Donde yo quiero conducir esta reflexión de hoy es hacia una parte práctica, en la que seamos capaces de plantearnos si ceca de nosotros hay quien “no tenía a nadie”... Si cerca de mí puede haber “alguien que me estuviera esperando…”, porque hay en la vida muchos que necesitan, bien de alguien que les empuje al agua…, bien del que nos revele alguna cosa que ha  enseñado Dios, en un mundo donde es tan peregrino lo que dicen los hombres que es el Hijo del hombre, y donde una plaga que invade lo religioso e intenta eliminarlo.  Alguien tiene que clamar que Jesús es el MESÍAS-HIJO DE DIOS, y que es bendito de Dios quien lo vive en el fondo de du fe y en la realidad de su vivir. [Que luego ocurre que somos muy acertados de palabras…, pero se nos escapan los hechos… Que esa historia también está  en el Evangelio.


Comunico que Ana Mari Bartolomé
esposa de Javier Madueño (el origen de este blog),
se encuentra grave.
Y que nos toca poner nuestra oración ante el Señor

para suplicar por su mejoría y restablecimiento.

viernes, 28 de junio de 2013

Hipocresía. Día 28

Día 28.- GUARDAOS DE LA LEVADURA DE LOS FARISEOS.
El gusto de Jesús por intrigar a los oyentes y levantarles así un interés añadido, se verifica aquí (como en tantas otras veces).  De pronto les sale por esa precaución a la que nunca había hecho mención. Como ellos eran de vuelo corto, lo único que se les vino a la mente es que se habían olvidado comprar panes.  Jesús apuntaba mucho más alto. Lo peligroso de los fariseos no era su particular levadura de sus tahonas. La amenaza envenenadora era su hipocresía,  Y a ello se refería Jesús.  De panes y de levaduras Jesús sabía, hasta para sacar panes de donde no los había. Lo que a Jesús le hería y preocupaba era aquella falsía con la que engañaban y desfiguraban la misma verdad de Dios,
Jesús no previno de los pecados particulares que podía tener cada persona.  Él tendría  siempre una fuerza y un perdón, un alma abierta a la misericordia y una mano extendida para abrazar,  Pero donde quedaba chafada su fuerza y cortado su río de amor, era en esa levadura de los fariseos. Es que era un impermeable que se cerraba a la lluvia benéfica de Jesús…, y que –como levadura, aunque malsana- iba contagiando alrededor. A la falsía impenetrable de los fariseos, Jesús podía prevenir…: que sus apóstoles y discípulos, y las gentes de buena fe, evitaran a distancia el contagio peligroso de quienes no ven, ni quieren ver, y se parapetan en su seguridad.., esa seguridad de la soberbia de quien quiere ser “como Dios” y saber más y mejor que Dios.
Ningún “fariseo” admitiría que él esté en esa situación…, que es la gran prueba de que lo está.  Porque alguien que ni duda, ni admite dudar ante quien trata de ampliarle el horizonte, está en la pura levadura de su engaño, su falta de sinceridad, su huida de sí…, que es lo típico de quien evita que otro pueda intentar abrirle horizonte.  Siente como que le quitan el suelo bajo sus pies…; y prefiere agarrase a su clavo ardiendo, sin moverse un ápice de su loseta en la que se siente seguro…, y pretende que hasta “verdadero” por encima de las otras verdades que aportan los que tiene a su lado.
No habló Jesús del aspecto ridículo del que se cree poseedor de toda la verdad. No es capaz de sentirse ridículo el propio hipócrita…, y sin embargo –desde fuera- se le ve contorsionado en su personal intento de pasar por la vida como quien está por encima del bien y del mal.
                ¿Y qué ocurre? ¡Que ojalá descubra las ventajas de lo que yo llamo: mirarse al espejo, porque entonces no necesita aparentar, y el bien o el mal que puede haber en tal persona y que actúa por la espalda, puede quedar como postema al descubierto.  Cierto que queda inicialmente repugnante, pero –una vez vista de frente-, puede ser sajada, desinfectada, curada.

                Aquí es donde el que ha elegido ser pobre, halla la felicidad de tener a Dios por Rey. Ahí el pobre es feliz. Y aun descubriendo sus carencias y pecados, jamás se viene abajo. Dios es su Rey, y en ese CORZÓN DE DIOS puede echase sin temor… Y SER UN POBRE FELIZ, UN PECADOR FELIZ, un alma que se sabe pecadora, y a la vez arrepentida y admirad de la MISERICORDIA DE DIOS.

jueves, 27 de junio de 2013

Lo que sale del corazón.- DÍA 27

Día 27.- DE DENTRO DEL CORAZÓN HUMANO SALE LA MALICIA. (Mc. 7, 20)
Es llamativo que Jesús haya enfocado por aquí. Pero se pone uno a mirar con ojos observadores, y descubre uno de inmediato el realismo de Jesús. Va mirando la gente y va instintivamente juzgando mal. Tiene las mismas razones inmediatas para enjuiciar limpio, para ver blanco. Pero el instinto hace ver ya la mota del ojo ajeno…, lo que el otro debiera haber hecho, lo que –de entrada- se ve “malo” en la otra persona, a la que, posiblemente, veo por primera vez.  ¡Hasta tal punto está sucio el corazón!
Vio Jesús al ciego de nacimiento y lo vieron lo apóstoles. La mirada sucia se va a indagar si pecó éste o sus padres…, o si el ciego nació ciego por estar empecatado.  Está viendo Jesús lo mismo, pero está descubriendo que allí se manifestará la mano d Dios. Y en vez de tildar al ciego, lo envía a la piscina de agua clara.
Y realmente se queda uno admirado de que haya tanta suciedad en el corazón, que no deje posibilidad a la primera mirada blanca sobre las cosas, sino siempre poniendo la suciedad como primera posibilidad.
Y la vida humana, que debiera desarrollarse en una posibilidad de convivencia agradable, se convierte siempre en ese reguero de enjuiciamientos negativos, que lleva a no fiarse nadie de nadie.
Hoy es el día de la Virgen del Perpetuo Socorro y se me ocurre asomarme al Corazón de María, en aquel día que le revelan el plan casi inverosímil de Dios. Y aquel corazón limpio se limita a preguntar qué tiene que hacer. No se le interpone la suspicacia, la sospecha, la negativa instintiva porque aquello le alteraba todo proyecto d muchacha casadera. No hizo dos preguntas donde bastó una. No pensó más que en lo que Dios comunicaba, y de su Corazón limpio sólo brotó un  Sí incondicional.  Un corazón limpio no tenía otro camino.
Y pienso con ilusión y regusto si no cabe darle la vuelta a ese corazón nuestro, para que –acorde e influido esencialmente por el propio Corazón de Jesús- no podría plantear la visión de lo que tenemos delante y ¿por qué no va a poder que surja de él la mirada instintiva noble y bondadosa? ¿Por qué no iba a poder ser tan connatural ver en blanco, ver en limpio, ver en buena fe…, en vez de ese instinto primordial que se fija en el imaginario defecto o carencia ajena?
¿Por qué el corazón nuestro no puede estar más cerca del modo que tiene el Corazón de Jesucristo, que se lanza a curar toda enfermedad y dolencia, y hasta no condenar a la mujer cogida en pleno adulterio?
¿Por qué no puede ser instintivo en el alma la belleza de decir y sentir que Yo tampoco te condeno; vete en paz?  Porque podría experimentarse la misericordia  no ya sólo para situarse uno por encima, como quien “perdona la vida” del otro, sino como quien se la tiene ya respetada y amada desde que lo ve de lejos, y está ya mirando con los ojos limpios que, ni siquiera tienen que perdonar, porque tiene aceptado al otro desde el primer instante…, aceptado y acogido tal cual; abrazado en el mismo fondo de su corazón, y no porque “es mi amigo”, ni porque “estoy afectivamente atado”, ni por motivos sensibles…, sino porque así amó Jesús y así enseñó y mandó amar.  ¡Porque así es el Corazón de Jesús!

Y porque si mi corazón quiere mirar los ojos de Jesús y poder conocer hasta el color de sus ojos, necesita de un especial “colirio” de limpieza…, o mejor dicho, de un antídoto de venenos interiores, para que del corazón purificado de mala conciencia, encuentre ya vía clara y pura en esos caminos hacia el exterior que son los sentidos:  OJOS, LENGUA, OLFATO… Porque si el corazón está limpio, estará limpio todo el cuerpo.

miércoles, 26 de junio de 2013

Día 26. "AMÉN" de la vida

Día 26.- TODO LO HE CUMPLIDO.
                Es un grito de triunfo, de la persona que llega al final de su vida y al echar esa mirada a lo que ha vivido, puede definirse así mismo como quien ha cumplido todo…, que no se ha dejado nada detrás, a medio hacer…, o hecho a medias. Es la satisfacción de haber colmado la medida, y eso tiene sus dos vertientes:  ni siendo imperfecto, ni siendo “pluscuamperfecto”;  ni “cumplido a conveniencias·…, si pasándose tres pueblos. Porque lo perfecto es el modo de Dios, que no se pasa ni se queda corto. Es la misma virtud de la PRUDENCIA, e incluso el modo profundo de la CARIDAD.
                Cuando Jesús pronunció esas palabras, ya al borde mismo de su muerte, había tenido un previo “examen” o balance o mirada general sobre su vida… Había recorrido sus etapas, y ahora podía cantar victoria. Ni se pasó por más, ni se quedó corto por menos
                Para mí ésta es una gran perfección, y que yo recomiendo contantemente, como persona formada en la “escuela de San Ignacio”, quien incita siempre a mucho examinar…
                He escuchado en un comentario de radio que los jesuitas hemos hecho “culpables” por el procedimiento del examen de conciencia. Muchos santos de la Iglesia, y figuras próceres en la Compañía de Jesús, y en la vida seglar, no “se culpabilizaron”, sino que hallaron el modelo mismo de Jesús: saber hacer balance objetivamente para poder saber que se hizo lo que había que hacer…, o PARA CORREGIR A TIEMPO lo que no se estuviera haciendo bien.
                Muchos piensan que el examen de conciencia es ahondar en defectos y autoculpabilizarse.  Nada de eso: saber mirar atrás es el arte de todo comerciante sensato que ha de saber qué le beneficia y en qué pierde su dinero…, porque así CORRIGE.  Pero hay más: Lo que Ignacio presenta como examen de conciencia es una inmensa acción de gracias a Dios por todo lo bueno recibido en ese día, una somera pero sincera mirada a lo que no correspondí a tanto amor recibido, y una ilusión por delante de poder hacerlo mejor porque amor con amor se paga.  Y porque así va uno purificando hasta poder llegar al TODO ESTÁ CUMPLIDO.
                Si yo dijera lo que más me apena, o lo que –a veces- me indigna, es la persona que huye permanentemente de este recuso ascético y espiritual de mirada hacia su modo de hacer y proceder, y cae cien mil veces en en el mismo fallo, y lo camufla, lo justifica, no acepta la orientación… Tiene horror (o absoluta ignorancia) al fondo de sí mismo, y opta por soslayar su propia realidad.  Nunca llegará al “todo cumplido”, o lo hará por el vericueto de un engaño o una ignorancia.  Algo a lo que se le ve el plumero a larga distancia, y lleva la situación de aburrir a quienes desde fuera –de una o de otra manera- le tratan de hacer ver situaciones que de suyo le están perjudicando a la propia persona.
                Se podría generalizar este tipo de situaciones en los egoístas, los “sabelotodo”, los egocéntricos, los soberbios (y los soberbios espirituales “de derechos adquiridos” –que son los más impenitentes-)…, y toda la gama de recalcitrantes que siempre “hacen las cosas mejor que los demás”.  Que tampoco es extraño dar con “colaboradores” “incondicionales” que en disparidad de opiniones, siempre “lo suyo” es mejor.
                ¿Será esta baraja la que puede ayudarse del mucho examinar?  ¿Será de los “traumatizados” si analizan? ¿Serán los que prefieren no dudar de “su verdad” y así siempre “conservan su puesto”, su seguridad, su convicción de que lo hacen mejor que los otros…, y que los otros son los que se equivocan o no dan en la diana?

El más bello epitafio que puede haber en mi tumba, y muy acorde con el que “elige ser pobre”, es ese TODO CUMPLIDO.  Ni más sabio que el “sabio”, ni más santo que el “santo”…, sino en ese humilde lugar de ser lo que hay que ser y al modo en que hay que serlo.  Pienso que es el AMÉN de la vida, y por consiguiente lo que más nos identifica con Jesús, definido en el Apocalipsis como el amén de Dios.


martes, 25 de junio de 2013

DÍA 25 Amor sin fronteras

Día 25-LLAMÓ A LOS QUE ÉL QUISO.
                Cuando Jesús tomó la decisión de rodearse permanentemente de un grupo de hombres,  crear una unidad en la enseñanza, en las experiencias, en los testimonios…, con oportunidad de explicaciones más a fondo, más exigentes, empezó por un círculo amplio de discípulos.. Y cuando los tuvo allí rodeándolo, Jesús que ya había orado, fue llamando cerca de sí a doce hombres:  su misión sería  estar con Él, realizar las obra de Él, predicar el Reino de Dios, como realidad que ya está ahí a punto de eclosionar.
A mí me da especial devoción experimentarme en medio de ese amplio grupo e incluso en una pirueta atrevida de mi corazón, escuchar que –entre los nombres que va pronunciando Jesús sobre sus elegidos, aparece también mi nombre… Experimentarme que soy fruto de su elección. Y elegido por amor personal, intransferible. Eso que puede encerrarse en un sentido doble, tan castellano, de llamó a los que Él quiso que lo mismo expresa una decisión de la voluntad que un amor personal.
¿Y por qué no podía ser totalmente real que el Corazón de Jesús no me tuviera así de abrazado a su Corazón.  No me comparo a Pedro. Pero Jesús es posible que me abrace como a Pedro.  Y puedo seguir pensándolo detrás de los otros doce nombres.  Y he dicho los “doce”. Porque Jesús amó, quiso para sí lo mismo a unos que a otros.  Fue alguno de ellos quien se aparté del camino… Yo es que eso ni me lo planteo. Elegido y amado para estar con Él, yo me siento en ese terreno seguro de todo discípulo amado que ha gustado ya los latidos del Corazón de Cristo, y lo que no puede es separarse.

Estamos cavando el MES y hay que experimentarlo desde ese abrazo de elección del COAZÓN DE JESUCRISTO.

lunes, 24 de junio de 2013

Dia 24:  QUIEN NO NAZCA DE AGUA Y DE ESPÍRITU
                        NO ENTRA EN EL REINO DE DIOS
Coincide hoy este pensamiento  con la fiesta de San Juan Bautista, un precursor del Reino de Dios que no fue incorporado por el agua. La historia del Bautista es muy distinta.  Llegaba María, encinta de Jesús a ayudar a la parienta mayor y embarazada de Juan. Saludó María y –desde el interior de su claustro- Jesús se le hizo presente a Juan y tan manifiestamente que el niño dio salto de júbilo y fue santificado allí mismo antes de nacer. Por ello en Sn Juan sólo hubo Espíritu Santo. Santificado, pues, antes de nacer, lo que celebramos en este Santo es su día natalicio, y no el de su muerte –como en los demás santos, cuya entrada en el Cielo se verifica al morir.  ESE DEFINITIVAMENTE EL REINO DE LOS CIELOS.
Jesús advierte a Nicodemo que quien no vuelva a nacer por el agua y el Espíritu, no puede entrar en el Reino.  Habla el agua de limpieza, aunque hay mucho más que eso. No se trata de un “fregado” de suciedades. El agua, como elemento primordial de la naturaleza casi está hablado de LA VIDA MISMA, y la vida abarca lo grande y lo pequeño de la persona.  Y no nos quedamos ahí porque al agua no haría nada sin ese ESPÍRITU SANTO, que es la Presencia definitiva y transformadora de Cristo.


Re-Nacer. Vivir en mí una vida nueva. Ayudar a que otros re-nazcan.

domingo, 23 de junio de 2013

Día 23 del MES DEL C DE J

Día 23.- SOIS LA SAL DE LA TIERRA.
               
Voy haciendo lo que puedo y la verdad es que no puedo mucho. La altura de la mesa es lo menos apto. El dominio del teclado casi imposible. De cinco letras he de corregir dos. Y mi brazo derecho acusa todo eso.
Vueltas vengo dando las que puedo, a ver si hallara solución, ¡Y mira por dónde la solución puede estar en buena parte dentro de mi cuarto, en la mesita de enfermos!  Espero que eso me agilice y me anime, Así, para después de la Misa y de la comida, intentaré…

Ya puse esta mañana algo sobre la Liturgia Eucarística de hoy. Se quedó corto porque no daba para más ni la posibilidad de escritura ni la somnolencia, tras seis días seguidos en que lo más que he semi-dormido han sido dos horas cada día.
El hecho es que esas Lecturas me llevaban a entroncar con el día 23 del MES DEL CORAZÓN DE JESÚS: Ser Sal de la Tierra. Y serlo con las funciones que son propias a ese tal condimento, para que el enfoque de nuestra vida hacia hacerse Eucaristía de donación y hasta de muerte, se viva desde esa “virtud” de la sal que puede ser la de poner alegría en la misma realidad de la cruz.
Yo estoy muy sensibilizado estos días con comidas sin sal, que a mí nada me molestan. Pienso que la sal ejerce la función que tiene que ejercer, y las plantas ya llevan su sal en sí mismas.  Me resultan mucho menos agradables esas comidas con sal que acaban dominando el sabor simple de cada alimento. Si yo fuera Dios, no me resultaría agradablemente “sabrosa” la comida que despide sal. Por eso al tocar hoy este tema, no me voy por lo habitual. Quiero dejar la fuerza en el valor de la medida,  A lo mejor eso sabe mucho más sabroso, y se hace mucha más forma de COMULGAR…

Sal que sala y protege. Y que da buen sabor alrededor… Y al paladar de Dios.  Dicho así es de “libro”. Si hubiera capacidad para “perforar”, podrían salir muchas realidades personales, que no debieran dejarse pasar-

LITURGIA domingo 12 C

Domingo 12 C, T.O.
Un domingo que nos lleva a la clarificación de la misión e Jesús. Había `preguntado Jesús a sus discípulos una pregunta inocua: ¿Quién dicen las gentes que soy Yo?  Y fueron respondiendo varios lo que ellos habían escuchado de esas gentes. Que –cuando menos-  llevaban todas un matiz religioso y bíblico.
Y ya que está creado el clima de confianza, entra en directo en la cuestión clave, que ya venía enmarcaba en la liturgia de este domingo por el texto de Zacarías:  el Mesías va a ser traspasado por un lanza. Por eso la pregunta de Jesús va a tener mucha enjundia:  “Y vosotros, QUIÉN DECIS   QUE SOY YO?
No era fácil responder así de pronto, y menos cuando provienen de un pensamiento judío con su carga humana de mesianismo belicoso y liberador.
Simón Pedro sacó gel atolladero, con su espontaneidad e iluminado por DIOS en las palabras que decía:   TU ERES EL MESÍAS DE DIOS.  Y las palabras eran perfectas…, Pero qué entendía en ellas.
Y Jesús tuvo que bajarlo al llano, al sentido real que es el MESÍAS DE DIOS, y hablarles de prisiones, condenas, tormentos y muerte a manos del poder civil.
En la liturgia de hoy no deja de tener su fuera el párrafo elegido de la carta a lo gálatas, porque viene a decir:  si seguís con vuestra idea mesiánica de leyes y méritos propios, no os llegara la salvación.  Pero si aceptáis al Cristo traspasado, auténtico MESÍAS DE DIOS, estáis salvados por Él.

¡Y no perdamos de vista que la EUCARISTÍA nos hace traer todo eso a  la realidad presente!

sábado, 22 de junio de 2013

INTRODUCCIÓN DE LA ESCUELA DE ORACIÓN

José Andrés Fernández, PRESSIDENTE EL GRUPO DEL APOSTOLADO

LA ORACIÓN
            “Si conocieras el don de Dios”. (Jn 4, 10).La oración nos hace descubrir el don de Dios, todo un misterio inabarcable. Orar es entrar en ese misterio. Dios sale al encuentro del amigo. Pero para que se realice este encuentro hay que tener la misma actitud que Moisés ante la zarza ardiendo. Esta zarza es el amor de Dios que no se consume. Amor de Dios sobre toda la humanidad, amor de Dios manifestado en Jesús. El orante se acerca para mirar, para contemplar cómo Dios Amor se hace presente.
            Ante tanto amor sólo cabe una actitud: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”. Es la plena disponibilidad del que escucha la Palabra de Dios e inmediatamente intenta cumplirla.
            Pero Dios pide al orante que se quite las sandalias de sus pies, porque el lugar que pisa es tierra sagrada. “Quitarse las sandalias” es despojarse de todo lo que no es Dios, quitar todas las ataduras y cadenas que nos esclavizan. “Quitarse las sandalias” es dejar de amoldar el evangelio a nuestras vidas, para amoldarnos nosotros a él.

            Entrar en el misterio de la oración es entrar en el lugar de la intimidad con Dios, es sumergirse en la misma vida de Dios.

Dichosos los que son cabales

Dïa 22.- DICHOSOS SI “PERSEGUIDOS” POR SER CABALES.
                El acento quiero ponerlo en esa parte positiva; “ser cabales”. Ser cabales es estar en el fiel de la balanza. Es mantener el mismo baremo de juicio en lo propio y en lo ajeno, en cómo me juzgo y cómo juzgo. En que no existe más que una verdad en cada hecho, y esa verdad se repite idéntica ante quien sea: amigo, enemigo, que me favorezca decirle o que me deje en mal lugar.
                No significa que todo hay que decirlo, pero sí que no se dice algo distinto de la realidad, según conveniencias. Y que cuando decir la verdad entra a formar parte de una confesión de fe, hay que aceptar la persecución que puede sobrevenirnos.
                No hay por qué provocarla, pero si llegara, hay que afrontarla.
                La BIENAVENTURANZA, pues, está abarcando muchas formas de “persecución”, y seremos dichosos en ella o no lo seremos, según el talante básico de quien eligió se pobre. Y ahí está la piedra de toque, porque la persona que se deja hundir en las tribulaciones o palabras que le humillan, ha perdido ya esta senda de felicidad. Vive en el sufrimiento de si dijeron o quién lo dijo (que es lo de menos). Ahí falta la base; no está procediéndose como persona CABAL.  De ahí que mi acento vaya por aquí, y que lo haga muy expresamente a quienes tienen un sentido cabal de la vida.., y es evidente que esto debemos analizarlo los cristianos, que somos más proclives al intento de “aparecer buenos”, -quizás-por ello nos puedan tildar de hipócritas.
                SER CABAL es una cualidad permanente, que no vale para hoy, ni ante los ojos de…  No perdamos de vista que el pecado de la vanidad es una clara manifestación de la soberbia. Y la soberbia es tan sutil que se le compara a la serpiente que –al verse atacada- se enrosca de manera que salve la cabeza.  Pude perder todo lo demás…, pero –salvada la cabeza- ya la sacará por algún sitio.
                Y si hablamos de soberbias espirituales ya es para temblar. Porque el engreído en su propia “bondad”, nos da la instantánea del fariseo: yo no soy como los demás.  Yo soy cabal en el diezmo. Yo npo soy como ese publicano…
                Ahí se acaba la labor.


Que no sea porque fui rastrero, por lo que sufra incomprensiones y persecuciones. Pero si fui conforme al Corazón de Dios, y vo CABALMENTE por Él, entonces seré dichoso en la tribulación, y en la persecución.

viernes, 21 de junio de 2013

Mes del Sagrado Corazón.- Día 21

Día 21.- BIENAVENTURADOS LOS QUE ELIGEN SER POBRES.
                Estamos en la médula misma del Evangelio, y por tanto cuál ha de ser el Reino de Dios. Aquí está la base para ver cómo se constituye el Reino, como se autoalimenta, como se hace rollizo…, como está –o va estando- dentro ese Reino de Dios.  Porque tal como Jesús lo ha vivido, lo ha enseñado, lo ha probado de muchas formas, es que sólo en esa actitud permanente de elección libre de pobreza, es como se llega a poseer a Dios, a tener a DIOS POR REY.
                Siempre surgirá aquí el tema de qué “pobres” son esos, y que “pobreza es esa. Lo ha dejado expresado detalladamente Jesús al desdoblar y  explicar…  Y queda en las 7 bienaventuranzas siguientes:  son los Sencillos,  los que no paran sus ojos en la malicia… (o lo que ellos consideran ”malicia”, Lavan sus ojos -los ojos de su interior (que son los más sucios en muchas ocasiones-).  Y porque hay ojos limpios –que es en definitiva- la limpieza del corazón, serán juntamente agentes de paz y de misericordia,  personas con las que apetece vivir, conversar…, porque trasmiten bondad,  y estar con ellas es ya un descanso, un respirar hondo, un saber que allí no se desdora a nadie, ni se proyectan suciedades  propias sobra realidades ajenas.  Agentes de paz y de misericordia, es una alabanza y una fotografía que definen muy bien, casi ellas solas, al que ha elegido ser pobre…, VIVIR EL REINO.
                Todo ello va, como se suele decir- “a su amor”. Sale de dentro, sale espontáneamente.   Y no les impide nada el hecho de que a su alrededor haya personas distintas, diversas, incordiantes…, o –sencillamente- que piensan o hacen de otra manera, Los que eligieron ser pobres  son personas sufridas, sin amarguras, y hasta hambrientas de  una bondad fiel de su camino hacia Dios, incluyendo –sin hacer mohines, sin sentirse ofendido, sin buscar culpables…-, la incomprensión, la persecución…  Por supuesto que por el Reino de Dios.  Que luego hay otra serie de cosas que nos hacen sufrir, pero que provienen del “otro reinado” del YO, que es el más opuesto al mostrado por Cristo.

                El que es capaz de encontrarse de verdad con las BIENAVENTURANZAS, acaba hasta confesádonse [viviendo el Sacramento del arrepentimiento, del perdón y la misericordia] de otra manera. Y su vida sabe que camina por una inmensa avenida de mil carriles, donde más que prohibiciones tiene orientaciones que indican la dirección a segur.

jueves, 20 de junio de 2013

Día 20. Gran momento

Día 20.- ¿DÓNDE VIVES?  - VENID Y LO VEIS.
                En el Mes al Sagrado Corazón, esta pregunta es de suma importancia. Nuestras preguntas van frecuentemente en otro sentido: por qué me ocurre esto a mí…; ¿cuándo te vas a acordar de nosotros para librarnos de estos sufrimientos?; ¿por que actúa así el Señor?.. Y ya podemos completar cuadro con las otras formas que se nos ocurren a cada uno, más o menos viertas o más o menos sutiles.
                Podrían haberlo hecho así aquellos discípulos de Juan, pero no lo hicieron: allí se olvidaron de modos y gustos personales, de comparaciones y de preferencias.  No se miraron a sí mismos. No se endiosaron en el propio planteamiento, Miraron HACIA AFUERA, pusieron sus ojos en aquel Cordero de Dios, que les señalaba su maestro, el bautista. Y puestos los ojos en Él, ya no pueden perderse en minucias,  Ni importan detalles para lanzarse,,, Tienen delante a Jesús y eso ya lo abarca todo.
Por tanto, lo que hoy les coge a ellos no son “cosas”.  Ni siquiera entenderíamos bien la pregunta.  Porque no es ya el espacio, casa, choza en  que viva Jesús…  Están peguntando mucho más. Les interesa mucho más: ¡Les interesa Jesús!   Más aun si cabe: no es el atractivo de Jesús, no es la devoción que les levante… ¡Es lo que hay en las entrañas de Jesús!, lo que implica llegar a descubrir DÓNDE VIVE, donde se alberga lo profundo de Jesús, cuáles son las condiciones en que Él se muestra, lo que Él exige para abrir las puertas de su sancta santorum.
Es fácil decirlo y gozoso entenderlo. Pero yo no me quedaría satisfecho si no le encontrara un  entronque directo con lo reflexionado ayer, Pienso que una parte indispensable de ese saber dónde vive Jesús, depende mucho de estar avanzando en esa CONVERSIÓN que supone una clara salida del YO y las PROPIAS MANERAS, pata que no se dé el doloroso estado de luchar contra Dios los años enteros…, viviendo así displicentemente y –en el fondo-  “desgraciados”.  [sin estar movidos por la Gracia de Dios].

Me invita Jesús a IR Y VER.  No sólo “saber”. VER con el alma: en oración.  Y que esa oración sea una exigencia concreta de soluciones concretas.  Cada cual ha de saber buscar LAS SUYAS.  Ese es el VENID Y LO VERÉIS al que invita Jesús tan elegantemente. ¡Tan exigentemente!



miércoles, 19 de junio de 2013

Sobre la ESCUELA DE ORACIÓN

SOBRE LO DICHO
A PROPÓSITO DE LA
ESCUELA DE ORACIÓN
     Me acaba de llegar a las manos el sentir de un hombre de Dios, que va a celebrar sus 50 años de SACERDOCIO

            Tengo la impresión de que encontré la forma de exponer la doctrina cristiana de suerte que mis oyentes encontraran a Dios a través de Cristo y se quedaran con Él y no conmigo. La despedida popular que reza así: “Vaya usted con Dios”, o “queden ustedes con Dios”, expresa muy bien lo que debe ser el ministerio sacerdotal como ayuda para que los demás encuentren a Dios y no como mera profesión lucrativa o de prestigio social.     
Añado  y completo por mi cuenta:  Ni de tipo afectivo o adhesión al hombre.

Mes del Corazón de Jesús

Mes, Día 19.- CONVERTÍOS; SE ACERCA EL REINO DE DIOS…  DENTRO DE VOSOTROS ESTÁ.
            Una serie de expresiones de Jesús en el Evangelio, y que necesitamos irlas poniendo en su contexto para que sea verdad la graduación que hay en ellas.
            Cuando Jesús se presenta en público, en su primera salida, la palabra inicial es; CONVERTIOS, se acerca el Reino. No está aún. En  realidad es esa aparición de Jesús en medio de su Pueblo lo que va a ir produciendo la gran riqueza del Reino que ES ÉL, que irá desglosando Él, y que todavía no está establecido: se acerca. Y en tanto llegará a establecerse en cuanto que la CONVERSIÓN SE PRODUZCA.  Tiene gran importancia este momento concreto de la salida de Jesús al ministerio, y tiene la no menor trascendencia de la condición para que el Reino sea realidad: CONVERTIRSE, ese cambio profundo que ha de darse en la persona, si quiere que le llegue el tesoro escondido. Tal importancia que cuando Juan Pablo II establece los Misterios Luminosos del Rosario, sitúa éste tema como el primero,
            A mi juicio es de demasiada importancia que no se capta sin una honda reflexión. Porque para nosotros, por ejemplo, damos ya por supuesto que “nos hemos convertido”, y que ese REINO DE DIOS ya está establecido en nosotros, casi “por naturaleza”.
            Nosotros no aplicamos ya directamente la otra expresión; El Reino de Dios, dentro de vosotros está.  Y yo pienso que hay un trecho entre nuestra realidad y lo que es el REINO.  Pienso que en nosotros ha habido una conversión, al contagio con la fe abrazada, y “ciertas conversiones” que sde han ido realizando.
            Pero cuando hablamos de CONVERSIÓN, como la pedía Jesús –en la radicalidad de una salida del YO para que ese “yo” acabe “absorbido” por el estilo, formas y exigencias.        Sentir que Dios reina en mí. Dejar que Dios reine.  Llevar a otros el Reino del Evangelio de Jesucristo…-, me quedo con el alma colgada de un hilo.

            Quizás por ello los grandes Maestros ascéticos plantearon una segunda conversión, que suponía que los muchos momentos perdidos, engañados dentro de uno mismo, encubridores de pasiones, egoísmos, orgullos, vanidades…, un buen día “se descubren” como tales, y ese día se comienza a sentir la enorme belleza y –“la otra cosa” que es el REINO DE DOS, que tan poco se perece a lo que hemos creído vivir desde el lado de personas evangélicas.  Dice un autor que combatimos contra Dios los años enteros, y por el temor a no se felices, permanecemos desdichados.


            Así os lo ofrezco. Las confidencias de muchos, indican luego en qué etapas se está.

martes, 18 de junio de 2013

ESCUELA DE ORACIÓN

EL PRÓXIMO VIERNES,
DÍA 21,
HAY ESCUELA DE ORACIÓN,
                                    COMO CORRESPONDE.
El hecho de que no esté el P, Cantero no merma nada,
sino que por el contrario ENRIQUECE

PORQUE HALLAREMOS FORMAS DE ORAR NUEVAS, que es parte de la labor de la ESCUELA DE ORACIÓN.

NO SÓLO INVITO
SINO QUE OS EXPRESO A LOS QUE VIVÍS EN MÁLAGA,
QUE ES MI DESEO ILUSIONADO
QUE LA ESCUELA DE ORACIÓN NO SEA
UNA FALSA VENERACIÓN "AL HOMBRE" 
sino una auténtica ESCUELA para enriquecer nuestras diversas formas de TRATO CON DIOS, conservando estilos muy bendecidos por la Iglesia.

ESTE VIERNES SERÁ LA LECTIO DIVINA

VOLVER A EMPEZAR

COMO DECÍAMOS AYER
            Así es. Hace una semana que puse –el lunes- mi “despedida” temporal porque me marchaba a unas “vacaciones pagadas”, en las que me llegarían al corazón…, a ver si se lograba “un corazón nuevo”.
            La pericia del dirigía aquel cotarro, no sólo ha sido proverbial, sino de un entusiasta de su propio trabajo. Y antes de cumplirse la semana de haber estado en ese “otro mundo” de lo inconsciente, ayer, ayer regresaba “a casa”,  No exactamente, porque hay una estación intermedia para convalecencia y para tomar fuerzas antes de retomar la vida diaria.
            Viendo mi propia realidad y mirando a mi alrededor, uno llena a percatarse de que la PALABRA DE DIOS queda al vivo –de una manera. Peculiar cuando ve uno este determinado panorama. Porque estoy entre beneméritos Padres y Hermanos, que fueron puntales en su tiempo, en muy diversos campos de la actividad religiosa en su Orden y en la Iglesia… trabajando en esta labor pastoral, misionera de enseñanza, de alturas teológicas y científica- en ellos estuvieron formadores, apóstoles de la oración, grandes predicadores, Maestros de Ejercicios ignacianos…
            Lo que son ellos hoy, le llevan a uno hasta el meollo mismo de lo que es para Jesús el pobre de espíritu…. mascando la más dura pobreza que es la de no ser ni personas…  Aquí se hace real Maestro, que pueda ver…;  si quieres puedes limpiarme; necesito tocar siquiera el borde del manto…, o que su sombra dé sobre uno; aquí se mascan esas experiencias crudas e inmensas que sin mí NADA PODÉIS…, o cualesquiera otras de las que lee uno en el evangelio y parecen fábulas orientales. El no tengo a nadie, que no es el no tener mucha ayuda humana (que la tenemos), pero el no poder valerse para algo…, es como una vivencia que entra por los poros.


            Son muchas cosas las que se ven, las que muestran que la vida es lo que es y da sí hasta donde da…, una experiencia que necesitaríamos todos pasar por ella, y no poco los que teniendo una juventud “incandescente”, tuvieran que pasar un poco por estos trances, como punto de “aprendizaje esencial”-

lunes, 10 de junio de 2013

CAMINO y despedida..., por ahora

EL CAMINO
             Hoy estamos ante una de las más expresivas afirmaciones de Jesús: Yo soy EL CAMINO¸ nadie va al Padre sino por Mí.
             No dice: “soy UN camino”, como podría haber otros. Sino EL CAMINO, y nadie va al Padre SINO por Mí. Hay una exclusividad absoluta, que no deja lugar a duda ni interpretación. Hay piedades, rezos, fórmulas, sacrificios, expresiones muy diversas de la piedad popular. En tanto serán válidas, como los afluentes de un río en cuanto que su caudal sea siempre el que se centra en la Persona de Jesucristo, para conocerlo, estudiarlo con el alma, meditarlo, contemplar hasta el color de sus ojos, meterse en sus sentimientos, descubrir sus gestos…  Y cuando cualquier tipo de “afluente” (diversos otros modos) se polaricen en ese conocer interno hasta la saciedad a Jesús, DESDE EL EVANGELIO, estaré en EL CAMINO. Otros atajos o veredas que vayan por otro sitio, por muy piadoso que sea, por mucha devoción que dé, por muchas experiencias de “espiritualidad” que tengan, por muchas emociones que provoquen, serán “otra cosa”: NO SERÁN EL CAMINO para ir al Padre.
             Quiere decir que en el mismo instante en que mi contacto con Jesús entra dentro como auténtica experiencia cristiana (=centrada en Cristo), algo nuevo se renueva en mí, en mi sentido de caridad completa, que es la que se dirige a Dios primeramente, en un amor con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas…, sin adherencias de ningún otro tipo que enturbian la pureza del amor, como en el amor al prójimo como se ama uno a sí mismo, sin querer para el otro lo que no quiero para mí, calibrando siempre mis modos personales para no tragarme el mosquito y dejar de lado el camello.  ¡Porque de éstas hacemos muchas!
             El secreto es tan sencillo como esa mirada a Jesucristo con el corazón mismo y con la honradez de pensamiento que debe uno tener siempre para no utilizar doble medida, doble juicio, doble calibre…, cuando se trata de lo propio o de lo ajeno. JESUCRISTO es la GRAN ASIGNATURA DEL CORAZÓN que nos toca aprender, ahondar y vivir con íntimo contentamiento del alma.

          Y con este día 10 me despido de vosotros, hasta que Dios quiera.  Dentro de menos de una hora estaré ingresado en el Hospital para una operación de corazón. Esperemos encontrarnos por aquí de aquí a un poco de tiempo…

          Y quenes sepáis, podáis y queráis, ORAD A DIOS. 

domingo, 9 de junio de 2013

Mes del Sagrado Corazón

9º día del MES DEL SAGRADO CORAZÓN

             YO HAGO SIEMPRE LO QUE AGRADA AL PADRE.
             Es la gran definición de su vivir diario, hecha por el propio Jesús. No dice que “cumple”, no dice que no peca, no dice que no ha dañado a nadie. Que todo eso es cierto que lo expresó en algún momento distinto: antes pasarán el cielo y la tierra que el que deje de cumplirse un punto de la i de la Ley…  ¿Quién pude argüirme de pecado… Hizo el bien por donde pasó. Pero cuando se define a sí mismo, lo dice de otra manera mucho más radical: Yo hago siempre lo que agrada al Padre.  Porque la grandeza de una vida no es “no hacer el mal”, o “no pecar”…, ni eso define la vida cristiana o de seguimiento de Cristo. El secreto del auténtico discípulo es su lucha y su búsqueda de lo que agrada al Padre.
             No se supone que eso sale solo, ni que a Jesús le saliera como innato. Su realidad humana es totalmente humana, y más de una vez pudo experimentar su rechazo a situaciones o personas. Pero el movimiento de un Jesús orante y mirando los ojos de Dios, es la de hacer lo que le grada a Dios, por encima de toda otra reacción espontánea, de algún enjuiciamiento humano.  A Jesús no se le escapa un mal modo…, porque su Corazón está siempre mirando al Cielo, y viendo ese rostro de Dios.
             He dicho más de una vez que Dios le cambiaba el paso a  Jesús más de una vez…; que Dios hablaba a través de los acontecimientos, y que Jesús supo “interpretar los signos de Dios” a través de esos acontecimientos y situaciones.  Jesús mismo les llamó “signos de los tiempos”… Y tras ellos, cambió la dirección de su paso más de una vez, porque “leyó” que otra cosa agradaba más a Dios. Y Jesús hizo siempre lo que agradaba a ese Dios y Padre, que era su blanco adónde iban todas sus flechas.  ¡Y hacían diana!
             Cuando planteamos nuestro vivir cristiano no tenemos más remedio que ir entrando por esa línea. No digo que ya tenemos que estar en ella de una forma definitiva…, ni que podamos estarlo en un abrir y cerrar de ojos. Pero sí digo que hay que lanzar la flecha en esa dirección, aunque todavía fallemos mucho y demos en el diana.  Lo que no podemos es estar errando el tiro una y otra vez y quedarnos como si no pasara nada.  Nos tendremos que plantear mil veces nuestro vivir, nuestros pensamientos, nuestros juicios, nuestras palabras, nuestros sentimientos…, y allí donde no estemos buscando sinceramente agradar al Padre, caer en la cuenta de que estamos fallando el tiro.  Y precisamente una de las palabras que definen al PECADO en las expresiones antiguas, es la que expresa exactamente “”errar el tiro”, no dar la flecha en el blanco.
             Por tanto es un poco simple o ignorante quien dice que “no tiene pecados” porque no ha fallado gravemente.  La pregunta –prescindiendo de grave o no; de venial o no- es si se buscó dar en el blanco…, en la diana…, ¡agradar al Padre!. Y salirse ya de ese planteamiento nos está diciendo lo rácano de tantas visiones de quienes pretendiendo ser cristianos, están errando el tiro… (están en la dinámica de pecado, aunque no lo reconozcan como tal, y quizás ni lo lleguen a experimentar en su conciencia, que –por desgracia- se va “acomodando”, se va “acorchando”, va perdiendo sensibilidad…, y acaba haciendo un cajón de sastre donde caben más fallos de los que la persona reconoce.
             Quiere decir que, en esa medida, nunca abordará situaciones que le están obstaculizando gracias  de Dios con la que podría encontrarse si se detuviera y pensara, en desnudez de sí mismo, y para decirlo con una manera de fácil comprensión: si esas mismísimas cosas que justifica uno en sí, no las estará viendo con ojos bastante más críticos cuando las hace o dice otro.

             Queda camino por recorrer.  Y no debe desanimar. Pero debe hacer pensar que ya es momento de poner manos a la obra…, a su propia realidad personal…, porque sólo puede tener un camino, un objetivo claro y evidente: hacer siempre lo que agrada al Padre.

La ternura de Jesús

EL DOMINGO DE LA VIDA

         NOTA: Hoy era el día más inoportuno para el corte de luz que hemos tenido en esta zona, porque aunque yo tuviera escrito el texto para que os llegara a tiempo, ¡no funcionó el Internet!...  De manera que puede haber quedado en muchos de los seguidores la sensación de que ya estoy “fuera de servicio.
         Pero aún me queda este pequeño resuello antes de la batalla…, que libraré D.m. mañana lunes en el quirófano del “Hospital El Ángel”, que pondrá a prueba mi corazón estropeado.

            Hoy me toca escribir a la luz de una linterna, porque en el mismo momento en que encendido el ordenador se ha producido el corte general de la de la luz- Y la verdad es que es muy difícil.
            El tema litúrgico de hoy es precisamente LA VIDA.  Elías se encuentra ante la desgracia de que de que el hijo de la viuda que lo hospeda, ha quedado sin respiración. Y como suele suceder en esos momentos, la viuda protesta a Dios de que su hospitalidad con el siervo de Dios sea “pagada” así.  El profeta toma al niño, se lo lleva a su habitación, ruega a Dios, le da calor con su propio cuerpo, y baja de nuevo a la desconsolada madre viuda y le entrega a su hijo con vida, respirando.
            El Evangelio tiene unos matices muy especiales.  Jesús va de camino y se topa con un entierro a la altura de la ciudad de Naim. Pregunta Jesús qué es aquello y le informan que llevan a enterrar al hijo único de una madre viuda.  A Jesús se le conmueven las entrañas…, le da un vuelco el corazón y con un impulso instintivo de su compasión misericordiosa, se va derecho a la madre, y le dice:  NO LLORES.  La verdad es que así en seco, es una expresión un poco vacía. ¿Cómo no iba a llorar? No sólo que es madre, sino que en viudez queda ahora en el más grande desamparo. Pero el corazón tiene su propio lenguaje y, si bien la causa del dolor de la mujer era el hijo muerto, ese hijo no estaba sufriendo en este instante, Y Jesús se ha ido derecho allí donde estaba el sufrimiento.
            Y a renglón seguido Jesús se va rápidamente al cadáver, se detienen o Jesús mismo detiene a los que lo llevaban, y con voz potente e imperiosa, dice: Muchacho, levántate, Yo te lo mando.  Hay como un contener la respiración de todos, y un grito apagado de admiración y temor sagrado ante el cadáver que se incorpora y abre los ojos y mira en derredor sin saber que pasa.  Jesús pone toda sy delicadeza en el hecho, le toma de la mano, le ayuda a salir de su ataúd…, y se lo entrega a su madre.  ¡Por eso era por lo que le había dicho que no llorara! 
            La gente quedó casi sin resuello,,, Tuvo conciencia de que un profeta les había visitado, y corrió la noticia por todos los pueblos vecinos.

Como suele ocurrir, nos quedamos deseosos de muchos detalles que el Evangelio no nos dice. ¿Qué hizo Jesús¿ ¿Qué hizo después aquella mujer? ¿Jesús se esfumó por entre el gentío? ¿Qué comentaron sus apóstoles?  El evangelio nunca vendrá a satisfacer esas preguntas. Son las que nos deja a vosotros…, las que nos debe suscitar un diálogo con Jesús en la Eucaristía e este domingo…. ¡Y ESO PRECISAMENTE ES JACER ORCIÓN CON EL EVANGELIO!  ¡Eso es orar buscando respuestas personales a nuestras necesidades de conocer el fondo del CORAZÓN DE JESÚS


Añadiré aún el día 9 del MES DEL CORAZÓN DE JESÚS.

sábado, 8 de junio de 2013

En el 8º día del mes de Junio

Día 8º del MES del C de J.
             VOSOTROS SERÉIS MIS TESTIGOS
             Jesus se iba ya de este mundo. Pero no quería irse sin –a la vez- quedarse. Invento varias formas de hacerlo. Una, sublime y grandiosa, como la Eucaristía, en la que queda realmente presente en medio de nosotros, todos los días hasta el fin del mundo.  OTRA fue mucho más sencilla o humilde… Fue la de quedarse en cada hombre o mujer fiel que le quisiera seguir.  Y como una síntesis de testamento, Jesús dijo a sus muchos discípulos: Vosotros sois mis testigos.
             Hay término esencial que aclarar: el “testigo” evangélico no es el que vio algo y lo cuenta tal como lo vio…, así como los testigos que van ante un juez o asisten a una boda, cuyo papel es solamente testificar que aquello fue “así”.  El TESTIGO evangélico es el que se convierte en aquello mismo que testifica. Y como lo que Jesús dice a los suyos es: vosotros sois mis testigos, el encargo que les está haciendo es impensable: vosotros sois presencia mía ante los demás.  Aplicando aquello que veíamos el 2º día: vosotros sois Yo-mismo que paso por el mundo haciendo el bien.  Ese “mundo” es para cada uno “su mundo”, en el que se desenvuelve, el que puede abarcar, ante el que desarrolla su vida, o donde es visto, aunque él no se dé cuenta que lo están mirando. “Vosotros sois mis testigos” es esa entrega que hace Jesús “de sus trastos” (hablando en lenguaje taurino) para dar “la alternativa” y constituir al discípulo novel en “maestro”.
Me quedo corto; ¡es mucho más!  Lo que Jesús hace es transfundir su propia realidad para que esa personalidad –que es la suya- pase a su TESTIGO y lo transforme.  Es aquello que antes se empleaba mucho en las estampas de la Virgen: que quien me mite, te vea.  Nos vamos acercando a lo que es SER TESTIGO DE JESÚS.  De lo que se trata es de esa metamorfosis por la que de mi pobre y casi repugnante larva, surja la belleza ágil de la mariposa de colores…  Se trata de que –como en una película- el rostro de una persona se vaya cambiando en las facciones de la otra… Se trata –y sigo con una expresión cinematográfica- que yo sea “el doble” de Jesús… Que hay un momento en la historia en que Jesús se va al Cielo, pero tiene que continuar la película con el mismo protagonista. Y como Él se ha marchado, yo soy el “doble”…, ese que el espectador no llega a advertir que no es el Cristo histórico en persona, porque yo, SU TESTIGO, hago “su doble” con tal perfección, tan identificado con Él, que el Personaje sigue allí tan vivo como cuando estaba Jesús en Persona.
No es una utopía.  Es esa metamorfosis de mi vida, esa transfusión por la que Jesús se ha ido metiendo en mí de tal manera que el dicho de Pablo ya no es una frase para las estampas, sino una realidad: “ya no vivo yo; ES CRISTO QUIEN VIVE EN MÍ”.   ¡Ese es EL TESTIGO!  Y cuando yo insisto tanto en la necesidad, urgencia, realidad indispensable…, de que nuestra oración se centre en el Evangelio…, bucee en el Evangelio, se sumerja y se deje empapar de Evangelio (sobre todo otro modo), en realidad estoy soñando conscientemente en una realidad que Cristo encargó: Sed evangelio…  SED MIS TESTIGOS.
Y el TESTIGO está –naturalmente- para un testimonio hacia afuera: que quien me mire te vea.  Pero yo oraba esta mañana y me empecé a plantear algo que me trastocaba…  Está bien que mi imagen hacia  afuera sea la del “doble del hombre Dios”, y que mis palabras, obras, actitudes…, puedan reproducirle a los que me ven una “visión” de imagen de Jesús. Supongamos que fuera así.  Pero me adentraba un poco hacia adentro de mí mismo…, y me preguntaba si yo veo dentro de mí mismo que soy un TESTIGO que ya es Jesús mismo presente…, y que eso se patentiza en mis sentimientos, mis pensamientos, mis juicios, mis palabras, mis modos… Si yo siento en mi propio interior que yo estoy siendo ese TESTIGO… Si realmente lo soy, o vivo entre camuflajes y caretas que me delatan a la primera de cambio ante mis propios ojos… Si Jesús puede decir que vive en mí, y que yo ya no soy yo, porque SOY ÉL

Y confieso que me queda alguna duda bien fundada de que sea así. Y como me sospecho que esta mi reflexión puede ser útil para otros, la pongo ahí delante, porque no sería de poco fruto si fuéramos todos capaces de mirarnos ante el espejo de JESÚS, hasta poder descubrir los rasgos que aún nos separan de ser esos TESTIGOS que han transformado su corazón mismo en el CORAZÓN DE CRISTO…, que ya vive y palpita dentro de cada uno.

viernes, 7 de junio de 2013

Día final de la Novena

APOTEÓSICO FINAL DE NOVENA
          Día del Sagrado Corazón de Jesús
             Homilía de 8 minutos y muy bien centrada en los textos de la Misa correspondiente al Ciclo C.
             El Evangelio (Lc 15, 3-7) y Ezequiel (34, 11-16) usan la misma imagen del pastor, que para el pueblo que escuchaba era imagen muy viva y significativa. Para nosotros, cuando menos, es expresiva la imagen del pastor cuidando sus ovejas: “sigue su rastro, las saca a buenos pastos, las recoge cuando se dispersan en días de nubarrones; las apacienta en los mejores pastos” (Ezeq.).
             En San Lucas, Jesús destaca porque cuando se le pierde una oveja, ¿no deja las 99 en el campo y va tras la descarriada, hasta que la encuentra?  Gran alegría, entonces…, como la habrá en el Cielo por un pecados que se convierte.
             Sin metáforas, San Pablo escribe a los Romanos (5, 5-11) que “el amor de Dios se ha derramado en nuestros corazones”. Y se ha manifestado en la muerte de Cristo que murió cuando todavía éramos pecadores”. En su Resurrección somos salvados por su vida.  Ese Jesús resucitado se apareceré a sus apóstoles siempre con su paz y amor: Paz a vosotros, saludo con el que sigue ayudándonos desde el Cielo.
             En la fiesta del Sagrado Corazón, hemos de agradecerlo y alabarlo, y formular deseos y propósitos de que este amor se haga realidad en nuestra vida.

NOTA:  el Templo ha estado rebosando. A las 7’10 se tuvo procesión eucarística claustral, con tres altares, y la Consagración al Sagrado Corazón.  Poco después de las 7’30 comenzó la SANTA MISA, con 8 concelebrantes junto al que la ha presidido, el predicador de la Novena.
             Al acabar, hubo IMPOSICIÓN DE MEDALLAS del Apostolado de la Oración, con alguna exhortación del Director del Apostolado.


             NOS QUEDA POR DELANTE LA PROCESIÓN CON LA IMAGEN DEL SAGRADO CORAZÓN, que tendremos el domingo próximo por las calles de Málaga.

SOLEMNIDAD DEL CORAZÓN DE JESÚS

Hoy es día del Sagrado Corazón de Jesús.
En su Iglesia titular de Málaga hay
PROCESIÓN EUCARÍSTICA claustral (a las 7'10),

e imposición de MEDALLAS DEL APOSTOLADO DE LA ORACIÓN.

DÍA DEL SAGRADO CORAZÓN.  Día 7º del Mes.
             Estamos ante una GRAN FIESTA, ante la FIESTA DEL AMOR, ante la misma personificación del AMOR DE DIOS. Estamos ante la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús
             La Liturgia del día ha centrado –en este Ciclo C que corresponde a este curso- la manifestación del Amor de Dios (1ª lectura) en la imagen del Pastor, que mima a su rebaño con ternuras y delicadezas que mueven al alma. Un amor que supera nuestra misma realidad de pecadores y la sobrepasa (2ª lectura) porque ese Amor de Dios se ha manifestado hacia nosotros no porque ya éramos dignos, ni buenos, ni justos, sino precisamente porque somos pecadores y siendo pecadores. Que ahí es donde aparece más evidente lo que es AMAR DE CORAZÓN. “El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado…; Cristo murió por todos los impíos…  Y finalmente aparece “en directo” (Evangelio) la propia figura de Cristo como el Pastor enamorado de su rebaño, que cuida sus ovejas, que busca la perdida, que recoge a la herida…  Y que no sólo Él se alegra sino que convoca a todos los amigos para comunicarles su gran alegría, y que así ellos participen también de ese gozo.
             Merece la pena la lectura lenta de Ezequiel 34, 11-16 (1ª lectura) para irse deteniendo en ese conjunto de detalles delicadísimos con que se va describiendo el AMOR DE DIOS.
             Y la gran obra (Encíclica de Pio XII) Haurietis aquas, -“Carta Magna” del Sagrado Corazón- que puede leerse en el blog, si lo vais bajando y os fijáis en su margen derecho, fue irse a las fuentes y raíces reales de quién es el CORAZÓN DE JESÚS, que está mucho más allá de manifestaciones de particulares, aunque ellos o ellas hayan fomentado e influido en resaltarlo en un determinado momento histórico. Pero la profunda realidad de lo que se suele decir nombrar –sin gran propiedad- “devoción” al Sagrado Corazón, es nada menos que el AMOR ETERNO Y PERMANENTE DE DIOS, que nunca ha faltado (ni puede faltar), que –llegada la plenitud de los tiempos-, nos ha hablado EN EL HIJO.  Por eso la personificación misma del AMOR DE DIOS se palpa y se comprueba en JESUS.  Él, en su humanidad plena y en realidad divina, nos hace visible, palpable, tangible…, en nuestro mismo suelo, de ese amor de Dios que se trasfunde en toda la Biblia y se vive en el Evangelio.
             La expresión de la carta a los Hebreos, es esa que acabo de poner en negrita, y que completo: Dios habló muchas veces y de muchas maneras. Finalmente, llegada la plenitud de los tiempos, nos ha hablado EN EL HIJO. Casi seguro que la traducción que vais a encontrar dice: por el Hijo, pero es mucho más que el hecho de que el Hijo sea altavoz de una Palabra de Dios. Se trata de que el Hijo es la misma Palabra de Dios, que no es sólo palabra pronunciada o hecha enseñanza, sino Dios mismo que se hace Palabra y nos habla.  El Hijo habla lo que oye hablar al Padre, que nos dirá San Juan. No es mero “altavoz”. Es Dios mismo hablando. Con la particularidad de que, al vivir la vida humana, con nuestro cuerpo humano, con nuestras experiencias humanas, esa Palabra es voz que se oye fonéticamente, que se escucha y penetra, que se traduce en hechos tangibles, y que hace así visible TODO EL AMOR DE DIOS, que se manifiesta en Jesús…, que un día se hace expresamente plástico en el mismo CORAZÓN DE JESÚS.
             ¿Cómo podríamos representar los humanos el amor? Bien lo sabemos: o porque te amo de todo corazón, o porque dibujo mi amor en un corazón atravesado por una flecha. En lo humano tenemos nuestros símbolos espontáneos y naturales. Y Dios HABLA EN SU HIJO, expresándose en esa imagen simbólica del CORAZÓN DE JESÚS, perfectamente inteligible para comprender que Jesús no fue un demiurgo sino un HOMBRE que amó hasta padecer, morir y dejarse traspasar el corazón por una lanza…, porque era TODO UN DIOS, infinito e inacabable en su AMOR.

             Lo maravilloso, lo sublime, es que ESA PALABRA, ese Cristo palpitante en sus obras, sus palabras, sus hechos, sus ternuras, sus delicadezas, y sus mismos sentimientos al vivo, NOS HAN QUEDADO EN EL EVANGELIO.  El Evangelio que, como un caudaloso manantial inagotable, nos invita a beber y beber hasta saciarnos…, a toda la humanidad junta…, sin que sufra merma.  Y con esa paradoja de que cuando más bebemos, más sed experimentamos… Saciados y ansiosos de volver a aplicar nuestra boca a esa fuente de vida que es el Evangelio.  Y si vamos a mirar la historia de Jesús, ese manantial fluye inconmensurable en el propio Corazón traspasado y abierto de Jesús, borboteando sangre y agua… Y nadie que se haya acercado a beber de esa fuente de gracia, ha podido ya dejar de volver cien mil veces…  El Evangelio nos va “dosificando” y nos va trasmitiendo el “gota a gota” que nos mantiene siempre vivos e “hidratados” en medio de nuestras mismas carencias y necesidades…; y pletóricos de entusiasmo porque sabemos que podremos seguir gozando de ese manantial, ese tesoro del AMOR DE DIOS, manifestado visiblemente en Cristo, y plasmado un día en la historia de la Iglesia en el CORAZÓN DE JESÚS.