jueves, 31 de mayo de 2012

Romanos 12,9

San Pablo le dice a los cristianos de Roma, cosas muy bonitas de oir en el capítulo 12 de su carta a los Romanos. Analicemos una sola.

Rm 12:9, nos dice como debe ser nuestra caridad (el amor), que tenemos que rechazar y que tenemos que hacer.

El joven rico - ¿Que más me falta?

El joven rico tiene dos momentos importantes en su vida conocida, lo cual transcurre en cuestión de poco más de un minuto. Un momento de alegría al comprobar que el primer requisito para ir al cielo es cumplir los mandamientos de la Ley de Dios. Ahí se siente el joven, bastante seguro y contento porque eso ya lo venía practicando aún antes de conocer a Jesús. Sin embargo, el joven se atreve a hacer la pregunta que muchos no se atreven a hacer. ¿Que más me falta? Jesús le dijo lo que le faltaba, y le cambió el semblante al joven, puesto que lo que le faltaba le "obligaba" a tener que renunciar a lo suyo para darlo todo a los demás. ¿Todo todo?. Si. Todo todo.

Flor a María


            FLOR A MARÍA: Un inmenso vergel, en el que quiero recoger todas las flores de todas las especies…, un ramo tan grande que en vez de flores es mi misma vida, TE TRAIGO HOY, Virgen María.  Y al modo tuyo, lo quiero plasmar en mi servicio a cada uno de quienes llegan a mí.  Mañana amanecerá radiante el MES DEL AMOR, y quiero presentarme a él con tu mismo Corazón de quien más supo amar.  Y como yo no puedo llegar a ello, Tú lo harás en mi nombre, para que libe con fruición cada uno de los pensamientos y SENTIMIENTOS de tu Hijo.  Acepta mi brazado de Flores…, u ábreme a los FRUTOS que Jesús me ofrece y me pide desde su Corazón amoroso.

LA VIRGEN E ISABEL


LITURGIA DEL DÍA
Hoy es FIESTA  de la Vista de la Virgen a San Isabel. Por ser último día de Mayo, por ser una fiesta litúrgica (ya sabemos lo que eso significa), comienzo hoy por este punto.
El Evangelio nos cuenta aquella llegada de María a casa de Isabel en la montaña de Judea. La muchacha de Nazaret se había tenido que hacer 160 kilómetros para llegar allí.  Y fue anunciar su llegada desde la puerta de la casa, e Isabel se conmovió en lo más hondo de su persona y gritó de gozo, reconociendo milagrosamente el misterio que se había realizado en María. La bendijo, la alabó, la proclamó dichosa entre todas las mujeres.  Y la misma Isabel notó cómo se revolvía en ella una fuerza especial inusitada: El Espíritu Santo la había cogido por dentro, y el Niño de sus entrañas, había saltado de gozo en su vientre…, porque la ha visitado la MADRE DE SU SEÑOR.  María no negaba nada, pero cuantas alabanzas recibió, las transportó hacia el Señor, el Dios que había hecho las maravillas en Ella.
La 1ª lectura, del gran capítulo 12 de San Pablo a los fieles de Roma, sería como la plasmación detallada de cómo es María. E invito a la lectura de ese capítulo, más que copiarlo línea a línea.


LAS LECTURAS EN LA MISA
Por supuesto, lecturas de la Sagrada Escritura, Palabra de Dios. Habíamos hecho una oración de peticiones (Oración “colecta”). Y la respuesta de Dios está en su Palabra. No queda baldía la petición. No van aparte y como “otra cosa” las Lecturas.  Hemos pedido a Dios y Dios responde. Estamos ante el diálogo entre Dios y el hombre; el hombre y Dios.  La MISA no se divide en “partes”;  constituye un todo único y bien concatenado.  Una Asamblea unida, que pide unida, que ya se le ha hecho así presente Cristo, ahora se desdobla esa Presencia –digámoslo así- en formas concretas.
Las LECTURAS tienen –para entendernos- su parte sacramental, por cuanto están destinadas a hacer lo que dicen, a hacer presente la historia de la salvación que ha escrito Dios…, que ha realizado, y que realiza hoy.  [He ahí una razón por la que la forma de decir la liturgia de la Iglesia, no se anuncian las lecturas como narración pasada, como podría leerse un trozo del Quijote y se acabaría diciendo: “ES del Quijote”.  Con muchísima más fuerza y PRESENCIA, LO QUE SE PROCLAMA no es un recuerdo de cosas pasadas, sino que cuando se ha puesto delante un episodio de la Historia de Dios con los hombres, se afirma tajantemente, “a plomo”, como si dijéramos: ”PALABRA DE DIOS”.  ¡Habla Dios!  Lo que nosotros hacemos es simplemente prestarle nuestra voz, pero podríamos decir que con temor y temblor, porque HA HABLADO LA BOCA DE DIOS.
            Y si ha hablado Dios, si se nos ha hecho presente el Señor:  “PALABRA DEL SEÑOR”, con los fieles puestos en pie porque Jesús se ha manifestado en nueva presencia casi sacramental, lo que ahora debe seguir es una conciencia personal activa de que a mí ha llegado personalmente Dios, Jesús, y me ha dicho algo PARA MÍ;  no una historia pasada, ni una palabra enlatada y sacada del polvo viejo de la Biblia.  ME HA HABLADO DIOS, y ahora se está preparando EN MÍ en “material” de un quinto evangelio, en el que el personaje Jesús es el protagonista, y los otros personajes soy yo mismo…, y en mí se realiza y actualiza la PALABRA PROCLAMADA.

miércoles, 30 de mayo de 2012

La ORACIÓN de la Misa


Por imposibilidad mía no he tenido a tiempo la aportación diaria.  A estas alturas ya no entro en el tema litúrgico, pero avanzo en la Liturgia de la Misa.

LA ORACIÓN “COLECTA”
Tras el acto penitencial que está ahí como forma de agrupar lo que podría estar “disgregado” en la Asamblea, por esos egoísmos que separan, viene la ORACIÓN llamada “COLECTA”.
Es la Oración que el que Preside la Eucaristía hace en nombre de toda la Asamblea, presentando al Señor alguna necesidad o petición.  Las hay de peticiones más generales, como los domingos del Tiempo Ordinario;  otras que corresponden más al sentido de determinados tiempos litúrgicos, fiestas y solemnidades especiales.  Las hay correspondientes a la memoria del Santo o Santa (o Beatos) de los que se celebra ese día su natalicio al Cielo, o muy diversas intenciones de las llamadas Misas “votivas” (con una riqueza muy buena).  Y las propias de ls Misas de Difuntos (variadas).
Los fieles, que permanecen DE PIE, porque es oración que  hace el Sacerdote en nombre de toda la Comunidad, responden sonoramente el AMÉN, de adhesión, afirmación, conclusión, aceptación de cada uno a esa oración.

NOTAS EXPLICATIVAS DE TÉRMINOS:
Ya dije que intento ser entendido de todos; que lo que serán nimiedades para los asiduos a esta terminología, no lo es para muchos otros, que hoy carecen de términos básicos.
Tiempo Ordinario es todo el tiempo que no corresponde a los Ciclo de Adviento-Navidad; Cuaresma-Semana Santa, y Desde Resurrección a Pentecostés.  Por expresarlo en forma “gráfica”, son los días en que los ornamentos del sacerdote son del color Verde.
“Memorias de Santos”.  La celebración de la mayoría de los Santos, e incluso algunas advocaciones de la Virgen, tienen el ´titulo litúrgico de “Memoria”.  Y las hay “obligatorias”, en las que hay que seguir la Misa propia o Común del Santo;  y las hay “libres”, en las que puede no seguirse el día del Santo.
Día natalicio al Cielo.  La mayoría de los Santos se celebran en el día de su muerte, que es el de entrada en el Cielo.  A Jesús, a la Virgen y a San Juan Bautista se les celebra su NATIVIDAD o nacimiento, porque nacieron ya libres del pecado que todos llevamos al nacer.
Fiestas.   Hay celebraciones de un mayor rango litúrgico, por tener una mayor trascendencia en la vida cristiana.  La liturgia le llama “Fiesta”, y en esas Misas se tiene el Himno alegre del GLORIA A DIOS EN EL CIELO.
Solemnidades.   Las grandes celebraciones de fiestas muy especiales, se llaman “Solemnidades”. En la Solemnidad se hace también la Profesión de Fe (Credo).  Suelen ser las celebraciones del Señor, algunas de la Virgen, San José y San Juan Bautista.  Y en cada lugar, la fiesta de los Patronos, o situaciones especiales.
Misas “votivas”  Por muy diversas intenciones y situaciones de la vida práctica: una necesidad, un enfermo, un moribundo, una acción de gracias, la familia, los amigos…, o de necesidades de la Iglesia.   Y algunas de la vida de Jesús, la Virgen, Ángeles, Santos

FLOR A MARÍA
Cuando ya estamos en los últimos días del mes, ofrezco un ramo entero.  Hay rosas, tan bellas y perfumadas, azucenas de olor penetrante, violetas humildes y lirios del campo llenos de hermosura... Pero ya empiezo a pensar que me van a gustar más las flores del almendro, del melocotonero, etc., porque son flores que no se quedan en la flor, sino que luego dan fruto.  Y cuando vamos a abrir la puerta al MES DEL CORAZÓN DE JESÚS, me empiezan a llamar más la atención esas flores que se abrieron también en María, para darnos al bendito fruto de su vientre.

martes, 29 de mayo de 2012

Flor a MARÍA

Oyendo a Pedro con su pensamiento de "haberlo dejado todo" (que bien podemos ver que no coincide con toda la realidad), la FLOR que hoy se me viene al alma es MARÍA MISMA, la mujer que realmente lo dejó TODO.  Y mi "flor" empieza por el reconocimiento de esa gran mujer de la historia.  Luego me cuestiona sobre lo que dejo..., lo de mis rapiñas en el don...  Y quiero ofrecer esas mismas rapiñas mías, porque necesito de una persona como MARÍA que reciba mis dones ajados, y como buena madre, los recicle antes de que lleguen ante la presencia de Dios.

El acto penitencia de la Misa


LITURGIA DEL DÍA
Voy a comenzar por la liturgia de hoy por no tener garantizado el tiempo para seguir con el tema de la MISA.
Pedro tiene un argumento de confianza excepcional para aquellos primeros cristianos.  Lo que Dios prometió por medio de los profetas, no se cerraba en la esperanza inmediata que podí generar en aquel pueblo que los escuchaba. De hecho predecían una solución que solamente Cristo traería –en la plenitud del tiempo- con sus sufrimientos, y la gloria que luego le seguiría.  El Espíritu del Señor les llevaba a traspasar los siglos y revelaban el triunfo para nuestros tiempos, que ya vivimos en le era de la salvación que Cristo nos ha traído.  Y lo que ahora nosotros estamos conociendo, los mismos ángeles lo quisieran penetrar, pero somos la humanidad actual la que conoce la salvación que Jesucristo ha ganado para nosotros.  ¡Que buena cuenta debe levantar en nuestro interior, para vivir como hijos obedientes!
El EVANGELIO es final de la narración de ayer.  ¡Muy difícil…, imposible, que un RICO viva el Reino de Cristo (bajo toda la gama de riqueza que debemos tener en cuenta para no sentirnos “escapados” de esa palabra tan seria de Jesús. Y todos tendemos a ser ricos…, y tenemos la gran tendencia a serlo, por esa soberbia nuestra que se manifiesta de mil maneras, aun muy sutiles, por la que somos capaces de convertir en malas aun las obras mejores que hacemos, incluidas –y con mucha realidad- las mismas cosas religiosas. (¡Soberbia espiritual”, la peor de todas…, el intento de “posesión” de parcelas religiosas que no cedemos ni que nos maten. Y todo, desgraciadamente bajo el señuelo dela gloria de Dios…, el servicio de Dios…  Por eso me deja siempre tan “tocado” esa palabra de Pedro: A nosotros, que lo que lo hemos dejado TODO, ¿qué nos va a tocar?  Porque mirando la actitud de Pedro en medio de su seguimiento de Jesús, se queda uno pensando: ¿Éste es el que lo ha dejado TODO?   Dejó “cosas”, y hasta familia… ¡Vale!  Pero ¿se había dejado a sí mismo?

EL ACTO PENITENCIAL EN LA MISA
El sacerdote ha besado el ALTAR y ha insuflado a Cristo en los fieles que están en la Asamblea.  Pero la Iglesia, con los pies en la tierra, se pregunta:  ¿realmente tenemos aquí delante una ASAMBLEA o un “montón” de fieles.  ¿Podemos decir que estos hermanos que está ahí, han salido de sí para constituir una unidad…, o está cada uno con su tema, su “devoción”, su “cumplimiento”.
Y el Sacerdote, que está ya ocupando el lugar de Cristo como Liturgo que preside, ha de poner a esos fieles ante un espejo y una necesidad de reflexión:  “Antes de entrar en los misterios de la Eucaristía, reconozcamos nuestros pecados que nos están poniendo distancias entre nosotros, e impidiendo la auténtica Asamblea que vive una sola fe y un solo bautismo, con un solo Dios y Padre.
Eso significa que a este momento de la Celebración debería dársele más tiempo de silencio reflexivo, y –por supuesto- en los fieles muchísima mayor profundidad para que pudieran reconocer sus pecados concretos que, de hecho, le están apartando de la unidad.  Y que más de una vez no es una generalidad sino realidades tan concretas que exigirían dejar la ofrenda al pie del altar antes de proseguir en la vivencia del misterio que se celebra.  Es que hacemos de este momento un “ritual” vacío, porque no hemos reconocido nada, ni planteado nada que haya de mejorar para vivir el milagro de la PRESENCIA DEL SEÑOR…, que ya se hace presente por primera vez en la asamblea cristiana (dos o más reunidos en mi Nombre). [No solo amontonados, sino incluso “distanciados” físicamente en el templo y que deja muchas celebraciones con una impresión lastimosa de “devotos personalistas” a quienes el resto de los participantes (que –por desgracia- están en la misma postura), nada les dice y con  quienes nada les va].
¿Habremos comprendido lo que es LA ASAMBLEA CRISTIANA?

El joven rico

    La vida eterna no se gana cumpliendo sólo los mandamientos. El cumplidor se siente bueno, y piensa que ya lo tiene todo, pero Jesús le dice al cumplidor que está muy bien, por supuesto. Es bueno cumplir los mandamientos, y si encima lo haces desde tu juventud, como este joven rico en bienes y posesiones, es bueno. ¿Cómo no va a serlo?. Hay un peligro en cumplir los mandamientos. Y es que nos lleguemos a creer que somos buenos porque cumplimos. Si Jesús le dice al joven rico que sólo Dios es bueno, será por algo. Pero ahí está la tentación. Yo no robo, no mato, voy a Misa, cumplo en mi trabajo, soy eficiente...soy bueno.
    Y Jesús dice que no hay nadie bueno, sólo Dios. En cambio todos somos pecadores (1 Juan 1,8). Y si decimos que amamos a Dios, pero aborrecemos al hermano es un mentiroso quien hace eso, si es hombre, y mentirosa si es mujer (1 Juan 4,20). Mentiroso en el sentido de que dice que ama a Dios, pero al aborrecer al hermano no está haciendo lo que a Dios le agrada, por lo tanto se miente a sí misma y a Dios. Busca excusas en sus pensamientos para justificar el aborrecimiento del hermano y el convencerse a si mismo o a si misma que ama a Dios, pero Dios enseña otra cosa, de modo que nos engañamos.
    ¿Entonces es que no existen las buenas personas? Si. Pero todo lo bueno procede de la única fuente de bondad que existe. Dios. Y la mayor bondad que ha realizado Dios Padre, ha sido la de entregar a su Hijo para que por medio de El, obtengamos el perdón de nuestros pecados. Por medio del arrepentimiento de nuestras malas acciones y los sacramentos, especialmente la confesión y la Eucaristía, obtenemos la Gracia necesaria para perseverar en las buenas obras. Por tanto, doy gracias a Dios por su infinita misericordia, ya que sin su Gracia estaría perdido. Con la Gracia de Dios en nosotros, tenemos asegurada la salvación. Si estás en Gracia estás en la salvación de Dios. Si no estás en Gracia estás en tu propia condenación, puesto que Dios no quiere que nadie se pierda.

lunes, 28 de mayo de 2012

Continuemos LA MISA


HAGO UNA ADVERTENCIA PREVIA  Comencé este tema antes de la "novena de Pentecostés. Luego caí en la cuenta de que esa gran fecha del calendario litúrgico tenía su entidad particular para dedicarle los nueve días.  Quedó interrumpido este aspecto pedagógico sobre la LITURGIA DE LA MISA.  Sigo ahora donde lo dejé.  Puede visitarse en el blog desde l 17 de mayo.

EL BESO
          El sacerdote BESA EL ALTAR.  Bien puede imaginarse que no es un beso a la “mesa” (ni que sea de mármol, ni de oro. El Sacerdote besa a ESE ALTAR que es símbolo de Jesucristo.  Besa también a esos mártires “del sepulcro” del Altar (que ya se explicó en su momento, que expresan el modelo máximo del amor a Jesús, porque dieron su sangre por Él.  [Ni que decir tiene que hoy puede haber una menor conciencia de todo esto para los nuevos sacerdotes que ya no tienen ese ALTAR tan lleno de simbolismo, que ya por sí solo está recogiendo el espíritu hacia la sublima acción que se va a realizar.  Y puede pensarse que mucho menor sentido para los fieles que ya pueden preparar un altar en la mesa de su casa, si no se lleva el anti-mensiun que convierta el “espacio” de la celebración en un “espacio simbólicamente sagrado”
          El Celebrante ha besado el ALTAR.  Y con ese beso que lleva prendido el calor inmenso de los mismos labios de Jesús, se dirige a los fieles y les trasmite el saludo: EL Señor esté con vosotros (o alguna de las otras formas de saludo y trasmisión a los fieles). Lo suelo explicar con ese gesto tan simple y humano con que uno hace además de tirar un beso desde la palma de la mano, como soplándole.  Pues así, como derramando sobre los fieles ese beso que está prendido en el ARA, en Jesús,  Y así es como va a comenzarse el gran acto litúrgico en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, una fórmula que es santiguarse, preparar el espíritu a una actitud de santificación…;  “fórmula” con la que debemos comenzar el día al levantarnos…, al comenzar nuestras obras… Y que nada menos que viene a ser como una actualización y traída al momento presente de NUESTRO BAUTISMO, por el que entramos a ser Iglesia, y por el que podemos ahora celebrar LA EUCARISTÍA.



LITURGIA DEL DÍA
          Retomamos el TIEMPO ORDINARIO (de los ornamentos verdes del sacerdote).  Y comienza hoy l primera carta de san Pedro.  Sólo leer el saludo ya pone en trance:  Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la Resurrección de Jesucristo, no ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva.  Me bastaría eso para que fuera ya un marco sublime en la vida de un cristiano.
          En el Evangelio el subyugante hecho del joven rico, el modélico cumplidor de mandamientos…, y que sin embargo le faltaba un enorme trecho para llegar a estar en el espacio de Jesús.  Aparentemente el problema se sitúa en el dinero.  Pero ¿no es cierto que aún sin dinero, podemos ser tan “ricos” que sigamos tan lejos de ese espacio de Jesús como el ricachón egoísta.  Porque el problema ni es el dinero en sí, sino el egoísmo.  Hay un rival más poderoso que el dinero (aunque el dinero lo engendra especialmente): EL YO, el orgullo, el amor propio, el egoísmo que encierra…
          ¡Muy difícil así estar con Jesús!  Lo dice él mismo.  Y cuando los apóstoles se extrañan, Jesús les hace una salvedad: ¡Imposible para los hombres;  no para Dios!  ¿Cómo?  Porque la vida, bajo la acción providencial de Dios, se encarga de hacernos piltrafas a los que nos creíamos reyes del mundo.  Y porque de la piltrafa, sale Dios, el gran Maestro, sacando una dulce melodía…  Y el hombre engreído, pagado de sí mismo, puede quedar así en condiciones de “pobre”…, de esos pobres que son los nuevos ricos en el Reino de Dios.

FLOR A MARÍA
Me lo dan servido en bandeja.  María fue la pobre de Yawhé, la esclava del Señor…, en la que –por lo mismo- Dios hizo en Ella maravillas…, bendita entre todas las mujeres.
          María atrae todas las miradas.  Por todos los conceptos.  Pero pienso que hay un algo espacial en Ella: que la vemos siempre una mujer sencilla, cercana, ¡madre!, tierna, pura, delicada… Y esa “pobreza” atrae la mirada de Dios y la de la humanidad.
          Por eso a mí no me estorba nunca una alabanza, porque instintivamente me voy a María y digo: Proclama mi alma la grandeza del Señor.  Y lo convierto en flor para Ella.

Ayer fue Pentecostés

Ayer vino el Espíritu Santo sobre los que estaban reunidos en un mismo lugar (Hch 2,1-2). Fundamental estar "reunidos" en el mismo lugar. La casa donde se encontraban los apóstoles es el mismo lugar, físicamente hablando. Esto me suscita que donde están los apóstoles y María está también el Señor, y allí viene el Espíritu Santo primero. Es importante la común-unión. Padre que todos sean uno, como tu y yo somos uno, pidió una vez Jesús. Donde están los apóstoles y María, es decir en comunión con la Iglesia, el Papa, sucesor de Pedro, los Obispos, sucesores de los Apóstoles, y María, la Madre de Dios.

domingo, 27 de mayo de 2012

1 Corintios 12,3

Dice el Apostol Pablo que nadie puede llamar a Jesús, "Señor", si no es bajo la acción del Espíritu Santo, al igual que nadie puede llamar a Jesús "anatema" y estar bajo la acción del Espíritu Santo (1 Co 12,3)
    Me viene ahora al pensamiento una frase dicha por el Señor, y que siempre me ha tocado profundamente.
«No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial.(Mt 7,21)

    ¿Se contradicen Pablo y Mateo?
No.
    Sólo que si le digo a Jesús, "Señor", que lo es, la acción del Espíritu Santo se manifiesta en los frutos. En el cumplimiento de la voluntad de Dios. ¿Y cual es esa voluntad? Pueden leer a continuación en San Mateo. Jesús lo explica con una hermosa parábola.
 
   ¡VEN ESPÍRITU SANTO, AQUÍ TE ESPERO, DESEO ESTAR LLENO DE TI, PARA QUE TU ME SANTIFIQUES, Y ME USES COMO SIERVO INÚTIL PARA EL BIEN DE MIS HERMANOS. ¡OH MARÍA, A TI TE INVOCO EN ESTE DÍA, Y TE OFREZCO LO MÍO PARA QUE TU LO ENTREGUES A JESÚS TU HIJO!

PENTECOSTÉS


FIESTA DE PENTECOSTÉS
            Hoy es día grande para la Iglesia. Es su cumpleaños. En el momento de su nacimiento.  La iglesia de Jesús nace, como el propio Jesús, bajo la acción del Espíritu Santo.  Y María está ahí presente. Casi diríamos que estamos ante una segunda encarnación.
El Salmo 103 no expresa, en anhelo del salmista, la petición del envío del Espíritu de Dios que repueble la tierra.  La forma normal de traducción es: ”Y renueva la faz de la tierra” que es traducción que se queda muy corta para situarse en el meollo de este día.  El Espíritu Santo no se limita a “renovar” o, como si dijéramos a “parchear” o maquillar el rostro de la tierra.  El Espíritu de la Verdad no puede limitarse a eso.  Por eso la expresión original habla de “repoblar”.  Repoblar supone un terreno estéril, o calcinado, o de cualquier forma perdido por las furias de los elementos. Que se está devastando poco a poco.  Y la “repoblación” busca que arraiguen nuevos árboles, nuevas especies…  Repoblar es aquel viento tumultuoso que hace retemblar la casa en la que estaban los apóstoles, que se conmueve desde los cimientos.  Ahí hemos de pensar si no es ese el Pentecostés que se hace falta. Porque hay una realidad muy clara: la humanidad está haciendo real la parábola de la “torre de Babel”. En aquel relato la soberbia de los hombres, que pretenden arrebatarle a Dios por la fuerza sus propios dominios (quieren “llegar hasta el Cielo”, acaba produciendo una confusión tan grande que no pueden entenderse.  “La confusión de lenguas es mucho más que “hablar varios idiomas”
Bien fácil de comprobar lo tenemos en el mundo de hoy. Muchas ideologías, muchos sentimientos desbocados partidistas, muchas facciones de todo tipo, toda la infernal carrera económica en la que estamos inmersos; el intento brutal de destruir las instituciones, desde las terrenas a las celestiales, sin escatimar medios mentirosos y calumnias abiertas, o acentuando intencionadamente los fallos o las simples diversas maneras de otros.  ¿Quién renueva eso, cuando el espíritu del mal está cumpliendo su amenaza de “todo es mío y se lo doy a quien yo quiero”.  Y Pentecostés entra como huracán que hace retemblar…, que no se limita a lavar la cara a la tierra perdida.  El Espíritu repuebla.
Viene a hacer nuevas las cosas.  Y no sabemos cómo se va a manifestar ese Viento que nadie sabe de dónde viene y adónde va”. Y sólo Dios sabe cómo se va a producir ese “repoblar”.  Todos soñamos con un “dulce pentecostés” en el que el Espíritu repartirá besos y rosquillas que nos conforten la devoción al Espíritu Santo. Y sin embargo no reparamos en aquel fuego que se posó sobre los apóstoles, y es propio del fuego emprender, abrasar, calcinar toda la basura acumulada en los montes.
Con una amorosa providencia, Jesucristo previene a este mundo alocado y que vertiginosamente se empeña en a apartarse de la verdad, de que el espíritu Santo ha sido dado a los apóstoles –y en ellos, a la Iglesia- para que el mundo tenga aún esa oportunidad de entonar su arrepentimiento, de saberse loco pecador, soberbio integral, y buscar ahí el perdón (o lo que es igual: vivir ahí los efectos de Pentecostés).
Para ello todavía ese Espíritu se hace patente en lo pequeño, en lo diario, en cada posibilidad, en cada nueva realidad, con sus carismas, que son –por decirlo así- ideas buenas, empujones al bien, novedades posibles…, que pone en el alma de particulares, para el crecimiento de la Iglesia y de la verdad,  Pueden estar en cualquier persona, en cualquier institución, en cualquier edad…, y lo que discierne un carisma de un engaño, de un capricho, de una idea personal, es que los carismas siempre los da el Espíritu Santo para el bien común.
Por tanto, la fiesta de hoy REPUEBLA…  Va directamente a lo más hondo de la vida del mundo y de la Iglesia.  Y repoblará con el hombre a favor o con el hombre en contra.  Con esas facciones políticas, económicas, religiosas, familiares, personales (y aun dentro de cada persona), la acción que realizará el Espíritu Santo será profunda, hasta hacer una REPOBLACIÓN que cambia de tal manera que aquel babel de los que no pudieron entenderse por su soberbia, se troca en la novedad absoluta de muchos pueblos e idiomas que pueden entenderse, porque son capaces de oír la única voz de Dios que habla todos los idiomas…, que no confunde.
Y eso, o lo plasmamos en la realidad concreta de la EUCARISTÍA que recibimos hoy, o se nos queda en humo de pajas, en elucubraciones de la mente, en imaginarnos falsos “pentecostés” en los que cada uno quiere llevar el Espíritu a su terreno.  Y la sincera manera de comulgar es desposeyéndose de sí para poder empezar a hablar el lenguaje nuevo que Cristo nos comunica por su Espíritu Santo


A LA VIRGEN EL ROCÍO
Millones de personas, Madre, se concentrarán hoy para celebrar tu fiesta.  Una flor te pongo hoy en el pecho, Madre. Que Tú seas el vehículo para que me llegue (y nos llegue) el auténtico rocío del Cielo, que es el Espíritu Santo, protagonista central de la fiesta de hoy.
En mi flor, una muy honda oración por todos los que hoy s reúnen allí:  que lo que les toque el alma no sean las emociones contagiosas de un evento anual, sino tu toque hondo en el alma que acaba diciendo dos palabras esenciales:  qué vino les falta…, y que la solución única y verdadera es hacer lo que Él os diga.

sábado, 26 de mayo de 2012

Galión los echa del tribunal y a Sóstenes le dan una manta de palos

    Aquí, inmerso en un texto de la Biblia, sea cual sea, bueno es, pues la Biblia es el conjunto de libros inspirados por Dios y que la Iglesia aprobó en un tiempo en el que se determinó lo que se llama el canon de la Biblia. Los libros que contiene la Biblia son divinamente inspirados y ya está. Es así porque lo dice la Iglesia, y yo creo a la Iglesia porque Dios me dice que haga caso a la Iglesia y no a los hombres que estén contra la Iglesia. Y ya está. Así de fácil. La Biblia es la Palabra de Dios. Y punto.
    Fue por tanto en un sínodo celebrado en Roma en el año 382, siendo Papa San Dámaso I, cuando la Iglesia Católica define que libros del Antiguo y Nuevo Testamento son y cuales quedan fuera. Es ahí cuando se inicia la Biblia más o menos como la conocemos hoy.
    Y hace ya unos días que estoy "anclado" en el capítulo 18 del libro de los Hechos de los Apóstoles. Porque la liturgia diaria pasa muy deprisa, pero si quieres saborear los manjares tienes que comer despacio.
    Y allí estaban los judíos tratando de acabar literalmente con Pablo. Decía yo ayer, que el plan de los religiosos judíos era equivocado no por equivocado, que si, sino porque el que hace lo equivocado al final de un modo u otro lo paga, porque el que siembra recoge lo que que siembra. Los judíos de Corinto estaban poniendo semillas envenenadas en el campo. ¿Que recogerían después? El que siembra vientos recoge tempestades...
   Veamos el resultado. Los judíos se echan como perros rabiosos encima de Pablo que lo único que está haciendo es anunciar a Jesús (ni más ni menos), pero eso rompe los esquemas de sus tradiciones religiosas. Hay que callarlo. Lo llevarán al procónsul Galión para que los romanos lo juzguen (¿dónde he visto yo esa película?).
   Imagino yo a los romanos avisando a Galión de que aquí están unos judíos que traen a alguien para que se le juzgue de un delito que ha cometido. Un grave delito. A los judíos les va a salir el tiro por la culata, pero es que ni se lo esperan todavía. Ahora viene lo bueno. Los romanos montan el tribunal, se dispone todo, y presentan a Pablo, el cual no dice ni palabra. Manso y humilde. Como si confiara en Dios...
   Tal vez en la fe de la promesa recibida en aquella visión: "No temas, nadie te pondrá la mano encima ni te hará daño".
   Los judios se frotan las manos esperando de Galión que por fin de a ese Pablo su merecido. Eran muy listillos estos, lo llevan al romano para que sus seguidores, los cristianos de Corinto, señalen al romano como culpable de castigar a Pablo por sus "crímenes". ¿Pudiera ser?
    Y se sienta Galión en el tribunal y los acusadores presentan el cargo: «Este persuade a la gente para que adore a Dios de una manera contraria a la Ley.»
    La acusación pica al apóstol Pablo, porque lo injusto suele picar a veces, y se dispone a abrir su boca para decir algo, probablemente que eso que dicen sus "hermanos" no es así. Sin embargo no necesitará decir palabra, lo cual aumenta el gozo de Pablo y da mayor gloria a Dios. El romano, Galión les va a dar un corte a los religiosos acusadores que aún se hacen chistes de ello. Y el centro del chiste son las palabras de Galión que han quedado registradas a mayor gloria de Dios.
«Si se tratara de algún crimen o mala acción, yo os escucharía, judíos, con calma, como es razón.
Pero como se trata de discusiones sobre palabras y nombres y cosas de vuestra Ley, allá vosotros. Yo no quiero ser juez en estos asuntos.»

    Imagino la risa congelada en la cara de los judios pasando al rostro de asombro, y probablemente alguno poniéndose blanco.
    ¿Veis lo que os decía antes? El que siembra, recoge lo que siembra. Ahora o después. Pronto o más tarde. Es así. Los judios recogieron pronto el fruto de su afrenta contra Cristo... ¿He dicho Cristo?
    De modo que Galión "literalmente" los echa de allí, después de darles a entender claramente, que son unos bobos, y que le traen a uno que no ha cometido ningún delito como si fuera un criminal, y que no le corresponde al romano juzgar nada más que los delitos, que para asuntos de religión que se las apañen como les venga en gana. Semejante pérdida de tiempo del ocupado romano hace que los judios no sepan a donde meterse las cabezas. Se sienten afrentados, ridiculizados, han quedado como bobos delante del proconsul y delante del Apóstol Pablo, al que no pueden quitarse de encima ni llevándolo a un juicio. Sin duda, Dios está con Pablo. Los judíos, tan religiosos y píos necesitan hacer algo para aliviar su ira, y la pagan con el mismísimo jefe de la sinagoga al que dan una paliza delante del mismísimo Galión, al cual le da igual ocho que ochenta. Se lo tienen merecido por bobos. Por no darse cuenta de que Pablo no era enemigo sino amigo de Dios, y que ellos están quedando como espantapájaros de la religión. Por cierto, el nombre del jefe de la sinagoga ha pasado a la historia, se llamaba Sóstenes, y fue al que se le ocurrió la idea de llevar a Pablo a ser juzgado por los romanos.

ESPÍRITU SANTO 8


VIGILIA DE PENTECOSTÉS
Cuando hoy lleguemos a tocar con la mano la gran fiesta del Espíritu Santo en la “vigilia de la Fiesta” [“vigilia”. en liturgia, es “vela a la espera del acontecimiento”; vigilancia del alma ante la maravilla que va a llegar, y que esperamos con inquiera ilusión].  Hoy se celebrarán muchas VIGILIAS en la Ciudad, aunque luego vayan revestidas de matices diferentes.  Lo que a nosotros nos interesa es lo que toca a la espera de ese momento solemne del día grande, de la VENIDA DEL ESPÍRITU SANTO.
Una presentación primera es el hecho del no-espíritu, simbolizado en el relato de Babel.  Se presupone allí que todo el género humano se congrega con una intención soberbia de meterse por la fuerza en los dominios de Dios, ya que se les ha cerrado el paso al Paraíso.  Y se describe como construir una torre que llegue hasta el Cielo.  No hay Espíritu, negada su acción por la soberbia del hombre, y el resultado es la imposibilidad de entenderse… De pronto las lenguas se confundieron, y tuvieron que dispersarse. En la soberbia, el orgullo, el engreimiento…, NO ESTÁ EL ESPÍRITU DE DIOS.
Luego se presenta una continuación del Paso del Mar Rojo, la gran maravilla de liberación que realizó la Providencia de Dios. El pueblo de Dios, los hijos de Dios, pobres de Yawhé, se liberan; la soberbia del Faraón y de su poderes humanos queda sumergida en las aguas.  Y Dios quiere que Moisés lo haga constar ante el pueblo, como obra personal de ese Dios Providente y misericordioso.  Allí sí hay Espíritu y Dios se hace presente a su Pueblo entre prodigios del Señor.
Ezequiel lo plasmará en esa convicción del Espíritu que llega a la tierra para dar vida.  Y tienen la visión del valle de huesos humanos.  Dios le invita a invocar al Espíritu y los huesos se van cubriendo de carne, tendones… Sigue Dios insistiendo que invoque al Espíritu: “de los cuatro vientos ven, Espíritu, y sopla sobre estos muertos para que vivan”).  Y aquellos cadáveres se ponen en pie. Era una multitud innumerable.  La palabra que queda como síntesis ahí es: “Os infundiré mi Espíritu y viviréis”.
“Derramaré mi Espíritu sobre todo humano y vivirá”, dice ahora Joel, el profeta.  Y eso producirá alegría, júbulo, gozo sentido entre jóvenes y viejos.
San Pablo expresa la misma idea pero desde el otro ángulo del grito que brota de la humanidad.  Poseemos las primicias del Espíritu, y gemimos en nuestro interior aguardando la hora en que nos manifestamos como hijos de Dios…, la redención nuestra.  El mismo Espíritu clama dentro de nosotros con gemidos inefables.  No son gemidos de dolor sino de ansias profundas de que nos abramos a Él.
Y desembocara en el grito mismo de Jesús: El que tenga sed, que venga a mí;  que beba quien cree en Mí.  Y eso lo decía refiriéndose al Espíritu que recibirán los que creen en Él.  Todavía no había llegado, porque aún Él no había resucitado de entre los muertos.
Estamos a las puertas… Esperamos EN VIGILIA.  Gritamos desde el fondo del alma: Ven, Espíritu Santo;  llena los corazones de tus fieles…; repuebla la tierra.  Y “repoblar” es volver a dar vida a lo que había quedado resecado. (Ya lo explicamos en otros lugar, con el Salmo 103).

LITURGIA DEL DÍA
Pablo en Roma, en “prisión domiciliaria”, con libertad de movimientos, cita a los judíos de Roma para expresarles que ha tenido que apelar al César por la falta de equilibrio y justicia de los que le perseguían en Jerusalén.  Pero él no va a denunciara su pueblo. Sólo busca imparcialidad en la sentencia, porque él no ha hecho nada para estar prisionero.
En sublime evangelio de hoy es como la síntesis de una vida. Concretada en la de Pedro, ha sido nuevamente llamado por Jesús: Sígueme.  ¿Cómo al cabo de tres años…?  Porque ahora ya sabe el camino completo.  Ya no hay aventura. Sabe –se lo acaba de anunciar Jesús- que va a morir en cruz…, la que él tanto abominó que pudiera ocurrirle a Jesús.  No rechista. Acepta.
Pero una salvedad sí advierte:  “Y éste, qué”  Pedro había vivido siempre unido, arropado, ayudado, apoyado en aquel otro  discípulo.  Y Jesús lo sume en el misterio, y sin explicaciones: Si Yo quiero que éste se queda hasta que yo vuelva, ¿a ti, qué?  Ha llegado ese punto supremo en el que el seguimiento de Jesús es muy personal y sin apoyaturas.  Sólo Él.
Y no hay oposición… Sencillamente ha entrado en una nueva aventura, pero conociendo perfectamente los términos de ese seguir a Jesucristo.

CON FLORES A MARÍA
Y la verdad es que te tengo sin decirte mi flor e estos últimos días.  Pero te las resumo, Madre.
El 23, la flor de mi servicio, aquel que un día muy lejano sentí que era la elección que Dios hacía.  Y yo te nombré REINA Y SEÑORA DE MI ALTAR…  Con todo un pesado día a cuestas, volví a “mi uniforme de faena” para servir a unos hermanos ansiosos de tener presente a tu Hijo…  Tú estuviste allí…, en ese Altar. Allí viste mi flor.
El 24 fue otra flor muy tuya, por ser una fiesta que me tocaba muy de cerca: LA VIRGEN DE LA ESTRADA (o del Camino), tan importante en la vida de Ignacio de Loyola y sus primeros compañeros.
El 25, esa flor morada que suena a dolor, cuando encontré el vacío de los que más deberían acompañarme…  Pero Tú si estabas ahí, y contigo pronuncié gozoso el FIAT.  Y lo viviste como Reina de la alegría.
Hoy 26, una flor amplia de labor de todo el día, que se prolongará un comienzo de la noche, en LA VIGILIA DE PENTECOSTÉS (no sólo como tal “vigilia”), sino en nuevo servicio a los hermanos… Y constatando que Tú, junto al Espíritu Santo, volvisteis a engendrar. Y ahí está esa Iglesia Santa a la que me debo y por la que soy lo que soy.

FLOR A MARÍA

María, madre de nuestro Señor, eres BENDITA entre todas las mujeres, eres la llena de Gracia. Tu estabas allí en el nacimiento de la Iglesia, en medio de los cristianos que esperaban la llegada del Espíritu Santo. Y sigues aquí entre nosotros hoy, como auxilio seguro de los cristianos. Quisiera hoy darte un beso en la mejilla como el que se le da a una madre, y un abrazo contra mi pecho como el que se le da a una madre que sufre por sus hijos. Y te digo, Madre María, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

viernes, 25 de mayo de 2012

Últimos días en Corinto

    Los religiosos de Corinto, es decir los judíos, los que creían en el Dios creador de cielos y tierra, los que seguían las tradiciones, todos los sábados iban a la sinagoga a oír y celebrar. La sinagoga judía es para el judaísmo lo que para el cristianismo es la Iglesia. La sinagoga era un lugar donde los judíos daban culto a Dios, y "estudiaban" las Escrituras. Después de 18 meses de estar "soportando" a Pablo, y Pablo soportándolos a ellos y sus blasfemias y oposiciones a su persona (Hch 18,6), a pesar de que el ya no estaba dispuesto a seguir soportando semejante actitud por parte de ellos, y les había anunciado que si no le querían creer se iría a los gentiles, es decir a los no judíos, estos no se conformaron con eso.
    No es suficiente con que no nos hables a nosotros, no es suficiente con que no vengas por la sinagoga, es preciso acabar con Pablo. Ese era el plan de los judíos. Plan equivocado, puesto que Pablo no estaba haciendo ningún mal, al contrario, les estaba enseñando de la verdad que a el se le había dado a conocer. No como un gran maestro, porque Pablo no había realizado los cursos de ciencias religiosas, principalmente porque no existía nada así entonces, sino que había recibido sólo la instrucción de su religión judía primeramente, y luego sólo lo que le contaron los Apóstoles, especialmente Pedro con el que estuvo algún tiempo recibiendo la transmisión de la fe. Pablo era un entusiasmado de Dios, un convertido y convencido de que Cristo es el único camino, verdad y vida. El Señor, el Salvador, el único nombre debajo del cielo por el que podemos obtener la salvación. Pablo tuvo la asistencia del Espíritu Santo prometido a todos los que se convierten y se arrepienten de sus pecados. A Pablo le gustaba escribir y alentar a los que iba llegando, a través de sus cartas y sus palabras escritas, y ni siquiera existía internet. ¡Que fácil es hoy escribir!. Seguro estoy que a Pablo le hubiera gustado tener este medio.
    Son los últimos días de Pablo en Corinto. La promesa del Señor, de que nadie le pondría una mano encima se ha cumplido, Pablo ha hablado y no ha callado, y los judíos, viendo que Pablo no se calla, y además está haciendo cristianos en Corinto, posiblemente por celos contra Pablo, posiblemente porque estaban también convencidos en su ceguera, que Pablo era un falso profeta y que atentaba contra su modo de ver la religión, las tradiciones, las costumbres, su osadía y sus enseñanzas y su mensaje tan radical, tan nuevo, tan distinto de lo que ellos vivían y estaban acostumbrados a vivir, que no se daban ni cuenta que estaban pecando contra Dios, ese Dios al que creían que estaban sirviendo con fidelidad.
  ¿Solución de los judios? Vamos a llevar arrestado a Pablo hasta el romano Galión, que tiene autoridad sobre la provincia de Acaya, y el nos hará el trabajo sucio.


ESPÍRITU SANTO 7


El Espíritu de amor
Todavía oímos a muchos decir que el mundo está mal porque se ha perdido el temor de Dios.  Y se abren las carnes ante esa expresión, que está evocando los tiempos en que ponían terror las “amenazas de Dios”…, que así “educaban” a los niños en meros detalles de urbanidad, porque “como hagas eso, Dios te va a castigar”.  Dios nos perdone el mal incalculable que hemos hecho y la deserción de tantos que han optado por librarse de ese mal dios vengativo y justiciero que le presentamos un día.
Cuando San Pablo escribe a los fieles de Roma (8,15-17) y les dice:  “Porque no habéis recibido un Espíritu de esclavitud para recaer en el temor, sino un Espíritu de hijos para poder llamar a Dios: ABBA (Padre).  El Espíritu testifica dentro de nuestro espíritu que somos hijos de Dios.  ¡Ahí es nada!  Incluso en su literalidad ABBA se le dice a PAPÁ…, al Papaíto mío, como balbuceo del niño.
Cuando Jesús aparece a última hora de aquel día de Resurrección –que Juan (20, 19) reduce a la presencia exclusiva de los apóstoles (muy intencionadamente), tras su característico saludo de PAZ, declara abiertamente que todo el poder que Él trajo al mundo, de parte de Dios, Él ahora lo traslada a sis apóstoles, y sobre ellos realiza un presagio pentecostal, soplando su aliento sobre ellos y diciéndoles: Recibid el Espíritu Santo. Y como consecuencia de ello: a quienes vosotros perdonéis los pecados, les son perdonados; a quienes vosotros no se los perdonáis, no se les perdonan.  Es sólo ese poder del Padre y esa fuerza plasmada en aquel “aliento” del Espíritu Santo, el que da el poder de perdonar.  Aquel día que se escandalizaron los fariseos porque Jesús dijo al paralítico de Cafarnaúm: tus pecados son perdonados, Jesús les dio un mentís rotundo a ese escándalo, porque para que veáis que tengo poder para perdonar pecados, lo visibilizo en algo muy comprobable.  Y se dirige al paralítico y le dice: Toma tu camilla y echa a andar.
Pues ahora la Iglesia, bajo esa realidad perenne pentecostal, también recibe el mismo poder para perdonar pecados.  Y solo ella, porque así lo recibió del Señor.  De la misma manera que recibió poder bautizar, poder Consagrar el Pan, poder bendecir el matrimonio cristiano y hasta poder ayudar al que va a hacer el último viaje, para que no se vaya de manos vacías, sino con el salvoconducto del amor que Dios le tiene y le manifiesta en el último Sacramento, que conforta, serena y tranquiliza para ese viaje misterioso…, pero que puede hacerse con la segura presencia de ese Espíritu Santo que lo recibió en el Bautismo, y que ahora le permite poner el “AMÉN” cuando ha llegado al final de sus días aquí.

LITURGIA DEL DÍA
Merece la pena detenerse en el Evangelio, casi también “final” con que Cristo está a punto de despedirse.  Jesús viene a consolidar a Simón Pedro.  Y como el Espíritu que les ha insuflado es Espíritu de Amor, la pregunta que hace Jesús es si me amas.  No necesita más aval.  Simón encuentra en esa expresión de “amar” un amor muy grande, muy universal, muy amplio.  Y su respuesta quiere ser más personal, más “suya”, más propia de  sus sentimientos hondos. Y es verdad que “ama” pero es un amor muy peculiar: de amigo, de enamorado.  Y entonces responde: Tú sabes que te quiero.  Jesús volvió a preguntar; Simón: ¿me amas?  Y Simón insiste en su matiz: Tü sabes que te quiero.  Tu sabes que mi amor a Ti es otra cosa, tiene otra intimidad, otra exclusividad…  Y entonces Jesús le pregunta, ya por tercera vez, con la misma expresión que Pedro ha repetido: ¿Me quieres?  Simón no podía decirlo más alto ni más claro.  Lo que sí podía era -¡bien se acordaba de sus fanfarronadas anteriores con las que había pretendido saber más que Jesús!- remitirse al propio Jesús, al propio saber total de Jesús.  Por eso con inmensa humildad y plena confianza, responde: Tú Señor, sabes todas ls cosas, y Tú sabes que te quiero.  Lo sabía el Señor. Y porque lo sabía, cimenta esa realidad sobre algo muy concreto: aquella cruz mía que te escandalizó cuando la anuncié, va a ser la misma cruz tuya: porque cuando seas viejo, extenderás tus brazos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieres.  Y acto seguido, en la fuerza del amor, reitera Jesús su gran palabra que llama al amor gratuito, abandonado y total:  Sígueme.

jueves, 24 de mayo de 2012

Los judíos eran también personas religiosas

Pablo sigue adelante, a pesar de que tiene a los que deberían comprenderte mejor, a los "suyos", a los de su propia raza y religión, porque Pablo, antes de convertirse en una nueva criatura en Cristo se llamaba Saulo, y era fariseo. Bendito sea Dios. Con Dios nunca se puede decir, todo está perdido. Sin embargo, "los suyos", los "religiosos de su pueblo", no le comprendían a el, lo mismo que muchos no comprendieron a Jesús. No entendían a este tal Pablo, hablándoles de que tenían que aceptar a Jesucristo como la verdad, el camino y la vida. Que debían aceptarlo y creer en El para alcanzar la salvación, porque no se alcanza la salvación por medio de nuestras propias obras separadas de Cristo el Señor, sino en UNIÓN con El. Pero los judios, aquellas gentes religiosas, cumplidoras estrictas de normas, costumbres, tradiciones, ponían el acento en eso, y rechazaban por tanto a Cristo, el que les predicaba Pablo. No nos podemos salvar fuera de Cristo, y ser de Cristo requiere creer en El, tener nuestra fe puesta en El, y tener nuestra fe en Cristo, es aceptar sus enseñanzas y QUERER cuando menos, ponerlas en práctica en nuestra vida. Eso es ser católicos practicantes. De nada me sirve lo externo, si no tengo lo interno. Dios me ayude a conseguir ser un verdadero católico practicante de mi fe, y aceptar a Cristo como Señor y Salvador con todas las consecuencias, tal y como lo predicó Pablo a los Corintios y a tantos otros.

Mira esos son cristianos. ¿No ves como se aman?

RUINAS DE CORINTO.
Estaba Pablo enseñando la Palabra de Dios, siendo procónsul romano de la Provincia griega de Acaya, un tal Galión. Corinto era la capital y era una ciudad importante en el tiempo en que Pablo inició su labor allí. Corinto se caracterizó por la difusión del arte. Pinturas, esculturas de mármol y bronce, y las famosas jarras de terracota estuvieron entre las obras que se producían. También fue una ciudad donde se desarrolló la poesía, pero en cambio no hay noticias sobre sus oradores.
Los corintios tenían fama de ser sexualmente liberales. En el santuario de Afrodita se practicaba la "prostitución sagrada", se veía como normal la esclavitud. Corinto era un lugar que al tener puerto, tenía un gran comercio de mercancías. La presencia de Pablo entre los Corintios y la conversión de muchos a Cristo al oír su predicación, supuso una revolución "peligrosa" para los opositores a los cristianos. Hay que tener en cuenta que las enseñanzas de Cristo, la Palabra de Dios, el Evangelio, es un mensaje transformador y completamente radical y diferente a todo lo que ha existido antes y jamás existirá. El mensaje que trae Pablo a Corinto va a chocar frontalmente contra las costumbres paganas de los habitantes de Corinto, y según el libro de los Hechos de los Apóstoles, un año y medio estuvo Pablo enseñando por allí, una vez que recibió Pablo la fuerza de lo alto, aquella confirmación de arriba que le convenció de que no debía tener miedo y seguir hablando a pesar del peligro. Y digo yo, que Dios interviene en nuestros asuntos temporales y nos ayuda de una forma misteriosa que yo no alcanzo a comprender. La misma que ayudó a Pablo a seguir allí, a pesar de que ya había tenido problemas graves, había sido insultado muchas veces por los de su propia nación, por los judios, aquellos que se creían religiosos y defensores de Dios y verdaderos siervos de Dios al hacer la vida imposible a Pablo. Veo aquí claramente que la religión nunca será una garantía de paz y amor entre los hombres, y siempre habrá personas "aparentemente religiosas" cuyas obras les delataran. Dios nos ayude. Mientras tanto, el mensaje de Cristo nos invita a cambiar nuestra actitud y nuestra vida para que de verdad los que nos vean desde fuera puedan glorificar a Dios, y decir: "Mira. Esos son cristianos. ¿No ves como se aman?"

ESPÍRITU SANTO 6


San Juan, de nuevo (14, 22-27), nos lleva a esa acción del Espíritu Santo, Consolador, Abogado, Defensor, Inspirador, que el Padre enviará en el nombre de Jesús, para que cuanto hemos oído a Jesús, nos lo vaya enseñando o recordándolo, o interiorizándolo en nosotros.  Porque no consiste la fe en que sepamos, sino en que las cosas las gustemos internamente (dice San Ignacio de Loyola).    “gustar” no es simple “tener gusto”, “experimentar con gusto”…, sino meterse dentro de nosotros como algo tan nuestro como nuestros mismos órganos interiores. Como la respiración indispensable, como el corazón qu late, como la sangre que corre por las venas.  Mientras no “gustemos” así, internamente”, lo que nos enseña Jesús, no habremos entrado en el camino auténtico de la criatura nueva, “renovada a imagen de su Señor”.  Pues es el Espíritu Santo quien será ese aceite que se adentra y empapa y se extiende, para hacernos llegar a la verdad completa…, a gustar internamente todo lo que Yo os he dicho.  Ya avisa también Jesús que ese Espíritu Santo no va a inventar nada, no va a dar algo “suyo”, sino que tomará de lo mío, dice Jesús.  El último secreto, pues, es el propio Jesús, la Palabra de Jesús, adentrarse en el Evangelio…  Y eso se hará bajo la acción suave y transformadora del Espíritu Santo, que tiene que hacer así nuevas todas las cosas.  ¿Nuevas?  Como si lo fueran.  Porque bien sabemos que pasamos años sin comprender alguna cosa, sin que nos diga nada…, y un día parece como que hemos descubierto aquello mismo que llevábamos años “oyendo” pero nunca se nos había adentrado con Luz del Espíritu de Dios.

LITURGIA DEL DÍA
Todo el acento debe estar hoy en el Evangelio:  la oración de Jesús por nosotros, los que creemos por la palabra de los apóstoles, es decir, de la Iglesia, que nos trasmite la predicación apostólica…, la misma Palabra de Jesús.  Ruega Jesús por ellos…, por nosotros, porque mi deseo es que estén conmigo los que Tú, Padre, me encomendaste.  Y ruego para que donde Yo estoy, estén ellos y participen de mi gloria, la que Tú me diste porque me amabas, antes de la creación del mundo.  Y que el amor que Tú me tenías esté en ellos, como también Yo estoy en ellos.  Así es: la gran fuerza de esta oración es que Jesús está en nosotros, ue el Espíritu habita en nosotros, y que cuando el Padre nos mira, ya está viendo el rostro de Jesús.
La primera lectura muestra hasta qué punto se da la volubilidad en “la verdad” de los hombres.  Porque Pablo va a ser juzgado por un tribunal de fariseos y saduceos.  Pablo se da cuenta y recurre a la treta de su fe en la resurrección…, realidad que los fariseos admiten (la resurrección de muertos), y los saduceos no. Y acaba peleándose el tribunal, y no juzgan a Pablo.  Y se queda uno pensando: ¿es ésta la verdad de los hombres?, ¿es ésta la objetividad de los juicios que hacemos?  ¿Realmente estamos buscando la verdad o cada uno nos cogemos a nuestra falsa “verdad”?
De verdad que apena vernos a los propios creyentes en nuestros enjuiciamientos y “sentencias” cuando tantas y tantas veces nos estamos buscando y defendiendo a nosotros mismos, y no la verdad ni la objetividad de las cosas.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Tengo un pueblo numeroso en esta ciudad

En aquella visión nocturna, el Señor dijo a Pablo que tenía un pueblo numeroso en Corinto, y que sería guardado para que nadie le hiciera daño, textualmente dice la Escritura: "Nadie te pondrá la mano encima para hacerte mal." De modo que estas palabras animarían mucho a Pablo, y se dedicó durante un año y medio a enseñar la Palabra de Dios en Corinto. Todavía no se habían creado los seminarios, ni los estudios de ciencias religiosas, pero Pablo enseñaba la Palabra de Dios. ¿Cómo es posible?

De modo que Pablo vivió entre los Corintios ese tiempo, dedicandose principalmente al apostolado.

Espíritu Santo 5



San Juan –pienso- es el que podemos llamar el evangelista del Espíritu.  Aunque San Lucas arranca con una fuerza enorme esa “entrada” del Espíritu Santo, que va moviendo todo, que aparece ya aun antes de que llegue el núcleo de todo el Evangelio, que es Jesús, es luego San Juan el que –ya pasados muchos años- va concretando la esencial obra de ese Espíritu Santo.
Precisamente ese renacer del agua y del Espíritu con que yo acababa ayer, es el punto de arranque de San Juan.  Habla con un Doctor de la Ley y Maestro de Israel, que viene deseoso de descubrir la verdad del mensaje de Jesús. Y Jesús le planta nada menos que la urgencia de nacer de nuevo.  Nicodemo es un rabino, y en el modo de discusiones teológicas rabínicas, el arte estaba en ir presentando los absurdos aparentes del interlocutor.  Y no con ánimo de ridiculizar sino como “método” de aclaración de uno mismo. Y Nicodemo le presenta a Jesús una pregunta aparentemente infantil: ¿Puede, acaso, uno –siendo ya viejo- volver al seno de su madre para volver a nacer?   Y Jesús le sigue la forma rabínica y al mismo tiempo le avanza: Hay que renacer del agua y del Espíritu.  “Volver a nacer” es un movimiento continuo.  A diferencia del parto natural que se verifica de una vez y en breve espacio de tiempo, el “volver a nacer del agua y del Espíritu” es una vida entera.  Cierto que tiene un momento inicial y puntual, que es el Bautismo cristiano, a través de un agua pletórica de contenidos (que no se limitan a “lavar” del pecado). La presencia del Espíritu lanza un caudal de vida tal, que no puede reducirse a ese momento.  Será ya “manantial de agua viva que saltará hasta la vida eterna”.  Será vida que llama a la vida, y vida que exige irse viviendo, y que no deja ya pararse. San Juan ha puesto el motor en marcha, pero ese motor ya no se detiene, ni puede detenerse, ni pude detenerlo el que “ha nacido de nuevo”. No puede admitirse un “renacido del Espíritu” que se quede anquilosado en lo que ha recibido.  Lleva un germen activo de vida que ya no le puede dejar estancarse jamás.  Y aun “siendo viejo”, tiene que “volver a nacer”…, tiene que seguir naciendo…, tiene que estar siempre ante esa sublime realidad de que un cristiano es un ser vivo, que está vivificado por le Espíritu, y ese Espíritu sopla siempre.  Y aunque –como el viento- nadie sabe de dónde viene ni adónde va- sin embargo lo capta ese que ha renacido del Espíritu.  Lo capta y lo mantiene en constante búsqueda –aunque uno sea viejo-, porque no puede justificarse nadie ni por su edad ni sus achaques, ni sus físicas impotencias.  El alma, espíritu de la persona y reflejo e imagen viva del Espíritu Santo (que está viviendo dentro de ella), siente –no tiene más remedio que sentir- que ya no es posible pararse.  “Ha renacido” y esa vida va abocada a la plenitud del Reino en el propio Reino donde habita Dios.


LITURGIA DEL DÍA
Pablo se despide de Éfeso. Reúne a los presbíteros y al pueblo fiel y les pone en guardia: lobos feroces van a caer sobre el rebaño; pero mucho más me preocupa que entre vosotros surjan los que deforman la verdadera doctrina, metiendo engaños y medias verdades que arrastrarán discípulos.  Me voy con la conciencia tranquila de haber aconsejado personalmente para ayudaros a manteneros en la fe.  Y los fieles lloraban la despedida, no sólo como tal despedida sino porque Pablo les había dicho que no volvería a verlos.  Pablo sabía ya que su despedida le conducía ya al martirio.
En el Evangelio, una obsesión de Jesús:  Padre Santo: consérvalos en la unidad…  Yo les he dado tu palabra…”  El gran enemigo de esa Palabra y de esa Verdad de Cristo es “el mundo”. No el mundo en el que ellos tienen que quedarse porque viven ahí, en la realidad de la vida.  Ni Jesús va a pedir al Padre que los saque el mundo, como seres volátiles que quedan libres de problemas humanos.  Lo que Cristo pide con toda su alma es que no se dejen inficionar por los engañosos cantos de sirena de ese “mundo” que vive haciendo la guerra a lo que viene de Jesús.  Frente a ese veneno, ¡santifícalos en la verdad!..., hazlos honrados y sinceros con la verdad, sin concesiones a unos enemigos sutiles que el mundo inocula de forma tan suave que los mismos creyentes se dejan deslizar por la pendiente cómoda de esos “valores” falsos de ese “mundo” que está en manos del maligno.  Y concluye: Por ellos me consagro”…, por esos mis discípulos creyentes me entrego a la muerte; “para que ellos se consagren en la verdad”…, aunque ls cueste la vida…, aunque les ofrezcan todos los tesoros del mundo, en esa tentación tan engañosa: “todo esto te daré si te postras y me adoras”.

martes, 22 de mayo de 2012

Las visiones en la Biblia

El Señor dijo a Pablo durante la noche en una visión:

· No tengas miedo
· No te calles
· Sigue hablando
(Hch 18,9)

La palabra visión aparece 112 veces en la Biblia (si no me falla el sistema). La primera vez aparece en Génesis 15,1 y Dios le dice a Abram: "No temas, yo soy tu escudo y tu recompensa será grande". Dios habla luego a Jacob en visión nocturna (Gn 46,2). El libro de los Números también habla de que Dios se comunica a veces con sus profetas durante el sueño, en visiones. El libro primero de Samuel relaciona directamente la escasez de la PALABRA DE DIOS, con la disminución de las visiones. El profeta Natán habla a David a partir de una visión que tiene. La palabra visión aparece cuatro veces en el libro de Job, y está muy relacionado con los sueños nocturnos, los cuales el autor del libro lo atribuye a Dios. El gran profeta Isaías comienza el libro con la palabra "Visión de Isaías, hijo de Amoz". Es el profeta donde más aparece la palabra. El profeta Jeremías, nos habla de que también hay "visiones falsas" que salen del propio corazón del hombre, y no de Dios. Dicesiete veces menciona la palabra visión, el profeta Jeremías. También menciona que aparte de la visión de Dios, está la visión vana, adivinaciones mentirosas de cosas que no vienen de Dios. No agrada a Dios que se practiquen tales cosas. La visión de Dios puede tener que ver con un hecho presente, o con un hecho futuro, y sirve para guiar, animar, aconsejar. El profeta Daniel es conocido por haber interpretado también la visión de Nabucodonosor. Dios mismo se lo revela a Daniel por medio de otro sueño nocturno (visión). Veintiocho veces se menciona "Visión" en el libro de Daniel. Los sueños, las visiones nocturnas pueden dejarte espantado y turbado y lo notas al despertar. Daniel localiza las visiones "en la cabeza", las llama "imaginaciones y visiones de mi cabeza". Daniel, llega a turbarse y a asombrarse con las visiones de su cabeza, y se le turba el espíritu con una sensación profunda que el califica "hasta lo más profundo de mi ser". En las visiones, a veces puedes verte a tí mismo. Otras veces se ven cosas rarísimas, las cuales tienen un valor simbólico. Hay una visión que Daniel no comprende, y viene el Ángel Gabriel a explicársela. La aparición del Ángel asusta a Daniel. No estamos acostumbrados a ver ángeles. Daniel llega incluso a enfermar varios días de espantado que estaba acerca de una visión. Nos da también una clave, y es que la oración y la confesión de los pecados es fundamental para entender las visiones. El capítulo 10 del libro de Daniel nos da otra clave acerca de las visiones. No todas las visiones que da Dios, son nocturnas o en sueños, las hay también diurnas y estando despiertos, como es la aparición de un ángel. Dios habla envía así a verdaderos mensajeros que hablan. Daniel se ha ganado este don, porque desde el primer día dispuso su corazón a entender y a ser humilde. Hacía oración y pedía al cielo, y el cielo le escuchaba y le respondía. De nuevo, Daniel nos hablará de dolores y de pérdida de fuerzas después de "vivir" sus visiones.

Y llegamos a Joel, el que hará aquella profecía de algo que tiene que ocurrir en el futuro, y que de hecho ya ocurrió, en Pentecostés. Vuestros ancianos soñaran sueños, y vuestros jóvenes verán visiones, después de que el Espíritu de Dios sea derramado sobre TODO SER HUMANO.
El profeta Habacuc recibe la instrucción de que escriba las visiones, porque algunas tardarán en cumplirse, pero aunque pase tiempo, no fallarán. Zacarías profeta, llega a ver a Satanás en una visión.

Y llegamos al Nuevo Testamento. Aquí la palabra visión se reduce. La transfiguración de Jesús es una visión compartida por algunos apóstoles. El Señor se le aparece a Ananías en visión después de la conversión de Pablo. Al centurión Cornelio se le aparece la visión de un ángel. Cornelio era un hombre de oración y piadoso, temeroso de Dios y caritativo. El apostol Pedro tendrá una visión importante, la de que a los gentiles también se les ha concedido el don del Espíritu Santo. Pedro no entiende muy bien la visión, y el Espíritu Santo le dice. Un varón Macedonio se le aparece en visión nocturna a Pablo, y este cambia sus planes y se dirige allí. Pablo se fía de su visión y comprende que Dios les está llamando a anunciar allí el Evangelio, en vez de en otro lugar. Y llegamos al "No temas, no te calles, sigue hablando" del capítulo 18 de Hechos de los Apóstoles. Otra visión. Ciertamente Pablo, fue un hombre que recibió muchas visiones importantes en su vida. Llegó incluso a ver el "tercer cielo". Las últimas grandes visiones de la Biblia, las tenemos en el libro del Apocalipsis, donde Juan en la isla de Patmos tiene visiones.

ESPÍRITU SANTO 4


San Lucas (1, 5-17) habla por primera vez del ESPÍRITU SANTO  al anunciar el ángel a Zacarías que el hijo de la vejez –cuando Dios así lo decide y cuando aquellos esposos ya mayores ni lo esperaban-: Será grande, estará lleno del Espíritu Santo ya desde el seno de su madre…
 (1, 26-35).  Relato impresionante. Realización del anuncio profético de Isaías 11,1-2: El Espíritu de Dios se posará sobre un vástago del tronco de Jesé… En Lucas, el ESPÍRITU SANTO vendrá sobre ti, y te cubrirá con su sombra;  por eso el hijo que nacerá de ti será llamado HIJO DE DIOS.  Estamos ante el misterio sublime de la encarnación de Dios como hombre pleno en la tierra nuestra.  Atribuyéndose siempre al Espíritu Santo las obras del amor de Dios, la Encarnación es el más grande misterio del amor de Dios, que se implica en la humanidad, precisamente cuando esa humanidad ha vuelto sus espaldas a Dios.
Seguirán nuevas referencias directas a ese Espíritu Santo, cuando María visita a Isabel, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos saltó de alegría la criatura en mi seno.  E Isabel quedó llena del Espíritu Santo.
Y tendrá Lucas una repetitiva referencia al Espíritu Santo, conduciendo a Jesús en toda su etapa primera: Simeón movido por el Espíritu Santo; conduciendo a Jesús al desierto; en la vuelta de Jesús a Galilea por la fuerza del Espíritu, o presentándose Jesús en Nazaret, ya en su tiempo de vida pública, y aplicándose a sí la profecía: El Espíritu de Dios sobre Mí, me ha enviado para predicar la buena noticia a los pobres, dar vista a los ciegos, hacer andar a los cojos…, y predicar la amnistía total.  [el año de Gracia del Señor].

La riqueza de estos textos, que ya son el marco en que se desenvuelve todo el Evangelio, quedará muy explicitada en otros que iremos viendo, y que tendrá una eclosión especial en el discurso de la Santa Cena de Jesús, y en los Hechos de los Apóstoles.
Marca la esencial importancia de ese ESPÍRITU SANTO, que no sólo aparece como hecho sobrenatural de una época o sobre unas privilegiadas personas, sino que viene a hacerse acompañante permanente de cada ser humano que vive la bondad de Dios. Por supuesto, en el que renace del agua y del Espíritu Santo, que –así es incorporado a la vida del Reino de Dios-, sino que ese mismo Espíritu inspira toda obra buena a toda persona, sea de la nación que sea, creyente o no creyente, porque nadie puede ni siquiera decir: Jesús es el Señor, si no es por la fuerza del Espíritu Santo.  Cuanto de bueno piense o haga alguien, por ajeno que sea –y aunque “ni siquiera haya oído hablar del Espíritu Santo”-, piensa y actúa bajo la fuerza de ese Espíritu, autor y dador de la posibilidad de hacer el bien.


LITURGIA DEL DÍA
Llama la atención el paralelismo que se da hoy entra la primera lectura y el Evangelio.  Jesús se despide de los suyos; su “glorificación” lleva doble dirección…, o una dirección sucesiva, desde su muerte que es el remate de su servicio en la tierra, y esa gloria que le espera por haber realizado íntegramente el proyecto de Dios.  Lo mismo encontramos en Pablo, en esa despedida suya de los presbíteros de Éfeso.  Sabe que le aguardan cárceles y luchas. Se lo manifiesta el Espíritu Santo, que lo conduce y acompaña. Ha hecho cuanto le tocaba hacer, y ahora ya no se siente responsable de lo que pueda suceder en aquella Comunidad.  Son aquellos presbíteros los que tendrán que continuar la obra desde la responsabilidad que les queda por delante.  A Pablo le queda ya solamente completar su carrera y cumplir el encargo que le dio el Señor Jesús:  ser testigo del Evangelio por la GRACIA de Dios.  Gracias quees precisamente la acción del Espíritu Santo.
Jesucristo también ha sido fiel a ese Espíritu: Ha manifestado al mundo el Nombre de Dios.  A ese mundo capaz de acoger la Palabra y la Verdad.  Porque luego hay otro “mundo” –por el que ni ruega- porque queda irredento al ser una actitud hostil al Evangelio y fundamentada en la mentira.  Ahí Jesús no tiene nada que hacer. Es precisamente lo que Él definió como blasfemia contra el Espíritu Santo, que no se puede perdonar.  El Espíritu Santo es ESPÍRITU DE LA VERDAD.  Ese “mundo” es el espíritu de la mentira, de las medias verdades, los engaños, el dejarse el pellejo por querer salvar lo insalvable, el que cambia los nombres a las cosas para disimular la malicia que hay debajo.
Por mucho que se quiera, ahí no puede haber perdón porque no hay reconocimiento del error.  Y si no hay reconocimiento, no hay posibilidad de cambio.  Y si no hay cambio, ya no hay proyecto de novedad renovadora.

FLOR DEL DÍA
“La verdad os hará libres”. La verdad necesita silencios, porque necesita discernir, separar el trigo de la paja.   Porque necesita MUNDO INTERIOR.  En él, habita el Espíritu de Dios.

VISITANTES POR PAÍSES

Estadística de los principales países que nos visitan en el blog desde inicio de 2012.

Abril 2012:
La mayoría de nuestros visitantes proceden de España. Ha habido un descenso notable de visitantes en relación a los tres meses anteriores. Llegamos a varios paises de América y a Oceanía. El segundo país en número de visitas es Perú.


Marzo 2012

España como siempre en cabeza. Hay un descenso de visitantes con respecto a Febrero. Mexico es el segundo país en número de visitantes. Nos visitaron también de Venezuela.

Febrero 2012

España es el país de donde tenemos más visitas. Establece el máximo del año, subiendo con respecto a Enero considerablemente. México es el segundo país nuevamente. Nos visitan también de forma destacada desde Guatemala y Ecuador.

 Enero 2012

El primer mes del año rozó en España las 1.000 visitas. México es el segundo país con diferencia en número de visitantes.

lunes, 21 de mayo de 2012

ESPÍRITU SANTO 3


Joel, 3,1, nos mete ya en una dimensión muy “moderna” para nosotros, por cuanto que afirma –hablando Dios- que “derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y sucederá que todo el que invoque el nombre del Señor será salvado”.  Si tomamos los términos bíblicos en su “traducción real”, la que sobrepasa l pobreza de la lengua hebrea,  toda carne es “todo el ser humano”, toda la realidad del ser humano, y todos los seres humanos.  Cuanto tiene vida natural en la especie humana, recibirá ese desparramarse sobre él el Espíritu. Y en fuerza y por razón del Espíritu, se va a realizar esa plenitud e vida que está bajo la palabra “salvación”. Palabra que tantos contraponen a “condenación”, y que para Jesús es “vida abundante”
Todavía quedará más “actualizado” (explicitado) en el Salmo 103, en esa invocación tan constantemente repetida por la oración cristiana: “Envía, Señor, tu Espíritu, y renueva el mundo”.  Voy a expresarlo ahora, tal como el original: “y repuebla la faz de la tierra”. “Repoblar” es una “creación vivificadora”.  Un monte calcinado por un incendio devastador, necesita ser “repoblado”, y la repoblación no es un simple resembrar lo quemado.  Es volver a dar vida a lo inerte, afianzar un terreno que ha quedado expuesto a la devastación de los elementos.  No es un simple “maquillar la faz”, adecentar el rostro externo, ni sino toco un entrar dentro para que ese interior se regenere.  Y “re-generar” es volver a nacer o volver a ser engendrado.  Y es el Espíritu del Señor el que se derrama con esa efusión de vida, y de vida que se engendra desde lo más profundo del ser humano.  ¡Bien se está anunciando, ya desde el Antiguo Testamento, la vida nueva de Pentecostés!


LITURGIA DEL DÍA
No hay que hacer un salto muy grande cuando leemos en la 1ª lectura de hoy aquel grupo de fieles que encuentra Pablo en Éfeso, que se llaman cristianos pero que ni quiera han oído hablar de un Espíritu Santo”.  Y Pablo los bautiza en el nombre del Señor Jesús, y se hace visible y patente el Espíritu Santo con la misma característica de Pentecostés: las lenguas diversas y proféticas.
Cada vez me subyuga más y me adentra más en el alma el sentido profundísimo de las lenguas nuevas.  Algunos movimientos cristianos ponen el acento en esa forma de comunicación ininteligible que puede darse en sus reuniones. Yo lo sitúo en realidades inmensamente prácticas.  Jesucristo dijo que “de lo que hay en el corazón habla la lengua”.  Por tanto la efusión del Espíritu Santo nos lleva directamente a un análisis del corazón.  O si queréis empezamos por la lengua:  ¿de qué hablamos?, ¿cómo hablamos?, ¿qué nos sale de primeras en la conversación?
Quiere decir que de ese análisis nos va a quedar a flote cómo juzgamos, qué “visión inmediata” hacemos de las cosas y personas, qué reacciones instintivas explotan en nuestra mente.  Porque de ahí a lo que se alberga en el corazón, hay un paso.
Por lo tanto, si no hablamos “lenguas nuevas”, si sospechamos, si enjuiciamos, si el corazón no está libre, si conservamos recelos, si incluso vamos más allá, es evidente que ese Espíritu Santo no nos ha podido penetrar ni inspirar.  Y con el Salmo 103, no habrá una “repoblación de vida”.
El Evangelio sigue en esa despedida para la muerte, pero hay que “traducirlo” al momento litúrgico.  Y lo que entonces queda como esencial y básico es el final: Os he hablado de esto para que encontréis paz en Mí.  En el mundo tendréis luchas, pero tened valor:  YO HE VENCIDO AL MUNDO. 

Pablo tiene miedo en Corinto

    Libro de los Hechos de los Apóstoles, que forma parte del nuevo testamento y que fue el segundo libro que escribió San Lucas, aunque el libro es de autor anónimo, así lo atestigua la Tradición de la Iglesia desde muy pronto. El libro está dirigido a Teófilo (Hch 1,1), un personaje desconocido. Teófilo significa "Amigo de Dios". Los "amigos de Dios", sabrán valorar debidamente este libro de la Biblia que es una historia, aunque incompleta de la Iglesia primitiva. Comienza con la Ascensión del Señor a los cielos, que celebramos ayer.
    Volviendo al capítulo 18, en el que me he quedado unos días parado acompañando a Pablo en sus primeros pasos en la ciudad de Corinto, de la provincia de Acaya, en Grecia. Esa región fue anexionada por el imperio romano en el 146 a.C. Allí estamos, y Crispo el jefe de la sinagoga judía se ha convertido al oír a Pablo. Ha sido convencido finalmente de que Jesús era verdaderamente el Mesías profetizado en las Escrituras que sábado a sábado leían en la sinagoga. Pablo ha tenido oposición dura por parte de muchos que incluso han llegado a blasfemarle obligando a Pablo a sacudir sus vestidos y darles una palabra "dura" y "contundente", no muy diferentes a las propias palabras de Jesús que vemos en algunos lugares del Nuevo Testamento. Palabras justas y proporcionadas a una actitud manifiestamente hostil por parte de algunos. Pablo no se acobardó, ni dejó el apostolado, al contrario, entró en la casa de un hombre llamado Justo, que adoraba a Dios. Parece ser que en su casa estableció Pablo la primera comunidad cristiana de Corinto. Algo así como lo que hoy conocemos por una Parroquia, pero mucho más sencillo y primitivo. Allí se reunirían los cristianos a celebrar la Cena del Señor (Eucaristía). Curiosamente la casa de Ticio Justo estaba junto a la mismísima sinagoga, así que imaginen el contraste. Y después de la conversión del jefe de la sinagoga y toda su casa, otros muchos corintios creyeron en Cristo, y recibían el Bautismo, sus pecados eran perdonados y entraban a formar parte de esa primera comunidad Corintia.
    Pablo estaba algo asustado por que en Corinto tenía muchos opositores, y que se convierta nada menos que el jefe de la sinagoga tuvo que tener un gran significado, y crear un gran malestar entre los judíos. Yo me asustaría también en su lugar, eso está claro. El miedo a represalias y a que me hagan daño me crearía más de una tensión emocional, probablemente dudas de si merecía la pena continuar por allí sabiendo que te exponías a ser arrestado, pero el Señor consoló a Pablo una noche y le dijo lo que tenía que hacer, y entonces cuando el Señor mismo nos confirma lo que tenemos que hacer, sigues adelante, y todas las dudas son dejadas de lado.
    Concretamente el Señor le dijo a Pablo durante la noche, que no tuviera miedo, porque estaba con el. Y eso alentó enormemente a Pablo. Eso me recuerda palabras similares de Dios a Samuel, mucho tiemnpo atrás. Así cuando tenga miedo, como Pablo, busque yo en la oración el camino, y esperar en el Señor a que este me confirme que debo hacer. Dios no cambia ni se muda, es el mismo hoy, ayer y siempre.