martes, 31 de enero de 2012

A FONDO PERDIDO

A FONDO PERDIDO

Mc.5, 21-43

Desde siempre se me ha ido el corazón más hacia el modo de fe que siente la mujer de las hemorragias. Aquí Marcos enchufa dos situaciones de fe. Jairo, angustiado porque su hija se muere, y llega a Jesús y le da los pasos que él piensa que hay que dar para que Jesús actúe. Si leemos el texto, observaremos que el hombre no se limita a pedir. Él dice cómo debe actuar Jesús.

Por el contrario, la mujer querría pasar desapercibida. Su fe en Jesús, ciertamente que ya a la desesperada de que doce años de enfermedad la han arruinado económica y anímicamente, se ciñe a un oculto deseo: llegar siquiera a rozar el filo del manto de Jesús. Y quedaré curada”. Así de simple.

Cuando ve uno desde la atalaya del acompañante de almas, ve uno la enorme diferencia que hay entre la manera de vivirse la fe en unos y en otros. Y no tengo la osadía de decir que es mejor una que otra. Pero sí recojo unas sensaciones especiales. Y si fe tiene un paralelismo con el amor, en lo humano y en lo divino, más veo las diferencias.

Jairo viene a lo suyo y lo que le estorba es que se detenga el paso porque la mujer irrumpe en medio. Por su parte, ella no hubiera interrumpido nada, al mismo tiempo que alcanzaba en silencio su objetivo. Fue Jesús, que está por encima de todo esos modos humanos, quien detuvo la marcha, quien quiso saber qué había pasado, porque de mí ha salido energía de salud. Y la mujer, que se había escurrido entre la gente –desapercibida- lo mismo que llegó, tiene que presentarse, temblando, pensando que haya podido molestar y disgustar al Maestro. No, no le había molestado: se había gozado en aquel silencioso hacer como quien nada hace, pero lo ha hecho todo. Su fe, esa fe, le ha devuelto la salud.

Imagino a Jairo nervioso. Se están perdiendo minutos valiosos en su petición concreta: “ven”. Y Jesús tiene que hacer una corrección a su impaciencia. Tú cree; nada más. Eso es lo que creo que le diferencia de la mujer. Que su fe encerraba “condiciones” a su modo de pensar.

Punto y aparte son ls plañideras, las que van a lo suyo (es su modo de vivir); las que se ríen de Jesús porque dice Jesús que “la niña simplemente duerme”.

Cuando Jesús salió de la casa, habiendo hecho lo que Él sabía que tenía que hacer, las que se habían reído debieron quedarse más calladas que la muerta de antes. Jesús no dijo nada. Simplemente e alejó ya. No había nada que decir. A Jesús se le debe dejar hacer, y no estar tan encima que luego haya que tragarse la risa o el llanto, porque todos habían sido “más listos”…

A veces se me ocurre si no habrá que pensar que el Sacerdote vive situaciones semejantes… [Porque Jesús no era de palo tampoco].

lunes, 30 de enero de 2012

TERCER VIERNES DE FEBRERO

POR UN ERROR MÍO -CONFUSIÓN CON MARZO- NO HE DADO EN EL BOLETÍN DE FEBRERO LA FECHA DE LA ESCUELA DE ORACIÓN DE FEBRERO.

SERÁ, D.m., EL VIERNES 17.
NO HE PENSADO TEMA. pero se puede sugerir.

Tendremos un inconveniente: SE NOS HA MONTADO ESE VIERNES PRECISAMENTE EL CINEFORUM que se ha organizado precisamente para ese día, tercer viernes, A LAS 7'30.

EXPURGAR

EXPURGAR

Mc. 5, 1-20

Naufragaba la barca cuando Cristo intervino y puso calma. Fue el último evangelio de la semana pasada, y un interrogante. Una respuesta al interrogante: los apóstoles prefirieron no seguir viaje sino irse hacia la playa más cercana. Y la playa más cercana, casual o providencialmente, fue la agreste de Gerasa o Gadara. Todavía más agreste con lo que se encontraron (¡otra “tempestad” de distinto tipo pero no de menos calibre: el endemoniado enloquecido, indomable, hecho fiera y no hombre, amenaza y peligro vital para un pueblo, su aldea, sus paisanos!). Un verdadero endemoniado que lo que no quiere es tener que ver nada con Jesús, a quien se viene a encontrar, precisamente ahora. Y Jesús manda al demonio (y mil demonios) salir de ese hombre terriblemente esclavizado.

Si supiéramos cambiar de lugar y tiempo, encontraríamos muchos cerdos que esclavizan, abusan, se aprovechan, se enriquecen…, a costa del pobre hombre. Atado con los grillos y las cadenas de una injusticia (=mal) que le tiene casi al borde del cementerio de su desesperación.

Cristo interviene liberando, devolviéndole la calidad de hombre. Sale Jesús a favor del pobre.

Pero los cerdos que están representando a los que se enriquecen injustamente a costa de los demás, son los verdaderos endemoniados. Y sin embargo el pueblo interesado y absurdo, vive de esos cerdos. Y que Jesús le libere al paisano –a punto de suicidio por desesperación- no le importa, y sin embargo se lamenta de la ubre que le han quitado para chupar del bote.

La solución es que el pueblo quitó a Jesús de en medio. ”Le pidió que se fuese”. Valían más sus cerdos que el paisano curado. Que el desgraciado volviera a ser hombre, verdaderamente hombre, libre, vestido, sereno…, eso no le decía nada a ese pueblo. Mejor que Jesús se vaya. Que una sociedad sin Dios es mucho más manipulable y bestial.

¿Habéis entendido un poco mejor este extraño evangelio, en vez de perdernos en cuestiones sin sentido? Al menos el que fue curado lo entendió y quiso irse con Jesús. Al fin y al cabo para sus paisanos no era nadie; para Jesús sí había sido objeto de atención y consideración como persona.

Pero Jesús le dio otra salida diferente y que era como un grito en la noche: que se quedara en su pueblo (el que no quiso tener a Jesús), y que allí fuera como un foco de luz, o bien para ser testigo de un valor auténtico que los otros no habían sabido ver, o para ser un grito de alarma de lo que supone haberse encontrado con Dios.

Los cerdos de la parábola y la anécdota, quedan en un ínfimo plano de importancia.

En cambio nunca me ha preguntado nadie sobre una escena que, aunque no narrada, es la más triste: Jesús ha de salir echado de un territorio, porque se había ocupado del bien de una persona. Esto sí que me duele en el alma. Aunque en el Corazón de Cristo quedaba la satisfacción de la primera tempestad del lago, que había tenido ahora la explicación que no supieron darse los propios discípulos: “¿Quién es Éste?”

En realidad, PROVIDENCIAS DE DIOS, que no sabemos ver, pero que está siempre presentes para el bien de la humanidad.

domingo, 29 de enero de 2012

Siguen los INTERROGANTES

PROFETAS, AUTORIDAD Y REALIDAdES

Cuarto domingo del Tiempo Ordinario (B). El pueblo se dirige a Moisés y le pide que no le hable Dios, porque “se asustan”; que les hable un profeta. Y Dios pone a Moisés como su trasmisor para el pueblo. Y en definitiva, profeta tras profeta, CRISTRO como el definitivo, que encierra en sí hablar con la autoridad de Dios, a la vez que es un hombre como los otros hombres. Con tal poder de Dios que echa a los espíritus inmundos, “demonios” (porque está sobre ellos y los domina) y habla con autoridad, porque Él es Altavoz de Dios (porque Él mismo es Dios). Y eso influye en el mundo circundante porque “su fama se extiende alrededor” de su Persona, palabras y obras.

Descendiendo: nos parecemos al pueblo aquel: “¡Qué no nos hable Dios!” Preferible que nos hable un profeta que tenga una voz más suave. Preferible si el “profeta” nos cuenta “los cuentecillos” piadosos del “evangelio” y nos dice que seamos buenos y que nos amemos mucho. Ya nos vamos tan satisfechos…, “y la vida sigue igual”.

Profeta que nos muestre el Evangelio en su crudeza exigente de cambio de vida, ya nos asusta, nos intranquiliza. Profeta que diga que la autoridad de Dios echa demonios, aunque esos demonios estén en el egoísmo interior, en la vida política y social, o que se meta en el crimen organizado y rentable del aborto, en el egoísmo de los padres que se reducen –a lo sumo- a la parejita, o que presenten la sexualidad como exigencia y responsabilidad de la paternidad, o la pasmosa facilidad -y escandalosa- con que ya admitimos las parejas de divorciados, ya son profetas “que hablan de política, y nosotros hemos venido aquí a que nos cuenten la parábola del hijo pródigo”. Moisés dirá al pueblo que el profeta que no trasmite íntegra la Palabra de Dios que se le encomienda, ya está muerto..

Y San Pablo, en la 2ª lectura de hoy, nos habrá resultado extraño, trasnochado, o hemos sentido cierto escepticismo, porque habló de un tema que hoy ni nos suena bien. Pero fue –en su momento y circunstancias- el que habló con autoridad (con sentido de “autor”), una aplicación concreta de las generalidades que no llevan a nada.

La pregunta que tendremos que hacernos hoy al participar de la Eucaristía, es si algo de esto que vamos teniendo domingo a domingo ha variado nuestro planteamiento inicial. Si “nuestra fama” (=influencia sobre el entorno) se comunica y contagia, o al revés: seguimos sumidos en lo de siempre (ahogados por el entorno), y seguiremos como estamos. Si los matrimonios jóvenes siguen en su reducción de natalidad, en su ceder la educación religiosa de sus hijos a los Colegios (por muy religiosos que sean). Si ante un mundo como el actual nos lamentamos pero no actuamos en ningún sentido práctico para la mejora de la relación y exigencia familiar (o de cualquier tipo) frente a nuestros orgullos personalistas. O la influencia social que hemos de ejercer, en vez de dejar resonar en nosotros la llamada vocacional cristiana personal del Evangelio. Si “echamos demonios” personales o seguimos planteando la vida alrededor de nuestros gustos o disgustos, comodidades o "dejar pasar"...

Según la RESPUESTA QUE ENCONTREMOS a esta aplicación de la palabra profética que nos proyecta a que yo he de ir sintiéndome personalmente comprometido, podremos salir a gusto de estas Eucaristías, o seguiremos en nuestras “tranquilidades” de “cumplidores”. "Cada uno que se examine a sí mismo", nos dice la propia Palabra de Dios.

sábado, 28 de enero de 2012

INTERROGANTES

Hoy me he llenado de interrogantes en las lecturas más habituales y conocidas y trilladas. Si es la 1ª lectura, ¿por qué David fue tan clarividente y justo con el hipotético abuso del vecino aquel, y se había pasado por alto –tan fácilmente- la ristra de injusticias que él había cometido él mismo en un hecho concreto personal?

Mc. 4, 35-40

Se me hacen varios interrogantes, que no voy a resolver porque no sé resolverlos, pero que pienso que en este momento histórico concreto pueden dejarnos un planteamiento profundo. Por supuesto, a los que piensan. A los que no piensan, no les complico más.

Dice el texto que: “los apóstoles se llevaron a Jesús como estaba”. Mil veces he pasado por encima de ese interrogante aunque no he dejado de hacérmelo. Pero ¿para qué querer buscar lo que no podré entender? Y sin embargo el Evangelio no banaliza, y algo querrá decir.

“Otras barcas le acompañaban”. Pero no debieron ir demasiado lejos porque no se dice que a ellas les cogiera la “tempestad”. ¿O qué nos dice con eso el evangelista?

De todos los millones de peregrinos a Tierra Santa, que han hecho la travesía del Lago, ¿les ha sorprendido a alguien una “tempestad súbita” semejante o parecida? El Evangelio nos narra dos “tempestades” así. Y se sabe el paralelismo que tiene en terminología bíblica, y aun profana, el mar y el mal: “el mar tempestuoso de la vida”. La “tempestad” les está afectando sólo a los apóstoles. Jesús duerme tranquilamente en popa sobre un cabezal y las olas caen sobre Él, y parece que ni se entera. No le afecta el mal. Ellos luchan hasta la extenuación, gritan desesperadamente: “¿no se te da nada que nos vayamos a pique?” Y Jesús les dice que tienen poca fe…, y Jesús se pone en pie en la barca –aquella barca que se iba a pique y Él no se tambalea… Al revés: “manda al mar y le obedece”, y se le somete como un corderito a sus pies. El mal no le llega. Lo vence con una sola palabra. A ellos les afecta por falta de fe. ¿Se diría que es falta de fe estar muertos de mido cuando la barca está a punto de hundirse?.

Y la gran interrogante: ¿QUIÉN ES ÉSTE que hasta el MAL le obedece? ¿Realmente, a estas alturas, no sabían ellos “quién era Jesús”. Pienso mucho en el sentido que da Ignacio de Loyola a su petición del conocimiento interno del SEÑOR, que no es sólo “Jesús de Nazaret” sino EL SEÑOR mismo de la Resurrección, el poderoso, el triunfador, en la figura real, humana, de Jesús. Y entonces, para quienes leemos hoy el Evangelio, a la par que descubrir a Jesús en su humanidad real, con sus sentimientos, sus afectos, sus sufrimientos…, deberemos elevarnos a los sentimientos mismos de Dios. ¿Y no habrá que ver también ahí a la propia Iglesia, que es el Cristo ACTUAL…, con sus situaciones tempestuosas de fieles que abandonan, de otros que viven tan a medio gas su compromiso bautismal cristiano, nuestros Obispos…, la Jerarquía en general y en total?

Es evidente que el salto es triple salto mortal. Pero ¿qué nos estará diciendo a los cristianos la languidez de nuestra fe; a las Congregaciones religiosas la carencia de vocaciones, y con actuales edades ancianas, que –a la vez- han de enfrentarse a una realidad tan absolutamente nueva; ante la tremenda incertidumbre de futuro el ver que “el lago” se remueve desde sus fondos y nos deja a punto de gritar: “que nos vamos a pique”?

¿QUIÉN ES ÉSTE, por una parte “dormido a la vez que empapado por las olas tempestuosas, y erguido sobre ese bamboleo mandando al mar y el mar echándose a sus pies?

Lo curioso es que el texto acaba con esa afirmación, pero no da respuesta a ¿QUIÉN ES ÉSTE?

Y creo que hay una intencionalidad de dejarnos en el misterio de “lo futuro” y la pregunta: por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?

jueves, 26 de enero de 2012

LO PEQUEÑO ES MUY GRANDE

LO PEQUEÑO ES MUY GRANDE

Mc 4, 26-34

Os falté a la cita del jueves porque a las 7 de la mañana viajaba ya hacia Madrid para cosas trabajos del APOSTOLADO DE LA ORACIÓN. Y el viernes lo tenéis por adelantado porque otra vez tengo que viajar para otros menesteres del mismo APOSTOLADO.

Quizás las parábolas de hoy son la exaltación de lo pequeño…, empezando por lo pequeño del hombre mismo ante la grandeza de la Gracia de Dios. Así, pues, aquel labrador siembra y se puede ir a su casa porque ya nada puede hacer más de lo que ha hecho. Dormirá, se levantará, etc., y una mañana aquella tierra aparentemente árida el día anterior, verdea… Y la planta crece sola, sin que él sepa cómo. ¡He aquí lo grande! A él le toco, eso sí, echar la semilla. A él le corresponderá el riego a su tiempo, la escarda… Pero cómo crece aquella planta, él no sabe cómo. Y un día la planta echa espiga y la espiga grana, y cuando llega el momento, él mete la hoz, porque ha llegado el momento de recoger. ¿De recoger qué? Una semilla pequeña que él plantó y que ahora es cosecha.

Lo que Jesús nos explica así de fácil es que el ser humano no tiene en su mano la fuerza del Reino de Dios, la Gracia, que es puro don. Que él cuide los detalles propios del agricultor, pero lo que tiene ahora es gratuito (=gracia), don.

Lo muy poco de él…, lo muy grande que hace Dios.

No sólo: un grano de mostaza es la semilla más pequeña. Y sin embargo, una vez plantada, se hace un arbusto capaz de sostener los nidos de las aves. Pequeño, muy pequeño, casi imperceptible. El Reino de Dios no se hace de grandes cedros. El Cedro es el propio Dios. No podemos añadir un milímetro a nuestra estatura ni un día a nuestra edad. Dios hace luego maravillas, y crea ese árbol que nos cobija (a buenos y a malos, a justos e injustos…; que luego vendrá la poda; pero nadie se le niega la posibilidad)

Y el puñado de lavadura que la mujer mete en una masa grande…, y toda la masa fermenta. ¿Cómo se produce eso? Ahí está. De donde se siguen dos reflexiones: de una parte, lo mismo de las dos comparaciones anteriores. Algo muy pequeño que acaba haciendo un efecto grande. La Gracia de Dios actúa en el más simple, en el menos inteligente, o en el más sabio de ciencias humanas…, y le da un nuevo ser: el Reino de Dios no tiene comparación con nada humana, ni pude comprarse con el mayor tesoro. Es gratuito…, es acción y donación de Dios, donde la persona sólo y –por decirlo así- únicamente le toca tener la bandeja dispuesta…, o incluso menos: no dificultar y no negarse al regalo que viene a hacerle Dios.

La otra reflexión nos incumbe a todos: ¿no seré yo el llamado a ser levadura que penetre algún masa…, que comunique ese don, que haga real una nueva realidad en otros, en los que Dios quiere actuar, y yo –pobre de mí- estoy llamado a ser instrumento? Sigue el mismo misterio de lo muy pequeño que llega a ser precisamente grande en el misterioso Reino de Dios?

miércoles, 25 de enero de 2012

SAN PABLO Y SU CABALLO

SAN PABLO Y SU CABALLO
No hace mucho un sacerdote me oyó hablar de que Jesús derribó a Saulo del caballo. Y al acabar aquel acto penitencial me preguntó jocosamente: ¿de qué color era el caballo de Saulo?. Creí que era un chiste pero no: es que el tal “caballo” nos lo hemos fraguado nosotros en nuestra fantasía. Los hechos de los Apóstoles no mencionan caballo alguno en las dos narraciones que hace del “derribo de Saulo”.
Anécdota parte, lo que sí es evidente es que “el Señor le hizo caer por tierra”, bajarlo de su soberbia, su odio, su osadía, su pretensión. Le dio los medios para que Saulo recapacitase que no iba a lograr su intento. Le puso delante todos los medios para un auténtico cambio: UNA VERDADERA CONVERSIÓN. Claro que esa conversión nunca se impone. Ha de acogerse libremente; ha de responder el individuo por sí mismo, supuesta la ayuda –siempre- de la Gracia de Dios.
Aunque hoy prevalece la fiesta de la Conversión de San Pablo sobre la lectura de este miércoles, vendríamos a la misma. Hoy hubiéramos tenido delante la parábola por antonomasia ´a mi juicio- que es la del Sembrador.
“Saulos” puede haber muchos. Y muchas oportunidades para salir convertidos en “Pablos”. Sin embargo explica Jesús muy bien por qué no es así: porque al llegar a uno la Palabra –la semilla-, uno la acoge en buena tierra; otro tiene demasiadas cosas entre manos y demasiados intereses creados; otro es de los típicos “querría” (pero nunca se pone e marcha), y otros dejan pasar la oportunidad porque no quieren complicarse y oyen pro escuchan; su corazón no admite más que lo suyo propio.
Y ya sabéis: todo esto tiene una traducción muy personal e individual: soy yo mismo quien tengo dentro de mí todas esas realidades. En tanto la Palabra me endulza el sentimiento y la devoción, la acepto. En lo que no, me parece “muy hermosa” y la medito, pero por unas cosas o por otras, no me entra, no arraiga, no tiene espacio para poder cuajar.
A Saulo le costó quedar ciego un tiempo (aunque él creía ver todo tan claro); tener que ser llevado de la mano (cuando él era el jefe de expedición que mandaba e imponía su criterio); y tener que ponerse a las órdenes de un cristiano, Ananías, al que Saulo quería llevar preso. Y Saulo agachó la cabeza. Ofreció su espacio de “tierra buena” en vez de los otros envenenados. Y dejó de ser Saulo, el perseguidor y el blasfemo para que, en adelante, su vida sea Cristo, y Cristo Crucificado. Eso es convertirse.
Y consecuencia evidente, proclamar por el mundo entero el Evangelio de Cristo. No es sólo “convertirse” sino hacerse nuevo desde el fondo del corazón.

martes, 24 de enero de 2012

¿QUIÉNES SON...?

¿QUIÉNES SON…?

Mc 3,21-35

No hace muchos días nos encontramos con el caso de los parientes de Jesús que pensaron que Jesús estaba fuera de sí, que no estaba en sus cabales, y se tuvieron que volver con las manos vacías.

Yo pienso que este nuevo episodio no es ajeno al anterior. Sólo que esta vez han metido a la Madre por medio, para hacer la fuerza necesaria. Eso sí: que se presentan suavemente y le envían el recado “cariñoso” de que “tu Madre y tus parientes están ahí fuera y te buscan”. Yo pienso que a María la estaban utilizando. Evidentemente María, entregada desde el principio a la voluntad de Dios y a que se haga en todo según esa Palabra de Dios”, era muy ajena al intento de la parentela. Gusto por ver a su Hijo, s evidente que lo tenía, y va con ese gusto de poder verlo.

Jesús lo sabe perfectamente, porque la conoce muy bien. Por eso el gesto y palabras de respuesta al recado que recibe es una exaltación primera a su propia Madre: ¿Quiénes son mi madre y mis hermanos? Y pasando una mirada por el corro, dijo: -estos son mi madre y mis hermanos: los que escuchan la Palabra de Dios y la vive”. Buen ejemplo práctico de esa “definición” era su madre. Por tanto no salió Jesús en busca de sus familiares sino que siguió haciendo lo que estaba haciendo, como su Madre v lo hubiera hecho en una situación semejante.

Ya en otra ocasión había expresado Jesús que no es “el que dice: Señor, Señor, el que vale, sino el que vive y realiza la voluntad de su Padre del Cielo”. Y aquí es donde yo me miro a mí mismo y siento cierto escalofrío… Orar, oro. Gustarme el Evangelio, me enamora. Meditarlo con fruición, lo medito. Hasta ahí, correcto: escuchar la Palabra de Dios. Lo que ya no me deja tan seguro es si vivo acorde con esa Palabra en mis pensamientos, sentimientos, sinceridad, exigencia, sacrificios, privaciones, caridad sincera, paciencia, humildad, comprensión, altura de miras, saber pasar por alto muchas cosas, prudencia en mis palabras… (y siga la lista…)

Desde luego la vida de un santo y la misma vida de Jesús, no está definida por sus milagros y obras maravillosas, sino porque me sepa plegar gustosamente a la voluntad de Dios…, a escuchar y vivir lo que Dios vaya queriendo de mí.

lunes, 23 de enero de 2012

NO TIENE PERDÓN

NO TIENE PERDÓN
Mc 3,29-30
Creo que es una de las explicaciones más claras en los evangelio sobre lo que es la blasfemia contra el Espíritu Santo. Porque el nombre de “blasfemia” suscita otras ideas en el lenguaje común. Aquí no se trata de ninguna palabra blasfema, ningún acción directamente blasfema. Se trata de una actitud tan clara como la de no reconocerse pecador, la de justificar el propio error doctrinal o moral escapándose por la tangente, de manera que lo que había que afrontar y ponerse a buscar la verdad y corregir, no se hace, sino que se queda uno fura de la verdad, aunque sea recurriendo a las explicaciones más absurdas. Pero uno se queda “en lo suyo”.
Cuando los doctores de la Ley atribuyen a poder del demonio que Jesús eche a los demonios, están cayendo en el absurdo –hasta pueril- más grueso que puede pensarse. Pero todo lleva una finalidad: ridiculizar Jesús ante la gente para que no crean en Él, mientras ellos se quedan en sus trece y –por consiguiente- no son ellos los que tienen que cambiar.
Jesús tuvo un gesto muy humano pidiéndoles que se acercaran, con ánimo e poder explicarse sin hacer demasiado ruido ante la gente que roseaba. Y les pone el ejemplo fácilmente comprensible de que si Satanás echa a Satanás, o están diciendo un absurdo, o están llegando a plantear una guerra civil en la que los “dos bandos” de Satanás acaban destruyéndose a sí mismos. Y eso es ir a una ruina.
Por eso, como esa postura de atribuir a Jesús estar actuando con el poder de Satanás, es irreconciliable con una lógica normal, ellos están justificándose a base de un absurdo. Y si lo hacen así, ellos no se bajan de su burro. Y si no bajan de su burro, no se arrepiente y no están por acoger la verdad, es decir por aceptar a Jesús, que trae la salvación. Esa postura recalcitrante es la que expresa como blasfemia contra el Espíritu Santo, porque el Espíritu es Espíritu de la Verdad, y ellos se cierran a aceptar la verdad o a ponerse en actitud de buscarla. Por tanto ni se arrepienten ni se arrepentirán. Y el que no se arrepiente, no pude tener perdón, no porque no se pueda perdonar cualquier pecado, sino porque se han cerrado a reconocer su pecado, u error, su mala fe.

Y quería haber todo otro tema de la primera lectura, pero no puedo porque me están esperando. A verv si luego…

domingo, 22 de enero de 2012

SE HA CUMPLIDO EL PLAZO

SE HA CUMPLIDO EL PLAZO
Mc 1, 14…
Estamos ante la riqueza pedagógica de la liturgia dominical. Hoy hay dos temas, que van paralelos en l 1ª lectura y el Evangelio. Conversión y vocación. Jonás, llamado por Dios para predicar en Nínive que tienen que cambiar de conducta; Jesús que llama a sus primeros discípulos, y el mensaje esencial es Se ha cumplido el plazo, y está cerca el Reinado de Dios.
El primer tema común es muy claro: la postura única válida pa estar con Dios es nuestra apertura de alma para acogerlo. Que no se trata de “hacer sosas” sino de ser como Dios manda.
Y eso lo realiza Dios desde la cercanía del hombre. Jonás, que se resistió a la llamada, cuanto pudo, pero acaba predicando la amenaza de Dios de la destrucción de la gran ciudad si ni cambia de conducta. Los ninivitas CFEYERON A DIOS y mudaron su modo de comportamiento y su actitud interior. Dios “no cumplió” su amenaza eso precisamente era lo que pretendía), y Nínive cambió y se salvó.
A Simón, Andrés, Juan y Santiago, Jesús los llama desde la sencillez de quien pasa por la orilla del Lago y fija sus ojos en ellos. Y la llamada es simple: Seguidme.
“Seguidme” porque se ha cumplido el plazo anunciado por Dios en las Escrituras Santas: El Reinado de Dios está cerca. Por tanto, CONVERTÍOS Y CREED LA BUENA NOTICIA.
“CREER LA BUENA NOTICIA es CREER EL EVNGELIO. Y “creer el Evangelio” es Seguirme… No es “hacer cosas” sino SER SEGUIDORES de Cristo, que es el propio Reinado de Dios…, es el momento en que Dios vuelve a ser el referente decisivo de la vida de la humanidad. Por lo pronto, de la vida del CRISTIANO. Es pasar desde esa idolatría en la que lo que cuenta es el placer, la apetencia, el “no me gusta”…, EL YO como norma de todo (amor propio, egoísmo, egocentrismo, a una mirada y actitud interna que SABE AMAR, que se abre al AMOR. Y como el Ser más perfecto y digno de amor es Dios,, creer es AMAR, y AMAR es vivir de acuerdo al amor: de acuerdo con Dios.
No es si “tal cosa me obliga, si es “un precepto”, si “no hay más remedio”… Eso lo hace cualquiera que está a las órdenes de otro, aunque lo odie. CREER-AMAR es bastarme saber que mi amigo quiere o gusta algo, para que yo lo haga, sin obligación alguna. Me basta saber que le agrada.
Lo que Jesús viene a traer es ese cambio radical de postura: del mero “cumplidor” de sus obligaciones o “devociones, al SEGUIDME a FONDO PERDIDO, sin siquiera decir para QUÉ. Porque aquello de “os haré pescadores de hombres” era algo que poco podrían comprender los pescadores del Lago. Pero el seguirME, EL ir con Él, era cuestión de una atracción personal, de una cercanía, y de un amor –todavía en ciernes- pero que provocaba confianza e ilusión.
Nuestro CAMBIO PERSONAL no se hará en función de “cumplir” lo que hacemos, lo bueno que hacemos…, sino en la medida que el corazón se implique en un amor a Cristo, en una fidelidad al Dios-Rey, a quien se le pone sobre TODO, sobre todas las cosas, sobre mi propio gusto.

En la 2ª lectura el argumento de Pablo es el mismo, aunque desde otra perspectiva. Para Pablo, la vuelta de Cristo es inminente. Por tanto, hay que posponer todo eso que es la vida diaria, porque lo que hay es que estar a la expectativa, para únicamente estar pendiente e ese DIOS-REY que –por fin- restablece su Reinado de amor en el mundo. Todo lo demás ya no tiene valor, no puede distraernos de lo fundamental.

Si al venir hoy a nosotros Jesucristo-Hostia de amor, nos iluminara la mente y el corazón para comprender dónde está el secreto de un cambio, un perfeccionar nuestra actitud de fe-amor, de compromiso de seguir a Jesús en su llamada continua del Evangelio orado a fondo, comprenderíamos por qué se ha cumplido el plazo y el momento es inminente. ¿Quién podría asegurar que esto no va con él?

sábado, 21 de enero de 2012

NO ESTABA EN SUS CABALES

NO ESTABA EN SUS CABALES

Mc 3, 20-21

Hoy os he dejado esperando. Tuve que atender obligaciones que no podía eludir. Perdonad.

Acababa Jesús de elegir a sus Doce compañeros, para que estando con Él, aprendieran como discípulos que conviven con su maestro (forma normal de los verdaderos maestros de ese tiempo). Ya había tenido enfrentamientos de los fariseos con Él, y eso que aún no había formado grupo estable. Aquello tomaba dimensiones de envergadura, y con los jefes de Israel e influyentes fariseos en su contra, en abierta oposición y hasta casi persecución. Hasta habían pensado –junto a los herodianos. Cómo quitarlo de en medio. Era ya un “enemigo” de cuidado.

Los parientes deciden intervenir, porque tiene perdido el juicio; es un fanático, se ha creído mesías, es un pobre aldeano de Nazaret que pretende ser “Maestro” y se rodea de gente de poca o mala fama. ¿Qué más lógico que intentar los parientes llevárselo consigo y quitarlo de la vida pública?

Ahí deja el episodio el Evangelio. No explica más, no dice cómo se desenvuelve la situación, ni como Jesús se libra de ella. Lo que es evidente s que los parientes se volvieron “con las manos vacías”.

Recuerdo una chica valiosa cuya vocación traté, y que podía asegurarse que podía cuajar… Estaba eb 4º de carrera y –por tanto- no eta una inmadura ni un “niña”. Sabía lo que quería. Y pese a las amenazas de su madre de que se suicidaría y demás formas de intimidación, la chica deja su casa y entra n el postulantado. Las cosas fueron a más de tal forma que la chica tuvo que renunciar a su propósito. Para aquella madre la hija estaba fuera

sde sí; no estaba en sus cabales.

Traduzcamos ahora esa situación a otras muchas que son realidades actuales. Pueden unos jóvenes elegir las carreras o las aventuras más fuera de lo normal. Y hasta ahí, “hay respeto” a la voluntad del joven. Eligen novio o novia que todo el mundo alrededor ve que es una barbaridad, un riesgo cantado… Pero “si esa es su decisión”…, dicen sus padres y parientes.

Eligen la vida religiosa o el sacerdocio… Y ahí viene ya el “tú estás loco”; primero tienes que conocer mundo…; primero haz una carrera…

Y las verdaderas locuras se pagan muy poco después, de mil modos que –luego- todos lamentan. Pero esas locuras ya no las quitó nadie de la mente.

Pienso en Jesús; pienso en el dolor que le produciría que sus mismos parientes fueran los que no lo entendían, precisamente cuando su vida ejemplar estaba dando ejemplo de una actitud cabal y religiosa, con el pleno sentido de RELIGIÓN, que busca RE-LEER constantemente los caminos que marca Dios. Se fueron los familiares con sus protestas y su fracaso. Pero a Jesús le llegó al alma mucho más, por lo que aquello suponía de “acomodación” de los suyos a “lo que había”, y no se les ocurrió escucharlo, hacerle un seguimiento normal, para descubrir el verdadero género de locura que Él llevaba en su alma: la locura por seguir los pasos que Dios marcaba en aquel momento de la vida de Israel.

¿Cabe pensar dentro de nuestra propia conciencia?

viernes, 20 de enero de 2012

LOS QUE ÉL QUISO

¿LOS QUE ÉL QUISO?
Mc 3, 13-19
Éste es un tema que siempre me apasiona y me hace pensar de una manera o de otra. Es el momento en que Jesús, tras su subida a la montaña (lugar propio e su oración aislada y profunda), llama a los doce, de entre muchos más discípulos que le seguían, y a esos doce los constituye apóstoles, sus compañeros para enviarlos a predicar y echar demonios.
Lo que hoy me ha detenido en mi oración ha sido esa palabra tan conocida y meditada: a los que Él quiso. Palabra que puede mostrar su voluntad decidida, o su “querer-amar”, según esa variedad de sentido que presenta en castellano la expresión “querer”.
Pero es que hoy no me he ido por ahí. Me ha detenido “LOS QUE ÉL QUISO”, precisamente cuando se ha subido a la montaña, un lugar preferente de oración de Jesús.
Yo lo plantearía así: ¿“los que Él quiso” con su querer libre e independiente, son exactamente los doce nombres que aparecen en esa lista? ¿No se cambió ninguno en sus horas de oración en la montaña, precisamente porque Dios también “quiso”, y Jesús no tiene más querer que agradar al Padre?
Una verdadera oración no es la que acaba sacando adelante la propia voluntad sino la que, al presentarse ante Dios y entrar en el ámbito de la voluntad de Dios, pueda acabar cambiando la propia voluntad, Claro; cambiándola de tal modo que la propia voluntad es la que asume totalmente como tal propia voluntad la que sale de esa conversación y oración ante Dios. Y entonces puede decirse muy bien que llamó a lo que Él quiso, porque Él sólo quiere lo que Dios quiere: agradar al Padre
Esto no es rizar el rizo. Esto es un planteamiento muy serio para nosotros, tantas veces “satisfechos” de nuestra devota oración, tan contentos de nuestro buen rato con Dios…, pero sin habernos dejado “cambiar el paso”, y acabando con la misma voluntad propia con la que entramos. Y hay “cosas” en la que en honda oración ante Dios, no tendríamos más remedio que bajarnos del burro y reconocer que “estamos queriendo” al margen del querer de dios…; que llevamos ya decidido de antemano lo que queremos nosotros. Y acabamos pretendiendo que Dios lo quiera. Y sí: así será lo que nosotros quisisimos, PERO NO SERÁ LO QUE Dios quiere.
Tras esos Doce nombres elegidos por Jesús (de acuerdo con Dios), han sucedido miles de nombres también queridos por Jesús, grandes personajes, grandes santos, gentes normales. Y no puedo menos que sentirme también metido en la lista de elegidos que El que quiso. Me queda –según mis características…, y según también el QUERER DE DIOS- que yo puedo ir descubriendo, saber detrás que cual de esos nombres yo me podría situar.

jueves, 19 de enero de 2012

En resumidas cuentas

EN RESUMIDAS CUENTAS

Mc. 3, 7-12

Para uno que no leyera el Evangelio, que no quiere leer o apenas pueda, le bastaría este RETRATO DE JESÚS que da el evangelio de hoy. Jesús se retira (quisiera retirarse) con sus discípulos. Pero las gentes se enteran, se van comunicando los hechos realizados aquí y allí, y acuden unos y otros a Jesús, desde los 4 rincones. Jesús llega a temer que le aplaste aquella avalancha y pide a os discípulos que le preparen una barca para poder sobrevivir. Todos quieren tocarlo, todos los que tiene enfermos los llevan Él para que los cure, o les expulse aquellos “demonios” que les tienen esclavizados al sufrimiento. Y como Jesús atiende aquellas tantas necesidades y nunca es neutral ante el dolor o la injusticia, llegan a reconocer en Él a Alguien más que un hombre, y proclaman: Tú eres el Hijo de Dios. Lo mismo que decir: “Tú eres el Mesías esperado, el salvador de Israel”. Jesús ls prohibía que lo dijesen. Intento inútil, cuando las cosas se están viendo.

Dijo Simeón, aquel día de la presentación del infante en el Templo, que Ese Niño iba a ser signo contradictorio. O dicho en lenguaje nuestro: Ante Jesús no cabe imparcialidad. O se toma postura a favor o en contra. Porque hasta los que lo pretenden ignorar, o aún blasfemar o negar, en el fondo están declarando que cuentan con ese Hombre.

Sobrarían muchos catecismos, muchos libros de teología, muchas explicaciones científicas, si por una vez en la vida tuviéramos la osadía de bucear en el Evangelio, EN LA PERSONA DE JESÚS, en el cómo es, qué hace, cómo lo hace, cómo siente, cómo sufre, qué rechaza de plan o, qué pide a toda costa.

Si tuviéramos la necesidad sde aquellas pobres gentes y l sencillez de ellos para VER lo que ven en Jesús, OÍR lo que dice, OBSERVAR qué y cómo hace. Si tuviéramos ese impulso de LA BUENA FE para no necesitar otra cosa que MIRARLO A ÉL y saber que ahí está su vid entera…, LA VOLUNTAD DEL PADRE QUE ESTÁ EN LOS CIELOS.

Los especialistas Naturistas aplican una gran lupa al ojo y le sacan a uno por allí hasta el número sde calzado… En cada línea del iris está escrita toda la vida que cada uno tenemos en nuestro organismo. ¡O la muerte!

Jesús es el IRIS DE LA VIDA DE CADA CUAL. Y en Él está nuestra realidad entera, sin disimulos ni trampas. Si somos capaces de dejarnos mirar por SU LUPA, y seguir su folleto de instrucciones, nuestra vida será otra.

miércoles, 18 de enero de 2012

EXTIENDE TU BRAZO

EXTIENDE TU BRAZO

Mc 3, 1-6

Jesús, buen israelita y profundamente religioso, amante de la Palabra de Dios, acude a la sinagoga el sábado, como siempre. Casualidad o trampa, hay allí un paralítico de una mano.. Lo fácil para Jesús es hacerse el sueco y seguir “la belleza” de la Palabra de Dios. Pero Jesús no se hace cómplice de la mentira y la injusticia y meter la cabeza bajo el ala. Llama al paralítico y le pide que se ponga en medio a la vista de todos. Respetuoso con los fariseos presentes, a la vez que con un religioso profundo desafío de la verdad, les hace una pregunta: “Es lícito hacer el bien en sábado”. ¡A ver qué se responde a esa pregunta! No van a decir que no; sería contra razón. Y no quieren decir que sí, porque saben que Jesús se lanzaría a curar. La ambigüedad de los cobardes y los falsos…, o “los cumplidores de obligaciones escritas”, pero sin corazón ni inteligencia.

La solución es callarse. Y Jesús más desafiante aún, va pasando la mirada lentamente por toda la sinagoga, y siente ira por dentro ante tanta mentira de “gentes religiosas”. E indignado por todo aquello, mira con misericordia al paralítico, y sin que medie trabajo alguno, ni de Jesús ni del enfermo, le dice que haga un movimiento tan normal como el de cualquiera de los que estaban allí: Extiende tu brazo.

El enfermo hizo el movimiento tan normal de mover su brazo, el que había estado paralizado. Y los fariseos, como todo el mentiroso que no tiene razón pero tiene que sacar la cabeza por encima (¡qué bien nos viene hoy la soberbia de Goliat frente a la pequeñez de David), optan por lo más singular: aliarse con sus enemigos totales, los partidarios de Herodes, para ver la manera de matar a Jesús. Se suele decir: cuando alguien no va por derecho y otro le pone la verdad ante los ojos, el necio opta por matar al emisario.

Lo malo es que fariseos y herodianos había muchos… Que ALGUNO HABRÍA HONRADO…, puede pensare con toda razón. Pero por boca cerrada no entran moscas…, y todos se callan y se van a sus casas. TODOS MATARON… “Fuenteovejuna: TODOS A UNA”.

Y hoy escribo desde el sentimiento profundo del alma.


martes, 17 de enero de 2012

LA PERSONA, PARA VIVIR

LA PERSONA, PARA VIVIR
2, 23-28
No perdamos de vista la 1ª lectura porque es muy significativa. Rechazado Saúl , como rey, por el Señor, hay que andar con pies de plomo. Y buscar estratagemas para escoger a David, a espaldas de los influyentes. Y David no fue un santo de principio a final. Pero tuvo lealtad para saberse equivocado.
Los fariseos no se habían tragado así porque así el silencio que tuvieron que sufrir cuando Jesús les mostró que perdonaba pecados y curaba la enfermedad para demostrar que actuaba como enviado de Dios.
Y lo acechaban bajo las piedras. Los discípulos pasan por un sembrado, arrancan unas espigas y las trituran en sus manos y se las comen. Un evangelista dice que “tenían hambre”. Marcos, mucho más natural en su evangelio, simplemente cuenta un caso que hemos hecho todos los que hemos tenido la suerte de vivir tiempos agrícolas: pasar junto a un sembrado y tener el gusto caprichoso de coger unas espigas, desmenuzarlas y comerlas. Y no por hambre.
Para los fariseos es una profanación del sábado y van a llamarle la atención a Jesús. ¡Ahora llevaban las de ganar!, pensaban.
Y Jesús se remite nada menos que al ídolo del pueblo judío a través de siglos: DAVID. Pues David, viniendo extenuado de una batalla con su destacamento, vienen a dar en la Casa de Dios, con el sacerdote Abiatar, y les piden comida. Abiatar no tiene nada que darles de comer. Como no sea que cojan los panes consagrados y ofrecidos a Dios, de los que nadie puede comer sino los sacerdotes. Y David dice que le parce muy bien. Los coge, come él y da de comer a su tropa.
Conclusión de Jesús: El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado. Las normas son caminos para facilitar la circulación. Pero cuando los caminos son peores que las veredas de atajo, más valen las veredas.
Cumplir la obligación es el comienzo infantil del niño. Vivir la vida desde la madurez, y sin necesidad de amenazas ni preceptos, es exactamente la fe. La norma, en tanto cuanto ayuda donde hay que convivir entre varios. Pocas y muy acertadas. El resto, campo abierto donde pueda irse brincando y gozando de la belleza de un panorama que es EVANGELIO, que es luz, que es diafanidad, que es libertad de corazón.
Tengo miedo, ¡mucho miedo! (como dice la copla), de los “sabios y entendidos”, de los “doctores y letrados”, de los “cumplidores de normas” (que a la vuelta de la esquina hacen de su capa un sayo.
Quiero hombres y mujeres que sepan llorar y pedir, brillarle los ojos por su alegría, aunque luego entiendan menos de normas y leyes.
El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado

lunes, 16 de enero de 2012

JAMÁS ME DEJES

JAMÁS ME DEJES
Permitidme que comience por la 1ª lectura, la momento en que Dios rechaza a Samuel. No por malo sino por NO EBEDECER A DIOS. Confieso que me erizan el cabello esos momentos en que Dios se retira. Yo le pido que venga cualquier cosa, por mucho que me duela, pero que Dios esté conmigo. Aunque “me regañe”, aunque “me amenace”. PERO JAMÁS QUE HAGA SILENCIO.

En el Evangelio, las quejas típicas de los “cumplidores de cosas”, porque los discípulos e Jesús, o el mismo Jesús no las cumplen. Y la palabra tajante de Jesús: ”El vino nuevo, en odres nuevos para que los odres no revientes y el vino se pierda”.
Gran vino el de Caná. Pero mejor a partir de agua que a partir del que se había acabado. El que se había acabado, acabado estaba. El nuevo, admira y produce queja en el maestresala. Pero es NUEVO, el de Jesús.
Las tendencias humanas son siempre a parchear. A hacer “propósitos”, “promesas”… Cualquier cosa…, pero sin saltarse de la mano de lo que ya tienen, porque pierden pie y se creen que se quedan sin nada. Y Jesús llega y dice: O nuevo o nada. Porque pretender “ser bueno” sin dejar de “ser regular”, es un parche. Cuando no hay un examen a fondo que descubre a fondo lo que es uno a fondo y lo que debe cambiase a fondo, estaremos pretendiendo encender dos velas que no conjugan bien. Y nos quedaremos en candil los que –por vocación- somos estrellas.

Y es que me temo que el “silencio de los cementerios” se apodere de algunos, para los que es mejor mantener el odre viejo, aunque se pierda el vino de la sinceridad, de la acogida, la confianza, la honradez, el dejar ver venir de frente… Por eso me impacta mucho que Dios pueda decir un día: “Puedes quedarte con la tuya”; allá tú; que yo no juego la baraja trucada”.

domingo, 15 de enero de 2012

VENID Y VEIS

VENID Y VEIS
Jn 1
Samuel no conocía aún a Dios. Cuando estaba acostado un día en la cercanía del sacerdote del sacerdote Elí (puesto que su madre lo había dedicado al Templo). oyó que lo llamaban. Se levantó presto y se fue a Elí a ver para qué lo llamaba. Elí pensó que había sido un sueño y lo mando acostarse. Dos veces más ocurrió aquella llamada y Elí, intuye que allí hay un misterio más ahondo, y le dice: “Si oyes esa llamada de nuevo, di: Habla, Señor, que tu siervo escucha”. Elí ha servido para empezar a discernir…, descubrir, lo que Samuel no podía intuir.
Juan Bautista discierne también y señala a Jesús ante sus discípulos. Andrés se lo toma en serio y sigue la pista. Con “el otro discípulo” hacen una pregunta: “Dónde vives”. Nosotros nos vamos rápidamente con nuestra mentalidad oriental a una casa, cabaña, calle…, que pueda ser l mansión del “Cordero-Mesías de Dios”. La respuesta de Jesús es ambigua y muy concreta: VENID Y VEIS.
Me he encontrado en las consultas de los fieles con la necesidad de una única respuesta: VE Y MIRA en el Evangelio. Alguna vez me han respondido: ¿Y qué voy a sacar del Evangelio en este caso mío? No me queda otra respuesta que: ID Y VED.
Y pensarán que me escapo por la tangente; no cogerán el Evangelio porque no tienen “tiempo”… Algunos de los ue me escucháis ahora mismo podáis estar ya pensando: “ya llegamos a la manía de este cura!” Aun así, única respuesta de Cristo a aquellos que preguntaban, fue esa: VENID Y VEIS.
Lo grande es que, en efecto, porque fueron, VIERON. Ni puertas, ni ventanas, ni edificación, ni cabaña. Lo que vieron es QUIÉN ERA JESÚS. Lo que descubrieron fueron las Palabras, los Hechos, las formas, los sentimientos, el secreto misterioso de quien es “otra clase de Persona” y pide otra clase de vida. FUERON YVIERON lo que nunca habían visto, ni fuera de Él podrán nunca ver. Se emboaron de tal manera con aquel Evangelio viviente que ya no pudieron separarse de él; se estuvieron todo el día.
Andrés quedó de tal manera impactado que le salió a borbotones su experiencia ante Simón, su hermano. Y Simón, diríamos que “lobo de mar” acostumbrado a “cosas” que se tocan palpan, tomó aquello un tanto como credulidad infantil de su hermano. Y Andrés, que ya había aprendido la lección, no discute: VEN Y LO VES.
La curiosidad le pudo a Simón y caminó hacia “el lugar”, hacen ese Jesús. Y el que iba a “indagar” escépticamente, se encuentra que antes que empiece a hablar, Jesús le mira de tal manera que lo deja sin palabras. Más aún: le dice: Tu ere4s Simón, hijo de Jonás; TU SERÁS PIEDRA ¡Y de verdad que se quedó de piedra! Lo ha conocido antes de abrir la boca…, y LE HA DADO UN NOMBRE NUEVO DETERMINANTE (que eso sí lo sabía muy bien un judío). El viejo “lobo de mar” pasaba a corderito: Habla, Señor, que tu siervo escucha. He ahí la fuerza del Evangelio, el CONOCIMIENTO DE DÓNDE VIVE JESÚS.
Estaréis diciendo por qué no me he fijado en el “otro discípulo”… Porque está por ver si TÚ Y YO también (ese otro discípulo”), VAMOS AL EVANGELIO, VEMOS Y NOS QUEDAMOS..

La 2ª Lectura –como siempre en el Tiempo ordinario de la liturgia (“casulla verde del sacerdote”), va por otro camino, siguiendo de lectura continuada de san Pablo. Hoy podríamos poner a dos columnas sus palabras y ls de la sociedad actual:
-El cuerpo no es para la fornicación.- -El sexo es muy sano y se debe enseñar indiscriminadamente desde niños, y practicar.
-No os pertenecéis en propiedad. –Somos dueños de nuestros cuerpos.
-Todo otro pecado queda fuera.. –Yo no hago mal a nadie.
-El cuerpo es templo donde vive el Espíritu Santo, y en él habita, porque lo habéis recibido de Dios -Endiosamiento de la sociedad moderna, y carencia de conciencia.
-Os han comprado a precio de la Sangre de Cristo. –Yo hago lo que me apetece.

Y hasta después, la desfachatez de comulgar “porque yo no tengo pecados”. Es evidente que NI FUERON, NI VIERON, NI DESCUBRIERO LA BELLEZA DE ESE “TEMPLO”…, donde VIVE DIOS…, de ASOMARSE A ESA VENTANA DESDE DONDE SE VISLUMBRAN HORIZONTES INDESCRPTIBLES DE BELLEZA.

sábado, 14 de enero de 2012

MÉDICO PARA LOS ENFERMOS

MÉDICO PARA LOS ENFERMOS
Mc 2, 13-17
Jesús y Leví cruzaron las miradas. No se nos dice que se conocieran antes, aunque era posible ese “conocerse” por lo que cada uno era. Pero aquel día la mirada de Jesús fue fija, y Leví se dejí mirar. “Sígueme” es la única palabra que media allí. El rsto es fulminante: Leví se levanta, deja la oficina de impuestos o aduanas, les pide, a los compañeros que se encarguen de aquello, y él se va sin más detrás de la mirada de Jesús. Y lo hace con tal alegría que lo celebra como se celebran los grandes acontecimientos: con una comida de despedida. Naturalmente sus “invitados” no pueden ser otros que los que han estado siempre juntos; los d su misma calaña, los publicanos. Y Jesús (su nievo amigo) y los otros compañeros de Jesús.
Y el escándalo de los fariseos es morrocotudo.
Leví será Mateo en la lista de los apóstoles, y será evangelista y mártir.
Jesús advertirá a los “santones escandalizados” que los enfermos son los que necesitan del médico.

Ahora viene lo que me hace pensar más: ¡Con qué facilidad juzgamos, encasillamos, menospreciamos, colgamos “el cartelito” a otros!
¡Qué fácil es quedarse en las apariencias primeras, en las invenciones propias, en las sospechas sin conocimiento del fondo de las cosas!
¡Qué “natural” es unir “publicano” con “pecador”.
¡Qué normal es escandalizarse sin tener ni leve idea del mundo que hay detrás de cada persona y cada situación!
¡Cómo engolamos nuestras “sabidurías” aunque están manifestando la ignorancia culpable (tantas veces)!
¡Qué difícil es calzarse los mocasines del otro, sin probárselos primero a ver si son del mismo número que el mío!
Porque ¡cuántas veces yo cojeo del mismo pie porque el mocasín se me queda pequeño, y no he sabido –siquiera- meterlo en la horma! Y encima de todo ni acepto que cojeo.
¡Cuántas “ciencias” infladas de puro aire, que se explotan solas al calor de una simple verdad.
Y como Jesús dice todo en pocas palabras, se limita a afirmarle a los fariseos…, ¡y llevaban bala aquellas palabras!: “Sólo los enfermos necesitan del médico”. Detrás estaba la palabra: “los “sanos”, no…, aunque puede ser que se mueran de enfermos verdaderos mucho antes que los otros que buscaron el tratamiento”.

viernes, 13 de enero de 2012

PARA QUE VEÁIS

PARA QUE VEÁIS
Mc 2,1-12
U episodio evangélico muy conocido y meditado. El paralítico llevado por cuatro, que es colocado ante Jesús: “Tus pecados son perdonados”. Y como los doctores de la Ley lo consideran blasfemo por decir eso, Jesús acaba diciendo: “Levántate, toma tu camilla a cuestas y vete a tu casa”.
¿Qué pensaron los cuatro amigos cuando no podían poner al enfermo ante Jesús, por no haber cómo pasar por entre el gentío? ¿Qué pensó el paralítico cuando iba en volandas entre la terraza y el suelo? ¿Qué pensó la gente que estaba escuchando gustosamente a Jesús y le interrumpen su devoción? ¿Qué se le ocurrió a Jesús, siempre tan sorpresivo? En vez de curarlo, “se admira de la fe de ellos” (los 5: paralítico y amigos) Y le dice al hombre, ya situado ante él: “tus pecados están perdonados”. ¿Era eso a lo que había sido traído ese enfermo? ¿Se quedo muy satisfecho de la “respuesta” de Jesús? Los escribas, ¿qué piensan? - Pues que Jesús blasfema porque los pecados sólo puede perdonarlos Dios. Y Jesús –que no ha sido entendido- va a lo directo: “Para que veáis que el Hijo del hombre puede perdonar pecados, ¡levántate, toma tu camilla a cuestas y vete a tu casa!
Mi “manía” frecuente es parar la escena en un punto. Que el paralítico se fuera feliz, se supone (rodeado y festejando y agradeciendo a sus amigos). Que Jesús siguió hablando a la gente, es lo más probable (ahora con una nueva autoridad en su palabra).
Pero ¿y los doctores de la Ley? Los imagino casi inmóviles, callados como muertos. ¿Ahora qué? Jesús ha empleado el término: “Hijo del hombre”, que no es un simple “yo” (dice mucho más para un entendedor de la sagrada Escritura). Si pudiéramos tomar a uno por uno (el “gremio” es siempre peligroso y enquistado), ¿qué pensaban? Alguno debió sentir un chispazo de luz. Jesús había demostrado quien era realmente… (aunque el doctor se lo callara). Otro, perplejo. Bajarse del burro, no…, pero… No sé si discutieron o hicieron el dolorido silencio de la humillación…, pero dolorido porque tendrían que decir algo que no quieren decir y reconocer. Pero “ahí hay más tomate” del que puede parecer. Por supuesto, los zoquetes que no aceptan la verdad ni por asomos. Y los recalcitrantes que optarían por pensar que lo había hecho con el, poder del demonio”.
Y alguno me preguntará: ¿ara qué pierden Vd el tiempo en estas cosas? - PORQUE EN MEDIO DE cualquiera de ESOS personajes de los que ahí se han contado, ESTOY YO.. La pregunta es: ¿de cuál?

jueves, 12 de enero de 2012

SI QUIERES, PUEDES

SI QUIERES, PUEDES
Mc. 1,40-45
Viene Jesús de una jornada triunfal. Basta leer el contexto anterior. y de una oración auténtica a disposición de Dios que, como a mí me gusta decir, “le cambia el paso” (porque “voluntad de Dios no es lo que apetece sino lo que es voluntad de Dios).
En su nuevo camino aparece un leproso: ser despreciado, desechado ,excluido. Vive fuera de las ciudades y, si va a entrar e alguna, ha de ser a golpe de campanilla para que la gente se aparte. La palabra tabú (que usamos para decir que algo es intocable) era el grito que tenían que ir profiriendo ellos mismos para evitar toda cercanía física.
Camina Jesús con sus discípulos y aparece un leproso que viene hacia el grupo. Los discípulos se apretujan entre sí como en signo de defensa del peligro repugnante. El leproso se postra ante Jesús con la oración más fina que puede venirle a sus labios: Señor, si quieres, puedes limpiarme. No está tentando la suerte. Sabe que Jesús ha curado, tiene autoridad y hasta expulsa demonios… Signos claros mesiánicos. Y uno de ellos era “limpiar leprosos”.
El horror de los discípulos es que Jesús no se aparta…, sino que le toca. Quedaba Jesús “legalmente contagiado” y trasmisor de “epidemia”.
Pero ocurre al revés: Al tocar al leproso, Jesús le devuelve la frase (como muy bien aceptada): “QUIERO:, queda limpio”. Y no es Jesús el contagiado sino el leproso queda curado.
Dos condiciones pide Jesús para sus obras maravillosas: la fe (que había quedado expresa en el gesto del enfermo), y el certificado de curación que han de dar los sacerdotes. Hubiera bastado en sí el toque directo de Jesús, pero Jesús ENVÍA AL SACERDOTE como condición de garantía.
[Hasta parece un símbolo de la necesidad del Sacramento que Él instituyó después; Dios perdona, pero el Sacerdote debe intervenir].
Hubo otra condición…, imposible de cumplir: que no lo dijera a nadie. Pero esas cosas no pueden callarse.
Más: la lepra es juna enfermedad que va “comiéndose” las partes prominentes de la figura humana: dedos, nariz, lóbulos de las orejas… Un signo muy expresivo del pecado en el alma, para quien dice: “no le hago mal a nadie”. Cuanto más se deja la confesión más cae el alma y la con ciencia a pedazos. La prueba al canto, en la sociedad actual, en muchos cristianos actuales
.

miércoles, 11 de enero de 2012

TU SIERVO ESUCHA

TU SIERVO ESCUCHA
Jesús había salido triunfador de aquella jornada: expulsa al demonio en la sinagoga; nadie protesta (aunque es sábado) y todos se admiran y le alaban. Y corre su fama. Llega a casa de Simón y la suegra, que tenía que guisar, está con fiebre y en cama. Jesús la cura. A la hora de poder descansar un poco, la gente admirada se ha puesto alrededor de la casa a esperar a Jesús con sus enfermos en primera línea como reclamo. Jesús pasa entre ellos, los cura, y enseña lo que es el Reino de Dios. Finalmente, con la jornada repleta, se retiran a descansar. Pero Jesús, matado el primer sueño, se levanta silencioso y se sale afuera a un lugar tranquilo, a estarse con Dio y orar. No a rezar Salmos. A encontrarse con Dios. A ponerle delante lo hecho, y a esperar la palabra que Dios le pueda dirigir. ¡Que ahí es donde está el orar, propiamente!
Cuando sus discípulos se despiertan, está vacío el camastro de Jesús. Lo buscan y lo encuentran en su lugar de silencio orante. “Todo el mundo te busca”… Estás en la cresta de la ola y cada cual te busca por su necesidad o interés del tipo que sea. Y Jesús, que ha hecho oración de verdad, sabe que sería lo más cómodo aprovechar su fama, su triunfo y establecer “su tienda”…
Pero Dios no le ha dicho eso en la oración. Hay que seguir a otros lugares para anunciar el Reino, porque para eso he venido. Jesús HA DISCERNIDO ANTE EL PADRE. Y toca dejar lo fácil para afrontar la responsabilidad.
Samuel sintió llamadas que creyó que eran de Elí, el sacerdote. Elí, avezado en las cosas de Dios, le responde: Si oyes nueva llamada, di: Habla Señor, que tu siervo escucha.
Saber discernir para que sea Dios quien decida, aunque a uno le levante los pies del suelo. Esa es la oración verdadera. El que ora y ahí acaba, el que ora y no quiere saber más, el que ora y n o afronta responsabilidades, hace ejercicio de piedad. PERO NO HACE ORACIÓN. Dios tiene el gusto, muchas veces de cambiarle el paso a la persona. Y la oración sincera lo arrostra. Yo me siento en esta tesitura. ¡Y Dios reparta suertes!

martes, 10 de enero de 2012

AL SEÑOR SE LO PEDÍ

AL SEÑOR DE LO PEDÍ
Yo decía ayer que hay “esterilidades sospechosas” en la Biblia: Sara, Ana, Isabel, y algunas más. En todas hay soluciones que se salen de lo esperado. Sara, la humillada por la esclava, da a luz a Isaac, el comienzo de una generación incontable como las estrellas del mar; Juan es “misericordia de Dios”, cuando ya no tiene esperanzas. Y Ana, sufriendo ante la otra esposa de su marido (con hijos), acaba teniendo a Samuel (=A Dios se lo pedí; de ahí ese final del nombre: “el”, que expresa a Dios). Dios parece llevar las cosas al límite para aparecer Él y mostrar que es Él y no nosotros quien lleva la historia y la va sacando adelante por entre los vericuetos inconcebibles a nuestra mentalidad.

En el EVANGELIO –que de hecho es el que quiero tocar directamente, Jesús entre en la sinagoga, en sábado. La gente y los maestros se admiran de su “autoridad” al explicar la Palabra de Dios. “Autoridad” viene de “autor”. Mientras estaban acostumbrados a aquellas meras repeticiones “de catecismo judío” (que era lo único que sabían los maestros, Jesús es AUTOR: dice cosas nuevas, amplia aspectos, enseña lo no conocido, presenta otro Dios diferente, otra religión que no se limita a cumplir. Y eso les admiraba con razón. Les dejaba boquiabiertos. Para más abundamiento un endemoniado (y no nos metamos en más explicaciones) estaba allí. Y Jesús lo expulsa con la misma autoridad que tiene su Palabra. Y ahí es ya donde se quedan “sentados” fariseos y gentes, maestros y el mismo “demonio” (por más grito que dé como aspaviento inútil).
Lo curioso es que no protesta nadie, ni por ser sábado… Y es que se han quedado sin palabras. ¡Hasta los demonios le obedecen!
Y su fama se extiende, se amplía, y la comarca entera se queda esperando la llegada del AUTOR. [Dicho así, quedaría hasta tonto. Pero es que me obsesiona la pasividad nuestra que vemos tantas cosas, las meditamos, nos admira la “autoridad”, nos apasiona la misericordia…, y nos quedamos “sentados”. Y ahora no es por la admiración, sino porque hoy somos igual que ayer y mañana igual que hoy… ¡Algo falla!

lunes, 9 de enero de 2012

CREED EL EVANGELIO

CREED EL EVANGELIO
Ha acabado el “ciclo de Navidad” con la fiesta del Bautismo del Señor, y entramos hoy en el TIEMPO ORDINARIO. Y el evangelio de hoy lleva una frase que se repetirá hasta la saciedad el miércoles de ceniza: CONVERTIOS Y CREED EL EVANGELIO”. Cierto que la expresión que el evangelio da es: “creen EN EL evangelio”. No obstante me parece mucho más densa la de la ceniza y con un matiz mucho más profundo. Al menos así lo experimento yo. “EN EL “ evangelio creen hasta los demonios. Es una realidad histórica que está ahí. “Creed EL EVANGELIO” es una actitud interna comprometedora. Porque ya no es simple “creer” sino exigencia profundísima de ACPEPTAR Y COMOPROMETERSE con lo que se cree, Es HACER VIDA eso que se cree. Es la forma de Simón, Andrés, Juan y Santiago que dejan todo donde está y como está, incluida familia, y tomar un camino desconocido, que tiene la ÚNICA INMENSA FUERZA de seguir personalmente a Jesús. Lo demás, ni cuenta ni se pregunta. Jesús irá abriendo caminos, estrechos –generalmente- y con la cruz repetidamente puesta ante los ojos de los que LE SIGUEN A ÉL. No siguen la cruz, porque eso sería masoquista. Pero Te seguiré dondequiera que vayas. Buena concreción.
De la 1ª lectura: ¿no es parecen demasiadas “esterilidades famosas” de las que arrancaron personas mucho más famosas todavía? Me hace dudar de la real esterilidad de ellas, y de la forma providencial por la que Dios se hace expresamente presente de forma sobrenatural a través de a historia.

domingo, 8 de enero de 2012

UNA PALABRA DEGRADADA

UNA PALABRA DEGRADADA
Posiblemente vais a pensar que me he levantado pesimista. NO. Pero mi oración me ha ido haciendo entrar en “faena”, a la luz de una palabra escuchada antes de las 6 de la mañana de un hombre espiritual y fino de conceptos, el actual Obispo de Guadix. Insistía en “los Cielos abiertos” que hoy aparecen al final del Evangelio del bautismo del Señor, cuya fiesta litúrgica celebramos. Isaías presenta en la 1ª lectura la presencia YA del enviado del Señor, elegido y preferido, sobre el que ha puesto su Espíritu para que traiga la bondad –derecho y justicia- a las naciones. Y curiosamente lo va a hacer sin romper cañas medio rotas, ni apagar pabilos que se están apagando. Sencillamente IR POR DERECHO.
Y en el Evangelio ESE PREDILECTO CON EL ESPÍRITU E DIOS, entra en la vida tan sin hacerse notar, que es uno más en las fila de los humanos que van a ser bautizados por Juan (van a expresar su deseo y necesidad de CONVERTIRSE). [Ésta es la degradada palabra del Evangelio]. Dios quiere revaluarla y RASGA EL CIELO en un gesto de acercar el Cielo a la tierra y lo hace señalando a Jesús, que va a la penitencia, como EL AMADO, PREDILECTO, que ya está en medio de la humanidad. Lo arropa la voz inmensa de Dios y su Espíritu.
Y ayer leíamos en el Evangelio del día que Jesús sale del Jordán, se va a Galilea y predica abiertamente: CONEVRTIOS, porque está ceca el Reino de Dios. Hasta aquí, de libro.
Pero ¿Qué es convertirse?. Imaginemos que mañana sale en el periódico que los políticos se rebajan el sueldo y las dietas y demás hasta niveles reales de gastos normales. Que las autonomías dejan de ser una sangría para la nación. Que los niños empiezan a jugar como niños, sin videoconsolas y zarandajas adyacentes, que los papás y la sociedad adaptan sus vidas y formas a que la vida familiar sea realmente eso: familia. Que sus mayores ocupan un lugar físico y human debido. Que se cierran voluntariamente las clínicas abortivas y que la vida moral, recupera sus niveles de honestidad. Que las familias y congregaciones religiosas viven su espíritu, vocación y carisma religioso primitivo y verdadero, y así las asociaciones, cofradías, movimientos cristianos y la misma sociedad laica. Y que los particulares empezamos a no ser unos soberbios cabezones que pretendemos salirnos con la nuestra y a nuestro modo. Y me vais a tildar de medio imbécil, de soñador, de vivir en otra galaxia. Pero yo os remito a la mayoría de los que estáis aquí a aquellos tiempos que hemos vividos todos, con nuestros mil defectos, pero como personas.
Pues imaginad de pronto un vuelco así, sin tener que renunciar al progreso de una vida mejor (pero no “tan confitera”). Pues si eso fuera así, ESO SERÍA CONVERSIÓN. Lo pondré más al alcance: si siquiera una pizca tendiéramos a que fuera HOY ASÍ EN MÍ, ya estaríamos abriendo rendija. Y nada he dicho de que tengamos que rezar en cruz, ni azotarnos como los antiguos monjes, ni andar arrastrándonos por los suelos. He hablado de la vida que HOY vamos a vivir. que la historia, tan maestra, nos dice adónde nos encaminamos en el cso contrario.
Así NOS CONVERTIREMOS Y ASÍ LLEGARÁ EL REINO DE DIOS. Lo contrario lo tenemos a la vista, y la “crisis” y las quejas inútiles seguirán siendo el “arma defensiva”. Pero no habremos hecho nada.

sábado, 7 de enero de 2012

HOY NO ESTUVE CON VOSOTROS

¡Bien que lo siento! Pero hoy hubo VIAJE DE REGRESO A CASA y seis horas de NÚMEROS.
En las lecturas de hoy se yo muy bien LO BONITO que es quedarse en "lo bonito". Pero desde que leí en la madrugada, mi idea se detuvo sólo en una frase, que no es la más atractiva, pero me parece vital:
QUERIDOS: NO OS FIÉIS DE CUALQUIER ESPÍRITU, SINO EXAMINAD SI LOS ESPÍRITUS VIENEN DE DIOS, PUES MUCHOS FALSOS PROFETAS HAN SALIDO DEL MUNDO. Y cualquier medio conocedor del Evangelio, sabe que "mundo" es para la mentalidad de Cristo y de los suyos algo mucho más serio que "la gente".
Me ha pasado una hora sobre ese aspecto. Creo que -en general- los cristianos adolecemos de estar sin discernir los espíritus. Y ahí estaría la clave para muchas cosas.

viernes, 6 de enero de 2012

DE NAVIDAD A EPIFANÍA

DE NAVIDAD A EPIFANÍA
La liturgia de hoy es progresiva. Comienza con la alegría contagiada a Israel por le llegó la luz del Señor. Belén divide ya la historia en un antes y un después. Pero para un israelita el mundo comienza y se acaba en los judíos, Pero la luz que va a dar claridad en medio de las tinieblas no se queda detenida en Israel. “Apareció” para ellos pero ahora sigue apareciendo a todos los pueblos. Basta levantar la vista y mirar alrededor, y queda patente que todos los reyes y pueblos caminarán a la misma luz.
San Pablo se manifiesta ya apóstol de los gentiles, paganos, ajenos a Israel y a la fe de Israel, porque los gentiles también son coherederos, miembros del mismo cuerpo, Cristo.
Y San Mateo lo escenifica en ese relato de fantasía parabólica de los Magos, con una mágica estrella que es la estrella del recién nacido rey de los judíos, que camina delante y que hasta se detiene encima de donde estaba el Niño.
Lo que queda muy claro es que a los paganos, a través de señal “inocua”, “pagana”, también habla Dios, se manifiesta. Como se le manifestó a Jesús a través de la mujer cananea que no solo a los “hijos” sino, desde la insistencia desesperada de aquella mujer, Jesús halló el nuevo signo de los tiempos mesiánicos pará abrirse igualmente a los paganos que a los judíos, a los blancos que a los negros, a los buenos que a los malos…
Loa magos gentiles, como los pastores judíos, adoran y ofrecen. Cada uno desde lo que es y tiene- Dios se ha manifestado y es acogido. Detrás estamos nosotros. Todavía quedará el momento solemne de la Eucaristía como momento universal de participación en el mismo Señor Salvador.
Y detrás, pienso yo, que hay algo de envergadura. La manifestación de Cristo en mí (como en el bautismo de Jesús al Pueblo: “escuchadle”, como en Caná a los discípulos: “creyeron el Él”), aquí estaría el sentir cada uno esa epifanía personal en la que la palabra de Jesús fuera sobre realidades muy concretas que se me abren para este año que comienza: Y MAÑANA TÚ, ¿QUÉ?

jueves, 5 de enero de 2012

ME QUEDÉ CON EL DESEO

En mi oración de hoy, tuve un deseo muy fuerte. Imposible de “traducir” al blog, con el EVANGELIO DEL DIA. Aunque como no puedo hacerlo tal cual, porque se fue espontáneamente a una situación comparativa de discernimiento, me limito a hacer “eco” de expresiones de la misma Palabra.
- No os sorprenda que el mundo os odie: nosotros hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos.
NOTA: el “odiar” bíblico se traduce normalmente por: amar menos.
- El que odia a su hermano, es un homicida (mata en su corazón) .
- En esto hemos conocido el amor: en QUE ÉL dio su vida por nosotros.
- No amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras.
- En esto conoceremos que somos de la verdad-
- Éste es el mensaje que recibí desde el principio.
Y queda ahí la conciencia personal, donde es tan difícil o imposible entrar. [Que yo digo que es muy difícil, porque de que “acuse” o no acuse hay que partir de la formación recta. Aparte de que sea una conciencia sensible].
Desemboqué en el Evangelio con un Felipe que va a Natanael y uno y otro va a los demás, con el corazón abierto. Fue lo propio de aquella iglesia primera, de aquellos discípulos de Jesús, tocados por la sensibilidad humana y apostólica del propio JESÚS.

Hay mucho que yo he visto hoy que era muy concreto, pero que la verdad iba demasiado a fondo y concreto, y no es para hacerlo público-

miércoles, 4 de enero de 2012

¿DÓNDE VIVES?

¿DÓNDE VIVES?
4 enero

Creerá cualquiera que me voy al Evangelio de hoy. Y aunque entrará necesariamente, porque hoy viene ese delicioso texto de San Juan, la 1ª lectura ya me detendría en esta misma pregunta. Hijos míos: que nadie es engañe… Todo el que ha nacido de Dios no peca, Todo el que h nacido de Dios no comete pecado porque el germen de Dios permanece en él- Quien comete pecado es del diablo…: no s bueno ni con Dios ni con sus hermanos.
Nacer de Dios, ser de Dios, llevar el germen de Dios, es concebir su vida espiritual y su mundo como el que sólo pretende agradar a Dios, el que lucha la etapas de su vida con esa finalidad (totalmente ajena al pecado. Y hasta diríamos que sin tener que echar cuenta de ello). El esclavo es el que es del diablo, porque “diablo” expresa esclavitud, la que sea, de cualquier clase que sea.
De ahí que mi pregunta hoy a Jesús, tratando de meterme en el espíritu evangélico del día, es precisamente es: ¿Dónde vives?, ¿Cómo quieres que te agrade? ¿En qué punto me esperas? No es el tu mansión lo que te pregunto, Necesito saber ese rincón oculto, tuyo o mío en el que puedo agradarte, y agradarte más. Necesito saber eso que –quizás- sólo Tú y yo sabemos, para ser de los que no pecan ni, por sospecha, porque van quedándose atrás mis ídolos esclavizadores, y sólo busco ya el detalle de lo que a Ti te agrada…, de lo que mi hermano necesita, y –quien sabe- si saber intuir lo que le molesta.


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Llegó el día. Al Niño lo habían ido preparando para que tuviera alguna idea cierta de lo ibn a hacer. Que o fuera una novedad de niño. No puedo decir si Jesús tenía dos años o cuatro. Podía comprender una explicación, que se le diera a su nivel. Y María era excelente educadora, sobre todo en lo que era la Historia de Dios con su Pueblo. El Niño tenía que saber muy bien que aquello no era una excursión, una aventura.
Y cuando llegó el día aquel, salieron felices de Egipto. Rezaron los Salmos de Peregrinación, y empezaron su largo caminar. La verdad es que Jesús recorría cada trecho varias veces porque era el niño juguetón lleno de vitalidad, que iba y venía…

Aquel largo trayecto que tenían por delante daba para mucho. Hubo esos silencios profundos y elocuentes que son `propios de las personas de vida interior. Silencios de gran riqueza porque no sólo era caminar callados. Era avanzar con el alma más que con los pies. Con sus pasos de hebreos avezados a las caminatas iban ganando kilómetros. Con el alma se iban elevando al Cielo. Iban comunicando con Dios. Del tesoro de su corazón, María sacaba un caudal inconmensurable. José, el hombre justo, elevaba también su pensamiento a Dios, sumido en ese misterio que le había tocado vivir.
De esos pensamientos únicamente les sacaban los juegos de Jesús, su corretear, sus idas y venidas, sus preguntas frecuentes, y todo eso que es la vitalidad de un niño que, lleva a la vez su normalidad de niño vivaracho y alegre, su infantil impaciencia de “si queda mucho todavía”, y esos otros casi profundos deseos de saber detalles de la historia de Dios que sus padres le habían enseñado, que completara su curiosidad inmensa de niño.

Hubo ratos de conversación de José y María, de posibles planes… Iban en brazos de Dios que –si había avisado ya el momento del regreso- era porque ahora tenía sus proyectos nuevos. Pero no les eximía a ellos de pensar y planificar un futuro que Dios jaba en sus manos. Había un punto que no tenían claro todavía: ¿dónde vivirían? Es cierto que el conocedor del Evangelio de Lucas no tiene duda de que el destino era Nazaret. Es lo lógico evidente. De allí salieron y hacia allí habrían de volver, y así lo expresaba literalmente tras el ofrecimiento del Niño a Dios en el Templo.
Y sin embargo San Mateo no lo da tan claro desde el principio, casi en un deseo de rizar el rizo. Porque plantea la posibilidad de haberse establecido en el sur de Palestina, en Judea. Y ha de volver el aviso directo de Dios de que allí siguen corriendo peligro por la maldad de sus dirigentes. Y es esa la razón final para que continúen su viaje hasta Nazaret hasta establecerse allí, lo que orienta Mateo hacia su insistente deseo de mostrar que en Jesús se cumplen todas las promesas antiguas, y por tanto, que -por esa razón-, Jesús vino a llamarse nazareno. Artificio apologético para un evangelista, cuyos lectores –los judíos- debe acumular la mayor cantidad de pruebas que les hagan caer en la cuenta de que JESÚS ES EL MESÍAS anunciado y prometido.

Hemos acabado, pues, en Nazaret, exactamente como el evangelio de San Lucas había afirmado y resuelto por la vía rápida y lógica.

NAZARET entraría ya a formar otro libro de muchos capítulo, de múltiples entregas, Pero lo que pudiéramos agrupar bajo el concepto de un adviento, que es algo más que la expectación de la llegada del ROCÍO DL CIELO, por la que clamó un pueblo siglos y siglos, y que se ha concentrado en lo inmediato de lo que se suele sintetizar en la infancia de Jesús, queda ya aquí cerrado.

Nos quedará por delante la liturgia diaria, y la esperanza de agrupar todos estos capítulos en un cierto fascículo para los que no tuvieron la oportunidad de seguir el blog al carecer del manejo del Internet,
Mi deseo es haber podido ayudar a unos cuantos a CONTEMPLAR eso que “dice” (sin decir) el Evangelio, pero que ha supuesto para alguien un descubrimiento y un haber vivido por primera vez el adviento, de manos de los propios posibles imaginados y vividos “hechos”, que les acercaran –de alguna manera- a la realidad que pudo estar en el corazón de un Pueblo y en el de aquellos protagonistas, y en los “conatos” que lo reducido de los hechos narrados por los autores sagrados, nos pudieran sugerir.

Lo que yo he hecho ha sido ese intento de plasmar alguna vez, la que fue años y años –y lo ha seguido siendo- mi oración del ADVIENTO. Un “apócrifo” con datos revelados en los textos, y esa otra posible acción del Espíritu que se valió de mi imaginación, y el procedimiento de la CONTEMPLACIÓN IGNACIANA, que me tiene tan enamorado.

Agradezco a Dios lo que es un don, y deseo con todas mis ansias que os haya podido ser provechoso. Dios sea loado, y todo haya podido redundar en su mayor gloria

martes, 3 de enero de 2012

EL ECLIPSE DE UNA FIESTA

EL ECLIPSE DE UNA FIESTA
3 enero

Ha habido un paréntesis de años en que desaparecieron del calendario litúrgico algunas denominaciones o fiestas, y entre ellas quedó eclipsada la del Nombre de Jesús, que quedó incluido en el 1 de enero. Muy recientemente ha vuelto al calendario litúrgico esa fiesta del NOMBRE DE JESÚS, que se sitúa en el 3 de enero, dejando acentuada la expresión gozosa de que Jesús es el mismo ayer y hoy y siempre, o la no menos solemne y hasta grandiosa de que “al Nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra o en el abismo”. Un “eclipse” que hace más brillante en el calendario litúrgico la reaparición de este astro-rey en el firmamento de las fiestas cristianas.
La 1ª lectura, aunque correspondiendo al 3 de enero, puede ser una forma de exaltación de ese nombre salvador. Ya dice San Pedro que no hay otro nombre en el que podamos ser salvados que el de JESÚS. Y aquí se habla de vivir la bondad porque en el amor del Padre hemos recibido el poder llamarnos y SER HIJOS DE DIOS. Y es claro que eso nos ha llegado por JESUCRISTO, el nombre Salvador, porque Él nos bautiza con Espíritu Santo.


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No tengo a la mano los datos que pudieran darnos el cómputo aproximado del tiempo de estancia de esta Familia en Egipto. No sé difícil aproximarse si tomamos en cuenta el año de la muerte de Herodes. El “sueño” de José fue que marchara a Egipto hasta que Dios avisara. Y Dios avisó un día, igualmente en esos misteriosos “sueños” que podía volver a tierras de Israel porque han muerto los que buscaban al Niño para matarlo”
Entre ida y regreso, María y José “se hicieron todo a todos”, o lo que podría decirse: “se hicieron egipcios”, unos de ellos… Eso que en el lenguaje moderno se denomina “inculturación”: no llegar y pretender mantener allí su modo de vida –sí, por supuesto- su fe, sino integrándose plenamente a formas y costumbres de la vida de aquel pueblo en que se asentaron. Se hicieron agradables al vecindario porque no se les ocurrió imponer “sus formas”, empeñarse en sus costumbres, pretender que “lo suyo” era lo único y lo mejor. Si estaban en país extranjero, lo natural era hacerse como ellos, distraerse como ellos, e –incluso en sus costumbres externas- cambiar lo que fuera conveniente y necesario para la sana y buena convivencia. Sabían ellos que Dios les llevaba, y ahora “les llevaba allí” y lo verdaderamente sensato era “ser de allí”, “inculturarse”, zambullirse en la nueva cultura, porque lo contrario o los aislaba, o les creaba enemigos. ¡Y no es el estilo de ellos! Al contrario, su cercanía, su capacidad de adaptación, les ganaron la buena acogida y confianza de los vecinos.
Vivieron una temporada que pudiéramos llamar “feliz”, pero sin perder de vista que exiliados, fugitivos, fuera de su patria, sin sus sinagogas, u entre ídolos y costumbres paganas. El mérito es saber vivir felices así, ser serviciales y próximos, y admitir que el mundo no empieza y acaba en ellos.
De otra parte, allí había ido creciendo el niño; allí había pasado de bebé a niño; con aquellos amigos egipcios se había criado. Casi diríamos que formarían parte de sus raíces inconscientes. Y eso era una parte de la vida de aquella realidad. Jesús sería así el “nuevo Moisés” que –desde Egipto- vendría luego a salvar a su pueblo; De Egipto llamé a mi Hijo”. Jesús ya se desenvolvía con su normalidad de niño.

Llegó aquella noche, años esperada e ilusionada. José dormía plácidamente y, de pronto, se produjo ese cambio de “ritmo del sueño”, cuando dormir no es dormir sino esa obscura luminosa luz de la fe de un Dios que se comunica. ¡Ya sabía José de ello! Y el mensaje era: “Toma al Niño y a su Madre y vuelve a Israel, porque ya murió el que querían la muerte del Niño”. José se sentó en su camastro. Se hizo consciente de la realidad de la revelación recibida, y sintió un gozo tan grande que tuvo un primer impulso de irse a María para comunicarle la noticia. Luego recapacitó que ahora no había prisa, y que mejor sería esperar al alba para decírselo,

Cuando las primeras luces, José se acercó a la habitación de María y el Niño, y le susurró un suave: ¡María, María…! María preguntó a José en voz baja, para no despertar a Jesús: “Qué pasa, José” Y José le dijo: Puedes alegrarte…; no he podido aguantarme más, sin comunicártelo: Ya podemos regresar a nuestra patria.
María se puso en disposición de salir: “Un momento, José; salgo ahora mismo; esto es una noticia muy grande! Salió muy pronto; se fueron donde el niño no se despertara y José contó a María el “sueño” con que Dios le había comunicado. La alegría inmensa saltó en María, que volvió a sus preferidos: Proclama mi alma la grandeza del Señor. Ahora ya tocaba platear el regreso. Sin prisas, despidiéndose y agradeciendo de las gentes; recogiendo cosas, José igualmente de sus compañeros de trabajo. Pronto emprenderían, les decía, la marcha a Israel… Y con la tranquilidad de un viaje, por fin, sin agobios, fueron dejando ya todas las cosas en su orden y habitual delicadeza y serena actitud de vida.

lunes, 2 de enero de 2012

EL INJERTO

EL INJERTO
2 enero

Juan declara abiertamente la condición de mentiroso que supone el negar a Cristo. Vosotros –dice a su comunidad- permanecéis en el Hijo y en el Padre. Este permanecer EN tiene mucha afinidad con el esqueje que se injerta en el tronco principal; de él toma vida y fuerza, y se hace una misma planta con él. Lo que supone que el creyente en Cristo recibe tal unción que no necesita ya de muchos maestros que le enseñen.
El Evangelio nos vuelve a Juan Bautista, cuya sinceridad ea absoluta y no se aprovecha de la circunstancia de que podría haberse presentado como mesías. El se mantiene en la verdad, y la verdad es que el que viene detrás de él –ese Niño fugitivo de Herodes- es realmente el verdadero TRONCO ESENCIAL que injertará en sí a todos los que son realmente verdaderos.


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Tras el breve descanso que pudieron tener aquellos fugitivos, reemprendieron su marcha hacia la primera aldea o pueblo que encontrasen. Era la tarde de aquel lento avanzar de la Sagrada familia en su caminar, necesariamente lento-,cuando en el horizonte lejano divisaron un par de hombres a caballo que les iban ganando el terreno. Es claro que ese evento les levantó sospechas y temores. Estaban distantes .Herodes era insaciable, y se podía temer todo de él. Los jinetas no traían especiales prisas –lo que ya era buena señal-, y cuando pasaron a su lado, saludaron y les hicieron un comentario sobre el revuelo que había en Belén en esos momentos, en que se habían presentado soldados de Herodes y estaban matando a todos los niños pequeños que había en la ciudad. Sintieron un vuelco profundo en el alma. De una parte, el consuelo de que Dios velaba, y por la otra, el evidente dolor que tenían que estar llevando aquellas madres a quienes arrebataban a sus hijitos de sus brazos para quitarles la vida, Bien podía intuir en su corazón–cofre de sabiduría divina- que eran dos hechos relacionados directamente entre sí, aunque Ella ni podía imaginar las razones que hubiera en todo aquello. Apretó al hijo en sus brazos y podríamos decir que se apoyó en Él,
No sé si caminaron más de un día cuando llegaron a un poblado. Eran unos extranjeros y aparecía su procedencia judía en sus vestimentas. Para aquella familia era un país nuevo, una lengua distinta, un ambiente nuevo, un aventura a comenzar. Había que establecerse en algún lugar, y había que buscarlo y había que empezar por entenderse. Luego tocaba buscar trabajo para poder subsistir. Quedaba por delante una serie de detalles esenciales, Pero encontrar un techo era lo primero. Y a eso se dedicó José mientras María daba el pecho al bebé. El oro de los magos ayudaba en ese tiempo momento, y José tardó menos de lo temido, y José regresó antes de lo esperado. Recogió a María y al Niño y marcharon hacia aquella casita que acababa de alquilar, le ayudó a situar las cosas conforme María le iba indicando. Ella sostenía al niño hasta que –por fin lo acomodaron y entonces los dos trabajaron juntos para dejar lo más posible a gusto de ellos aquel recinto. La verdad es que hallaron buena colaboración en los vecinos, a quienes en más de una ocasión tuvieron que buscar alguna ayuda, aunque fuera de pequeños detalles.

domingo, 1 de enero de 2012

FELIZ AÑO

2012
BENDICIONES
QUE EL SEÑOR TENGA PIEDAD Y NOS BENDIGA
1 enero

Las lecturas de hoy comienzan por una felicitación del año…, pero más allá que las fórmulas. Que el Señor tenga piedad y nos bendiga y nos proteja, ilumine su rostro sobre nosotros y os conceda la paz.
Hasta no hace muchos años, lo que hoy se celebraba era la circuncisión de Jesús y la imposición del nombre que el ángel ya había señalado antes de la concepción Bien sea por resaltar la maternidad divina de María, (nacido de mujer, nacido bajo la ley –o sea, Jesús es plenamente hombre- dice la 2ª lectura), bien por dejar en 2º plano el tema de la circuncisión (que a nosotros nos dice menos), se pasó a la denominación actual: SANTA MARÍA MADRE DE DIOS.
El último párrafo del evangelio, precisamente el de los 8 días después del nacimiento, cuando se circuncidaba al niño varón, tiene el doble valor de ser el momento de imponer el nombre de JESÚS =(Salvador), y de que fuera José –el padre de familia, al que Dios encargó la Sagrada Familia- quien realizara ese rito esencial del pueblo hebreo, asumiendo toda la responsabilidad.
La importancia que doy a ese tema del NOMBRE ya ha quedado patente en otro lugar. Y hoy tengo que reducirme a esto solo, porque me es imposible otra cosa. La contemplación del camino y marcha a Egipto, seguirá, si Dios quiere.